Partida Rol por web

Ferdinand se aproximó educadamente a la señora van der Westhuyzen y saludó con educación.

- Muchas gracias por recibirnos en su casa. Es usted muy amable.

Y a continuación se puso a mirar con poco disimulo la casa y todos los objetos que había en ella, buscando antigüedades u objetos de arte sobre los que hacer algún comentario halagador a su propietaria, 

-¡Buenas noches! Un placer conocerla y muchas gracias por su hospitalidad y cordial bienvenida. Mi nombre es Lorraine Scott arqueóloga.-Estaba cansada, pero tenía que hablar un rato y corresponder de la forma mas educada posible a aquellas personas que tan buena acogida les estaban dando. Pero aquel esfuerzo por tratar de desvelar los misterios de aquel ritual, la habían dejado extenuada, agotada física y mentalmente. Ya estaba algo mejor, pero ese tipo de trances, son de los que tienen una lenta recuperación. Aun así, haría un esfuerzo por permanecer activa y cordial. 

Se ve tan jovial y con tantas energias como siempre.. - le dice Timothy a Dahlia

En cuando la mujer de la casa saluda a sus compañeros, Timothy le cede el brazo para que lo tome, para adentrarse con ella a la casa.

Que tal se encuentra Oswald?, mis padres le dan recuerdo a ustedes, siento si lleguemos tan pronto. -le comenta a Dahlia -

Por cierto, de parte de mis padres , de parte de la familia Christalis agradecimientos por las coronas de flores por Elias, siempre le gustó esas asombrosas y bonitas flores, haya donde este, seguro sonreira por las palabras de sus cartas y sus flores -dice con un tono mas triste, pero sin quitar la sonrisa de chico inocente 

- ¿Lafayette, eh? -comenta alegre al escuchar a Victor-. He oído hablar de usted, y todas las referencias son buenas. Me alegro de conocer al fin a un caballero de su fama. Mi casa es su casa, no es molestia.

A Ferdinand lo saluda cortésmente pero tampoco le presta demasiada atención. El profesor de Miskatonic, sin embargo, repara en que los van der Westhuizen tienen un gusto exquisito para el arte. Hay cuadros de diversas épocas y naciones, elementos de tribus de África y Sudamérica, y una biblioteca bastante extensa. Se ve que la familia aprecia la cultura y su apellido le suena de haber dado cuantiosas donaciones a la Universidad.

- ¡Una mujer arqueóloga! -grita con palpable emoción-. Hay que ser muy valiente en estos días para desempeñar labores que tradicionalmente son de hombres -esto lo pronuncia con leve retintín hacia el género masculino-. Tendrá que contarme alguna aventura, querida, jojojojo.

Coge a Timothy del brazo mientras van hablando y os conduce hacia el interior de la vivienda, que se os antoja enorme, aunque levemente desordenada. Hay criados corriendo de un lado a otro poniendo las cosas a punto. Os conduce a un salón donde se ha dispuesto té, pastas y sándwiches de jamón y queso cortados en triángulos.

- Tus padres son un amor, bueno, siempre lo han sido -contesta. ignorando la pregunta sobre su marido-. ¿Les darás recuerdos de mi parte? -se entristece levemente cuando mencionas la corona-. Es lo mínimo que podíamos hacer por él. Pobrecillo, tan joven... -le cae una tímida lágrima por el moflete.

-Le aseguro que exageran-dijo Víctor-pero agrezco su acogida. Es usted muy amable. 

Víctor caminó detrás de la Westhuizen mirando con curiosidad la casa. Sin duda se trataba de una familia pudiente. Le extrañaba no haber oído hablar de ellos. O quizá se hubiese olvidado. 

Notó que la propietaria de la mansión estaba más interesada en hablar con Victor que con él. Con bastante alivio hizo un par de comentarios alabando las piezas de arte intentando sonar amable, pero sin ser una invitación clara a entablar una conversación sobre el tema, y, poco a poco, se alejó de la zona de la habitación donde estaba centrada la conversación para poder examinar detenidamente los cuadros y las piezas de la colección de arte africano.

Le resultaba fascinante que piezas procedentes de otro continente pudiesen haber sido coleccionadas a lo largo de años por personas que nada tenían que ver con sus dueños originales. Ese hecho siempre le había parecido curioso. ¿Habría muchas colecciones tan impresionantes en cualquiera de las otras mansiones de la zona?

Aunque sabía que no tenía nada que ver con los misterios que les habían llevado hasta aquella casa, se entretuvo en examinar los artefactos que se encontraban en el salón.

