Partida Rol por web

Los que ya no se demoran

Capítulo 2: Cansada del mundo

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17/02/2023, 11:53
Director

Cansada del mundo

El viaje desde el lindero del bosque hasta el Viejo Vado transcurría a través de un sendero bastante frecuentado por los hombres del bosque y los beórnidas, como bien sabían, ya que lo habían recorrido ya con anterioridad unas pocas semanas atrás. Ainar calculó que desde la linde del bosque al Viejo Vado tendrían uno o dos días de viaje, mientras que desde allí al Paso Alto les llevaría un par de días más, si las circunstancias les eran favorables. Bien sabían, por su paso anterior, que en las Montañas las cosas se complicaban más, y que había lugares sombríos en los que era mejor no detenerse.

Atravesarían las tierras de los beórnidas, y esperaban que los tratos recientes del grupo con Beorn les eximieran de pagar el peaje que aquel pueblo cobraba a los viajeros por la protección que proporcionaban al camino. También quedaría en su camino aquel oscuro y lúgubre lugar en las Montañas que habían preferido evitar cuando fueron al rescate de Dinodas Brandigamo, y por supuesto, el Fuerte Circular, donde habían librado aquella terrible batalla que les llevó a internarse después en las profundidades de las cuevas de los trasgos. Pero todavía quedaba mucho hasta llegar allí. 

La dama Irimë mostró un cambio de ánimo muy marcado en cuanto abandonaron el bosque y todos notaron como su ánimo decaía. Miraba con tristeza a la lejanía, como si estuviera viendo cosas que los demás no pudieran ver. Tal vez aquellas tierras le recordaran tiempos pasados muchos cientos de años atrás. Irimë era una de las criaturas más antiguas que jamás habían conocido, incluso para Miriel o Vanwa. Tal vez la elfa viera allí, donde ellos veían prados y llanuras, los antiguos árboles que ya habían sido talados o los recuerdos de quienes habían muerto mucho tiempo atrás. 

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17/02/2023, 13:46
Vanwa

Vanwa recordaba perfectamente aquel viaje tan similar que ya habían hecho no tanto tiempo atrás. Explicó a la dama la incomodidad de Welf al no tener pago para el peaje, por no ser necesaria la plata para vivir a la sombra de Eryn Galen. También narró como Miriel logró cambiar la plata por una canción. Todo aquello para mirar de levantar el ánimo de la taciturna dama Irimë.

También narró el paso por las tierras cenagosas y el casi cómico encuentro con el vagabundo Shanker y sus pies apestosos.

Mucho tenían que haber cambiado las cosas para encontrar problemas antes de llegar al Paso Alto, pero eso no era imposible que fuera verdad. Orcos de Mordor por el Bosque Negro y el Rey del Patíbulo merodeando también por la zona.

El camino no fue un paseo, una vez sorteado el vado. Tierras cenagosas y tristes les aguardaban delante, pero ya había bastantes cars largas en la compañía, así que hizo lo posible para arrancar unas risas explicando historias graciosas sobre aquel viaje. Reales e inventadas.*

Notas de juego

* Hago uso de juglarías para subir el ánimo general de todos (si eso es posible)

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18/02/2023, 11:55
Welf Ramaverde

     Las palabras de Vanwa afectaron a Welf cuando recordó ese episodio más de lo que el propio hombre se habría atrevido a pensar que lo harían. Le daba igual no haber tenido monedas en su momento, le preocupaba tenerlas ahora mientras tanteaba la bolsa con dinero que a veces tintineaba y le recordaba que fuera de su hogar los favores tenían un coste metálico y eso era algo que le entristecía enormemente.

     La compañía de la Dama era extraña, se moría de ganas de hablar con ella y conocer los lugares que había conocido, la gente que para él eran héroes y señores de leyenda y que posiblemente fueran sus amigos y compañeros de edades pasadas. Era como tener al alcance de la mano los mitos y las historias y a la vez sentirlo como un libro cerrado bajo un candado pues no se atrevía a importunar sus silencios con sus peticiones de chiquillo.

     Había que dar lo mejor de cada uno en este viaje, la compañía lo exigía y él estaba dispuesto a estar alerta y vigilante en cada instante para después recordar cada uno de los pasos dados como si fueran un tesoro.

