Partida Rol por web

El orco coge las monedas que le tiende la drow, y tras guardarlas, se dirige e Lucius. - Entonces tu debes pagarme el resto, que serán 293. - afirma, antes de que la drow se aleje.

Maldita sea, tendré que abrirme paso a codazos entre tanta basura. Como puedo y con mi daga a la mano comienzo a abrirme pasó como puedo entre los puestos y la multitud de gente que me rodea, al tiempo que intento no perder el rumbo de acuerdo a las direcciones dadas por el tabernero. Si hubiese salido antes en lugar de esperar a ese par de idiotas y perder el tiempo con el drow no tendría que pasar por todo esto. Camino tranquilo pero con el paso mas rápido que puedo buscando también con la mirada el susodicho templo que me ayude a saber si voy por el buen camino. Seria un estúpido si me perdiera teniendo instrucciones tan fáciles de seguir pienso para mi.

Antes que Daenerys se retire la tomo suavemente por el brazo,- eh, disculpa, podrías acaso prestarme algo de dinero?, creo que me he quedado un poco corto, te lo pagaré en cuanto pueda, lo juro, serían 75 piezas, digo si puedes, sino entonces tomaré otra armadura...-

Caminando entre la gente, te abres paso como puedes, caminando lo más rapido que se te permite mientras tu mirada revisa cada un de los puestos que vas dejando atrás. Sorprendido, te das cuenta que todo y el pequeño espacio que hay en la plaza, en el mercado hay puestos de todo tipo, desde ropa hasta armas o comida, pero tu objetivo es otro, asiq eu continuas avanzando sin detenerte.

Tras unos minutos moviendote entre la gente, te detienes, pues tus ojos divisan a Daenerys y Lucius, ambos comprando en un puesto de armas y armaduras, a la derecha y un poco más adelante...

Vaya así que ahí están, bien así será mas fácil encontrarles después…

Sin detenerme y consciente de que será mas fácil negociar solo que en grupo no me detengo hata encontrar el templo y mas específicamente la casa del herrero.

Al notar como Lucius me coge del brazo impidiéndome continuar mi marcha, me giro con una mirada feroz en los ojos...

Lucius, que sea la última vez que me tocas sin mi permiso, o te arrepentirás....

por otro lado escucho la petición del guerrero y mi gesto se vuelve más amable a la vez que la sonrisa aflora a mi boca nuevamente...

estás queriendo hacer tratos con el diablo Lucius?... y, además de que me sirve ese falso juramento, los únicos juramentos sagrados e irrompibles son los realizados en nombre de nuestra Madre y Diosa Aelyn, aparte que tan sólo con la devolución no creo que sea suficiente, no crees querido?..., seguro que se te ocurre algo mejor, piensa, piensa...

Suelto rápidamente el brazo de la drow y le escucho.

Muy bien, te juro por la bella Aelyn que pagaré mi deuda, y además seré tu guardia personal en esta nueva aventura, es suficiente para ti??

dice Lucius en respuesta al chantaje de Daenerys

suena bien Lucius, explícame un poco más detallado eso de la guardia personal...

Bien pues en primera no tendrás que guardate en mi contra, y si alguien nos ataca entonces tu seras mi prioridad, y si acaso quieres algún otro servicio pues tu dime...

y ahí va la mirada concupiscente de Lucius...

ummmm, algún otro servicio, Lucius realmente me sorprendes, eso me lo tienes que explicar más a fondo, pero de momento, me lo pienso un poco...

creo que es un trato aceptable querido, como ya te dije y no hace mucho, yo confío en vosotros...

tras lo cual deposito lo que falta en el mostrador....

bien querido, iré al templo como ya te dije, eres libre de venir o quedarte, por cierto tu también tienes amnesia?

Tomo el equipo con alegría y me lo coloco de inmediato - gracias - le digo al tendero - le daré buen uso a esto! - me giro hacia Daenerys - si te refieres que si se hacia donde queda el templo, pues no, pero fiel a mi palabra, te sigo.

como quieras, pero te recuerdo que no hace falta que seas mi perrito faldero, sencillamente cuando te necesite que estés...

avanzo con paso decidido hacia el templo,

estaré un par de horas o tres orando querido...

hmmm. me gusta esto, de tener guardia personal y todo, lástima que al final tenga que morir, como todos....

Perrito faldero..., dice Lucius por lo bajo, mientras que de manera resignada sigue a la drow.

Sin detenerte, todo y haber visto a tus "compañeros", contiuas avanzando, atravesando el pueblo y manteniendo tus pasos en direccion norte lo mejor posible.