Lorraine quedo gratamente sorprendida con las agradables palabras de la anfitriona.-Es cierto que no hay muchas mujeres que se dediquen a la arqueología en nuestros días, pero espero que con el tiempo eso cambie. Y no crea que soy muy valiente, ni que tengo emocionantes aventuras que contar. La mayar parte del tiempo, lo paso estudiando piezas en el laboratorio, y eso cuando no paso días enteros en la biblioteca, casi enterrada bajo montañas de libros. Pero es mi pasión y la disfruto en todos sus diferentes aspectos.-

Y luego trato de quedarse en un segundo plano, sin ser descortés, para descansar. Aprovechando también, para comer algo, no demasiado, no tenía el cuerpo nada bien. El episodio del sótano, estudiando aquel extraño ritual, le había afectado, mucho más de lo que había dado a conocer a sus compañeros. Y necesitaría un buen descanso, para recuperarse por completo. Quería estar al cien por cien, el próximo día. 

           - !Buenas noches señora Dahlia van der Westhuizen!     Perdón por la visita tan repentina y nocturna, yo soy el reportero Willen Brown y me he permitido traer les una botella de vino tinto de camino para va acá como un humilde presente, dado que somos desconocidos y hemos acompañado al señor Peaks, aprovechando su amabilidad como buenos anfitriones madam! -       Dice Willen con caballerosidad y Porte a la anfitriona tras haber dejado atrás a Nicholas, escuchado al resto y acercarse para dar un beso en el dorso de la mano de Dalila , antes de entregarle a ella o a su esposo una botella de vino tinto espumoso que encontró de camino 

-Buenas noches.- Dijo dirigiéndose a Dahlia.
-Su generosidad es muy grata en estos momentos. Me llamo Jayden y soy Matemático en la unviersidad de Cambridge.- Realmente Jayden había perdido el puesto en la misma universidad. Pero creyó que dándose algo de renombre podría disimular la imagen física que fatigado que daba en aquel momento.

Claro, faltaría mas, les daré los recuerdos pertinentes.. - le dijo con una sonrisa.

Como puede ver, son grandes mentesy unos estupendos profesionales, en sus respectivas ramas, seguro que puede tener conversaciones de lo mas interesantes, con cada uno de ellos - le comenta a la señora de la casa.

Tienen previsto algún viaje ?, veo que tiene mas actividad de la que de normal tiene su Mansión -sonrie al hablar a Dhalia

- Eso es lo importante, querida -contestó Dahlia a Lorraine con una sonrisa-, hay que disfrutar de lo que una hace. Si no, podemos amargarnos y no hay necesidad de ello. Debemos aprovechar cada momento de felicidad que nos da la vida. ¿No le parece?

En ese momento, saluda al Sr. Brown y coge su botella. La observa y se la entrega a un mozo que pasa por allí. 

- Asegúrese de servirla en la cena. Es un obsequio de nuestros invitados.

El tipo asiente y continúa con sus labores. Llegáis al comedor, una enorme estancia decorada con mobiliario, retratos y pinturas, y gusto estético del siglo XIX. Todo parece que tiene 50 años o más. Aún así, no es chocante o histriónico, no cae en lo banal y sin clase. Os sentís cómodos en esa estancia, presidida por una enorme mesa rectangular, con los bordes redondeados y de buena madera pulida, probablemente sea ébano. Una lámpara de cristal sobrevuela la mesa y sirve para iluminar la estancia por la noche, que se ve algo oscura por la elección de colores fríos y apagados. Varios ventanales os permiten observar French Hill, aunque ahora mismo están cubiertos por unos visillos que permiten la entrada de la luz del atardecer.

- Tomen asiento, dama y caballeros -comenta vuestra anfitriona-. El Sr. van der Westhuizen llegará en breves. ¡Oswald!

La llamada precede a un hombre de enorme barriga y papada. Pelo rubio oscuro, blanco en las sienes y peinado de lado. Su rostro, levemente enrojecido, está cubierto de sudor por la carrera que se ha echado, pero veis que se lo limpia discretamente con un pañuelo. Dahlia no le presta atención.

- Tenemos idea de viajar a Cuzco, en Perú -comenta la mujer ignorando a su marido-. Nos han dicho que hay unos monumentos espectaculares, queridos míos. ¿Habían estado alguna vez allí?

Stonehenge y Cuzco mencionados después de leer el texto sobre las Líneas Ley del Cardenal Kardec. La Dama Fortuna es caprichosa...

