Partida Rol por web

El Cangrejo no le quitó la mirada de encima a Hidenaga en ningún momento, es más se la mantuvo en todo momento mientras comentaba sus deliberaciones y cuando tomaron otros la palabra. Sólo la apartó un instante cuando unas palabras surgieron de la garganta del Fénix, para volver a analizar la mirada del ExLeón.

Debía estar alerta, ambos habían leído el primer pergamino y desconocía cómo se encontraban realmente. Era cierto que no había percibido síntomas en ellos, pero Hidenaga estuvo desaparecido en el lago y Kioshiro se escondió detrás de las heridas de Shiroi para evitar combatir. Además no acababa de tener claras sus preferencias por lo comentado antes de partir...

Cuando Tameiki espoleó su montura, Oni Negro hizo lo propio y se puso en camino, no dijo palabra alguna y posó su oscura mirada en los alrededores en busca de enemigos al acecho.

Decidís desviaros a tierras Yogo para intentar conseguir el pergamino negro que en teoría esta familia tiene. Tiráis dos días hacia el noreste hasta encontrar el lugar donde os dirigíais. Tameiki tiene poca dificultad para encontrar el lugar donde supuestamente está la persona que habéis venido a buscar. Sin embargo, os encontráis con la misma situación que en el resto del antiguo territorio Escorpión. No hay ningún samurai del antiguo clan por esta área. Aparte de algún campesino trabajando las tierras no hay nadie con el que poder hablar para saber lo ocurrido. Así que tomáis la iniciativa de hablar con algún campesino, y estos se muestran muy cordiales atendiendo a todas vuestras preguntas pero sin conocimiento sobre las respuestas. Lo que sí sacáis en claro es que desde el golpe Escorpión es cuando abandonaron su hogar los samurais de este clan.

Así que sin más dilación desandáis el camino y os dirigís al norte para atravesar las montañas y llegar lo antes posible a Tierras Fénix. 

Con el desvío de cuatro días en total, más el viaje hasta allí pasan 20 días en los cuales os llegan terribles noticias. El Clan de la Grulla ha sido masacrado. Sin embargo, Doji Hoturi, daimyo del clan que estaba desaparecido desde el golpe Escorpión, parece haber salido de la nada y está haciendo algo que os parece peor que lo que ha hecho el León con su clan. Todos los antiguos samurais Grulla caídos en el campo de batalla se están levantando de nuevo muertos dirigidos por Doji Hoturi y ahora son ellos los que están masacrando al Clan del León.

Esta no es la única noticia que llega a vuestros oídos. En el Clan del Fénix hay una guerra entre las distintas familias. La familia Asako dirigida por Junzo, junto con antiguos samurais escorpión de la familia Yogo, han levantado armas contra los Shiba y los Isawa. 

Justo cuando llegáis veis que va a comenzar una batalla entre estas facciones, en vuestra mano está participar en ella o no.

¿Una tirada por día con dificultad creciente? ¿No hay forma de paliarlo con la ayuda de Oni Negro? ¿O conseguir algo de jade por el camino, al fin y al cabo en mercados y demás puede encontrarse y un dedo de jade no es tan raro, menos aún cerca de tierras libélula o dragón.

(Lo digo porque en realidad la subida de Mancha es muchísima si lo hacemos así, en el siguiente viaje acabamos todos Perdidos)

Tendréis opciones para combatir la mancha, de momento dejémoslo como está.

Supongo que habremos podido conseguir algunas noticias más sobre esta batalla y demás, en cuanto a qué está sucediendo o qué motivos han causado la batalla.

O quizás, historias sobre si algún bando está exhibiendo poderes extraños o así. O si no, al ver la batalla desde lejos, tal vez podamos ver si algún bando está Manchado... Quedo a la espera de eso para postear

La batalla parece ser debida a rivalidades entre los Asako y los Isawa. La familia Asako tenía un conocimiento que no ha compartido con los Isawa  y esto ha generado una tensión insostenible entre ambas familias que ha llevado a la guerra a ambas. Los Shiba actúan como defensores de la familia Isawa y Junzo es responsable de que esta tensión generada haya desembocado en la guerra civil del Fénix.

