Partida Rol por web

Los Últimos Días de la Libertad

Vâshanâ Vidha

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01/10/2022, 11:48
Narrador

Dolor. Agonía. Postrada en el frío suelo de aquella bola de hielo, Vâshanâ rumiaba su fracaso con creciente ira. No daba la talla para ser Caballero Jedi. Ni siquiera Vader, aquella oscura némesis exterminadora de sus camaradas, la había considerado como una rival digna. Se había marchado sin dedicarle una segunda mirada. Acompañado de sus tropas, el Imperio había abandonado el planeta cumplida su misión: la muerte de la maestra Prana Chit.

Las ropas de la Jedi, lo único que había quedado después de que su cuerpo fuera uno con la Fuerza, comenzaban a quedar enterradas bajo la ventisca de nieve que soplaba cada vez más fuerte. Tenía que salir de allí o correría la misma suerte que su mentora.

Entonces, como respuesta a sus plegarias (o sus maldiciones), escuchó el débil sonido de un motor repulsor. Un pequeño transporte en el que iban dos hombres cubiertos de la cabeza a los pies en gruesas pieles, se detuvo a unos diez metros. Seguramente habían acudido después de ver partir las naves, cuando todo era seguro, a ver qué podían rapiñar...

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05/10/2022, 14:12
Narrador

Desde el suelo, Vâshanâ giró la cabeza para ver a los recién llegados. Los dos hombres detuvieron el vehículo y se bajaron con paso rápido.

-¿Estás seguro de que era aquí? -preguntó uno de ellos.

-Sí, vi las naves despegar desde este preciso lugar.

-Pues aquí no hay nada, ni vehículos ni nada que aprovechar.

-¡Sigue buscando, estúpido!.. ¿Qué tienes en las manos?

-Nada, parecen unos harapos viejos... Espera, ¿qué es esto? -uno de los hombres tenía en las manos el sable de luz de Prana Chit.

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06/10/2022, 23:18
Vâshanâ Vidha

Ahogada en una turbia vorágine de sentimientos, la mente de Vâshanâ se mantiene lo suficientemente difusa como para no lograr concebir una idea clara después de todo lo que acaba de ocurrir. Miedo, rabia, frustración... incapaz de reaccionar ante la muerte de su maestra, la padawan solo es capaz de mantenerse de rodillas oculta en un rincón, mirando sin ver mientras su cuerpo se va entumeciendo por el frío.

Ni la llegada de los chatarreros llega a sacarla de sus pensamientos, ni la habrían sacado de ellos... si no hubieran llegado a coger aquel artilugio cuasisagrado para la Orden, tal y como era aquel arma que identificaba a los de su clase.

- Su-su... suelta eso. - Se susurra para el cuello de sus ropas, atónita ante lo que ocurre y sin terminar de procesar lo que acaba de acontecer.  - Deja-déjalo... - Sin pretenderlo, se encuentra estirando la mano, en dirección a los hombres. Al no hallar reacción alguna ante sus palabras, pues el tono sigue siendo prácticamente inaudible, logra casi erguirse y dar un primer paso. - Suéltalo.  - Saliendo de su escondrijo tronando su voz, ahora sí perfectamente audible. - ¡Es peligroso, suéltalo!

Y habiendo reclamado ya la atención de aquellos hombres, habiendo abandonado finalmente su escondrijo y avanzando hacia ellos obcecada y sin la razón presente por su mente, deseando únicamente recuperar el sable de su maestra; aunque no sabe muy bien por qué, vuelve a gritar. - ¡Que lo sueltes, insensato!

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09/10/2022, 16:28
Narrador

Los dos hombres se vuelven hacia Vâshanâ alertados por sus gritos. El que llevaba el sable laser lo deja caer sobre la nieve como si quemara. El otro se lleva la mano al interior del abrigo pero cuando ve a la maltrecha jedi desarmada y con ese aspecto la vuelve a sacar despacio.

-Vaya ¿Y tú de dónde has salido? -pregunta.

