Partida Rol por web

Correr corrí poco, justo hasta desaparecer de la vista de los monitores. No estaba la cosa para hacer muchos esfuerzos y no me apetecía sudar porque sí, ya habría tiempo de sudar ante los monitores. Observé a mi alrededor los grupos de chavales y me pareció de interés la partida de ajedrez, sin embargo Enrique se me adelantó y se me quitaron las ganas de acercarme. Por otra parte no tenía ganas de juntarme con los de la carretilla, algo en me interior me avisó de que iban a acabar mal, muy mal, dando explicaciones a los monitores y no quería verme en una de esas.

Otra opción positiva era la comba, quizá sentándome cerca pudiera tener una visión fugaz de las braguitas de las saltadoras, así que hacia allá me acerqué con parsimonia y una vez situado cerca, me senté a mirar.

No íbamos a explorar, vaya panda de mocosos primero dicen una cosa para luego contradecirse. Refunfuño la niña, mientras veía como el grupo se dispersaba. Alicia paseo de un lado a otro desorientada, no sabía a donde ir. En un principio pensó unirse al funesto grupo de la carretilla, seguramente sería divertido, pero era una diversión tonta y desagradable ya había visto como se había roto la pierna la anterior vez. Ni siquiera pensó en la comba como una opción ni en la partida de ajedrez. Entonces solo quedaba la musaraña y el chico que leía. Suspiro profundamente antes de hablar. ¿No íbamos a ir a explorar el bosque?

Fuera, alejados de Laura el ambiente era más relajado. Comba, lectura, ajedrez, Santi al que parecía que romperse una pierna no le había dolido, pues estaba tratando de romperse la otra y Felipe persiguiendo una musaraña.

La opción de la musaraña le atraía, pues si la atrapaban podrían atarle una cuerdecita alrededor del cuello y pasearla como a un perrito. - ¡Como fardaríamos! - Se imaginaba José llevando ya la musaraña como una mascota cuando Alicia le sacó de sus ensoñaciones.

Nadie dijo nada de ir al bosque, pero no estaría mal del todo.

Una vez fuera se quedó mirando a los que ya se estaban divirtiendo, evaluando si algo de lo que los otros hacían le podía interesar. Buf... me hacía más ilusión ir de exploración que ver cómo Santi se vuelve a caer... qué chico más tonto. ¿Y a la comba? Bah, ya son muchos saltando, menudo rollo tener que esperar tanto. El ajedrez... menudo juego más aburrido. ¿Qué estará leyendo Marcos? Tengo curiosidad pero seguro que me manda a paseo. Pues vaya plan... menudo aburrimiento toda la mañana. Será mejor que yo también vaya a por un libro y me ponga a leer.

Justo cuando iba a dar media vuelta para ir en busca de un libro escuchó las palabras de Alicia y de Panes... la mañana podía no estar perdida.

- Sí, yo también creía que íbamos a explorar por ahí.

Todavía se acordaba del rechazo del gordito pero aún así no quería perderse la aventura.

Bueno, dice con indiferencia la niña, quien dice el bosque…. puede decir el pueblo o una cueva…. Luego quedo pensativa un rato y continúo. O mucho mejor un castillo encantado lleno de fantasmas y armaduras que se despierta a media noche para atormentar a huéspedes que desean pasar una noche entre sus paredes. Eso sí que sería interesante.

Pero la niña espero a que alguien tomara la iniciativa de ir a algún lado, a ella no le gustaba ser la primera, eso conllevaba muchas responsabilidades.

Enrique llegó hasta donde los niños jugaban al ajedrez, pero también reían y charlaban. Pili llevaba las negras y tenía las piezas mejor distribuidas, aunque se había quedado sin la dama. Por otra parte Guillermo se acercó a ver a las niñas saltar a la comba, aunque  para su desgracia todas llevaban pantalones...al fin y al cabo,las faldas no eran para correr por el campo. Eso si,a Lidia parecían haberle salido ya las tetas...

Lucio sin embargo,se había alejado del grupo para preguntar a Marcos que leía y descubrió que estaba releyendo "Fray Perico y su borrico",libro que también él conocía.