Víctor entró en silencio a la casa admirando cada detalle. Estaba acostumbrado a moverse entre gente de la alta sociedad y hacer ver que apreciaba lo que estaba viendo sin decirlo. Se paró a ver un reloj de pared, un cuadro...cada detalle estaba cuidado sin opulencia, con clase. Era asombroso.

Asintió sonriendo cuando su anfitriona les invitó a tomar asiento.

-Nunca he estado en Perú pero sin duda será un viaje muy estimulante. Con esos antiguos templos...¿mayas?...he oído hablar de esas pirámides. Le envidio de veras. Pero envidia sana, entiéndame.

La casa era sencillamente estupenda, decorada con gran gusto y piezas de gran calidad. No pudo evitar admirar algunas de las obras allí reunida. Lorraine era de un origen mucho más humilde y no estaba acostumbrada a codearse con las clases altas. Aunque lo había tenido que hacer en más de una ocasión y sabía guardar la etiqueta adecuada. Tenía aun que reponerse de lo ocurrido en aquel sótano, esto y el cansancio, no hacían de ella la mas alegre y dicharachera de los huéspedes. Aun así, trato de mantener siempre una sonrisa en la cara y de ser lo más agradable posible, a la espera de que les llegase el momento de tratar de dormir, para recuperarse de cara a la siguiente jornada. 

- Desafortunadamente, nunca he tenido la oportunidad de ir a Perú a visitar las ruinas incas. Sin embargo me encantaría, aunque no es mi campo de especialidad. Estoy más familiarizado con las antiguas culturas del mediterráneo y el creciente fértil.

¿Tienen ya algunos planes hechos sobre qué van a visitar o algún contacto local? Si están interesados, puedo ponerles en contacto con algunos compañeros de la universidad, que son especialistas en las culturas prehispánicas.

Dijo el profesor tratando de responder a la generosidad con que les habían recibido.

.       - Una sola vez en la vida viaje allí para hacer un reportaje en 2 o 3 países de Sudamérica hace 2 años , aunque solo estuve un par de días en la ciudad de Lima ... me pareció una ciudad pobre para ser la capital! -.   Dice Willen con una sonrisa en los labios mientras que mira atento a la pareja con aparente naturalidad, antes de intentar meter cordón para sacar listos ... tal y como Phil Donahue, un maestro suyo de periodismo muchas veces le recomendó en el colegio

       - En ese lugar había un representante de un grupo No poco snoff para el lugar llamado algo así como el crepúsculo plateado tramitando permisos para una excursió al Machu Picchu.   Habrán escuchado algo acerca de dicho grupo  Que tengan muy buen viaje señores! -.    

- ¡Buenas noches, dama y caballeros! -interrumpe una voz masculina, previa a un carraspeo-. Lamento haberlos hecho esperar, soy el Sr. van der Westhuizen, pero pueden llamarme Oswald.

En ese momento repara en Timothy y se acerca a saludarlo el primero, ignorando de forma patosa a los que pudieran encontrarse primero en su ruta.

- Timothy Peaks -comenta orgulloso mientras le estruja la mano al joven, haciéndole daño-, parece ayer cuando veníais a nuestras veladas. Mis condolencias por tu hermano, ya sabes que esta es... ¡tu casa! -grita a la par que le planta la mano con fuerza en el hombro y zarandea al joven.

Podéis ver como su esposa le reprocha con la mirada, ahí se da cuenta de que hay más gente.

- ¡Ups! -responde azorado-, ¡vaya cabeza que tengo! Mis disculpas...

Os va saludando a todos con educación y una sonrisa en el rostro enrojecido.

- Oh, jo, jo, jo, ¡no me tenga envidia, Sr. Lafayette! Iremos a visitar las ruinas de Sacsayhuamán y a conocer la zona, muchachos -comenta Dahlia en lo que su marido termina de saludar-. No tenemos un interés particular en un lugar concreto, sólo queremos disfrutar del entorno, la comida local y del buen tiempo.

Cuando el Ferdinand menciona sus contactos, atrae la atención de la dama, que tiene un brillo especial en los ojos:

- Me parecería todo un detalle por su parte, profesor Faulkner. Le deberé un buen favor si me consigue algún amigo en la zona, ju,ju.

A Willen lo mira extrañada, como si le estuviera contando un cuento chino.

- ¿Crepúsculo plateado? ¿Qué es eso? ¿Algún grupo comunista? -ahí se ha dado cuenta de que ha sido un poco borde y se tapa la boca con la mano-. Mil perdones, me ha pillado de sopetón, querido. Muchas gracias por los ánimos para el viaje, recuérdeme en qué periódico salió su artículo y lo leeré, téngalo por seguro.