Partida Rol por web

El antiguo León parecía completamente ajeno a los comentarios del resto, aparentemente absorto en la contemplación de los movimientos de tropas que precedían a la batalla. Su rictus era una máscara impenetrable, más dura quizás que la del propio ONI NEGRO. Pero sus ojos brillaban con una intensidad que ninguno de sus camaradas le había conocido hasta el momento.

- No me interesa la sangre de JUNZO. - sentenció finalmente con voz grave y solemne, como respondiendo a los comentarios de todos, aunque a ninguno en particular - Se necesitan algo más que meros rumores para nublar el juicio de alguien que ha pasado por los salones del Colegio de Guerra Akodo.

- Como dije antes, mi deseo hubiera sido aguardar a ver el desarrollo del combate. Pues nada expone más la verdadera naturaleza de un hombre que la brutalidad de la batalla. Pero si es que tenemos prisas por intervenir, preferiría centrarme en el objetivo principal de nuestra misión...

- ...y no tenemos ningún motivo para creer que el honorable... o corrupto SHIBA UJIMITSU-sama tenga alguno de los pergaminos malditos en su poder. Así que, en realidad, solo nos queda un camino por delante.

- Llegar hasta JUNZO.

El tono del antiguo León era frío y calmado, alejado de cualquier emoción. O abstraído por lo que veían sus ojos. Casi parecía estar hablando consigo mismo.

- Si está afectado por la Mancha o no, es un problema con el que tendremos que lidiar luego. Pero primero debemos llegar hasta él. Y, a menos que me equivoque, todos esos hombres de allí... - indicó con un gestó del mentón, señalando a las apretadas formaciones de guerreros que se apresuraban a tomar sus posiciones en el campo - ...intentarán evitarlo.

- Las Fortunas nos han sonreído en el pasado. Y quizás vuelvan a hacerlo. Tal vez esos hombres nos reciban con los brazos abiertos entre sus filas. Pero tal vez no. Y no me gustaría dejar esa decisión en sus manos.

Se deslizó en silencio hasta la posición que tomaban los que parecían iban a quedarse en aquel campo de batalla. Sopesó la idea de que quizá sería inteligente separar los Pergaminos, pero si ambos -tanto Shiroi como Oni Negro- permanecían cerca de ella no se sentiría intranquila

Su intención seguía siendo no participar en la batalla. Y sabía que los bushi que la acompañaban, por mucho que palpitara la sangre en sus sienes, eran Truenos y estaban por encima de tales sensaciones. Por mucho que para más de uno del grupo sus Clanes estuvieran implicados... o los que eran sus Clanes. Ninguna palabra mencionada se le había escapado a la Dragón, y observaba en silencio a todos sus compañeros. Para ella todo era más sencillo, pero una vida dedicada a la meditación y el adiestramiento en una orden de monjes era un privilegio del que ellos no habían disfrutado

Al tomar su decisión, al igual que Hidenaga, devolvió su vista al campo de batalla. La historia de Rokugán, para bien o para mal, se estaba escribiendo ante sus ojos

Justo antes de partir junto a Kyoshiro, Oni le dijo que usara aquella marca que habían usado alguna que otra vez para cazar durante el camino.
Así podrían encontrarse mutuamente.
De acuerdo, así lo haré.
Que las Fortunas estén con vosotros. dijo finalmente, mirando a sus compañeros.

De reojo observó cómo la batalla daba comienzo, y hubiera querido quedarse a ver su desenlace, pero su misión estaba clara y debían cumplirla.

Desde donde estáis veis a lo lejos Kyuden Isawa y como Kyoshiro y Valkai se dirigen hacia allí mientras la batalla comienza.

Vais a Kyuden Isawa en busca de Isawa Kaede. Justo antes de intentar entrar a través de las puertas custodiadas atravesáis unos jardines que están solitarios, vuestra búsqueda ha sido corta. Kyoshiro reconoce al ver acercarse a una mujer a la maestra elemental del vacío. Se encuentra sola en los jardines y viene a vuestro encuentro con rostro preocupado y triste a la vez. Os bajáis de las monturas para recibirla.

