Partida Rol por web

Vuestra voz resuena con eco por toda la cueva y Berengond trata de poner un poco de buen juicio – Silencio, hablar en voz baja a partir de ahora que aquí el agua ya no hace tanto ruido – Le dice en especial a Lorgan que era el que más alto había hablado - ¿Queréis que se enteren todos que estamos aquí?

Hacia al final de esta cueva hay un espigón de piedra con postes y anillas para atar barcas y barcos. Suspendido en el aire, sobre él, cuelga una cuerda desde una polea situada en el techo, seguramente con las funciones de cargar y descargar mercancías.

Ahora de cerca podéis ver los nombres de los barcos, el que os asaltó se llama “El Gran Lobo de Mar” y el más pequeño con pinta de mercante “Bahía Aguilucho” que era el que solía actuar como señuelo para no levantar sospechas.

Tocaba subir por una pequeña escalerilla de madera, ya por fin a tierra firme, si ibais a hacer algún daño a los navíos, el momento era este antes de seguir adentrándose más al interior.

Subo por la escalerilla de madera hasta el muelle, y en cuanto llego al muelle busco un sitio donde parapetarme mientras descuelgo el arco y preparo una flecha. Cubriré a mis compañeros mientras suben para que nada malo nos pase. Observo la cubierta de ambos barcos para ver si hay alguien en ella para poder disparar si es necesario, el silbido de una flecha aún pasará desapercibido así que contaré con el factor sorpresa.

Antes de parapetarme y tras comprobar que no hay "piratas en la costa" hago un gesto con la mano al siguiente para que vaya subiendo y así no tener que hablar en voz alta. Luego me muevo lo más silencioso posible mientras me parapeto

Llegó la hora de la verdad. Me digo a mí mismo, ahora ya no hay vuelta atrás, hay que cumplir la misión o seguramente perecer en el intento.

Medité en lo dicho, y asentí con la cabeza.No hubiera estado mal hacer un agujero en los barcos, pero el ruido quizás arruinase nuestro factor sorpresa.

Siguiendo las silenciosas indicaciones de Ted, subo por la escalerilla, procurando no hacer ruido. Realmente todo se veía muy en calma, muy en silencio.

Subí lo más veloz posible, procurando no estorbar el paso de los que me siguiesen, y, viendo que Ted estaba vigilante, me parapeté yo también para observar el entorno. Si hacía falta, ayudaría a los que quedaban por subir, y si no, intentaría no ser un blanco visible que nos delatase.

Espero a que Ted y Lorgan suban las escaleras mientras vigilo desde abajo. Miro a todos lados, barcos, muelles, entrada...

Una vez ambos compañeros suben y con un movimiento de mano indican que vayamos subiendo, comienzo a ascender hasta el muelle. Una vez arriba indico al siguiente que comience a ascender e imito a mis compañeros. Me parapeto en la oscuridad de la cueva y sostengo el arco. Saco una  flecha y la coloco en la cuerda, apuntando a cada momento dónde mis ojos vigilan.

Dado que le grupo parece seguir la marcha, sigo escaleras arriba a mis compañeros. Al ir dando un paso tras otro, me voy dando cuenta que el agua no es el único enemigo que tengo, sino que las escaleras parecen perfilarse detrás, convirtiéndose en un molesto compañero de aventuras.

Ni bien me encuentro arriba, comienzo a caminar a hurtadillas, tratando de hacer el menor ruido posible. "Por favor, que esto no se convierta en otro caminar silencioso, como en el poblado donde encontramos a Lorn... no soy bueno para el sigilo y los Valar atestiguan ello", cavilo.

No he visto ni escuchado a nadie aún, pero el estado de alerta de mis compañeros no hace más que empujarme a mantenerme oculto al igual que ellos... "Espero que logremos llegar a tiempo, espero que podamos darle paz no sólo a Hallatan, su hijo y la joven, sino a los lugareños", pienso de a momentos.

De la zona del puerto se va elevando poco a poco una angosta gruta, es húmeda y resbaladiza, como mucho podéis ir subiendo en fila de a dos.