 

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19/02/2023, 00:11
Miriel

Vanwa tenía la cualidad de levantarles el ánimo ante cualquier adversidad. Su corazón alegre y espíritu ligero era un gran bálsamo contra la amenaza de la Sombra. Era crucial recordar que no solo se la combatía con arco y acero, sino manteniendo la esperanza en el futuro.

Miriel se percató de la mirada de Irimë perdida en el horizonte. Había tantas cosas que quería preguntarle, sobre todo por los árboles y su luz, pues era la primera vez que estaba en presencia de una de las primeras nacidas y no sabía si volvería a tener la oportunidad de preguntárselo a uno de ellos. También sobre Valinor… pero no era el momento. Tal vez a la noche junto a la hoguera cuando se sentaran a descansar. Ahora era el momento de mantenerse alerta. El camino debía ser seguro, pero sabían por experiencia que podían sufrir una emboscada como le ocurrió a Merovech.

Sin embargo, andar junto a la dama, con su mirada perdida en tiempos pasados, hacia que ella misma se planteara cuestiones sobre su propia inmortalidad. ¿Llegaría el día en que ella misma miraría aquellos páramos con la mirada perdida recordando como eran hoy? A veces le pasaba ya al mirar a Welf. Le observaba y veía los rasgos de su propia hija, la primera, la que eligió vivir como mujer mortal en vez de como elfa inmortal. Podía ver como con cada generación esos rasgos se diluían un poquito más. ¿Cuántas generaciones más podría reconocer a sus propia hija en sus descendientes? ¿Cuánto tiempo más le pesaría su muerte en el corazón?

Caminaba atenta, pero silenciosa, más incluso de lo habitual en ella.

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19/02/2023, 02:11
Ainar, hijo de Ai

Ya se había sentido extraño al despertar tan lejos de donde deberían haberlo hecho. En varios momentos había querido interrogar a Miriel, o a Vanwa, sobre ese hecho tan peculiar, pero ninguno había soltado mucha prenda. Por lo que el enano se enfocó en lo que mejor sabía hacer: trazar la ruta, y respetarla a rajatabla.

Cada tanto, dado que viajaba prácticamente junto a La Dama, como había empezado a llamarla en sus pensamientos, percibía la mirada triste, lejana, melancólica. Miriel iba y venía, Vanwa también, y Welf también, por lo que Balbrand, Qildor, La Dama y él pasaban mucho rato juntos.

Ainar no había querido interrumpir el silencio de ella, al que Balbrand parecía también no querer importunar, pero a él se le estaba volviendo insoportable. No por no soportar el silencio, si no que el de ella era uno pesado, de miles de años.

-Mi señora...- comenzó, en uno de los ratos donde el silencio era roto sólo por las pesadas pisadas de Balbrand y Ainar -...¿qué la lleva a elegir este camino?- preguntó.

El último viaje era algo que siempre le había llamado la atención al enano. Para ellos, los enanos, siempre había algo que hacer. Un túnel más que excavar, una obra que forjar. No es que tuvieran la inmortalidad de los elfos, pero no se imaginaba cansándose de vivir. Era fácil decirlo siendo mortal, pero por eso tal vez entendería más.

Notas de juego

Preguntas filosóficas ;)

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20/02/2023, 10:31
Baldbrand

La mañana siguiente trajo algo de resolución en el espíritu del joven beórnida, aunque verse "transportado" de aquella forma le produjo una primera confusión. Viendo que no era el único pero que todos lo aceptaban, terminó achacándolo a las misteriosas sendas que recorrían los elfos. Aquello, de nuevo, le trajo parte de la angustia que ya tuvo en su momento el día anterior. Saber que jamás podría aprender o comprender aquellos resultaba frustrante e injusto... pero no dijo más.

Tras tomar un frugal desayuno se pusieron en marcha siguiendo los pasos de Ainar.

Su rostro adusto se suavizó con las historias de Vanwa. Al menos el díscolo elfo sabía como alegrar el corazón, eso tenía que admitirlo, lo cual le vino bien para enfocarse en la tarea que tenían por delante. Baldbrand puso todos sus sentidos en alerta mientras caminaba. Que fuera un camino conocido en territorio amigo no significaba que pudieran bajar la guardia.

