Partida Rol por web

Los sueños de Ekaitz

I. Proximus sum egomet mihi

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13/03/2013, 10:49
Juana de Bestea

Juana se sintió intimidada por la situación, había respirado profundamente al encontrarse con tres hombres de dios en la misma mesa, y ahora corría el riesgo de perder esa protección y quedarse de nuevo sola en medio de todos aquellos brutos. La situación le daba un cierto pánico. Tenía bastante tiempo para llegar a San Sebastian antes que el carguero con paños de Flandes, así que tomó la decisión de ayudar a aquel joven si los sacerdotes lo hacían, así por un lado seguiría bajo la protección de aquellos hombres piadosos, haría una buena obra que nunca estaba mal sumar buenas obras antes de ir al cielo, y... bueno, no había ya tercera razón.

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13/03/2013, 15:31
Justo Gotxea

Justo sabia que algo pasaba, pero tampoco le dio tanta importancia. Esta gente siempre quiere darse a conocer. Por las oraciones a San Juan y el codigo Iustiniano! Seguro que es por una ramera. Justo estaba  más acostumbrado a tratar con gente delirante, pues en el hospital el sindrome del Camino de Santiago estaba a la orden del día y era  logico que gente de esta calaña se presentara con una misión o la misión verdadera. Vamos ahora dira que tiene una misión para nosotros. Lo que le extraño esque el medico no pensara lo mismo que el pues en el hospital lo primero que diagnosticaban es ese fervor por el Camino. Quizás no sea de por aquí... bah... Ya se dara cuenta

Justo hizo como si le interesara lo que aquel iba a decir pero en el fondo sabia que eran locuras, locuras de un demente.

Ekaitz habla esperamos tu... problema.

apoyo la mano en el hombro del medico y le hizo un gesto de esperar.

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13/03/2013, 16:09
Yosef ben Moshe

No me esperaba que el hombre me asiera de la chilava y casi pierdo el pie. Mientras nos pedía ayuda a gritos le examiné; respiraba, estaba consciente y no tenía manchas de sangre en sus ropas por lo que poco podía hacer por el. Tal vez él que afirmaba ser médico pudiera hacer algo más.

Me quedé callado esperando que contara más detalles, padre me esperaba en Irún y aunque el Deuteronomio hablaba de ayudar al hermano, parecía claro que el necesitado no era uno de los hijos de Jehova.

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15/03/2013, 19:48
Ekaitz

No, no... -y al tiempo levantó la mano en señal de negación hacia el posadero en referencia a la propuesta del de Oleti en cuanto a la manzanilla-.

El tal Ekaitz, ante la instancia a la calma de los presentes (Pol, Aingeru, Oleti, el posadero y también alguno de los allí presentes), se relamió los labios por el caldo, tragó saliva, suspiró y entonces, apoyándose en el hombro del posadero, se incorporó para tomar la silla más cercana.

Todos los clientes se aremolinaron en círculo ante el tipo, que ya había captado la atención completa, unánime. Entonces, una vez sentado, entrecruzó las manos sobre la mesa, miró para abajo y comenzó a relatar. Comprendió que aquellas formas tan poco propicias y desesperadas de contar una cosa, por muy grave que fuese, no caerían en atención de nadie.

Ve...veamos... -intentó reorganizar sus pensamientos mientras entrecruzaba sus dedos con fuerza de vez en cuando-. Soy natural de una aldeita al pie del monte Saastarri -los naturales de Guipúzcoa y algunos otros viajeros ubicaron enseguida la situación: término municipal de Ataún-. Hace unos días partí en busca de unas hierbas medicinales muy abundantes en la región de Andoain, las cuales mi padre necesita -resopló con los ojos cerrados, apesadumbrado-... Esas hierbas le urgen, ¿sabes ustedes?, pues contrajo unas fiebres y se encuentra realmente grave... ¡temo que muera! ¡que ya haya...! -el muchacho se relamía los labios, algo nervioso, al hilar toda la historia-.

La expectación era máxima en la taberna.

Cuando ya volvía a mi pueblo, adentrado ya de fondo en Andoain, tuve la mala fortuna de toparme con unos bandidos que intentaban violar a una mujer... -¿sería aquella de la que hablaba el tipo que fracasó como contador de historias? ¿Quién sabe...?-, y se dieron cuenta de mi presencia, y yo... asustado, pues salí corriendo como pude. Éstos salieron tras de mi ¡Ay, y cómo corrían!, y las tan grandes ansias de matarme eran que no se lo pueden ni imaginar... Y en mi huida tropecé con algo, alguna rama o piedra y entonces caí por un terraplén, rodé pa'bajo, vaya...