Dicen que el conocimiento que no había compartido la familia Asako era el secreto de la inmortalidad. También dicen que Junzo está corrompido por la Mancha de la Tierras Sombrías.

Desde donde estáis os dais cuenta de que ningún maestro elemental de los Isawa está presente en la batalla.

Vale, son 5 puntos más de Mancha. Supongo que eso me deja en 1.4 y que los últimos 0.8 son los que absorbió el Jade. Saludos!

El jade no absorbió los 8 puntos de mancha, ha evitado durante 14 días que siga extendiéndose. En total tienes 2.2 de mancha. Saludos!

Tras visitar en vano las Tierras Yogo, donde ya no quedaba ni rastro de Samurai, se dieron cuenta de que realmente habían perdido cuatro días en aquella maniobra.
Valkai había apoyado ese desvío, esperando encontrar un nuevo pergamino, pero volvían con las manos vacías y con un importante retraso.
Quizás debería haber analizado más la situación antes de apoyar esa maniobra.

Por el camino les llegaban noticias de la guerra entre Grulla y León, con brujería de por medio.
Como Unicornio, Valkai se sentía más cercano al Clan de Dama Doji, pero aquellas noticias de que Hoturi se había corrompido y usaba brujería para luchar con no muertos... eran intolerables.

Sea como fuera, llegaron por fin a Tierras Fénix, donde se había desatado una guerra civil entre los Isawa y los Asako.
Dado que Kyoshiro era el único Fénix entre ellos, dejó que fuera el Shiba el que tomara la decisión de qué hacer o a quién apoyar.
Kyoshiro-san, vos conocéis mejor que ninguno de nosotros el que es vuestro Clan. Vuestra decisión sobre cómo proceder tendrá mi total apoyo. dijo, pues le resultaría violento decidir qué hacer en aquella situación.

Desafiando toda lógica, las Torres Yogo estaban tan vacías como si nadie hubiera vivido allí nunca, como un ominoso presagio de desastres venideros por suceder. Sus salas estaban desprovistas de todo objeto útil, y sus ventanas vacías parecían ojos tras los que la oscuridad los observaba, burlándose de sus intentos por detenerla. Los antiguos escorpión habían desaparecido por completo, y no sería hasta varios días después, cuando finalmente cruzaron las montañas, cuando llegaron hasta ellos las noticias que revelaron su paradero. Un lugar que terminaba de cerrar un nuevo lazo del destino.

Las tierras Fénix… que se habían sumido en una guerra civil. Al parecer, el antiguo daimio Yogo dirigía ahora a la familia Asako, que se enfrentaba a los Shiba e Isawa por algún conflicto interno, avivado por el apoyo de los antiguos Escorpión. A medida que se acercaban, las noticias se volvían más extrañas y preocupantes. Algunas acusaban a Junzo de haber cedido a la Mancha. Otras hablaban del secreto de la inmortalidad. Pero todo eran rumores, sin nada sólido salvo palabras de viajeros o habladurías de heimins.

Pero no menos inquietantes eran las noticias que llegaban desde el sur. Haciendo gala de su habitual estupidez, los Matsu habían aplastado las defensas de los Grulla, desmembrando el clan… hasta que Doji Hoturi resurgió para liderar a su clan caído. Sin embargo, si las noticias eran ciertas, lo que el daimio de la grulla comandaba era un ejército de los muertos asesinados por el Leon, que ahora se veía contra las cuerdas, hostigado por un enemigo inmortal. Del hijo mayor del Hoturi, que había comandado la defensa, nada se sabía.

Tales eran las noticias del Imperio. Y amanecer tras amanecer, a medida que las perspectivas se volvían más y más oscuras, la ronin comenzó a sumirse en un mutismo obstinado. Viajaba sin mediar palabra, siempre al frente del grupo, siempre tratando de avanzar más rápido. Era la primera en levantarse y la última en acostarse, entrenando con Tameiki tras la caída del sol.

