Partida Rol por web

Gracias!...Rasguz se incorpora y coge sus cosas.Sin decir nada más sale de la habiación...

Tras el silencio, escuchas una breve palabras...Gracias, seguida por una puerta que se abre.

Me separo de la pared y cojo mis componentes de hechizos después de echarles un vistazo y ver que están todos cojo los que necesito para la armadura de mago y para el proyectil mágico y los dejo un poco apartados para tardar menos en cogerlos y lanzarlos si los necesitara con mayor rapidez.

Pero como puede ser que esté vivo aún sigo sin entenderlo.

Pienso mientras miro por la ventana haber que veo que hay fuera y sigo intentando escuchar pero en dirección a fuera, mi intención es ver salir a los que han salido o al que ha salido de la habitación.

hasta pronto....

bien, bajamos? a ver que nos depara el día, como habeis dicho hay mercado, y no sé vosotros pero yo necesito algunas cosillas...

se gira hacia Lucius...

así que no confías en mi?..sonrisa satírica, hieres mis sentimientos humano...

por cierto podeis llamarme Daenerys, si os place, claro está...

tras los cual emprende el camino hacia abajo sola o acompañada...

Al observar que ambos compañeros han dejado bajar al extraño sin mayor precaución, no puedo sino girar la cabeza de un lado a otro en gesto de franca desaprobación, Haber si ahora no nos esta ya esperando toda la servidumbre armada hasta los dientes.

Sin decir mas y resignado a lo que viene, salgo detrás de la drow, Si realmente hay algún peligro ella sufrirá antes las consecuencias…

como un acto automatico, preparo mi daga nuevamente para cualquier imprevisto...

Te acercas a la venta que hay en la semioscura habitación y la abres. La luz entra con fuerza, iluminando la sala.

Al otro lado de la ventana puedes ver un pequeño pueblo, de casas sencillas y calles anchas. Por tu vision desde lo alto, confirmas que estas en una segunda planta, y tu edificio da a una plaza de no muy grandes dimensiones. En ella hay varios tenderetes, aunque parece ser que habrá muchos más, pues decenas de personas se afanan en montar muchos otros....

Entre la gente que deambula por la plaza te llama la atencion que la mayoria son orcos o semiorcos...

Tus ojos se abren de repente, molestos ante un continuo y deslumbrante rayo de luz que los golpea con fuerza e incesantemente. Desorientado y sorprendido, miras rapidamente a tu alrededor, en busca de los ciegos humanos a los que te enfrentas mientras tus manos bucan, con desepero, la empuñadura de tu bastón.....

Estupefacto te das cuenta de que no estas en el denso bosque si no que tu cuerpo descansa en una comoda y bonita cama. Abriendo más los ojos, si eso es aun posible, observas la pequeña habitación en la que te encuentras. Sus dimensiones son reducidas, y su mobiliario escaso, pero parece acogedora. Cerca del lecho hay una pequeña mesita donde descansa una plangana de agua, seguramante para asearte, y a su lado, a no mucha distancia, en un silla de madera, ves toda tu ropa, asi como parte de tu equipo. Junto a todo ello, una limpia lámpara espera, paciente, para ser encendida.

La puerta de la habitacion está en la pared opuesta a la de la cama, es de madera y una cadena, a modo de cerrojo, logra que nadie pueda abrirla del otro lado. En la pared este hay una ventana, y todo y que esta cerrada mediante una gruesa madera, no logra evitar que varios rayos de luz, penetren en el interior, dotando a la habitación de una leve iluminación...

Tras examinar la estancia, tu mente inicia el duro proceso de recordar... el encuentro con Solkan.... la inmensa caverna plagada de babosas.... la sala de los pedestales... y el bosque, el bosque donde el filo de varias espadas lograron arrebatarte la VIDA!!

Tenso, angustiado, y sin entender que sucede, te incorporas, para acabar sentado en la mullida cama. Estas desnudo, totalmente, pero eso no te interesa, pues lo preocupante es saber que diablos pasa. ¿Estas muerto? Y si es asi, ¿donde diablos estás?, Y si estas vivo, ¿como has logrado llegar a ese lugar?, y las heridas, ¿quien las ha sanado? ¿y como, por que?, ¿estas preso de los humanos ciegos? ¿es esto una carcel? o quizás... ¿estas soñando? ¿es esto lo que sucede cuando te estas muriendo? o puede que... ¿lo sucedido fue un sueño? todo lo de las caverna. el bosque, ¿a sido todo una pesadilla?...

Inmerso en un centenar de preguntas sin respuesta, desorientado y confundido a causa de ellas, te pones de pie, acercandote a la palangana de agua y sumergiendo tus manos ella. El agua está fria pero su contacto es agradable y parece real, asi que sin esperar más, te mojas la cara, despejando tu mente y preparandote para lo que sea......