El muchacho se llevó las manos entrelazadas a su cabeza, atusándose la frente con la cabellera, como si le doliera, o tal vez como si intentara recordar algo. Parecía algo frustrado.

De ese momento recuerdo poco, la verdad -continuó-; tan sólo que me levanté, me había quedado yo sin sentido seguramente, y supuse que los bandidos me habrían dado por perdido o muerte, de verme allí tumbado...

Pero, verán... ¡verán ustedes!: ¡la maldita suerte! Que después de recuperarme un poco y volver al camino de mi casa entré en una posada cercana, a unas leguas de Asteasu, donde vi a lso bandidos bebiendo... ¡y me vieron!

Resoplando de nuevo y mirando a todos, de uno en uno.

Salí como jabalí en celo de allí, y éstos me persiguieron de nuevo. Fue cuando he llegado hasta aquí, ¡a Tolosa!, y creo que me han seguido hasta esta misma taberna... al ver gente dentro, he creido que era un buen refugio... ¡Ay..., mi pobre padre! ¡Padre mío!

Finalmente se llevó una mano a la cara, con la que se apoyaba, y comenzó a negar la situación y aquellos encuentros malditos con malas gentes ¿qué había hecho él más que querer curar a su padre?

Entonces se puso de pie, cruzó sus manos y apeló por la benevolencia de quien allí había

¡A...ayú...ayúdenme! -dijo Ekaitz mirando a todo el mundo- .¡¡AYUDENME a regresar a mi hogar!!

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16/03/2013, 02:54
Pol de Labastida

El muchacho había hablado, y Pol sentía que debía formar parte de aquella historia, al menos del final; pues había un hombre enfermo, y como médico había jurado ayudar a todo aquel que pudiese beneficiarse de su arte, tal como lo hiciera Hipócrates dos mil años antes.

-Yo iré contigo, muchacho -le dijo, con determinación, aunque su voz era algo temlorosa-. Y si aún no has encontrado esas hierbas, te ayudaré a encontrarlas. Mas temo que en este asunto, además de quien restañe la sangre, necesitarás a alguien que sepa derramar la de esos bandidos que te persiguen.

Echó un vistazo a la concurrencia, y detuvo su mirada en el hombre de la cicatriz, pues cuando se ve una de tal tamaño suele hablar de la experiencia en combate del que la luce. Una vez, un soldado al que curó, que estaba lleno de ellas, le dijo que cada cicatriz era una enseñanza muy valiosa, que cada una simbolizaba una victoria frente al zarpazo de la muerte.

Por tanto, tenía claro que, de no acompañarles ese hombre, no iría él tampoco, aunque se hubiera querido hacer el héroe siendo el primero en prestarse. Sin embargo, de alguna manera intuía que sí les iba a acompañar; se tomaba lo que acababa de suceder como una prueba que Dios le había puesto antes de regresar a Labastida. Ese pensamiento era el que no solo le había impedido retirarse a un segundo plano para evitar meterse en problemas, como habría hecho en cualquier otra ocasión, sino que además le había impelido a prestarle ayuda a aquel desconocido.

Así pues, ya estaba hecho; solo había que esperar las reacciones del resto de la parroquia. Más tarde, si finalmente salía a hollar los caminos con Ekaitz, tendría la oportunidad de preguntarle más sobre la enfermedad de su padre.

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16/03/2013, 04:01
Aingeru

- Muy bien, os acompañaré pero primero necesito terminar aquello que me trajo a Tolosa - digo casi como un reflejo, los años de intentar hacer lo posible por compensar los crímenes de mi familia me habían hecho muy difícil negarme a un pedido de ayuda. - De seguro esos bandidos no se atreverían a asaltar a un hombre de Dios y aún menos si estas buenas gentes nos acompañan.

Necesito contactar al menos a Deunoro para venderle la mercancía prometida y quizás pueda dejar el resto bajo cuidado en algún monasterio. De seguro el padre Prior lo comprenderá.

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16/03/2013, 10:24
Alex de Oleti

La historia de aquel joven implicaría sin duda la presencia de hombres no ajenos a la violencia. No eran los bandidos un campo en el que el párroco supiera defenderse adecuadamente. Pero tampoco quería lavarse las manos ante el asunto y dejar al pobre hombres desprotegido. Dos de sus compañeros de mesa ya se habían ofrecido a prestarle ayuda, y uno de ellos era médico, lo que favorecería sus necesidades... pareciera que la bondad había arraigado únicamente en la tabla en la que él había decidido sentarse.