La iluminación sigue siendo escasa, poco a poco todos vais subiendo a tierra firme, al menos os mantenéis agrupados esperando hasta el último de vosotros. 

El último nuestro querido y aguerrido enano que rememorando aventuras pasadas comienza a subir la pendiente, pero está claro que la mala fortuna o la torpeza de este se ensaña con este. Angainor resbala en la húmeda roca y se va de bruces hacía adelante. El golpe duele más en el orgullo que otra cosa, entonces justo en dirección contraria...

Quizás había escuchado algo, o quizás simplemente se encontraba por allí, pero un pirata emerge de la oscuridad y abre bien los ojos al veros, por suerte no sabe muy bien como reaccionar, simplemente saca su espada y realiza un bravo ataque, al menos la características del terreno no le son del todo desfavorables.

Veo un pirata que se lanza contra nosotros y no me lo pienso, ya que llevo cargada una flecha en mi arco tenso la cuerda y suelto la flecha en dirección al pirata.

Mierda nos han descubierto... Pienso mientras disparo.

Tras disparar me tiro al suelo rodando para permitir a otros que disparen si mi flecha no ha impactado y así apartarme de las trayectorias de sus dardos.

"Msmfmsbrm... maldita la roca, malditos los banditos, ¡malditos todos!", grito en mi cabeza al caer tan torpemente. Me levanto al instante, esperando que la oscuridad haya cubierto tamaña escena, aunque a sabiendas que mis compañeros han oído mis murmullos.

Y al instante, sin dejarme siquiera acomodar mi rostro recién golpeado, el sonido de una espada enemiga cerca. Veo rápidamente reaccionar a Ted, lanzando una flecha para luego lanzarse al suelo.

Llevo mi escudo al frente y me pongo delante de Ted para protegerlo... mi estatura no estorbará las flechas, por lo que me dispongo a servir de freno a los ataques del bandido.

Llevo a mi lado al bravo Selnoi, y cuando esa mole pirata nos pilla de improviso, en tan angosto lugar, no hay tiempo para muchas florituras.. Ted dispara, y, teniéndolo yo delante a él y a Angainor, ambos agachados, mi espada no es muy útil sin pisarlos a ambos.

Mi mano vuela hacia el carcaj mientras hinco la rodilla al suelo para no estorbar a quien va detrás mía, y con cuidado de no dañar a mis precedentes amigos, con una flecha apunto al corazón del pirata, antes de disparar.

De pronto el Angainor cae al suelo y aquello es advertido por uno de los piratas que se lanza rápidamente hacia nosotros.

Ted hace volar la primera flecha, Angainor se prepara al frente para recibir el impacto. Dudó, pero finalmente la flecha que descansaba sobre la cuerda de mi arco vuela en dirección al pirata. Creo que la altura del enano no es impedimento pues creo poder disparar por encima de él. Rezo a los Valar para que así sea.

20 Eadar: Lanza flecha, herida superficial -3pv

20 Ragnir: No puede hacer nada

15 Vandor: No puede hacer nada

15 Prisionero: No puede hacer nada

10 Lorgan: Se arrodilla y apunta

10 Hallatan: No puede hacer nada

10 Halmir: Saca flecha y apunta

10 Pirata Adulto [12 de 35 PV -1/as -5 Act]: Ataca a Selnoi y le hace herida superficial

5 Ted: Lanza flecha y se tira al suelo, falla de poquísimo.

5 Berengond: No puede hacer nada

0 Selnoi [102 de 103 PV; Brazo izdo Roto -20Act]: Ataca al Pirata -> 17D -> Pecho -3PV -1/as -5 act

-5 Angainor: Al suelo y protege a Ted

No estaba muy claro si el pirata sabía muy bien donde se había metido al enfrentarse a todos vosotros, dos flechas cayeron sobre él, la de Ted le pasó rozando la mejilla y la de Eadar impacta en su protección de cuero produciéndole una herida superficial.

Tampoco estaba muy claro si el enano hubiese conseguido llegar a tiempo de proteger a Ted, una consideración que deberían plantear en el futuro, pero para el caso que nos atañe, el enemigo contra todo pronóstico se lanza contra el más temible de los oponentes que tiene delante, el Umli que le hace frente.