¿Te gusta? Es muy divertido

Si, bueno... si te digo la verdad... -dije con cara de una casi indiferencia total por aquel libro-, lo solía leer y releer por si alguna vez tenía un hermanito o hermanita, y llegué a aprenderme varios pasajes por si, en algún momento, le susurraba un pequeño fragmento para que se calmase..., ¡tengo primos pequeños que despertarían cuando lloran a un dinosaurio! Si te digo la verdad... me parece una copia bastante fácil de ver a "Platero y yo"... No hay más que ver su principio...

Y como bien me sabía retazos del libro que leía Marcos y el del buen Platero, recité el principio, para darle a conocer la similitud... Y es que yo aún no sabía la palabra "plagio", o al menos "adaptación infantil"...:

Platero es pequeño, peludo, suave -recitaba-; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro...

Luego hice una breve pausa y le hice entender, o eso intenté, que Fray Perico y su borrico era la antesala de un gran libro...:

El borrico de Perico, es pasmoso, pesado y pardillo; tan gordo por abajo y tan peludo el borrico que se parecía todo a su amo, que era su viva imagen... Sólo las orejas de franela sobre su caabeza son tan suaves como un desternillante cosquilleo de algodón...; En fin... Marcos... -dije como cambiando de tema-, ¿te vienes a jugar? Los chicos, y también alguna chica -apostillé-, quiere "explorar", y yo también quiero, claro... ¿Vamos?

Tu lo que quieres es que te parta la cara—dijo Marcos amenazandole con el libro enfadado—Serás empollón. Mira que comparar a Fray Perico,Calcetín y sus aventuras con esos rollos para mariquitas de clase.

Los párpados se me cayeron como cuando alguien está muy enfadado con otra persona, y entrecierra sus ojos como con ganas de acabar con su vida. Sin dilación alguna, me mordí los labios de abajo, miré fijamente a Marcos y comencé a negar con mi cabeza... Desde luego no sabía apreciar lo que era bueno; vale que Fray Perico no era mal tipo, pero habría que ver quien meaba antes sus pantalones si lo tuviera delante... dicen que los frailes asustan mucho... nosé... eso dicen... El caso es que me di la vuelta y con cierto desdén dejé a Marquitos postrado con su borrico entre sus manos.

Pues vale... -le dije-. Yo no sé quien será más mariquita, si el borrico de franela o el fraile... bueno, el fraile no puede ser... Hala, ahi te quedas.

Era tímido, pero cuando me salía la vena...

Tras unos breves minutos viendo saltar a la comba, me levanté sin más. Estaba perdiendo el tiempo, no había ninguna chica con falda y además eran un poco feas. Una vez en pie busqué al resto del grupo, especialmente a la niña rara esa que hablaba de exploraciones. Visto lo visto ibamos a tener que buscarnos la animación por nuestra cuenta. A ver qué se le ocurría.

- Oye tu niña... digo dirigiéndome a Alicia... ¿no tenías ganas de explorar o algo? Esto es un rollo y tenemos toda la mañana libre... hablo en alto ya para todos.... los castigados de las salchichas y patatas fritas, podíamos darnos una vuelta... sí tú también Lucía.

- Habría que cargar con todos.

Al fin parecía que alguien tomaba las riendas y se decidía por hacer de una vez la excursión... o la salida... o lo que fuera, y contaban con ella, que era lo que más le importaba. Se sentiría muy mal si decidían dejarla atrás... pero no, el gordito al final había aceptado, aunque Lucía sabía en el fondo que lo había hecho a regañadientes. Bueno... es su problema... pero voy a ir sí o sí.

- Entonces ¿nos vamos ya?

Había un tono de duda en su voz. No era de tomar iniciativas, era mucho mejor que los demás propusieran un plan y ella ya lo seguiría, uno porque no le gustaba y dos porque así no la podían llamar marimandona.

Sí.- Contestó a Lucía y dió unos pasos hacía Guillermo que parecía haberse convertido en el lider explorador.