Saludos os dice mientras se dirige a Kyoshiro imagino que te llegó bien mi mensaje dice apenada debemos hablar mira ahora a Valkai y de nuevo mira a Kyoshiro en privado por favor.

La batalla ha comenzado y se ve claramente que Shiba Ujimitsu tiene una estrategia de batalla superior a la de Junzo. Los Shiba e Isawa comienzan ganando el combate en la primera media hora. 

El general de los Shiba está en pleno combate mientras que Junzo se queda en retaguardia, de momento no veis oportunidad de acercaros a Junzo así que mientras tanto os bajáis de vuestras monturas y las amarráis a unos arboles cercanos tras lo cual os acercáis andando hasta donde podáis divisar mejor la batalla e intervenir en busca de Junzo.

-Hidenaga-san... -Tras media hora de contemplar la batalla, fue Shiroi quien rompió el mutismo que se había instalado en el grupo de Truenos. -Conozco vuestras reservas, pero creo que el mejor resultado para esta batalla, ahora que ha comenzado, sería un empate hasta que podamos saber más. 

La ronin señaló un punto tras las filas de samuráis de chocaban, donde las fuerzas de los Asako trataban de reorganizarse para afrontar el asalto de los Shiba e Isawa.

-El flanco derecho está desorganizado. Si interviniéramos... podríamos nivelar de nuevo la batalla... y acercarnos a Junzo.

Me dirijo a Valkai y le digo espera un momento

Se alejan por el jardín lo suficiente para no ser oídos pero a la vista, la maestra del vacío se pone de espaldas al Unicornio. Tras unos 15 minutos de conversación vuelven al lado del Moto.

La shugenja ahora se dirige a ambos me ha comentado Shiba-san que sois de total confianza, lo que os voy a decir pone en entredicho el honor de los dirigentes de mi clan así como pone en peligro a todo el clan. Así que os ruego que no le contéis nada a nadie excepto a los otros truenos que sois. Kyoshiro ha confiado en mi contándome vuestra misión así que yo confiaré en vosotros por el bien del imperio. Se toma una marcada pausa antes de continuar. 

Cada uno de los maestros elementales poseemos un pergamino negro. Sin embargo, la cordura ha fallado en los otros maestros y ahora mismo están usando el poder de estos y sus conocimientos para invocar un oni. Ahora no deben ser molestados, yo me opuse pero fui la única. Imagino que tarde o temprano se darán cuenta de su error. Venid con vuestros compañeros cuando podáis y les pediré una audiencia con vosotros. Cuando sea el momento apropiado os entregaré mi pergamino, temo que si os lo entrego ahora la furia de mis compañeros caiga sobre mi.

Que las fortunas os acompañen. Nos veremos en estos jardines. Si no estoy esperar a que yo llegue.

El Cangrejo desmontó y ató su montura en una árbol cercano. Después se tomó unos segundos para marcar la parte inferior del mismo con la marca acordada un relámpago de tres giros.

Los pasos de Oni Negro se acercaron de nuevo al acantilado mientras su mirada se posaba sobre el campo de batalla (1).

-"Shiroi-san tiene razón el flanco está a punto de caer, pero si intervenimos nos enemistaremos con el Clan Fénix y no creo que nos beneficie en exceso, dada su naturaleza bélica". Su rostro se tornó pensativo antes de continuar. -"Por la manera que pelean los fieles a Junzo-uesama diría que podría ser que estuvieran ganando tiempo o fuera algún tipo de treta para hacer que el ego de Shiba-uesama le hiciera confiarse. Las batallas no siempre son para derrotar a un ejercito, a veces bastan para ganar tiempo, para derrotar al enemigo temporalmente o para cortar alguna cabeza importante u objetivo determinado".

-"Yo creo que debemos esperar, pero si vuestra intención es abriros paso hasta Junzo-uesama, mis habilidades me permitirían llegar hasta él con cierta facilidad, abriendo camino para vuestra llegada de ser menester". Los ojos del Cangrejo se oscurecieron mientras hablaba, como si estuviera preparado para saltar a la batalla en ese mismo instante.