Sin embargo, el silencio de Shiroi no obedecía únicamente a la preocupación por las noticias de un Imperio que se hundía en la oscuridad, sino en su propia oscuridad interior. A medida que pasaban los días alejada de la protección del jade, sentía como ese frío estremecedor que se había aferrado a su alma al leer el primer pergamino crecía poco a poco, devorándola por dentro como una enfermedad para la que no tenía cura. La sensación de que su tiempo se agotaba era cada vez más desesperante, y rezaba a los kamis para que le otorgaran la fuerza suficiente para terminar su tarea y conseguir una muerte digna antes de hundirse en la oscuridad.

Finalmente, veinte días después de abandonar el lago, lograron alcanzar las tierras Fénix. Sin embargo, no fue una llegada tranquila. Y es que, al poco de internarse hacia Kyuuden Isawa, se encontraron de golpe con un enorme campo de batalla, en el que los estandartes de los Asako se alineaban en un inminente frente de batalla contra los Shiba e Isawa.

Los ojos oscuros de Shiroi se movieron a toda velocidad por el campo de batalla. No pudo distinguir signos evidentes de corrupción en ninguno de los dos bandos, pero lo que sí le resultaba llamativo era la ausencia de los maestros elementales en una batalla de esa envergadura. Lo único claro era que, salvo que algo detuviera el enfrentamiento, el derramamiento de sangre era inminente. Y que, desde su posición, no resultaba evidente si alguno de los bandos era realmente un aliado, o un enemigo.

Fue el Unicornio el que rompió el silencio, y lo hizo de forma extraña, confiando la decisión de actuación a Kyoshiro. Shiro lo miró con el ceño fruncido, sorprendida, preguntándose qué hacía creer al Moto que su compañero poseía más información de la que conocían los demás. Pero ella, por su parte, no estaba dispuesta a dejar su decisión en manos de nadie.

-El Fénix va a derramar su propia sangre. –Dijo finalmente, en lo que suponían casi sus primeras palabras al resto del grupo en días. La voz de Shiroi, aunque tan hermosa como siempre, dejaba traslucir un eco amargo. –Pero no estoy dispuesta a prestar mi espada a una causa tan absurda. No podemos saber ahora si realmente Junzo ha caído bajo la Mancha…ni si son los Isawa los que lo han hecho. Lo único que puedo ver desde aquí es que la mayor parte de samuráis que van a morir hoy están libres del abrazo de la oscuridad. Salvo que vuestros ojos hayan visto algo diferente a los míos… creo que si actuamos, debe ser para detener esta batalla y no para alentarla. Cuantos más samuráis mueran, más difícil será enfrentarse a las hordas de Fu Leng en el futuro.

-Además, recordad que sólo hemos venido aquí para reunirnos con la Maestra del Vacío. Estoy segura de que ella podrá arrojar algo de luz sobre lo que está sucediendo, así que encontrarla es nuestra prioridad.

-Shiba-san, desconozco vuestro rango entre los vuestros. –Añadió, mirando a Kyoshiro como si tratara de evaluar si estaba ante un samurái raso o un antiguo taisa. –Si disponéis de suficiente influencia, tal vez podríais ordenar al general al mando de las tropas Isawa que retire a sus tropas a una posición más cercana a Kyuuden Isawa, en nombre de Kaede-san. No habiendo ningún Maestro Elemental presente… puede que incluso acepten la orden.

-Acercarnos a las líneas Asako me parece un riesgo inaceptable ahora mismo. –Sentenció la ronin, mientras continuaba observando los preparativos para la batalla. -Si lo hiciéramos, nos resultaría muy difícil llegar luego hasta nuestro destino, por mucho que Junzo esté cerca. De modo que, según creo, si no somos capaces de hacer que los Isawa se retiren, deberíamos rodear la batalla y continuar. Me ofrecería a intervenir, pero dudo que ahora mismo este conflicto pueda solucionarse con un duelo.

El Cangrejo se mantuvo en silencio durante todo el viaje, apenas sus labios dieron forma a dos palabras -"Arigato gozaimasu..." Cada mañana dirigía los ejercicios físicos para ejercitar la resistencia y la voluntad de sus participantes, de modo que el jade durase mucho más tiempo. Cazaba para alimentar el grupo y rezaba al concluir cada día.

