Partida Rol por web

Primera jornada de viaje.

Los tres hobbits comenzaron el camino con un sol radiante, los pajarillos cantaban afinando su voz en coros o en alegres cantos solitarios. Doblaron la esquina de la calle de La Pipa Humeante para entrar en el camino principal, que cruzaba de norte a sur el pueblo dividiendolo en dos, en este camino concurrían los demás de Valle Largo.

Tim saludaba alegremente a todos las gentes que estaban en la calle, a esas horas de la mañana muchos salían de su smial para cuidar el jardín o el huerto, o simplemente para sentarse en la hamaca y disfrutar del radiante sol de la mañana. Muchos les miraban extrañados, nadie allí les conocía. Pero la mayoría les devolvía el saludo. Sin duda alguna aquellos tres viajeros iban a ser la comidilla de Valle Largo durante mucho tiempo, ya que en ese pueblo estaban aconstumbrados a los extrajeros debidos a su fama con la hierba de pipa, pero nadie había visto a nadie que continuara aquel camino hacía el desconocido sur.

Dejaron el pueblo residencial, y cruzaron las granjas donde cultivaban y secaban el tabaco. A ambos lados del camino se levantaban casas de ladrillo sin pintar, donde a través de las ventanas podían ver hojas de tabaco que colgaban para secarse. Era raro que los hobbits construyeran casas en lugar de smials, pero en estas nadie vivía y su uso estaba limitado al tabaco. Eran una especie de granero, por así llamarlo.

El camino continuaba recto entre las granjas y lo siguieron hasta dejarlas atrás, pronto se encontraron con campo a su alrededor, habiendo dejado atrás la última de las granjas de Valle Largo. Por la posición del sol calcularon que se encontraban a media mañana.

Amy estaba contenta, aunque inquieta. Había saludado a aquellos que encontraban a su paso, igual que Tim. Incluso había preguntado un par de veces por si alguien había visto pasar a su hermano. Sin duda si lo hubieran visto, también se tendría noticia de ello en la posada, pero nunca estaba de más asegurarse.

Pero no, nadie supo darle ningún dato, nadie le había visto. Así que siguió adelante con su propósito y su firme decisión, andando a paso vivo, empapándose de la sensación del aire en su rostro, y de esas cosquillas en su estómago. Aguzaba el oído por si a lo lejos oía el canto inconfundible de Tom, la voz de su hermano, o su silbido. Y ella silbaba también de vez en cuando, tonadillas añejas, de esas que se escuchan en las familias durante años y años, y no se sabe muy bien de donde salieron.

A cada tanto acariciaba a su pequeña Pooka, que se había instalado en su morral, abultado por la carga de lo que la muchacha llevaba en él, y que por tanto ofrecía a la mascota un buen espacio en el que mantenía el equilibrio sin dificultad.

El camino se abrió ante el trío de medianos como una flor exótica en cuanto dejaron la aldea y sus alrededores. Ahora les esperaba lo desconocido. El campo abierto. El sur.

Media mañana. La hobbit sacó una manzana, y la mordisqueó.

Benjamin comenzó el camino con ilusión, saludando a las gentes del lugar y observando hasta el más mínimo detalle. Le encantaba sentirse aventurero, y más aún, que los demás le vieran como un aventurero. 

Le llamaba la atención todo ese tabaco secándose, y comentó con Tim que él nunca había fumado. En realidad, nunca le gustó el asunto de tragar humo voluntariamente. Tim decidió resolver esa situación con prontitud, y tras conseguir que un apacible hobbit les cediera un puñado de tabaco, le ofreció una pipa bien cargada. "Disfrútala" le dijo. Ben se la llevó a la boca y apenas le dió una calada, empezó a toser como un loco

¡¡Tough tough tough maldito ta..tough..tabaco infernal..toug!!!

Los tres hobbits rieron un rato y bromearon sobre el asunto.

Una vez llegada la media mañana, Ben miró compungido como Amy sólo tomaba un manzana....él esperaba poder llevarse algo más a la boca....algo como unas pastas, o incluso un buen bizcocho...en fin, la vida del viajero es dura. Así pues, cogió otra manzana, y le hincó el diente.

Tim rió sonoramente cuándo el pobre Ben no podía dejar de toser por el tabaco.

¡Pulmones virgenes eh! Dijo palmeando la espalda de su compañero. No te preocupes a mi me paso lo mismo la primera vez.

Tras el pequeño aperitivo que habían tomado al medido día, y tras caminar largo trecho sin descanso, resolvieron pararse a comer llegado el medio día. Tumbados en una pequeña loma de cesped verde desde donde podían ver el tranquilo cielo azul del día.

