Partida Rol por web

Los mil y un hallazgos.

Epílogo a la búsqueda de M

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23/07/2009, 11:02
Director

-Y he aquí a los que me ayudarán a completar la fábula que se me resiste: el relato de mi propia muerte –les está diciendo un mendigo recubierto de harapos que sostiene una cítara y un libro abierto sobre el regazo, del que parece haber estado leyendo hasta este mismo instante.

De repente, los dos niños que lo habían estado flanqueando se transforman en ángeles: el de su izquierda despliega las alas y se dispara como una lanza de luz hacia los cielos nocturnos; el de su derecha, con la cara roída, se hunde bajo tierra con un chasquido de huesos espeluznante.

Los compañeros se miran: están maltrechos y faltan Atmara y el enano: la primera ha perecido, el otro no tenía sustancia. Ambos moran en la nueva fábula, la incompleta, esta que ellos están en trance de concluir.

-¿Y ahora qué haréis, aventureros? –les está preguntando M’bwa.

De repente, unos pasos marciales resuenan por el puente de piedra, aproximándose hasta el comienzo de la kasba, donde se encuentran. Son tres hoplitas con égidas, lanzas, espadas cortas al cinto, corazas, grebas y yelmos de luengos penachos. Uno de ellos lleva también un tubo para papiros colgado del cuello y marcha a la cabeza. Los otros dos portan antorchas y custodian a un beduino que parece completamente ido. Éste, arrastrando las sílabas, exclama en cuanto los avistan:

-¡Ahí, ahí estoy! Ese soy yo.

Antes de que puedan reaccionar, el beduino se abraza a Maalik.

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23/07/2009, 11:06
Director

Y vuelves a estar en tus cabales. Tambaleante, contemplas a Maalik delante de ti, sonriéndote de oreja a oreja.

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23/07/2009, 11:06
Maalik

-Lo siento, amigo. Para internarse en un laberinto es imprescindible ser un lego. Sólo la inocencia o la indiferencia deshacen las construcciones tortuosas de un hombre –le explica, luego de una pausa dramática, el psiconauta al beduino. –Pero mira, hiciste tu trabajo. Ahora los helenos tendrán que pagarte. -Y señala a Zadakiel y Darehl para agregar: -Y estos dos, tendrán que pagarme a mí, por haberlos conducido a M’Bwa. Todos salimos ganando.

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23/07/2009, 11:08
Director

-Soy Teseo –proclama el líder de los hoplitas. -Le hemos pagado a este pícaro todos los vicios que ha solicitado. Queremos ese libro.

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24/07/2009, 14:28
Gazel

Gazel se da la vuelta para contemplar de nuevo a los soldados. Aunque las antorchas le producen respeto instintivamente se coloca firme, con los brazos ligeramente hacia atrás, en una posición de protección hacia el viejo agotado que hacía nada había sido su mismo yo... ¡Se estaba intentando proteger inconscientemente a él mismo! En cuanto a M'bwa, poco le importaba por el momento su destino. Por su parte ya había cumplido con el trabajo, y no iba a arriesgar su pellejo por nada...

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04/08/2009, 14:25
Darehl

Darehl gruñó antes las palabras del anciano.

-Tranquilo viejo...te daré lo que es tuyo...en su momento.

Curzo los brazos y sondeó toda la sala y a cada una de las personas que se encontraban en ella con la mirada, desde su sitio, completamente inmóvil. Lo que había ocurrido recientemente lo tenía algo confuso y descolocado pero seguía manteniendo su postura altiva y fría cada momento.

Notas de juego

Vamos a intentar darle un poco de vidilla a esto ;)

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04/08/2009, 15:19
Zadakiel

Miró a M'Bwa

-¿Quieres terminar la fábula de tu muerte?-

Dijo seriamente.

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06/08/2009, 20:59
Director

La mirada de M’Bwa, desprendida del libro, estaba vacía. Habló en tono grave, inesperadamente, y a todos se les puso la carne de gallina. Era como oír hablar a un muerto:

-Créeme, nada me gustaría más. Tal vez tú puedas entenderlo; eres, como yo, un ser entre dos mundos, sólo que para mí la muerte queda del otro lado y para ti, de éste. Sabed que mientras que el poder de creación del Cartógrafo Real y sus zahoríes se vincula inmediatamente con los eones divinos, LaMaraña existe desde que el hombre halló complacencia mintiéndose a sí mismo por primera vez. Deseo escapar de mi solipsismo, de esta cárcel de humo y espejos que es la fábula, tamizarme a través de la malla de las cosmovisiones heredadas y asistir a la danza de la pura realidad, tumultuosa y heterogénea. Nada sino ese deseo puede ser el alma.

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17/08/2009, 18:28
Zadakiel

El enmascarado giró sobre si mismo y volvió a girar, lanzando su espada hacia M'Bwa, con la esperanza de liberarlo "Este hombre es cómo yo, ambos queremos morir, pero los dos tenemos que esperar aún"

Notas de juego

Perdona Griffin, es que no me salía el último mensaje en novedades.

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18/08/2009, 00:10
Darehl

El enorme inu se apartó la acción del enmascarado samurai. Luego clavó sus ojos en él y negó con la cabeza lentamente.

-No creo que este sea el mejor momento ni el lugar indicado.

Dijo fríamente y con total serenidad.

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18/08/2009, 12:10
Director

La espada, desplegada hacia el costado derecho, derrama una lágrima de sangre. Interpelado por el inu, el nephilim le dedica una mirada altiva, instantes previos a que un gorgoteo mínimo y repulsivo atraiga la atención de todos. Un hilo carmesí que había aparecido en el cuello del fabulador se está ensanchando ahora y, por fin, con un chasquido, la cabeza se desprende del tocón y se aquieta entre las ingles.
Rápidamente, dos de los hoplitas tocan con sus lanzas las nucas de los dos guerreros y Teseo se adelanta para arrebatar el libro de entre los dedos crispados. Lo cierra sonoramente y, acto seguido, se acerca al beduino (quien, algo timorato, continúa escudando con su propio cuerpo al psiconauta), y a una señal deposita en sus palmas un saquito con trescientos birrs. Después de esto, los hoplitas se retiran con cautela, antes de emprender una veloz carrera por el puente, y habiéndose detenido uno de ellos para dedicarle a Gazel sentidas lágrimas de despedida.

Llegados a este punto, Maalik, con su verbo pastoso, convence a los mercenarios para cerrar algún tipo de trato en la Nuez Embromada y a Gazel para que los acompañe. Darehl pone cuidado de envolver en un lienzo la cabeza de M’Bwa para hacerle entrega de ella a Yaser, mientras que el cuerpo lo arrojan al Ras El Ma con los pliegues de la túnica a rebosar de cantos.