Partida Rol por web

Los Últimos Días de la Libertad

¿Qué ha pasado hasta ahora?

Cargando editor
22/09/2022, 11:15
Narrador

CAÍDA DE LA REPÚBLICA Y NACIMIENTO DEL I IMPERIO GALÁCTICO

Los últimos años en la República habían sido convulsos. La corrupción política y el inmovilismo burocrático afectaba a un sistema que hacía agua por todas partes. La innumerable cantidad de leyes, enmiendas, decretos y mecanismos de control hacían que aprobar cualquier medida llevara un considerable retraso en meses. Los planetas y sistemas más alejados del núcleo se sentían indefensos ante las trapacerías de señores del crimen, políticos locales o federaciones empresariales con objetivos turbios. Por si fuera poco, los Caballeros Jedi, defensores de la República, se encontraban con las manos atadas para intervenir en los conflictos. La gente común se volvía hacia ellos en busca de ayuda y no obtenía más que excusas.

En medio de todo este caldo de cultivo, emergió la figura del Senador Palpatine. Procedente de Naboo, Palpatine tenía un don para conocer las motivaciones y los puntos débiles de sus rivales políticos. Poco a poco se convirtió en una fuerza poderosa en el senado. Aunque sus propuestas parecían un tanto extremas, no cabía duda de que daban resultado. Cuando los Separatistas escindieron parte de la galaxia y se proclamaron independientes, fue él quien promovió la actualización de la desfasada armada republicana y la creación de un ejército de clones para combatir en la guerra civil posterior. Las llamadas "Guerras Clon". También fue Palpatine el que llevó a ambos bandos a la mesa de negociaciones cuando la situación se empantanó sin un resultado claro.

Lo que nadie sabía, es que Palpatine era un Lord Sith y el causante de todo esto. Sus acólitos fueron enviados a desestabilizar los sistemas periféricos hasta el punto de ruptura mientras que él empujaba a la República a la guerra. Cuando ambos bandos agotaron sus ganas de lucha y después de millones de víctimas, Palpatine emergió como figura conciliadora. El pueblo llano vio en ese senador su única esperanza de paz y prosperidad.

La República es un modelo obsoleto que se halla bajo el influjo de los perniciosos Jedi...

Así comenzaba el senador Palpatine el discurso que llevó a la gente de Coruscant a alzarse en armas contra los Caballeros Jedi. Palpatine encauzó el descontento y el odio de la gente debido a la guerra y lo dirigió hacia los Jedi, su verdadero objetivo. De la noche a la mañana estos guardianes de la paz se vieron sometidos a una campaña de odio y difamación. La gente necesitaba que le dieran algo que cambiara su situación. Y Palpatine les dio un objetivo.

El primer paso fue proclamarse Emperador del Imperio Galáctico con la aprobación unánime del Senado. El segundo fue la reforma completa del ejército y la marina republicana. Se destinaron miles de millones de créditos a nuevas armas, naves y tropas. Los voluntarios se agolpaban en los centros de reclutamiento atraídos por la promesa de un futuro mejor en el Imperio. El ejército clon fue desmantelado de la noche a la mañana. La nueva Armada Imperial, que superaba en número y tecnología a los Separatistas, barrió del mapa cualquier resistencia e integró esos sistemas al nuevo Imperio.

LOS CABALLEROS JEDI

¿Y qué pasaba con los Caballeros Jedi mientras tanto? Obviamente, los miembros del Consejo Jedi sabían que Palpatine era un practicante del Lado Oscuro de la Fuerza. Pero, desgraciadamente, ser un Sith no estaba castigado en ningún planeta de la galaxia y, técnicamente, Palpatine no había cometido ningún crimen. Tampoco podían declararle una guerra abierta a Palpatine o intentar asesinarlo, ya que iba en contra de su código. A los Jedi sólo les quedaba la opción de ser escuchados por los senadores. Pero no dio resultado.

Palpatine fue más rápido y hábil. Dirigió a la opinión pública y al populacho contra ellos. Les acusó de ser los responsables de la guerra y de no importarles en absoluto la gente y sus destinos. La masa era fácilmente manipulable. Centenares de personas asaltaron el templo Jedi y lo incendiaron. Los Caballeros no podían levantar la mano contra civiles. Evacuaron su centro de saber y se llevaron todo lo que pudieron consigo. El Imperio declaró proscritos a los Jedi y autorizó a cualquiera a darles muerte allá donde los encontraran a cambio de suculentas recompensas. Cazarrecompensas, asesinos, mercenarios y demás ralea se dedicó en cuerpo y alma al exterminio de todo aquel que llevara un sable de luz sin importar su edad. Y liderando a todos ellos estaba un misterioso Lord Sith al que nadie conocía hasta ahora: Darth Vader.

ACTUALMENTE

Han pasado cinco años desde todo esto. El Imperio se extiende imparable por todas partes y, aunque al principio parecía ser la solución a los problemas de la galaxia, ha comenzado a implementar una serie de políticas bastante opresoras, sobre todo en contra de las especies alienígenas a las que no parece tolerar. Las gentes están comenzado a preguntarse si no cometieron un error al apoyar este nuevo régimen y en el Senado Imperial empiezan a alzarse las primeras voces con Bail Organa y Mon Mothma a la cabeza.