En un momento dado, el enano preguntó a la dama elfa, que parecía con espíritu más apagado que el día anterior. No pudo evitar asentir. La pregunta era, sin duda, muy adecuada. Esperaba que la respuesta fuera digna, al menos, por lo que permaneció atento.

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21/02/2023, 04:10
Irimë

Vanwa logró levantar el ánimo del grupo en general, e incluso les arrancó alguna carcajada con sus historias exageradas de eventos que muchos de ellos habían vivido junto al elfo y que recordaban de modo menos adornado. Sin embargo, Irimë parecía inmune a aquel júbilo que desprendía Vanwa, la elfa apenas le dedicó una sonrisa melancólica a sus esforzados intentos. Aquel ánimo no tardó en contagiarse entre el resto, para frustración de Vanwa. 

Ante la pregunta de Ainar, la dama Irimë miró durante apenas un instante al enano y después alzó la vista de vuelta al camino, contemplando en la lejana distancia las aguas del Anduin, que en aquella zona caminaban mansas y se desparramaban en una ancha masa de agua que reflejaba los tibios rayos de luz del sol. 

¿Veis el Anduin? —Le preguntó la dama al enano, todavía quedaban dos jornadas de viaje hasta llegar a él pero su anchura permitía ser visto desde la lejanía—. Antaño había un gran puente que lo cruzaba. Lo construyeron los vuestros, trabajadores enanos de largas barbas, y más tarde fue agrandado por los hombres del Reino de Arnor. Grandes ejércitos lo atravesaron con sus orgullosos estandartes, junto a la lanza de hielo brillando al sol de mi tío Gil-Galad, justo antes de cabalgar hacia las sombras. Lo recuerdo como si hubiera ocurrido tan solo hace un par de días. Ya no queda nadie con vida. Ni los enanos que lo construyeron, ni el desaparecido reino de aquellos hombres. Ni siquiera Gil-Galad, y del puente apenas quedan las ruinas —volvió a posar sus ojos un instante en los de Ainar—. Demasiadas perdidas para mi corazón que ansía ya viajar a las Tierras Imperecederas.

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21/02/2023, 10:22
Vanwa

Vanwa escuchó con interés (y una sonrisa) la pregunta de Ainar. Se detuvo a escuchar cuando la dama respondió. No podía estar más en desacuerdo con sus palabras. ¿Estaría equivocado? Seguramente era un necio... O quizás no debía dejarse deslumbrar tanto por Irimë. No. Seguro que había entendido mal sus palabras. Sí. Debía ser eso. Nada replicó en aquel instante, pues aquel momento pertencía a Ainar y la dama. No iba a comportarse como un cuervo, interrumpiendo el canto de las alondras.

Llegado el momento sacaría aquel tema... Si se daba la ocasión. Afrontar el gran viaje de su vida. La vuelta a Valinor. Afrontarlo así... Oh... Esperaba más felicidad. Aunque fuera una felicidad melancólica. Como aquel que tras una gran fiesta ha de volver a casa. No vuelve apenado. Vanwa intentaba imaginarse así, en aquel momento, como aquel que atesora las buenas vivencias de la fiesta y las rememora en su camino de vuelta a casa. No se veía quejándose por el vino que ya se ha bebido o las canciones que ya se han bailado y no se van a volver a bailar. ¿La edad también lo iban a cambiar? Los elfos no podían cambiar por fuera, pero por dentro...

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22/02/2023, 01:34
Qildor Qinorin

En ocasiones más propicias, Qildor habría intercambiado batallitas con Vanwa. Sabía que Irimë no estaba de humor para sus historias. Él se negaba a rendirse, pero no podía eso en cara a su vieja amiga. Habían vivido mucho y, aunque no estuviese de acuerdo con su decisión, debía apoyarla.

No todos tienen el privilegio de tener un lugar menos hostil al que volver, me temo —repuso simplemente.