¿Sabes qué Alicia? Esas cosas de explorar castillos encantados  que dices seguro que les darán mucho a los niños pequeños, pero nosotros ya tenemos nueve años eso no nos asusta nada de nada.- Se mostraba muy seguro, pero jamás se metería en un castillo encantado para demostrar que no tenía miedo.

- Nos estamos amuermando aquí sin hacer nada, y lo que es peor, como salga la monitora esa igual nos manda trabajar o algo. Es mejor que desaparezcamos... como fantasmas... en un castillo. Jejejeje... al reírme se me movieron los mofletes acompasadamente.

- Venga, ¿alguien más para la aventura?

Uzo dejó allí a Marcos con su borrica y se acercó al grupo. Parecían todos dispuestos ya a marchar, incluso las chicas... y la decisión con que íban parecía que ni la mandona de Laura podría quitársela. El caso es que tenían unas horas libres y habrían de aprovecharlas.

¿Nos vamos ya? -preguntó tímidamente mientras miraba a Guillermo, que parecía hacer las veces de líder-.

Bueno, dijo la niña que ahora era el centro de atención y la responsable de dar alguna idea, podríamos recorrer toda la muralla del recinto, puede que encontremos algo interesantes.

Y en cuanto a los castillos encantados no dan miedo…..  ¿Habéis estado en alguno? ¿habéis estado en su criptas llenas de sarcófagos? ¿Habéis recorrido sus lagos pasillos mientras las madera cruje y el viento golpea las ventanas? ¿Habéis…? Dejo la frase a medias, e hizo una mueca de desdén. Creo que ninguno ha estado en un castillo encantado, si no no hablaríais así de ellos.

- Perdona niña... ¿Alicia te llamabas no? Soy de Valladolid y estoy harto de ver castillos, como sabrás es la provincia con más castillos de España.

Guillermo hizo una pausa condescendiente y miro desde su altura a la niña enclenque y desvalida.

- Además dudo mucho que hayas visto más que yo, que hayas dormido como yo en ellos, esperando las doce de la noche y escuchar las cadenas y los ruidos y los búhos y todo eso.

Dejó el tema porque se le estaba yendo de las manos y tampoco quería pasarse de listo, pero desde luego una chica renacuaja no le iba a quedar por cobarde.

Al principio la idea de recorrer un castillo le pareció interesante, pero cuando escuchó lo de las cadenas, los sarcófagos, los fantasmas y todo lo demás... buf... ya no le hizo tanta gracia. Por suerte allí no habría castillos a los que quisieran ir a pasar la noche.

- También podíamos ir al bosque ¿no?

Sólo espero que no se me echen encima por hacer esa propuesta. Pensó no sin cierto temor a que de nuevo alguno de ellos, sobre todo el insoportable de Guillermo, se volviera a burlar de ella.

Uzo sacó el inhalador y le dió una buena "calada". No es que comenzara alguna de sus pequeñas crisis asmáticas, pero era mejor prevenir, pues veía esa cantidad de flores por todas parte y prefería estar en presencia de esos sarcófagos y cripas que decía Alicia... bueno... no. Tampoco era comparable; bien que le gustaba a Uzo leer toda clase de cosas, pero bien que prefería a Fray Perico y su Borrico antes que leer acerc de, por ejemplo, eso que a tanta gente (sobre todo algunos mayores) les llama la atención: "Drácula" o algo así... en fin... ellos no saben lo que se pierden cuando dejan de leer un cuento con dibujos...

Yo creo que en el bosque si que nos podemos perder... -respondió Uzo-, a no ser que hagamos algo para remediarlo, como dejar migas de pan...

Eso le recordaba a alguna "pequeñita" historieta...

Como seguro que no hacemos nada es quedándonos aquí de pie discutiendo sobre castillos, fantasmas y buhos. Y discutiendo quien es más o menos valiente.- Terció, intentando poner paz entre Guillermo y Alicia.

Aunque si no hacían nada más en los próximos minutos José se iría con Felipe a tratar de cazar la musaraña, lo tenía decidido. El bosque es una buena idea, no nos perderemos porque tampoco vamos a adentrarnos mucho en él ¿Verdad?