Partida Rol por web

Finalmente os presentáis en el barco que Leonard os había preparado y que ya tenia la tripulación dispuesta para partir. Al fin y al cabo, vosotros tan solo teníais que descubrir hacia donde se había largado Tarpoo.

Con los mapas de Axl y Astaroth en vuestra propiedad, se había facilitado un montón la tarea de persecución y caza, con lo que el barco no tarda mucho en abandonar el puerto de sharn y partir hacia el este, dirección a los principados de Lhazaar.

El barco era propiedad de la casa Lyrandar. Un galeón elemental que utilizaba a un elemental capturado para dar velocidad al navío y moverse con presteza por los mares. La tripulación era principalmente semi-elfa, pero había humanos, semi-orcos y ... un drow.

Uno de esos extraños elfos oscuros que provenían del continente inexplorado de Xen´Drik, lugar de aventuras y muertes atroces por antonomasia.

El drow se llamaba Malviirach y era el capitán del galeón Lyrandar.

En todo caso, en dos días llegaríais a los mares de los principados y os empezáis a acostumbrar al vaivén del oleaje.

Camino al barco que nos esperaba para partir no dejaba de darle vueltas a la idea de ir a buscar otra tripulación.

Bueno, en fin, después de esperar lo suyo a la joven clériga y al goblin  nos pusimos en marcha a las aguas de los principados, como no era de extrañar era el único enano abordo, a los de mi raza preferían tener los pies bien en tierra.

Pero de todos los que formaban la tripulación el capitán era el que más me llamaba la atención, que hacía un Drow llevándonos en su barco, era la primera vez que veía a uno de su raza y como había escuchado en distintos relatos tenía un aura oscura, ¿sería de fiar? la verdad que la aventura era de lo más variopinta, si salgo de esta con vida tendré una buena historia que contar a los míos.

Subiendo al barco se aprecia que primero asoma mi mochila, antes que mi cabeza. - ¡ Buenoz diaz marnineroz ! ... Yarrr. - Grito al aire cuando llego, en un mediocre intento de "integrarme" entre la tripulación usando su jerga.
Con una amplia sonrisa me acerco al capitán para saludarlo amablemente antes de ir a dejar todo mi voluminoso equipaje en mi lujoso camarote o el rincón de barco en el que me dejen dormir. - Y buenoz días zeñor capitán drow.

...

Durante el viaje, no tengo reparos en pasar casi todo el día en cubierta. Con demasiadas horas para rascarme la barriga, acostumbro a charlar con la tripulación o a contar historias repletas de épica, mitad mentiras y la otra mitad medio verdades.

Malviirach permanecía en el Galeón, el contrato que había recibido y el pago del mismo descansaba en la casa a la que ahora servia.

Mientras permanecía en cubierta conversando con el contramaestre Xurik, observo como se acercaban varias personas. Por la descripción de estos parecían corresponder a los que habían sido nombrados como los dueños del alquiler de su navío

Al ver como subían y la forma de actuar del goblin que tomaba la delantera, se despidió de Xurik para retomar la conversación mas adelante y se aproximo al grupo.

- Bienvenidos al navío de la casa Lyrandar. Soy el Capitán Malviirach. – Dijo el Drow mientras miraba a los presentes como evaluándolos. – Si me siguen, vayamos a mi camarote y hablaremos. – Termino por decir mientras hacia un gesto a Xurik para que tomara el mando y el se dirige hacia la puerta de su camarote.

Siempre le había gustado el aire del mar que le diese en la cara, le daba algo de paz espiritual que en esos momento añoraba. Se había subido poco a estos medios de transportes, los navíos, pero por el momento lo llevaba bien. La armadura temía que pudiera ser algún impedimento en los movimientos en el navío, pero tampoco entendía mucho del tema, su únicos contactos con el mar era cuando jugaba con las olas mientras era observada por sus padres... ese recuerdo le lleno de nostalgia los ánimos y se perdió mirando las olas que chocaban contra el casco del mar y los graznido de las aves que revoloteaba cerca del barco, que había escucha algún marinero que se llamaban gaviotas. Su divagaciones fue rota en el momento que apareció Malviirach, un extraño elfo drow de lejanas tierras. Eso le lleno mas de curiosidad y paso a segundo plano sus propias preocupaciones.
- Saludos, mi nombre es Zhanne, sirviente de la Llama Plateada, siempre ardiente. Encantada le acompañare. Y dígame, cuanto tarda el viaje en este navío? Se prevé contratiempo en el viaje en si?