Compartía la congoja de la dama, pero había visto incontables provocados por la Sombra. Había enterrado a familiares. Había tenido que darle el golpe de gracia a amigos muy queridos, que se lo suplicaban entre gritos tras sufrir inconcebibles agonías en las mazmorras de Utumno. Melkor había caído, pero su ponzoña aún corrompía los rincones más marchitos de aquellas tierras. Hordas de orcos y trasgos, murciélagos, trolls e incluso huargos, el vestigio de los malditos licántropos. Había jurado solemnemente hacerle frente a aquella plaga y no descansaría hasta lograrlo.

Yo creo que hay cierta belleza en las ruinas, en realidad. Nos recuerdan el esplendor de antaño con cierta melancolía, sí, pero también nos enseñan una valiosa lección sobre un pasado que debemos evitar repetir. Y hasta la luz se abre paso hasta entre los escombros de una cruenta batalla.

 

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23/02/2023, 03:45
Irimë

Recorrieron aquel primer tramo del viaje siguiendo el camino del Bosque Viejo, viendo como las aguas del Gran Río se acercaban más a cada paso que daban. El humor de la dama no mejoró a pesar de la intervención de su amigo Qilnor, quien tenía una visión del mundo muy diferente a la de Irimë, aunque el optimismo del elfo le hizo mostrar una tímida sonrisa, como el rayo de sol que se cuela entre las nubes en un día gris. 

Puede que sí, viejo amigo, pero algunas más que belleza esconden sombras y corrompen todo lo bello que hay a su alrededor. Como cicatrices que nunca sanaran y emponzoñan la carne —se giró con tristeza hacia el bosque que dejaban atrás antes de hablar con una profunda tristeza—. Eryn Galen, Bosqueverde el Grande, que era como antaño era conocido el Bosque Negro, antes de que la Sombra llegara a Dol Guldur. Los Sabios pueden haber ahuyentado al Nigromante del reducto desde el que contaminó todo el bosque, pero el mal aún permanecerá en sus profundidades durante largas edades —miró a Qilnor de nuevo—. Aunque coincido contigo en que las ruinas deben ser una valiosa lección que el pasado nos deja a quienes todavía vivimos estos días.

Caminaron el resto del día con la sensación de que la pena y la congoja de la elfa se contagiaba en sus corazones y al anochecer encontraron un pequeño rincón donde encender una hoguera, cenar algo caliente y descansar. 

Notas de juego

En el siguiente post cambiaré el día, aprovechad si queréis charlar. 

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23/02/2023, 12:43
Welf Ramaverde

Nosotros, intervino Welf cuando reunió el valor suficiente, los mortales no tenemos la misma consciencia del paso del tiempo. Nos preocupa el ahora, disfrutar, ver sonreir a nuestros niños y lograr que dejamos nuestro hogar un poco mejor de como lo encontramos. No solemos, por suerte, vivir grandes desgracias y solo unos pocos afortunados viven las glorias de los reyes y los señores del pasado. Somos efímeros a vuestro lado pero vivimos intensamente cada instante porque sabemos que el tiempo sobre esta tierra está limitado. Y comemos, bebemos y amamos con pasión. También hay espacio para la oscuridad, la envidia e incluso el odio en los corazones humanos. Pero mi gente, cuando acaba el día, se sienta en la casa comunal y comparte comida y chismorreos, alguna canción y la gente sonríe.

No pensamos en el pasado, vivimos el hoy que es en el que estamos. ¿Qué podemos hacer hoy para que mi amigo, mi familia, sea algo más féliz? Eso hace que me sienta orgulloso de mi gente y me ascendencia. Esto último lo hizo mirando a Miriel que había dado a su familia una belleza externa pero también interna, una pálida luz reflejo de los elfos.

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23/02/2023, 13:12
Vanwa

Vanwa cocinaba cuando Welf hizo su reflexión. Una que le hizo sonreir, mientras atizaba el fuego con una rama.

- Todo puede ser distinto cuando no sufres los estragos del tiempo en tu carne.- Murmuró, sin apartar la vista del fuego, con una leve sonrisa en sus labios.- Hay algunos entre los elfos que no estamos bien vistos, por pensar... Distinto. ¿Qué debe pensar el roble del pajarillo que anida entre sus ramas? ¿Acaso no será para el roble milenario un suspiro fugaz la presencia de los ruiseñores entre sus ramas durante un par de veranos? ¿Qué nos puede enseñar el ciego gusano sobre la vida? ¿O la piedra inmutable? ¿O el agua que se apresura hasta llegar al mar? ¿Acaso se han de lamentar por lo sucedido? Observando a todas las cosas vivas, creo que no pasa nada de eso. Viven en el ahora, que es lo único real. El pasado solo vive en nuestro recuerdo, y el futuro vive en nuestros miedos o nuestras ilusiones...- Comentó, y aquí elevó la vista un momento, para observar a Welf y la dama.