Decidido, y recogiendo tus pertenencias, abandonas la pequeña habitacion y diriges tus pasos al fondo del pasillo, donde se ubican las escaleras que descienden. Mientras caminas, te das cuenta que el ataque de Zenram a logrado que en el impecable suelo resalte con fuerza una gran mancha de sangre, de tu sangre. Ignorandola, y evitando pisarla, pasas de largo, alcanzando por fin las escaleras...

Desde alli, el ruido de voces es más alto, y aunque no logras entender las palabras, a tus oidos llegan diferentes idiomas, entre ellos el orco o el drow. Sonriente, tambien detectas el agradable y sabroso olor de comida recien hecha, el cual logra que tu estomago reaccione con rapidez, rugiendo con fuerza y recordandote que hace mucho tiempo que no lo alimentas. Ahora hambriento, desciendes las grandes escaleras, alcanzando un pequeño rellano donde dos enorme puertas te cierran el paso. Sin dudarlo, la abres...

La estancia es enorme y el griterio que lo inunda no os deja lugar a dudas acerca del lugar donde os hayais. El inmenso comedor de la posada se divide en dos grandes zonas, ambas iluminadas por la luz del sol que penetra en la gran estancia por las grandes y abiertas ventanas que llenan las paredes. A tu derecha hay una gran barra, de piedra y madera, donde descansan decenas de platos, la mayoria de ellos con restos de comida. Tras la barra, además de dos puertas semiabiertas que conducen a una cocina y ua despensa, hay un semiorco de aspecto rudo y vestido con sencillas ropas y un sucio delantal, seguramente blanco en otros tiempos. El semiorco no cesa de llenar jarras de cerveza a la vez que grita, en orco, continuas ordenes a dos jovenes humanas, al parecer encargadas de servir las mesas.

A mano izquierda decenas de mesas de todos los tamaños y formas configuran un luminoso y abarrotado comedor, donde decenas de orcos, humanos o drows, se sientan a comer y beber. Entre las mesas, puedes ver algunas vacias, aunque, en su mayoria están repletas de clientes, los cuales gritan y rien en tono alto y fuerte, sonidos que se unen a la multitud de conversaciones que se llevan a cabo entre los presentes. Lad dos jovenes camareras cargadas, con grandes bandejas repletas de platos de comida y jarras cerveza, se mueven entre las mesas, sirviendo su carga y recibiendo continuos golpes en el trasero u otras partes de su cuerpo. Estas aceptan el magreo en silencio, sin oponer resistencia, al parecer acostumbradas a semejante trato. Sin duda, se trata de dos esclavas, y si osasen quejarse....

Al frente, en un pasillo creado por las mesas a la izquierda y las barra a la derecha, puedes ver un enorme portón, seguramente la entrada a la posada.

El posadero, situado tras la barra, te ve aparecer y cuando cruzas la mirada con él te saluda desde su posicion, inclinando levemente la cabeza, para acto seguido gritarte unas palabras...

Tras escucharlas algo sorprendido, a tu espalda, de la puerta que lleva a las escaleras, aparecen tanto la drow que sano tus heridas, asi como sus humanos acompñantes. Estos se detienen a osbervar el lugar...

Ehh!! Rasguz, buenos dias!! ¿Donde os habeis metido tu y tus amigos estos dias?!! - te grita, amigablemente, y mostrandote sus deos y amarillos dientes. Cuando se dispone a gritarte a gritarte algo más, la drow y los humanos aparecen tras de ti.

Tras la marcha de Raguz, partis tras el, abandonando la pequeña habitacion y dirigiendo vuestros pasos al fondo del pasillo, donde se ubican las escaleras que descienden. Mientras caminais, os dais cuenta que el ataque de Zenram a logrado que en el impecable suelo resalte con fuerza una gran mancha de sangre. Ignorandola, y evitando pisarla, pasais de largo, alcanzando por fin las escaleras...

Desde alli, el ruido de voces es más alto, y aunque no lograis entender las palabras, a vuestros oidos llegan diferentes idiomas, entre ellos el orco o el drow. Sonrientes, tambien detectais el agradable y sabroso olor de comida recien hecha, el cual logra que vuestros estomagos reaccionan con rapidez, rugiendo con fuerza y recordaandoos que hace mucho tiempo que no los alimentais. Ahora hambrientos, descendies las grandes escaleras, alanzando un pequeño rellano donde dos enorme puertas os cierran el paso. Sin dudarlo, la abris, al igual que hiciera Rasguz instantes antes...

La estancia es enorme y el griterio que lo inunda no os deja lugar a dudas acerca del lugar donde os hayais. El inmenso comedor de la posada se divide en dos grandes zonas, ambas iluminadas por la luz del sol que penetra en la gran estancia por las grandes y abiertas ventanas que llenan las paredes. A vuestra derecha hay una gran barra, de piedra y madera, donde descansan decenas de platos, la mayoria de ellos con restos de comida. Tras la barra, además de dos puertas semiabiertas que conducen a una cocina y ua despensa, hay un semiorco de aspecto rudo y vestido con sencillas ropas y un sucio delantal, seguramente blanco en otros tiempos. El semiorco no cesa de llenar jarras de cerveza a la vez que grita, en orco, continuas ordenes a dos jovenes humanas, al parecer encargadas de servir las mesas.