- ¡¿Es que no habéis oído a este joven?!- vociferó dirigiéndose al resto de la estancia, alzándose cuan alto era.- ¡¿O es que no hay hombres de bondad, ni buenos cristianos en este lugar?! ¡¿Acaso no esperaríais el mismo trato de tratarse de vosotros mismos o vuestras familias, vuestros hijos?!

En realidad, aunque como buen hombre de fe sentía el impulso de ayudar al joven, no veía su lugar en aquella empresa. No sólo por la naturaleza de la misma, sino porque sus propias obligaciones le ataban en demasía a lo que había ido a hacer aquella noche allí, y a una parroquía que no deseaba ver desatendida de forma tan repentina. Y por supuesto, los viajes. Alejarse de aquel entorno conocido, y más aún con semejante temporal, le producía desasosiego... Al menos confiaba que sus palabras calasen en alguno de los presentes lo suficiente para prestar su apoyo a aquel que decía llamarse Ekaitz, o causar el arrepentimiento en los que no. Algo que aportar en lo que sí que era su campo.

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16/03/2013, 10:40
Alex de Oleti
Sólo para el director

Ya siendo no lanzarme a la empresa tan de golpe, pero es que aún no veo que la misma motive lo suficiente al personaje (lo vería pelín forzado)

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20/03/2013, 00:11
Justo Gotxea

Justo cruzo las manos en señal de pocos amigos y a continuación quiso sentarse porque las palabras de aquel llamado Ekaiz parecian llenas de mentira. Pero algo hizo cambiar de parecer y arregañadientes no se sento. Como pueden creer a la primera de cambio a un pequeño granujilla. Seguro que lo que queria es comer algo de caliente y seguro que ahora pagarle una cama caliente. Ja y ahora lo que faltaria es que le pagaran una barragana. Inconcedible!

Justo puso una cara de pocos amigos pero sus camaradas de clero hacian que Justo dijera si. Y eso no le gustaba, no le gustaba meterse en asuntos "extraños" Si ni siquiera sabemos si nos quiere robar!

Bueno... No se en que te podre ayudar pero si mis compañeros del clero te acompañan, no veo porque yo no lo tengo que hacer.  Dios protegeme, que de esta no salgo!

 

Notas de juego

En serio! esto en la edad media pasaba y nadie le ayudaba, por muy curas que seamos!

Otra cosa: hay alguna oracion que sea para saber si Ekaitz miente? Yo no lo he encontrado pero quizás...

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20/03/2013, 12:13
Alex de Oleti

Notas de juego

Ey, que yo no me he apuntado aún a ayudar al chaval! Por ahora me estoy limitando a incitar a otros a que se suban al carro; al fin y al cabo, estoy como tú, seguir de entrada al chico me parece bastante forzado para mní personaje. Te lo comento por si quieres que el tuyo se replantee lo de unirse a esa expedición.

De todas formas, me da que tarde o temprano tendremos que hacerlo, o no habrá partida para nosotros ^^U

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20/03/2013, 17:36
Ekaitz

Señor... -dijo Ekaitz desesperado por las palabras de Aingeru-, ¿esperar? Si me atrapan esos maleantes, me matarán... y también a mi padre, pues su medicina no llegara... ¡Mi pobre Padre!

Acto seguido, Ekaitz tomó la mano del médico de Labastido y le besó insistentemente las manos, pues no sólo había encontrado un protector, sino que era realmente médico. Quizá incluso pudiera ver a su padre en su pésimo estado febril una vez en el hogar.

¡¿O es que no hay hombres de bondad, ni buenos cristianos en este lugar?! -dijo Alex de Oleti-. Lo cierto es que la respuesta era "no" y "sí". Muchos de los presentes tenian sus propios problemas, asuntos que quizá les llegarían hasta el cuello tanto que inmiscuirse en los asuntos de cuaquier otro no haría sino traerle la ruina. Obviamente no todos los clientes de la taberna eran así, pero ninguno de ellos accedió a la empresa, tan sólo, de momento uno y otro con cierta condición.

 

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20/03/2013, 18:54
Aingeru
- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro empatía para saber si la situación es realmente tan urgente como la pinta, sobre todo la del padre ya que de seguro el tema de los bandidos puede esperar (según lo ve Aingeru al menos)

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20/03/2013, 19:48
Yosef ben Moshe

Buenos cristianos, que palabras más huecas y carentes de significado- Pensé mientras me levantaba y volvía a la mesa. Aquel hombre pedía ayuda para una empresa que me alejaba en lugar de acercarme al lugar al que me dirigía y solo a cambio de lo que aqullos sacerdotes llamaban caridad cristiana.