- Pero no tengo la fortuna de haber sentido la calidez de Telperion y Laurelin, y por ello no puedo añorar su pérdida. Quizás somos más aofrtunados por ello. o más desgraciados por no haber conocido esa dicha. ¿Es un gusano desgraciado por ser ciego? ¿Son los recuerdos reales o no los transformamos con nuestros sentimientos? ¿Son los amantes pasados tan dulces como los recordamos? ¿O tan crueles aquellos que nos traicionaron?

- Ahora mismo solo puedo alegrarme por dama Irimë, por permitirnos verla, por despertar en nosotros estas reflexiones sobre la vida y el misterioso y maravilloso Gran Viaje que nos aguarda a todos, al final de esta senda que caminamos...- Añadió, con una enigmática sonrisa.

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23/02/2023, 17:39
Miriel

Miriel no podía estar más de acuerdo con Irimë al recordar aquellas ruinas donde no se atrevieron a dormir por miedo a la corrupción silenciosa que emanaba y que hacía que los animales quisieran evitar aquel lugar. Hacia falta poco para llevar a Miriel a un estado meláncolico, por lo que la actitud de la Dama se le contagiaba con facilidad.

La intervención de Welf le trajo una sonrisa, más aún cuando la miró al mencionar su ascendencia. Las palabras de Vanwa parecían ir en la misma dirección, incluso traía el tema que tanto le interesaba sobre los dos árboles, pero su pregunta sobre los amantes pasados fue como un pequeño puñal en su corazón al recordar a Eberulf, el tataraabuelo de Welf de quien él poco más sabría que las historias que pudieran haberle transmitido sus padres. Miriel estaba casi segura de que el joven no le había preguntado nunca por él, por el humano que robó el corazón a una elfa, el humano que le dio dos hijos a esa elfa y de quien él descendía. Es cierto que la pasión y el amor de Eberulf era como un hoguera que lo quemaba todo en vez del amor suave de lumbre que solían experimentar los elfos, pero igual que la hoguera el fuego se consumió rápido y dejó paso al frío del dolor de la pérdida. Se refugio en cuidar a sus hijos y a los hijos de sus hijos, una manera de mantener vivo el recuerdo de Eberulf, pero había momentos cuando lo recordaba en que su perdida aún dolía como el primer día a pesar del siglo largo que había pasado desde entonces.

Miriel no apartaba los ojos de la hoguera mientras fumaba en silencio de su pipa. A diferencia de otras noches hoy no estaba de humor para anillos ni barcos de humo. Fumaba con lentas caladas, con una mirada melancólica perdida en las llamas. Lentas y pequeñas nubecitas de humo que pronto se desvanecían en el aire… igual que las vidas de los hombres.

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24/02/2023, 03:58
Ainar, hijo de Ai

Ainar se había quedado pensativo desde la conversación con la elfa y su acompañante. Cuando ella posó sus melancólicos ojos sobre los acerados suyos, pudo sentir su pesar, y sólo supo asentir. Había podido comprenderla por un momento fugaz, como si con esa mirada, esas palabras y ese fulgor característico del metal que ha estado al rojo, pero que pronto comienza a oscurecerse y volverse duro una vez más.

Tal vez eso le había sucedido a la elfa. Había estado al rojo vivo, vaya a saber la Tierra Media cuándo, y con el paso del tiempo, su maleabilidad se fue perdiendo, oscureciendo su corazón con tristezas y con menos posibilidades en su futuro, hasta permanecer en el estado al que llegaría finalmente, posiblemente con el Gran Viaje.