Tim sacó de su mochila un pequeño paquete que desenvolvió rapidamente, eran sus provisiones, y había guardado un poco de manteca y pan de viaje ya empezados y a los cuales no quedaba mucho más. También llevaba algo de embutido y un trozo de empanada de carne. Se puso a comer mirando hacía el cielo y sonriente.

Bueno. Dijo tras tragar el primer cacho. Contarme algo más sobre vosotros.

La joven mediana estiró las puntas de la gran servilleta que había colocado sobre el cesped, para que hiciera las veces de mantel. Los cuadros rojos y blancos resaltaban alegremente sobre el verde, y hacían un conjunto realmente campestre.

Mientras colocaba sobre la servilleta un pastel de verduras, entero, un buen trozo de queso, una hogaza de pan blanco y un tarrito de miel, Amy arrugó su naricilla, pensativa. No habló hasta que no hubo sacado también su cantimplora de agua y  llenado el tapón, del tamaño de un dedal grande, dándoselo a Pooka, que había saltado al lado de su ama y esperaba paciente a que ésta le diera algo que comer.

-Pues.... no sé bien qué contaros... ¿queréis pastel, o algo? ¡Podemos compartir la comida, así variaremos, ¿no os parece? Mmmm.... -El ceño fruncido, su carita de niña era un poema de ver- Pueeees.... ¡qué decir! Nací en Bree, bueno, en el mismo pueblo no, mi familia tiene unas pocas tierras allí al lado. Cultivamos verduras, y criamos algunos animales, conejos y cabras, sobre todo. ¿Queréis queso? ¡Es de casa!

Con un ademán señaló sus provisiones, extendidas sobre el mantel, para que sus dos compañeros tomaran lo que quisieran. Inmediatamente cortó un buen pedazo de pastel y lo comió con ganas. Era evidente que la manzana de la mañana había sabido a poco para tanto trecho después del desayuno. Sacó unas cuantas migajas y las dejó junto a la hamster, que no se hizo rogar.

-Mi familia es muy trabajadora, y muy... bueno, normal. El único con ideas algo... aventureras... fue mi abuelo. ¡Adoraba a mi abuelo!. Siempre nos contaba historias a mi hermano y a mi, a la lumbre de la chimenea, por la noche, tras la cena. Nunca creímos que fuera cierto que él hubiera hecho todas esas cosas, pero... viendo la locura de Tom yéndose a descubrir mundo, ya no estoy tan segura. ¡Porque lo mío no es locura! ¡No habría partido si no hubiera tenido que ir en busca de mi hermano! -Y añadió flojito: -sí, Pooka, no me habría ido... ¿que sí...? no... supongo que no....

Tim cogió un trozo de queso aprovechando la invitación de la joven. Al hobbit le gustaba más el queso que a un ratón famélico Ummm. ¡Está muy bueno! Exclamó mirando incredulo el queso que portaba Amy. Creo que es el mejor que jamas probé. Volvió a coger otro trozo y se lo llevó a la boca sonriente.

Luego escuchó con atención la historia de Amy.

Vaya. Dijo después. Tenemos historias parecidas. Mi viejo tío también era un aventurero... y yo supongo que yo soy como tu hermano. Bromeó.

A Benjamin se le hacía la boca agua viendo cómo Amy sacaba todo tipo de provisiones y las colocaba cuidadosamente sobre la gran servilleta. Él la imitó, pero sólo sacó de su fardo un trozo de pan blanco y algo de embutido...

Tampoco es mucho lo que puedo aportar....pero es que no sabía que me marcharía de viaje... Ben se rasca la cabeza, un poco avergonzado por su escasa aportación

Al igual que Tim, cogió un trozo de queso. Tras probarlo y alabar su excelente calidad, cortó una buena rebanada de pan y otra de queso, y le añadió un poco de miel.

Hummmmm....lof que difen que viajar ef duro....no faben lo que difen!!!

Tras beber algo de agua y acariciar suavemente a pooka retomó al conversación

Pues la verdad que no tengo mucho que contar...lo más emocionante que me ha ocurrido nunca ha sido decidir marcharme de viaje. He sido repartidor de carne algunos años...y me he movido por toda la comarca, e incluso llegué a Bree!! Al nombrar Bree parece emocionado por su hazaña, pero al ser consciente de que Amy vivía en Bree baja la cabeza y murmura Pero claro, viajar no tiene nada que ver con repartir carne....

Cuando hubo terminado de comer, Amy no recogió, sino que dejó la servilleta con sus cosas aún puesta sobre el cesped por si a alguno le apetecía algo más. Se tendió cuan larga era (que no mucho), y se desperezó sin vergüenza ninguna.