¿Que más ofreces para hacer algo atractiva tu solicitud?- Le pregunté, aunque de primeras no pensaba acompañarlo, nunca había que renunciar a un posible negocio antes de saber todos los detalles.

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20/03/2013, 21:51
Juana de Bestea

Juana empezó a ponerse nerviosa, hasta el punto que tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para controlar su ansiedad ¿Violaciones? De repente miró a su alrededor y todos los rostros le parecieron amenazantes, como si cada uno de ellos estuviese pensando en como subir más tarde y violar a la mujer que viajaba sola. Su mirada se posó después en los hábitos de los monjes y decidió que, a donde fuesen ellos, iría ella, aunque en vez de llegar a San Sebastian terminase en territorio moro.

Pero... ¿y si el hombre aquel mentía? Ella no era una conocedora del espíritu humano aunque... bueno... 

- Tiradas (1)
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20/03/2013, 22:22
Director

Hay algo que no os cuadra. Algo no os cuadra, no es lógico. Sin duda alguna que veis en el rostro de Ekaitz la cara de la desesperación y el miedo, y que esas muestras de nerviosismo al hablar de hombres y fulanos que le persiguen es bastante real, ciertamente es así. Pero parece que hay algo más, aunque no llegáis a percibir el qué. Parece como si mintiera en ciertos aspectos de su historia.

Haced cada uno una tirada de Memoria (PER), Aingeru, bonus de +50%, Juana, bonus de +20%.

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20/03/2013, 22:28
Ekaitz

Te ofrezco cobijo en mi casa... un favor de por vida, por ayudarme a salvar a mi padre... -decía con ciertas lágrimas de desesperado-. Poco puedo ofrecer yo... -enjuagándose las lágrimas y secándoselas con la manga-.

Ciertamente, Ekaitz debía ser un aldeano de algun remota aldea, y pocos dineros podría él ofrecer siendo persona humilde, como su padre. Sus lágrimas mientras respondía eran desesperadas ¿un padre marchitándose a cada segundo mientras se discutía si ir en su busca o no? Ekaitz incluso haría una locura de no ayudarle nadie, y era salir en plena nevada y de noche en busca de su hogar, pese a quien le rondaba los pasos hostilmente desde hacía poco.

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20/03/2013, 23:29
Aingeru

- De seguro esos bandidos no son peligro estando aquí y no se atreverían a atacar a un hombre de Dios, mucho menos 3. Tienes aún las hierbas contigo o acaso las perdiste? Si hay que ir nuevamente en su búsqueda será mejor que nos digas dónde y cómo son. - pregunto con una sonrisa aunque con la intención de descubrir un posible engaño.

Aquella historia no encajaba y aunque sin duda el joven parecía desesperado todo ese asunto de las plantas no resultaba demasiado creíble con este clima. Encontrar plantas en buen estado con las nieves de estos días resultaba poco creíble, si era mentira preguntando un poco más seguramente terminara por descubrirse.

- Tiradas (1)
Cargando editor
20/03/2013, 23:48
Juana de Bestea

Puedes empezar por contar toda la verdad... 

- Tiradas (1)
Cargando editor
21/03/2013, 00:45
Ekaitz

Ekaitz se sorprendió, sollozando mientras intentaba hablar.

Pe... ¿perdón, señor? ¿La planta? -respondió-. La tengo conmigo..., di con ella antes de los altercados, verá.

Entonces comenzó a hurgar entre sus ropas, bajo su capucha. De un trozo de tela envuelto sacó unas especies de ramitas y las puso encima de la mesa. Luego repitió la operación con otro "manojito" sacado también bajo sus prendas.

Es brezo, señor, ¡mire! -dijo señalando el primer montón-, y ésto de aquí es cinoglosa, para aclarar la garganta, que mi buen padre tose mucho... -y volvió a acordarse-. Co... ¿contar la verdad...? Puedo repetírselo, ¡mi padre se halla enfermo! -Ekaitz se quedó mirando a la mujer que dudaba de sus palabras y hasta ahora no había intervenido mucho en aquella taberna-.

Notas de juego

El que quiera puede hacer una tirada de Conocimiento Vegetal (CUL).

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21/03/2013, 00:53
Director

En tu pasado, conociste a alguien anmésico (no obviamente detectado con ese nombre actual). Y al ver a Ekaitz y atender un poco a cómo contaba las cosas y sus reacciones, te diste cuenta que actuaba de tal forma que un amnésico. Ekaitz habló de un tremendo golpe, quizá eso tuviera algo que ver.