Se retiraba ofreciéndose a hacer la primera guardia ocultándose entre las sombras de la noche y rezando susurros rotos a las Fortunas y a los Kami esperando que les ofrecieran sus bendiciones durante los días venideros y les fortalecieran ante las adversidades que se encontrasen en el cumplimiento de su sagrada misión.

Ante las buenas nuevas de tierras Grulla la mirada del Oni Negro se ensombreció y sus plegarias cambiaron para ayudar a los León en su cruzada contra tierras sombrías. A la mañana del día siguiente a recibir las noticias de tierras Grulla rompió su silencio. -"Me entristece saber que los León sufren el ataque de Tierras Sombrías y no puedo ayudarles cumpliendo con el legado que Hida-kamisama dejó a sus seguidores. Solamente puedo rezar a las Fortunas para que ofrezcan la sabiduría necesaria a las tropas de Matsu para derrotar a tales aberraciones de la naturaleza. Imagino que lo sabréis, pero por si acaso compartiré ese conocimiento con vosotros. A los muertos no se les puede matar como a un adversario convencional, solamente separando la cabeza del cuerpo es posible retrasar su avance. Solamente el fuego o el jade puede derrotarlos. Por desgracia el jade lo necesitamos para sobrevivir al mal que nos persigue. Desconozco los motivos por los que un hombre como Doji-sama puede llegar a ofrecer su alma al maligno, pero ninguna escusa es suficiente como para hacer lo que él ha echo. Estas fechorías merecen el mayor de los castigos y la peor de las muertes, pues Doji Hoturi-sama ha dejado de ser alguien respetable y ha condenado a todos sus hombres a vagar sin descanso. Es una pena, la verdad..."

Las nuevas de tierras Fénix no era mejores pero por lo menos llegaban a tiempo para ver los preparativos de la batalla que se avecinaba. El cangrejo tomó una posición ventajosa desde la que otear el horizonte en busca de detalles sobre las tropas desplegadas.(1) Analizando las personalidades y la existencia de seres manchados, perdidos o enloquecidos(2)

Las palabras del Unicornio le sacaron de su concentración mientras acariciaba el pomo de su acero Kaiu. Su mirada se posó sobre el Moto, pero antes de que pudiera decir nada Shiroi rompió su silencio sepulcral que le acompañó todo el viaje. Las palabras de la ronin eran acertadas y coincidían con lo que el Cangrejo opinaba por lo que asintió al concluir sus palabras.

-"Opino como Shiroi-san, la batalla no debe dar comienzo. Esa debe ser nuestra prioridad si está realmente en nuestra mano detenerla. Si no es el caso debemos bordearla y tratar de encontrar a la maestro elemental cuanto antes. Desconozco si las nuevas sobre Yogo-sama son ciertas pero si en realidad se ha dejado engatusar por la mentira del enemigo, tendremos que destruirlo para recuperar lo que tiene en su poder; puesto que dudo que nos lo de por las buenas".

No ves rastro de la mancha en ninguno de los ejércitos.

Me refería a distinguir a los Daimios y personalidades :)

Encuentras la ubicación de los generales de cada ejército. Por un lado Shiba Ujimitsu, daimyo del clan del Fénix liderando a los Shiba e Isawa. Por otro lado parece ser Junzo quién lidera a los Asako y a los antiguos Escorpión.

La vibración innata en la antesala del combate retumbó en sus músculos con un ligero hormigueo. No anhelaba batallar por ninguna de las dos fuerzas, es más, no lo haría. Su tarea no era tan mundana, como Truenos estaban por encima de disputas como aquella. Pero no pudo evitar oler el aroma de la tensión en estado vivo. Una lobuna sonrisa cruzó, por unos instantes, su pacífico rostro

Siguió a sus compañeros como una sombra. Como un cuervo verde, paciente y silencioso. Cuando era posible, meditaba aparte de los demás, procurando buscarse un entorno hábil para ello. Cuando no, ejercitaba su cuerpo, comía y se mantenía apartada de conversaciones vanales. En cualquier caso, en ningún momento apartó sus ojos del territorio que ahora hollaban, pues no estaba del todo convencida de que el más pequeño gesto iniciara la batalla que, en la mente de todos los samuráis que había allí, sin duda había ya comenzado