Por fin, tras un buen rato, pues la multitud evita que camines a un ritmo alto, logras alcanzar el final de la plaza, donde divisas, sin duda, la calle que te ha indicado el posadero. Sonriente, te adentras en ella...

La calle es ancha, y la visión de un pequeño templo, totalmente negro, al fondo, no te deja lugar a dudas, estás en el camino adecuado. A ambos lados te flanquean decenas de casas, la mayoria de ellas pequeñas y de madera, y tan solo dos o tres pueblerinos caminan por ella. Viendo el camino libre, aceleras tu caminar, avanzando de forma rápida mientras observas cada una de las puertas... al fin y al cabo, todas esas casas coinciden con la descripicón de Orok: "una casa pequeña...".

Mientras sigues buscando, no puedes evitar, de vez en cuando, lanzar una mirada hacia el pequeño y oscuro templo, dandote cuenta de que este es de un tamaño bastante reducido, incluso para un pueblo pequeño. Fijándote un momento, dirias que no es más grande que dos de esas pequeñas casas que forman la calle por la que caminas.

Por fin, y casi a la altura del templo, divisas la puerta que andabas buscando. La casa es como el resto, sencilla y pequeña, y la puerta, de madera, tiene el grabado, algo gastado, de un martillo. Decidido, avanzas hacia ella...

Perfecto, gracias. - se despide el armero, agarrando las monedas y dejando que Lucius recoja sus compras. Acto seguido os alejais del puesto.

Tras vuestra pequeña charla en la que decidis vuestro siguiente destino, inicias de nuevo el dificil caminar por el cada vez más abarrotado mercado, encaminando vuestros pasos hacia el norte lo mejor posible.

Sorprendidos, os dais cuenta que todo y el pequeño espacio que hay en la plaza, en el mercado hay puestos de todo tipo, desde ropa hasta armas o comida, pero vuestro objetivo es otro, asi que continuas avanzando sin deteneros.

Por fin, tras un buen rato, pues la multitud evita que camineis a un ritmo alto, lograis alcanzar el final de la plaza, donde divisais, sin duda, la calle que os ha indicado el armero. Sonrientes, os adentrais en ella...

La calle es ancha, y la visión de un pequeño templo, totalmente negro, al fondo, no os deja lugar a dudas, estais en el camino adecuado. A ambos lados os flanquean decenas de casas, la mayoria de ellas pequeñas y de madera, y tan solo dos o tres pueblerinos caminan por ella. Viendo el camino libre, acelerais vuestro caminar, avanzando de forma rápida mientras observais el templo, al fondo.

Este es pequeño y oscuro, y cuanto más os acercais mas extraño os resulta, pues es de un tamaño bastante reducido, incluso para un pueblo pequeño. Fijándoos bien, diriais que no es más grande que dos de esas pequeñas casas que forman la calle por la que caminais.

Tras unos cinco o seis minutos avanzando lograis lacanzar el templo, y al deteneros ante el confirmais vuestras sospechas. Es muy pequeño. El edificio, bajo y pequeño, está construido con piedra totalmente negra, como todos los templos de Aelyn, e incluso las ventanas tienen el crital del mismo color. La puerta, tambien negra, pero con ribetes plateados al igual que la cerradura, está cerrada...

bien, por fin hemos llegado...

me aproximo a la puerta e intento abrirla y si no fuese posible, llamo para ver si responde alguien

La drow frocejea con la puerta, intentando abrirla, pero esta está cerrada, por lo que sin dudarlo la golpea, haciendo uso de sus nudillos, con fuerza.

Un tenso silencio sigue a la llamada propinada por la drow, pero al final, cuando ya parecia que no habia nadie, lograis escuchar unos pasos que se acercan. A continuación, alguien, al otro lado de la puerta, remueve algunas cadenas y hace uso de una llave, seguramente abriendo la puerta...

La puerta, al fin se abre, y tras ella veis aparecer a un mujer humana, alta y de fuerte constitución con un gran tatuaje en el pecho y a la vista. El pelo largo y cobrizo, y su amenaznate mirada le confieren un rostro serio con un toque de sensualidad.

Buenos dias. - os saluda la que suponeis una sacerdotisa. - Tú!!?? ¿Que diablos quieres ahora?!! - exclama, enojada, mientras mira fijamente a los ojos de Daenerys.

Vaya pareciera que la diosa no a logrado que sus devotos seguidores de este pueblo le tomen mucho en cuenta, ese templo no impresiona a nadie… Digo mientras observo el templo antes de entrar.

Esperando se encuentre el herrero doy dos duros toquidos en la puerta.