Partida Rol por web

Mientras el pequeño Tim corría rápidamente hacía los jinetes, daga en mano, Galanthir fue el primero en atacar, su espada, lanzada con intención de alcanzar al jinete en el pecho, fue neutralizada por el escudo que este portaba en su mano. El jinete habilmente se había colocado girando completamente el tronco hacía la derecha de su caballo para hacer una pasada por la derecha del elfo, con el escudo en su mano izquierda desvió el ataque de Galanthir y con la espada en la diestra contraatacó formando un semicirculo con su arma desde arriba pero Galanthir estuvo atentó y esquivo el ataque apartandose hacía un lado y la espada tan solo le hizo un fino arañazo en la mejilla, demostrando lo afilada que estaba la espada y lo cerca que había estado de algo peor. Pero desafortunadamente para el elfo, que pensaba haber sorteado ya el peligro, el otro jinete que se había lanzado a por él atacó justo en ese momento lanzando su espada directa al corazón del elfo. Pero este tuvo la agilidad suficiente para girar sobre sus pies y evitar una estocada mortal. La espada le golpeo, pero gracias a ese movimiento rápido y a la resistencia de su armadura, tan solo fue un golpe superficial. 

En ese momento, el arco de Miriamele chasqueó en el aire y la flecha salió volando hacía el primer jinete que había atacado a Galanthir pero salió muy desviada. El silbido de la flecha alertó a los jinetes de que las mujeres que habían creido inofensivas atacaban desde el flanco y de ese modo, perdieron el factor sorpresa del ataque.

El tercero de los jinetes, se lanzaba a atacar a por el rohirrim con rabia en las espoleadas que le propinaba al caballo, los ojos rojos y apunto de salirse de sus cuencas, un odio en aquella mirada que Fhengel ya había vivido anteriormente cuando él, Leowyn y sus compañeros fueron asaltados brutalmente y tan solo ellos sobrevivieron. El golpe fue duro, instigado por la rabia del jinete, la defensa de Fhengel fue lenta y se salvó de una herida peor gracias a la resistencia de su cota de malla, no quiso ni pensar que hubiera pasado de llevar otro tipo de armadura.

El ataque del rohirrim fue frenado por ese duro golpe que recibió y su espada alcanzó al jinete a lo que pasaba sin demasiada fuerza.

El último de los jinetes que también atacaba a Fhengel lanzó una débil estocada, más bien como reflejo al ver que el rohirrim se mantenía aún en pie pese al golpe que le había dado su compañero. Él ya lo daba por muerto y cual fue su sorpresa al verlo todavía en pie, por ello, en su pasada, lanzó el ataque tarde y sin calcular las distancias y ni si quiera llegó a alcanzar su objetivo.

Fhengel estaba todavia abombado por el primer ataque pero aun asi no se resignaba a morir atacado por esos dunledinos asi que lanzo una estocada que solo logra cortar el aire

Los dos luchadores estábamos en desventaja de 2 a 1, si aguantábamos un poco más para que los demás pudieran llegar al combate con espada, rodearíamos a los oponentes, podríamos arreglar esto sin sangre. 

Lástima que la primera sangre vertida fuera la mía, una lástima...

Contraataqué con un golpe con inercia dando dos pasos hacia delante para poder alejarme de uno de los enemigos, colocando a uno de ellos entre mí y el otro. El golpe de nuevo intentaba tirarlo del caballo, con un golpe horizontal. 

Viendo que su ataque había fallado, y además les había quitado la momentánea ventaja, la elfa chasqueó los labios, irritada, y empezó a recoger el arco y a colgárselo de la mochila mientras se dirigía hacia los enemigos.

Ya guardado el arco, desenfundó con un rápido movimiento a Naidel, sujetándola con la mano izquierda mientras llegaba hasta el foco de la lucha. Su intención era atacar al bandido que provocara mayores dificultades a alguno de sus compañeros, intentando así hacer la lucha más equilibrada.

Tras correr hacía la zona de lucha espada en mano Leowyn se lanzó sobre uno de los jinetes que atacaban a Fhengel propinándole un fuerte espadazo en dirección a su tripa. Ya que al encontrarse montado a caballo, pensó que sería la mejor manera de herirle si conseguía encontrar hueco para colar su espada entre el escudo del jinete.

Así mismo la rohirrim lanzó un grito de guerra decidido a enfurecer a sus enemigos y animar a Fhengel. ¡Adelante Eorlingas! Aquel grito era odiado por los dunlendinos tanto como amado por los rohirrim.

Tim corrió a defender al elfo pero más que plantar cara al enemigo casí consigue qué el caballo lo chafase en una de las rápidas estampidas de sus patas. El hobbit había sido el primero en llegar gracias a su gran velocidad, pero ahora que estaba allí no podía hacer mucho. Intentó acuchillar al caballo pero este casí lo pisotea, además su torpe manejo de la daga casí le hace perderla antes de conseguir atacar. 

El elfo está vez midió bien los tiempos y cuando el primer jinete se lanzaba sobre él para atacarle con su espada, Galanthir hizo un rápido movimiento y clavó su espada por debajo del brazo del jinete, colando su espada entre las costillas, llegandole a los pulmones y el corazón. La estocada fue limpia y Galanthir sacó su espada sin problemas. El jinete siguió avanzando unos metros sabiendo que su herida era mortal y después se desplomó del caballo.