Olía el aroma de la yerba húmeda, y el de alguna florecilla campestre que no podía estar muy lejos. El sol, alto en el cielo, sacaba reflejos de su cabello, y hacía que ella entrecerrara los ojos. Bostezó.

-Ahummmm! Supongo que vais a fumaros otra pipa, ¿verdad? Pues yo esta vez voy a sestear. Pero, si no os importa, dadle una brizna de tabaco a Pooka. ¡Le encanta mascarlo!

Ladeó la cabeza, mirando al animalillo, y luego a los dos muchachos. Sonrió.

-Tim, porqué no nos cuentas cosas de las que tu tío hablaba, eh? cosas de sus viajes... puede... que me duerma... si lo hago... ya .... me...... despertaréis...... sí...... zzzzzzzz.......

Y se quedó frita.

El hobbit sonrió y guiñó un ojo a Ben al ver como a la pobre Amy las pestañas se le bajaban como si pesaran una tonelada.

Sacó su bolsita de tabaco y dió un poco a Pooka, luego cogió un pellizco grande y lo puso en la cazoleta de la pipa, le dió fuego y aspiró entrecortadamente hasta que el humo consiguió salir de su boca, un par de bocanadas más y apagó la cerilla moviendo la mano rapidamente. Se tumbó en la hierba con un pie apoyado en alto sobre la rodilla y un brazo tras la cabeza.

Ya habrá tiempo de contar historias. Dijo. Coge un poco de hierba si lo deseas, Ben. La he comprado en Valle Largo.

Tras un buen rato fumando y descansando Tim se puso en pie de un salto y despertó suavemente a Amy.

Vamos dormilona. Dijo agitando ligeramente su hombro. Es hora de continuar el viaje.

Comenzó a recoger sus cosas y metió en su mochila de nuevo todo lo que había sacado para comer y fumar, incluso la pipa.

La muchacha apenas entreabrió un ojo, y sonrió. Se dio la vuelta, medio hablando medio ronroneando, diciendo algo así como:

-Mmmmmmm.....aúnnounpo....quitomás....mmm....

Pero al segundo algo debió cruzar su cabecita, porque se incorporó de pronto, abriendo dos ojos como platos.

-Oh! Claro! Voy!!

Siguiendo el ritmo que su compañero le marcaba, guardó sus cosas en su zurrón, recogió algunas migas que metió en su bolsillo, y se dispuso a seguir el viaje. Dándole un cariñoso empujón a Ben le espetó, riendo:

-¡Ey! Esta vez no te he oído toser! A ver si vas a resultar un fumador empedernido, jajajaja!

 Ben aceptó un poco de hierba de Tim, y preparó una pipa, pero antes de llegar a encenderla, la modorra que sigue a la comida y los suaves rayos de sol en la cara, le hicieron quedarse plácidamente dormido.

No se despertó hasta que Amy le dió un suave empujón, que lo desveló de inmediato, y al incorporarse tiró la pipa y su contenido al suelo.

eh..hum..perdonad!! me quedé traspuesto solo un instante...oooh - dice mirando el tabaco desperdigado por el suelo- Lo recogeré en seguida, y lo guardaré para cuando me apetezca toser de nuevo!!

Riendo y desperezándose ayudó a recoger, y se preparó para proseguir el camino. Sin duda, viajar no iba a ser tan duro

Caminaron alegremente por el camino que se extendía ante ellos, con la tranquilidad de un hobbit como bien solían decir en Hobbiton. En numerosas veces saltaban al campo y caminaban por él, ya que era más agradable para los pies que el suelo del sendero.

A mitad de tarde el camino cruzaba un serpenteante arroyo, Tim sugirió recargar las cantimploras con el agua de que correteaba entre las piedras. Aquella agua estaba fresca y aprovecharon para beber todo cuanto pudieron y tal como había dicho Tim, derramaron su agua en el arroyo y la reemplazaron por la de este.

Cuándo terminaron vieron como las figuras de dos hobbits se acercaban por el camino hacía ellos.

Con la falda arremangada a un lado, recogida en la cinturilla del delantal, y los pies metidos en el agua, Amy se quedó de pronto inmóvil oteando el camino.

-¡Vaya! ¡Hobbits! Dos hobbits...

La muchacha entrecerró los ojos, aguzando así su vista, intentando sin duda vislumbrar si tras esas siluetas reconocibles como medianos podía estar su propio hermano. Aún estaban lejos, y por tanto no era posible distinguirles, aunque cabía la posibilidad...

 Ben observó tranquilo cómo se iban acercando cada vez más los dos medianos. Era normal que por aquellos parajes todavía se encontrasen con hobbits

Humm..quizá les podamos preguntar por un buen lugar donde cenar esta noche...o incluso quizá sepan algo del hermano de Amy!!