El antiguo León continuaba completamente absorto en el combate, sin prestar atención a nada más. Un brillo extraño iluminaba su miraba, y los signos inconfundibles de la tensión enmarcaban su rostro. Había pasión en aquellas facciones. Como si al solemne samurai le costara horrores el poder contenerse para mantenerse al margen de la batalla.

Pero también había una profunda concentración. Pues casi parecía que el veterano guerrero se detenía a analizar la posición particular de cada uno de los cientos de samurai que intervenían en la refriega.

- Concuerdo con Oni Negro-sama. - sentención finalmente, sin apartar sus ojos del combate - Intervenir en este momento no tendría sentido.

- Como bien ha señalado Shiroi-sama, quizás empiece a formarse una brecha en las líneas Asako. Tal vez eso termine por decidir el curso de la batalla. O quizás no. El Escorpión siempre suele guardarse algún carta bajo la manga.

- En cualquier caso, aún con las Fortunas de nuestro lado, seguimos siendo un grupo demasiado pequeño. No representamos una ventaja táctica decisiva, así que solo conseguiríamos quedar trabados en el combate por quién sabe cuánto tiempo. Incapaces de maniobrar si, por ejemplo, JUNZO decide huir del campo.

- Además, tampoco veo el sentido en tomar partido. No de momento, al menos. El riesgo de elegir el bando equivocado es demasiado alto. Y luego de ello, ya no hay vuelta atrás. Solo podemos ser vistos como enemigos por los adversarios.

- Nuestro objetivo es el pergamino. Y si está aquí, solo puede tenerlo JUNZO. Solo nos queda llegar hasta él. Poco más podemos hacer por el Fénix en este día...

-Por el Imperio -corrigió Tameiki tan pronto como Hidenaga pronunció la última frase- Lo hacemos por el Imperio, no por el Fénix, ni por el Escorpión, ni por nadie -repitió, girando su rostro levemente hacia Hidenaga. Ella siempre había sido una herramienta utilizada por los intereses de su clan en una forma de conseguir que el Imperio fuera un lugar mejor y más seguro, pero no tenía tan claro que todos los Truenos fueran imparciales en cuanto a lo que el Imperio significaba.

Sin contratiempos llegaron a Kyuden Isawa, donde no tardó en recibirles la Maestra del Vacío Isawa Kaede.
Parecía que quería hablar algo en privado con Kyoshiro, por lo que Valkai asintió aguardando en los jardines del hermoso palacio.
Un cuatro de hora después regresaron ambos Fénix y Kaede le contó lo que estaba sucediendo; los Maestros Elementales tenían un Pergamino Negro cada uno de ellos, y lo más grave, estaban intentando invocar un Oni.
Vuestras palabras me sorprenden y llenan de desazón al constatar que incluso los Maestros Elementales han caído al lado de la Corrupción...
Haremos como pedís, Kaede-sama. No podemos demorarnos Kyoshiro-san, debemos regresar antes de que logren invocar a ese Oni. le dijo primero a la Maestra con una profunda reverencia y luego a su compañero.

Apoyó el hombro sobre un árbol y observó de brazos cruzados el campo de batalla. En particular el flanco del que Shiroi y Oni Negro hablaron. Desconocía el arte de la guerra, al menos en su vertiente más pura, así que no podía sopesar con rigor las suposiciones hechas por ambos; en cualquier caso, sí coincidía con Oni Negro y Hidenaga en cuanto a que su presencia en el campo de batalla resultaría relativamente inútil

-Quizá podamos alcanzar a Junzo en su retaguardia. Probablemente haya varios Escorpiones cubriendo la posición, y trampas para los más incautos. Sin embargo es la opción más... pacífica -si la batalla se extendía podrían tener tiempo para hacer algo así. Y si Junzo decidía huir -o recular-, estarían en el camino correcto

En la segunda media hora de combate, se está palpando la victoria de los Shiba e Isawa frente a los Asako y antiguos escorpión. La estrategia de Junzo no está siendo la apropiada. 

Todas las unidades de combate están ahora enzarzadas y es en este preciso momento, en el que llegan Moto Valkai y Shiba Kyoshiro, cuando Hidenaga ve la oportunidad de ir al encuentro de Junzo.