Su espada pasa raspando con la longitud de su espada, por la cota de maya del guerrero, causándole un daño sin apenas importancia. Pero vuestro compañero replica, y de un certero hachazo impacta en el pecho del pirata, abriendo su armadura de cuero endurecido y causando un tajo de moderada importancia que comienza a sangrar.

Lorgan y Halmir apuntan con sendas flechas al malherido contrincante.

Desenvaino la espada y me presto a defenderme llegado el momento, he tenido suerte y gracias a Eru que Angainor se había colocado delante para defenderme. Mi flecha falló a poca distancia, y eso no me gusta nada ya que me jacto de ser un arquero más que decente.

Me incorporo sosteniendo en una mano la espada y en la otra el arco. Puede servirme para parar un golpe o para asestarlo aunque al estar en mi mano mala realmente no es un arma de gran garantía.

Apunto al corazón de nuestro oponente, con ánimo de acertar, y tenso la cuerda del arco, haciendo que la flecha se deslice por su impulso, y surque el aires sin más trabas hacia su pecho.

Dioses, no me dejéis fallar, rezo para mis adentros. No quería que nos delatase sobre todo, pues alertar de nuestra presencia sería fatal para nosotros y nuestros planes..

Viendo que tres de los compañeros se han unido al combate singular con el pirata, los movimientos de los cuatro dificulta el tiro, por lo que bajo el arco y lo guardo,espero que mis compañeros de atrás descarguen sus flechas hacia el objetivo y sacando mi espada por si fuese necesario entrar al combate avanzo unos metros cercano a la pared más alejada del pirata por si alguno con mejor puntería que la mía puede disparar y así no entorpecer el tiro.

Al ver la situación en la que nos encontramos, me dispongo a tomar mi arma y atacar rápidamente. Sin embargo, al instante reconozco a Selnoi frente al enemigo.

Mi mano tiembla un poco y, finalmente, desisto de atacar al bandido... "¿Desde cuándo tengo dudas al momento de atacar? Maldita sea mi estúpida mala suerte", pienso de inmediato.

Levanto nuevamente el escudo y me acerco un poco hacia la pared que se encuentra a mi espalda, tratando de dar mayor espacio a los demás para atacar con flechas.

20 Eadar: 

20 Ragnir:

15 Vandor: 

15 Prisionero: 

10 Lorgan: Dispara -> 9A -> Muslo -3 y -3/as

10 Hallatan: 

10 Halmir: 

10 Pirata Adulto [0 de 35 PV -1/as -5 Act]:Muerto por Lorgan

5 Ted: 

5 Berengond: 

0 Selnoi [102 de 103 PV; Brazo izdo Roto -20Act]: 

-5 Angainor: 

En esta ocasión lo primero que ocurrió fue la flecha lanzada por Lorgan que había permanecido apuntando, de forma bastante certera se clava en el muslo del pirata atravesando su pierna de parte a parte. Entre dolores su chorro de sangre salpica la cota de malla del enano y el enemigo cae desangrado en el suelo.

Pese a las dificultades del terreno habíais conseguidos eliminar con rapidez al pirata, pero esto no era más que el comienzo de la incursión.

Por el momento lo que os preocupaba era que el ruido atrajera a más enemigos, pero en los primeros segundos no se escucha más que el silencio, quizás de momento la suerte os acompañe. Lo que si que veis es un poco de luz más adelante.

Me incorporo y envaino la espada, cuando tengo la mano libre me sacudo el polvo ligeramente. Miro el cadáver del enemigo y me preparo para continuar. Me acerco a él para comprobar que está muerto y si no fuera así le rompería el cuello para que no pudiese avisar a nadie.

Compruebo si lleva llaves aunque realmente deseaba encontrar un boceto o plano de esta fortaleza para así poder guiarnos con cautela. Aunque tenemos un antiguo pirata con nosotros es mejor no tener todos los huevos en la misma cesta.

- Avancemos con cuidado...hicimos bastante ruido y puede que ya se hayan preparado... - susurro esperando que los dioses no hayan querido que esos mal nacidos hijos de Melkor se hayan enterado de nuestra incursión.