Malviirach sonrío a la joven Zhanne.

- Por el momento me gustaría hablar en privado. - Comento el Drow, a la espera de que advirtieran la precaución.

Mientras retomaba con la mano el sendero a seguir hacia el camarote del Capitán, su camarote.

Se giro hacia Xurik y asintió con la cabeza hacia este para darle a entender que prepararan todo para zarpar cuanto antes, que diera las indicaciones al Elemental para despertar y poner en marcha el navio.

Cita:

Para allá voy.

Parece ser que el capitán quiere hablar con nosotros, seguro que tiene alguna que otra información, veamos que nos cuenta.

Se presenta Korsen, será un placer navegar en este barco. Y continué mis pasos hacia su camarote.

En uno de estos días de viaje especialmente brumoso, uno de los marineros os da un aviso.

-¡Barco a la vista!- Exclama con prisas.

Lo hace con esas prisas por que debido a la niebla el barco ya está realmente cercano, apareciendo cual campeón con las velas izadas y apenas girando en el ultimo momento, no sin lograr impactar en vuestro barco de lado y hacer que todo el mundo caiga al suelo y algún que otro marinero de las velas caiga al vacío hasta su muerte.

La bandera negra con una calavera goblin mordiendo una espada no os deja muchas dudas a lo que os habéis encontrado, si bien os preguntáis como es posible que os hayan encontrado en medio de la niebla.

- Preparaos caballeros a una fuerte contienda. Defender el barco y vuestras vidas. Si caéis, que sea a un gran coste para ellos, cuya moneda sean su sangre. Marineros, POR LA VICTORIA!!

Primero fue el grito, luego el golpe, no cabe duda que nos abordaban. 

Esos malnacidos habrían preferido pasar de este barco, ahora tendrán su merecido.

Cojo mi Executión Axe y salgó a la cubierta, ¿Quién osa atacarnos?.

¡ Oh !, ¿ un barco ? - Exclamo exaltado de alegría al oír la buena noticia. Pero pronto cambio de parecer al distinguir la bandera y las claras intenciones de ese barco. - ¡ Ooooztraz !

Durante un par de segundos corro dando vueltas sobre mi mismo, indeciso y desorientado respecto donde y que debería de hacer.

El tiflin saca su varita, si bien se queda momentáneamente absorto en ella al recordar a quien pertenecía, lo que le hace perder la iniciativa en el combate, pero una fuerte ira recorre su piel.

-¡A vuestras posiciones! ¡No dejéis que prendan fuego a nuestro navío!- Malviirach intenta advertir a los marineros al ver que algunos de los piratas van armados con flechas de fuego.

En panorama del abordaje no es muy prometedor, mientras vosotros apenas tenéis a unos marineros no muy capacitados para el combate. En barco pirata tiene a una buena ristra de hombres armados.

Entre ellos, al menos 5 van con arcos y flechas incendiarias ... por no decir de un estrambotico mago goblin con un libro de magia casi mas grande que el y el líder de los piratas, un enorme draconido con cara de malas pulgas que no para de emanar humo de su hocico.

Apenas habéis recuperado el equilibrio que los piratas se ponen a saltar y blandir sus armas.

El líder draconido se corre a las barandillas de los barcos, donde enseguida que puede suelta una bocanada de fuego que se lleva por delante a uno de vuestros marineros. Tres de los arqueros de fuego lanzan sus flechas, provocando varias bajas mas entre la tripulación así como herir a Ehtu y Korsen.

Las llamas, aunque de momento pequeñas, empiezan a impregnar el navío haciendo horrorizar al capitán Drow.

Temiendo por que el combate seria largo y encarnizado invoca la protección de la llama. Pero antes de mueve de forma estratégica para que afecte a los máximos de miembros.
- Llama Eterna protege a mis aliados con tu fuego purificado.
Cada persona cercana a ella, incluida ella misma, le aparece una llama plateada brillando sobre su cabeza, y casi invisible, un escudo protector les rodea del mismo color.
Hecha la petición a tal fuerza elemental, no encuentra enemigo cerca para poder lanzarle un ataque a distancia, por lo que aguarda a que unos de esos "perros de mar", frase muy usada entre la tripulación para dirigirse de mala gana a otro miembro, se ponga a distancia de su lanza de fe, que empieza a brillar desde su símbolo sagrado.