Partida Rol por web

Con la espalda pegada a la fria y humeda estalagmita, empiezas a moverte, lo mas silencioso y rápido posible hasta que por fin, cuando crees haber dado la vuelta, mueves tu pierna derecha para plantarte de frente a lo que sea que se esconde ahi. Con tu arma en alto, y dispuesto para el combate, ves a la criatura que andabas buscando...

Tus ojos observan, en el suelo y al alcance de tu arma, a una extraña criatura similar a una babosa pero de dimensiones gigantescas. Cuando tus ojos se clavan en ella, esta levanta lo que parece su cabeza y cinco pequeñas luces brillan al detectarte. Todavia con tu mirada fija en ella, puedes ver como su boca se cierra y lentamente empieza a hincharse...

Disparo uno de los birotes directamente a donde tiene los agujeritos negros con brillante y tenue luz verdosa.
Joder mierda de bicho.

Dispararia otro virote o si no puedo por que no sea de repetición pues le hago el conjuro de salpicadura de acido.

Tu primer proyectil pasa cerca de la babosasin logras acertar... Esta, todavia con la boca hinchada, te mira con sus cinco ojos mientras se encoge como un acordeón...

Preparo a todo correr mi hechizo de salpicadura de acido y se lo lanzo en cuanto me veo preparado, cosa que me sale con gran facilidad después de años preparándome para hechizos como este y pasando casi cada día pruebas como esta.
Claro está que normalmente siempre había un instructor con migo cosa que ahora no hay así que si la cago me voy a ver muy pero que muy mal.
Pienso después de lanzar el hechizo.

Con gran rapidez, y al ver que tu disparo a no ha tenido exito, murmuras unas extrañas palabras y hace un gesto brusco con la palama de tu mano... De esta surge una esfera, pequeña, que sale disparada hacia tu adversario... La babosa emite un breve sonido al ser dañada con su propia medicina antes de esterirarse, de repente, abriendo su boca y escupiendo una sustancia similar a la que tu mismo le has arrojado con tu hechizo...

Sorprendido, ves como el escupitajo, una densa masa viscosa, te golpea en el pecho, y acto seguido notas como te quema la túnica... casi al instante, el ácido alcanza tu piel, quemándola dolorosamente...

La babosa, herida, vuelve a hinchar su boca...

AAAAAAAAGH!!!
Grito al sentir la quemadura y antes de que me tire nada me parapeto detrás de la estalagmita forzando el paso todo lo que puedo y me preparo para echarme la armadura de mago.

Sorprendio y dolorido por el ataque, das varios pasos hacia atrás, escondiendote tras la estalagmita y maldiciendo a la criatura... Preocupado, y mientras tu mente murmura en el idioma mágico, bajas la mirada a tu túnica, donde ves el agujero y parte de tu quemada piel... al herida no tiene buena pinta, pero ahora no tienes tiempo para eso...

Con la magia recorriendo tu cuerpo, escuchas como la babosa se arrastar hacia ti, apareciendo ante tu mirada con su boca muy hinchada....

Sonrío al ver que como reacciona la babosa mientras pienso.
Ser subdesarrollado y estúpido.
Vuelvo a forzarme todo lo que puedo para parapetarme rodeando la estalagmita otra vez y cargar la ballesta, una vez que la tenga cargada y si la babosa vuelve a moverse de la misma manera le disparo pero apuntando a la boca.

Todo y que tu disparo es malo, ves como el proyectil impacta en la babosa, casi milagrosamente. El virote penetra en su cuerpo y desde tu posicón ves como la punta de tu virote, nada más entrar en contacto, se consume rapidamente...el asta, hecha de madera, se clava con fuerza en el viscoso cuerpo... La babosa parece temblar un instante, a causa del dolor, y luego vuelve a encogerse para volver a estirarse abriendo sus fauces...

Con una sonrisa, ves como la sustancia de su boca no se aleja más que unos centimetros de la babosa, ya que esta, causa de la herida, no ha logrado estirarse lo suficiente... La babosa, herida, empieza a arrastrarse hacia ti, con la boca abierta y mostrandote sus afilados dientes...

Miro pensativo un segundo al bicho y acto seguido corro alrededor de la estalagmita mientras cargo la ballesta para cogerla por detras y otro virote por la espalda pero al ir con prisas no apunto bien y fallo.

Me empiezo a sentir como un inutil con la babosa estupida esta.

Pienso despues de fallar.

En el fondo de mi mente y de mi negro corazón doy gracias a la diosa de que nadie me esté viendo hacer el entupido y de estar solo con el bicho.

Cuando terminas de dar la vuelta a la estalgamita y apareces a la espalda de la babosa, esta no parece haberse dado cuenta de nada ya que las ves arrastrarse en dirección a donde estabas... Con la ventaja que ta da la situación, cargas y disparas tu ballesta....

El virote.... noo!!, por alguna razón inexplicable, queda colgando de tu arma, enganchado en el mecanismo de esta y obligandote a perder un tiempo precioso en desengancharlo...

La babosa, ignorando tu desastroso ataque, percibe tu presencia a su espalda y con su lento avanzar se vuelve hacia ti. Lentamente, y abriendo su boca, empieza a avanzar...

De repente, mientras piensas en tu siguiente, escuchas un ruido fuerte, como algo golpeando la piedra duramente y que proviene de todas las direcciones. La babosa parece sorprenderse, y detiene su arrastrar, algo confundida. El eco, deduces por su intensidad, durará unos largos minutos...

Salgo corriendo como alma que lleva al diablo lo mas lejos posible de la babosa, cuando esté lo suficientemente lejos uso un paso lo mas sigilosamente posible para ir lo mas cerca posible de donde mi orientación dice que está la otra salida.

Joder corro como un perro silvano asustadizo, pero juro que volveré a por ti y cuando vuelva me las vas a pagar todas juntas bichejo inmundo.

Decidido te vuelves lo más rápido que puedes y echas a correr por las peligrosas y resbaladizas piedras acompañado del eco que aun suena en la caverna..... A tu espalda, mientras inicias tu carrera, percibes como los babosa intenta seguirte...

Tus piernas te guian por los estrechos corredores, esquivando y girando cada pocas estalagmitas, hasta que al final, uno de tus pies resbala en las húmedas piedras.... Con gran agilidad, mueves tu cuerpo para compensar el resbalón y logras mantenerte en pie, aunque algo cansado.

Sudoroso tras la carrera, apoyas tu espalda en la fria piedra de una estalagmita para recuperar el aliento mientras observas el camino, atento a cualquier cosa. Lo bueno, es que no oyes nada, puede que hayas dejado atrás a las babosas, pero sigues estando perdido y desorientado. La caverna vuelve a estar en silencio...

Recuperado el resuello, reinicias la marcha, ahora andando y evitando asi peligroso resbalones. Cuando tan solo llevas unos minutos avanzando, perdido en los incontables caminos que forman las enormes estalgmitas y estalactitas, un familiar sonido llega tus oidos... El inconfundible arrastrar de la babosa penetra en tu mente.... Asustado, te detienes un instante, con el oido atento a los sonidos que te llegan...

Tras escuchar detenidamente durnate lo que parece una eternidad, llegas a la conclusión, que en esta ocasión, el número de esas repelentes criaturas es superior a la media docena, y todas ellas parecen acercarse por tu espalda... o eso crees....