Ben dejó sus pensamientos, y recogió la cantimplora, para tomar de nuevo el camino y encontrarse con los dos extraños

Conforme se fueron acercando su figura y sus formas se fueron definiendo poco a poco y pudieron ver que para nada se trataba del hermano de Amy, eran dos hobbits, uno mayor y otro algo más joven, bastante parecidos el uno al otro, por lo que dedujeron que se trataba de familiares, padre e hijo tal vez.

Al acercarse a ellos les saludaron cuando aún estaban algo alejados. ¡Buenos días caminantes! Ellos también portaban mochilas y tenían pintas de viajeros.

-Vamos hacía Valle Largo a comprar tabaco. Dijo el joven. ¿Venis de allí?

-¡Así es! Buena elección, no hay lugar mejor para comprar buen tabaco que el Valle Largo.

La muchacha se arregló la falda, que había soltado en cuanto salió del agua, tras haber llenado su cantimplora y refrescado sus pies.

-Bien, en realidad nosotras aún venimos de más lejos, de Bree. -Dijo señalando a la hamster, que correteaba entre la hierba- Pero decidme, viajeros, ¿y vosotros...? ¿venís de muy lejos? Es que quizá sabréis darme noticias de alguien a quien busco, quizá os habréis cruzado con él. Mi hermano. Un muchacho muy parecido a mí misma, que responde por Tom...

Ladeó la cabeza, esperando la respuesta de los dos medianos. No dejaba de ser raro encontrarse hobbits tan lejos de la Comarca, y fuera incluso del Valle Largo. Si no sabían nada de Tom, lo que era seguro es que traerían historias interesantes que escuchar...

-¿¡De Bree!? Exclamó el mayor de los dos. No sabía que hubiese hobbits en Bree, ¿Qué clase de locura puede llevar a un hobbit a vivir entre la gente grande? Ya me parecían raros las gentes de Los Gamos... Pero Bree... Debeis estar locos.

El hobbit continuó andando groseramente sin mirar atrás y sin tan si quiera despedirse.

El otro hobbit en cambio se quedo mirandoles y esperó a que su familiar siguiera andando. Perdonenle. Dijo el hobbit. Es mi viejo tío Sacovilla. Aquel apellido explicaba mucho. Venimos de Sacovilla, por el camino que va hacía el sur y al llegar a la intersección de ambos caminos subimos hacía Valle Largo. No somos viajeros.

Hablaba disculpandose para todos pero se centró en Amy en ese momento. Hace unos días, tal vez una semana, me encontré con un hobbit que se parecía a tí de veras, me ayudo a recoger unos tomates que se me habían caido y ¡rechazó mi invitación para cenar!, ¡era un tipo singular sin duda!. Decía llamarse Tom, Tomas... o algo así creo recordar. Se fue hacía el sur, de eso estoy seguro, ya que me extrañó enormemente.

-Oh... entiendo... -sonrió Amy ante la disculpa del joven mediano. Pero su sonrisa se agrandó, junto con sus ojos, cuando el muchacho siguió hablando.

-¿¿En SERIO?? ¡¡Era mi hermano!! ¡¡MI HERMANO!! ¡¡¡JAJAJAJAJA!!

La risa sonó franca, aliviada, resonó en el camino, entre los árboles, resonó junto a la cantarina música del agua del arroyo. Las pupilas de Amy chispeaban, y su cabeza se movía con pequeños pero vigorosos gestos de asentimiento.

-¡Era él! ¡Tom! ¿Y dime, ¿estaba bien? ¿parecía contento? ¿estaba sano, reía? ¿Iba bien vestido, parecía bien alimentado? ¿Iba acompañado? ¿o quizá iba solo? ¿Te pareció que iba a algún lugar concreto...?

La lluvia de preguntas cayó sobre el hobbit como un aguacero de verano, intenso y sin dar tiempoa buscar cobijo. Pero la alegría de la muchacha, las mejillas arreboladas pintadas de rojo y su risa sincera, constituían un buen motivo para perdonar ese súbito ímpetu...

En un primer momento el hobbit no supo como reaccionar a la lluvia de preguntas que lanzaba Amy a discrección.

Eh... ah... pues.... Amy no dejaba que el joven hobbit contestara asíque finalmente espero a que ella dejara de hablar para luego irle contestando.

A ver.. pues... parecía estar más sano que un roble y vestía más o menos como vosotros, ya sabes, con todos esos fardos que llevais. Dijo señalando a Tim, que iba con la mochila a rebosar. Iba solo y no mencionó a donde se dirigía. Solo que iba hacía el sur.