Subió con dificultad los últimos escalones,resintiendose del peso del arnés inmovilizador en su pierna. Vale que era mejor que las muletas, pero no quitaba que subir fuese un problema, sobre todo porque al final del día su rodilla le dolería horrores por el esfuerzo de cargarlo. En un momento dado la monja le ayudo a caminar los últimos metros, terminando en la gran plaza junto al resto, suspirando un poco. -Gracias.- Dijo, sonriendo suavemente a la monja, sonrisa que le devolvió. -¿Que tenemos que hacer aqui?-
Ya estamos todos arrejuntadosXD Ahora que?
-Pues mejorar nuestro control del elemento para poder combatir contra los de antes. Hay mas de un usuario de esos de sangre y hueso que buscan destruirnos así que hay que poder hacerles frente. -digo justo detrás de Kirey.
-Veo que vuestro entrenamiento no funcionó muy bien... ¿No conseguiste avanzar nada? -digo mientras sigo andando hacia la entrada del templo con los brazos cruzados detrás de la cabeza.
Acabasteis todos reunidos en el patio principal del templo, Yue, kirey y Ginji, tras un templete apareció Yukari, con el rostro serio ("poseída por Aqua"), cuando los monjes terminaron de daros la bienvenida y estaban a punto de enseñaros el templo, ya casi de noche, apareció Kio corriendo, jadeando, se detuvo para coger aliento ante vosotros y empezó ha hablar, contando lo que había visto en un callejón en el centro de la ciudad.
Noticias terribles, un nombre que hizo titubear a los monjes, Masaki Kurusu.
Trasladamos a todos los personajes a la escena del Templo.