Sin darse cuenta prácticamente, a la conversación se habían sumado los demás, porque ya tenían el campamento armado y Vanwa cocinaba alguna de sus exquisiteces sin carne. Sí, eran ricas, pero sin carne. ¿Es que no podía unir lo mejor de ambos mundos? Pocas veces lo hacía, ojalá ésta fuera una de ellas. Pero el enano había estado ausente, perdido en sus pensamientos hasta que volvió a romper el mutismo.

-Hasta la mejor espada alguna vez forjada, puede volver a tener su filo, o incluso transformarse en otra cosa...- dijo casi ausentemente con la taza entre las regordetas manos, mientras Munin picoteaba en su falda con semillas desperdigadas -Pero siempre se necesita un artífice dispuesto a ello, a insuflar vida a ese metal que tal vez ha quedado frío y olvidado por la mano que lo esgrimió-

Posiblemente no había sido lo suficientemente claro, en especial al no haber compartido toda su línea de razonamiento que había transcurrido, como lo más probable, durante la preparación del campamento. Tal vez alguno entendería.

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24/02/2023, 10:57
Baldbrand

La respuesta de la gran dama élfica fue muy clara, pero también tan dura que el corazón del beórnida no pudo evitar rememorar las muy recientes muertes de sus seres queridos a manos de la Sombra.

El tal Quildor intentó lanzar algo de luz y esperanza, pero para el beórnida quedaba más clara la pesadumbre y el sentimiento de odio que tenía por la Sombra y todo lo que lograba infectar con su contacto.

Para el resto de la jornada, Baldbrand tuvo bastante con contener su animosidad y malas pulgas. Muchas cosas le pasaban por la cabeza. Desde la rendición de la gran dama hasta todo lo perdido durante tantos años a costa del mismo mal. Un mal que no parecía acabar nunca. Por un momento tuvo dudas. Él mismo se había jurado a si mismo que acabaría con la Sombra siempre que pudiera. De ahí que se hubiese sido voluntario cuando Beorn pidió individuos que protegieran el Vado de sus habitantes ¿Sería una tarea bana como parecía que sería su existencia?

 

Por suerte, en las palabras de Vanwa encontró la respuesta. Quizá porque fuera un simple humano, pero en su corazón había un fuego ardiente capaz de apagarse así. Seguiría su senda y su promesa. Siempre velaría por los suyos cazando a la Sombra hasta que ésta, seguramente, acabara con él. Quizá fuera su sino, aunque prefería pensar que era su elección. La que le venía después la forma de vida de su padre y su ejemplo.

 

Ayudó a Vanwa con la cena con ánimo renovado. Su gesto se mantuvo serio y ceñudo, pero al menos la tarea simple de la preparación de la comida mantenía su mente ocupada.

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24/02/2023, 20:46
Irimë

Como si el tiempo quisiera acompañar el estado de ánimo que Irimë había contagiado en el grupo, la mañana amaneció nublada. Unos nubarrones oscuros amenazaban con tormenta y era probable que a lo largo del día terminara descargando sobre sus cabezas. Un aire frío se había levantado enrareciendo el ambiente, cargando la atmósfera y llevando hasta sus bocas un regusto a lluvia y tierra mojada. 

Ainar marcaba el ritmo, como era costumbre, y por lo general eso significaba que los descansos estarían contados y el ritmo sería alto. Planeaban llegar, en la finalización de aquella jornada, al Viejo Vado, y esperaban hacerlo antes de que la tromba de agua que se avecinaba embarrara los caminos hasta hacerlos intransitables. Al mediodía ya podían ver que les separaba del vado una larga pradera de hierbas altas. El Anduin fluía con sus mansas aguas hacia el sur, se sentaron a comer entorno a una pequeña roca que destacaba en mitad de la pradera. 

Sus aguas bordean, más adelante, el bosque dorado de Laurelindórenan —dijo la elfa contemplando el río—. Disculpad, aquel nombre es muy antiguo. En estos días se lo conoce más como Lothlórien —había una extraña nota en su voz cuando rememoró el bosque de las hojas doradas—. A pesar de su belleza, en verdad os aconsejo que no viajéis hasta allí, sino queréis caer bajo el encantamiento de la Dama del Bosque. Al oeste de Laurelindórenan, el río antaño regaba los jardines donde las Enyd Bess vivían hasta que el enemigo las eliminó a todas. La quema de sus jardines fue una de las peores heridas que el Enemigo infligió a la Tierra Media —hizo una mueca frunciendo los labios—. Todo lo bello se desvanece o es destruido. 

