Partida Rol por web

Thinion intenta abrirse paso entre los soldados de ambas facciones, los cuales, enfrascados a luchar entre ellos, no le prestan mucha atención. Mientras tanto el primer oficial comienza a descender las escaleras de salida, deteniéndose unos segundos para mirar a su compañero, el cual sigue algo rezagado, llega hasta el umbral de la puerta, y se para unos segundos para coger aire. Tiene la mano en el lado.

-Paciencia, hay que joderse... -comenta el enano como si tal cosa, su actitud por completo ajena al caos desatado a su alrededor. Con la seguridad que dan los años de experiencia vuelve a colocar una saeta en su fiel ballesta mientras se encarama a la muralla para volver a tener la posibilidad de acertar al menos a un traidor.

- Por favor Maeglin quédate con el prisionero y sácale cuanta información puedas pero ya le tienes aterrorizado no te excedas - hablo en Sindarin mirando directamente al otro elfo. - Voy a ver que pasa fuera, no le pongas a él al corriente, no abras la puerta a nadie del hacha mellada... volveré enseguida. - Cierro la puerta tras de mi, desenvaino y hago una mirada de reconocimiento.

Los soldados que vigilan las celdas están mirando hacia las escaleras, todos escucháis perfectamente gritos, insultos, maldiciones y el ruido del choque de espadas procedente del piso superior.

Uno se acerca las escaleras y mira hacia arriba, quedándose allí pendiente de lo que pasa, escuchando. 

Talin, a pesar de la batalla que hay a su alrededor, con gran calma apunta y dispara. El pivote pasa a través de la gente y alcanza al oficial sospechoso, el cual lanza un grito de dolor.

Espada en mano me acerco hacia la escalera. Supongo que el soldado que está ahí apostado observando hacia arriba es de los que ha venido con nosotros y no del hacha mellada, le miro fijamente. - Acompáñeme soldado. - Me encamino hacia el piso superior en posición defensiva, atento a cualquier ataque.

Poco a poco te asomas y puedes observar una pelea en toda regla entre los miembros de vuestra compañía y miembros del "Hacha Mellada", estos últimos claramente en desventaja porque los vuestros les superan en número. Entre toda la maraña de gente observas como Thinion intenta abrirse paso a empujones entre la gente, parece que para dirigirse hacia la salida,  Tharkin está junto a Talin, y éste ballesta en mano, sonríe mirando hacia la salida. Miras hacia la entrada y entiendes la sonrisa de Talin, uno de los oficiales del "Hacha Mellada" tiene una saeta y está gritando de dolor. Al otro oficial y a Bergond no los ves por ningún lado.

¿Y lord Camiel?, piensas, lo buscas con la mirada y lo ves en el umbral de la estancia donde estaba reunido con Bergond, parece que está concentrado.

Tharkin saca el hacha y empieza a correr detrás de Bergond, sin dudar en ningún momento "apartar" violentamente cualquier soldado del hacha mellada que intente bloquearle.

Observas como Talin saca su hacha y comienza a correr hacia la salida, empujando a diestro y siniestro a todo aquel que se interponga en su camino, especialmente si son del "Hacha Mellada". Pero de pronto, un ruido ensordecedor retumba en la sala y comienzan a llover cascotes de madera del techo. Intentas averiguar que ha pasado y puedes ver a lord Camiel con el brazo extendido hacia el techo, con algo de humo a su alrededor. Todo el mundo se detiene y lo mira.

Talin sonríe al observar que ha alcanzado al oficial, mientras tanto Tharkin saca su hacha y comienza a correr hacia la salida, empujando a diestro y siniestro a todo aquel que se interponga en su camino, especialmente si son del "Hacha Mellada". Thinion por su parte hace lo mismo aunque se encuentra próximo a la salida.

De pronto, un ruido ensordecedor retumba en la sala y comienzan a llover cascotes de madera del techo. Intentais averiguar que ha pasado, por lo que, por un instante os detenéis y podeis ver a lord Camiel con el brazo extendido hacia el techo, con algo de humo a su alrededor. Todo el mundo se detiene y lo mira.

-Bien, ahora que tengo toda vuestra atención, os ordeno que a cese este inútil combate. Nadie será castigado si me obedece. Traedme a Bergond y a sus dos oficiales, vivos a ser posible, quiero interrogarlos, y espero que puedan explicar su actuación de forma coherente. Soldados del "Hacha Mellada", entiendo que sois leales a vuestro capitán, pero ahora mismo os ha usado para poder huir, no os ordeno, os pido que me ayudéis a encontrarle. También entiendo que he usado medidas drásticas contra vosotros, pero si Bergond hubiese ayudado no hubiesen sido necesarias. Ahora comienzo a entender su falta de colaboración. ¡Que todo el mundo me encuentre a esos traidores!

La lucha cesa por completo. Los soldados del "Hacha Mellada", tras escuchar a lord Camiel, murmuran entre sí, pero se retiran sin causar problemas.

Cuando os dais cuenta, el oficial herido no está, ha debido de salir de la torre aprovechando la confusión.

Me acerco a Talin abriéndome paso entre el gentío. - ¿Se puede saber que ha pasado?, ¿Dónde estabais?, yo estaba con Maeglin en la sala de abajo interrogando al prisionero que intentó escapar cuando hemos oído esta algarabía.

-¿Yo? Aquí, tratando de acertar a traidores escurridizos... -digo tras comprobar que el que se dirige a mi es mi abraza-árboles predilecto; luego prosigo con la tarea en curso, que no es otra que cargar una saeta en la ballesta mientras trato de no perder la vista del traidor, o más bien tratando de reencontrarle- Demonios, me parece que vamos a tener que rastrearle.