Luego de ese ataque pudo ver perfectamente como el siguiente jinete se lanzaba hacía él y logró esquivarlo nuevamente, está vez sin que la espada del dunlendino pudiera alcanzarle.

Leowyn atacó por el flanco al tercero de los jinetes, que estaba atacando a Fhengel, su estocada fue directa, sin dudas y mortal. La espada iba en dirección a la tripa pero un mal movimiento del jinete que, sorprendido por la irrupción de la rohirrim en el campo de batalla, hizo que agachara el cuerpo y la espada le perforara el corazón matándolo en el instante.

Fhengel entonces decidió encargarse del cuarto jinete, aunque su ataque fue algo flojo y previsible, y el jinete pudó frenarlo con su espada, después el jinete intentó de devolverle el golpe elevando su espada y dejandola caer con un movimiento oblicuo pero Fhengel alzó el escudo y detuvo el golpe.

La estocada, apoyada del elfo, apoyada por el peso de su cuerpo, fue mortal, el hombre cayó al suelo, inerte. A unos metros de dsitancia, la mujer conseguía quitarle la vida a otro jinete. Ya sólo quedaban dos, y era suficiente. 

-¡Estáis en una gran desventaja, si no os rendís ahora acabaréis como vuestros compañeros!- Gritó el elfo- ¡Soltad las armas!

El jinete que combatía contra Fhengel volvió a alzar la espada desoyendo las palabras del elfo.

¡Nunca! Gritó. No me rendire ante los "cabeza de paja" ¡Muere maldito! El soldado lanzó un fuerte ataque contra el rohirrim pero era un ataque lento y pesado. Un ataque que Fhengel podría esquivar con facilidad.

 -Vosotros os lo buscasteis...- responde, resignado. 

Alzo el brazo para dejar caer la espada con toda mi fuerza sobre el hombro del jinete, la trayecoria resulta ser diagonal. 

Si tanto lo deseas maltido preparate a morir

La elfa, ya decidida contra quién actuar, se lanzó contra el jinete que estaba intentando atacar a Fhengel, para cortarle el paso.

Podía haberle atacado fácilmente por la espalda, y ni se habría dado cuenta, pero Miriamele no pensaba atacar de manera tan deshonrosa, así que lo rodeó hasta llegar a un costado, y atacarlo desde ahí. Encontrándose como estaba en su flanco derecho, lo intentó golpear con Naidel y así evitar que pudiera llegar a atacar.

-Tercos humanos  - susurró entre dientes ante la negativa de huir, cuando era evidente que estaban en desventaja.

Galanthir lanzó un fuerte ataque contra el jinete que aún quedaba en pie de los que le habían atacado. La intención del golpe era dar con el hombro del jinete, pero este esquivó la estocada aunque no lo suficiente, ya que fue directo a la pierna del dunlendino lo que le produjo una fuerte herida en el muslo. El jinete al verse superado por la intervención de los elfos, ya que reconoció a Galanthir como uno de ellos pese a ir cubierto con su capucha y a Miriamele que intervinó en el ataque, decidió no atacar y escapar lo más aprisa que pudiera, ya que dos de sus compañeros habían caido muertos.

¡Huyamos! Le gritó a su compañero y azuzó al caballo con las espuelas para que este saliera a toda velocidad mientras se tapaba con la mano de la espada la herida que le había producido el elfo en el muslo de la pierna.

Cuando el jinete volvió la vista para ver si su compañero le seguía descubrió horrorizado el fatal destino de este, y eso le hizo animar a su caballo a ir todavía más aprisa.

Lo que ocurrió fue lo siguiente, Miriamele llegó al combate por un flanco enarbolando su espada, a la cual llamaba Naidel. Su ataque no fue muy fuerte, pero sí preciso. Lo dirigió al cuello del pobre infeliz y Naidel atravesó la garganta en linea recta, seccionando la arteria carótida y continuando en su viaje hasta partir el cuello y asomar por el lado contrario a donde había perforado. Miriamele además pudo retirar a Naidel sin problemas y el dunlendino murió tras diez segundos de intensa agonia.

Fhengel, Leowyn y el pequeño hobbit no pudieron hacer otra cosa que quedarse a mirar la brillante y efectiva estocada de la elfa, y aunque el rohirrim había comenzado a lanzar un ataque tuvo que interrumpirlo al ver que el enemigo caía agonizante del caballo para morir después.

  -¡Qué no escape, quiero saber porque nos atacaron!- ordenó gritando, mientras subía apresurado al caballo más cercano- ¡venga, uno conmigo!

-Tienes razón - le gritó la elfa para que le oyera mientras iba detrás de él para perseguir al hombre - No podemos dejar que cuente al resto de dundelinos que hay elfos por aquí, o se pondrían en alerta, y nuestros compañeros seguramente aún estarán por allí.

De hecho...ya empiezan a tardar demasiado, quizás deberíamos asegurarnos de que están bien...

Mientras subía a una montura y cogía las riendas, le recomendó al resto:

-No creo que se aleje demasiado, pero si así lo hace, seguramente nos tocará seguirlo...tened ciudado, aunque enseguida estaremos aquí.

Enfundó a Naidel y espoleó al caballo rápidamente, para seguir a Galanthir.