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25/02/2023, 16:58
Miriel

Aquellos nubarrones eran un mal presagio para Miriel que no decía nada al respecto, pues prefería mantener para si misma su pesimismo. Por suerte la visión de las aguas del Anduin le calmaba y tranquilizaba levantando un poco el peso de su corazón.

Al fin, mientras disfrutaban de la comida preparada por Vanwa y Baldbrand, rompió su silencio extrañada por las palabras de la Dama.

- ¿Caer bajo el encantamiento de la Dama del Bosque? – su tono era tal que evidenciaba que deseaba saber más acerca de aquel punto. Le sorprendía tanto oír hablar de la dama Galadriel, como que otra elfa les advirtiera en su contra. Por lo que ella sabía, la Dama Galadriel era una Gran Dama sabía y poderosa sin parangón entre los suyos.  

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27/02/2023, 10:22
Baldbrand

Baldbrand no pudo evitar emitir un extraño gruñido al escuchar las palabras de la Dama. Aunque cuando se dio cuenta de que su reacción natural había sido demasiado audible, frunció el ceño y se concentró en terminar su comida.

Aquellas palabras le habían puesto de muy mal humor. Ya no sabía si era por el resquemor que sentía hacia la Sombra o porque aquella Dama le empezaba a resultar verdaderamente molesta con sus lamentos nostálgicos. Si hubiera sido otro, igual le habría dedicado unas palabras pero... se sentía como un hombre frente a una montaña eterna. Una de esas montañas que había sido erosionada por el tiempo y que sentía nostalgia de un tiempo muy pretérito. Le pareció algo inútil, asi que intentó centrarse en el presente... aun con aquella sensación de odio que reconcomía sus entrañas respecto a la Sombra y sus maldades.

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27/02/2023, 10:32
Vanwa

Escuchaba Vanwa con atención lo que decía dama Irimë, pues todo lo que decía era imposible de aprenderse por otros medios, pues incluso los libros no podían aguantar tanto tiempo sin descomponerse.

- ¿Las Enyd Bess?*- Preguntó él, como a coro con Miriel. Le parecía intrigante eso de un pueblo de lo que fuera que ya no existía. Sonaba a bonita canción.

 

Notas de juego

* Uso versos del saber para sacar éxito pelado para saber algo de eso.

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27/02/2023, 18:32
Welf Ramaverde

¡Dama no estoy de acuerdo! Welf elevó su tono más de lo que le hubiera gustado La belleza surge cada día a mi alrededor. Cada mañana el sol me calienta con sus rayos, cada mañana en algún lugar del Bosque nace una cría de un animal salvaje dando sus primeros pasos y muchas de ellas servirán de sustento para otras criaturas. Cada ciclo, cada estación surgen flores, frutos... nueva vida que continúa el ciclo maravilloso de la vida.

Tal vez el paso de los años llegue a marchitar la visión de la belleza de la naturaleza y pese más la pérdida que la creación pero no podemos dejar que nuestra visión sea lo que determine qué es hermoso y qué no lo es. He vivido en estos últimos meses el hermanamiento de elfos dijo señalando a Vanwa enanos y miró a Ainar y hombres señaló a Balbrand. Hemos arriesgado la vida por ayudar a un mediano en apuros, hemos combatido a la Sombra. Y hay algo bello en la unión de los Pueblos Libres. No aspiro a repetir las gestas de los Grandes Señores de Eras pasadas, pero mi mirada tampoco necesita llegar tan lejos. Soy feliz perdiéndome en la voz de Miriel, soy feliz riendo con las locas palabras de Vanwa y disfrutando de su comida salvaje, soy feliz cuando el testarudo Ainar es capaz de ponerse delante de un batallón de orcos por protegernos, soy feliz cuando Balbrand se afirma en sus ideales y es capaz de dar todo lo que tiene por sus hermanos, por nosotros.

¿Belleza? Mirarnos Dama. ¿No existe la belleza en las cosas pequeñas? Habláis de las flores perdidas pero ¿qué hay de todas las que surgen en cada primavera?