A mano izquierda decenas de mesas de todos los tamaños y formas configuran un luminoso y abarrotado comedor, donde decenas de orcos, humanos o drows, se sientan a comer y beber. Entre las mesas, podeis ver algunas vacias, aunque, en su mayoria están repletas de clientes, los cuales gritan y rien en tono alto y fuerte, sonidos que se unen a la multitud de conversaciones que se llevan a cabo entre los presentes. Lad dos jovenes camareras cargadas, con grandes bandejas repletas de platos de comida y jarras cerveza, se mueven entre las mesas, sirviendo su carga y recibiendo continuos golpes en el trasero u otras partes de su cuerpo. Estas aceptan el magreo en silencio, sin oponer resistencia, al parecer acostumbradas a semejante trato. Sin duda, se trata de dos esclavas, y si osasen quejarse....

Al frente, en un pasillo creado por las mesas a la izquierda y las barra a la derecha, podeis ver un enorme portón, seguramente la entrada a la posada.

Rasguz, el cual ha entrado unos segundos antes al comedor, está ante vosotros, observando atentamente a su alrededor...

El posadero, situado tras la barra, os ve aparecer y cuando cruzais la mirada con él os saluda desde su posicion, inclinando levemente la cabeza, para acto seguido señalaros una de las mesas vacias... Sin duda os conoce, pues su forma de saludar y actuar a sido amigable...

Sentaos en la del fondo, amigos!! En seguida os envia a Marie para que os atienda!! - os grita, en un rudo común, y mostrandoos sus enorme y amarillentos dientes... - Venga, venga, hoy tenemos jabalies recien cazados!!! Os va a encantar!!! añade, antes de volverse para entrar en la despensa y salir cargado con un enorme barril, seguramente de cerveza....

asiento con la cabeza al semiorco y me aproximo a la mesa indicada, no sin antes susurrarle a Rasguz al oído conque tu casa...

Mientras me dirijo a la mesa voy pensando e intentando averiguar que ha pasado, y de que me conoce este grandullón...

Una vez despejado intento escuchar algo detras de la puerta.recojo la daga y me la pongo en la mano defensivament. a la vez que cojo las sabamas y me hago un "taparrabos".

Sorprendido ante el recibimiento, justo cuando esperaba ser recibido por decenas de disparos de ballesta, avanzo tras la drow sin alejar nunca la mano de mi daga, aunque algo más relajado, atento escucho a la multitud hablando de un sin fin de cosas, intentando poner atención a algún detalle importante, al tiempo que busco algún rostro conocido que no encuentro, por fin y esquivando no pocos obstáculos llego por fin a la mesa, donde examino atentamente los modos de los presentes, especialmente los del posadero, que no ha saludado…

Buenos días..amigos¡¡??contesto un tanto extrañado.Miro a Hodrum eso creía...OHHohjo que hanbre tengo....Sin dejar de observar mi alrededor,me acerco a la mesa.

Lucius acostumbrado a ser atendido por varios sirvientes camina con actitud altiva hacia donde se le ha asignado tras hacer una ligera seña de agradecimiento al posadero.

en efecto yo estaba en lo cierto, no era necesario ponernos agresivos -digo suavemente a mis compañeros-.

En cuanto te acercas a la silla donde reposan tus cosas, además de hallar tu ropas, encuentras una llave de hierro, con un numero grabado en ella... 7... Tras un rapido vistzo, deduces que es la llave de la cadena que mantiene cerrada la puerta...

Ya vestido, y con una daga como unica arma, te acercas a la puerta y pegas tu oreja en la fria madera.. Tras unos segundos de silencio, escuchas como una puerta cercana se abre y posteriormente el ruido de pasos que se alejan, por lo menos de tres o cuatro personas...

Algo sorprendidos al ser reconocidos por el posadero, los cuatro avanzais tranquilamente hacia la mesa indicada, donde tomais asiento, a a vez que observais a vuestro alrededor, fijandoos disimuladamente en muchos de los clientes presentes.

A vuestra mesa llegan un sinfin de conversaciones, algunas habladas en un tono normal y muchas otras gritadas, pues la mayoria de los orcos y semiorcos presentes parecen no saber hablar de otra forma. En silencio, escuchais y mirais, a la espera de que una de las jovenes camareras se acerque a tomaros nota

Tras tomar asiento, y mientras esperas, observas el concurrido comedor, asi como las mesas que lo llenan. De repente, tu mirada detecta algo que le llama la taención, pues dos mesas más al fondo, observas un Orco, de caras vestimentas, el cual mira, sin disimular, hacia vuestra mesa...

Extrañada, mantines un instante la mirada sobre él, y te percatas de que es a Rasguz al que mira sin cesar. Sin pensarlo, desvias la mirada hacia el explorador y te das cuenta de que esta no se ha dado cuenta de la fija mirada del Orco...