-¿Estabas aquí cuando?.. -pregunta el otro elevando su mirada hacia el cielo.

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13/10/2022, 01:02
Vâshanâ Vidha

A paso ligero y con el aplomo fruto de la obcecación, la muchacha se aproxima a aquellos hombres; o más bien al sable láser, mientras se cubre el rostro de la ventisca con el brazo y con la mano. Según recorta distancia, la neblina de su mente se va difuminando y empieza a ser consciente de detalles que se le habían pasado por alto, fruto de la falta de juicio... y del excesivo frío que la atoraba inevitablemente. ¿A dónde iba tan valiente ahora que había constatado que la palabra, pese a quien le pese, en confrontación directa con la violencia no tenía nada que hacer?

Paulatinamente va bajando el ritmo, comenzando a dudar hasta detenerse a escasos pasos del arma de su maestra... y de los restos de la misma; o de sus ropas, mejor dicho. Contemplándolas por unos instantes mientras procesa con retraso las preguntas que le han dirigido, sube la mirada hacia ellos y responde enérgica a causa de la ventisca, que de ser por ella, en perspectiva, tal vez lo más inteligente habría sido quedarse oculta un rato más.

- De ahí. - Y señala exactamente el punto del que ha venido, respondiendo a la primera pregunta. Reflexiva, instantes más tarde, responde al segundo. - Ojalá... ojalá no hubiera estado.

Previendo preguntas incómodas, hace un ademán por orientarlas mientras se aproxima a las ropas de la maestra Chit, antes de acomodárselas encima con una congoja terrible aprisionándole el pecho. Pero debía combatir el frío a toda costa. - El Imperio... El Imperio lleva años buscando a los dueños de estas... estas cosas. - En referencia al sable láser. - Están condenados irremediablemente a muerte.

Soltando una buena bocanada de vaho al suspirar, reflexiva sobre lo que acaba de decir, se quiebra por sus pensamientos mientras su voz suena algo rota, algo influenciada también por el fruto del frío.

- No creía... no creía que realmente fuera así. No... Yo... - Tensa, se muerde sutilmente el labio mientras aprieta los dientes, llegando a hacerse una breve herida que prácticamente ni sangra a causa del frío. - Yo no lo sabía. - Prácticamente susurra.

Empujando con toda la fuerza de su ser a un lado una línea de pensamientos que amenaza con quebrarla, alza la voz mirando a los hombres. - ¿No tendréis... un vehículo cerrado, verdad? No vine... preparada para semejante frío. - Observa mientras se arrebuja bajo las ropas de su maestra.

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14/10/2022, 15:01
Narrador

Los dos hombre se dan cuenta de que la joven no lleva más que su túnica de jedi y un ligero abrigo encima que no sirve de gran cosa contra la terrible ventisca que se está levantando.

-¡Sí, sí, claro! ¡Ven con nosotros, tienes que estar helándote!

El vehículo de los chatarreros en un viejo deslizador que parece estar a punto de caerse a pedazos. Tiene la forma de un cilindro, con una cubierta frontal de plexiglas para poder pilotar y una zona trasera para guardar carga. Vâshanâ es acomodada entre viejos trastos en la zona trasera. Uno de los hombres le entrega una gruesa manta.

-Toma, esto te ayudará. Llegaremos enseguida a la ciudad. Si hay algún indicio de problemas tápate y nosotros nos encargaremos.


El viaje no es muy largo en el traqueteante vehículo y la joven se queda adormilada. Un chirrido la saca de sus pesadillas sobre sables laser y hombres de armadura negra. Por la ventana frontal puede ver que ha llegado a una pequeña ciudad de edificios blancos y redondeados. Algunos están conectados entre ellos por pasarelas cubiertas construidas en cristal para proteger a los habitantes del frío exterior. El deslizador se mueve entre calles estrechas cubiertas de nieve y gente abrigada hasta las cejas. Finalmente se detiene en un callejón cualquiera.

-No podemos llevarte más lejos sin que alguien se haga preguntas -dice uno-. Imagino que no tienes ningún lugar a dónde ir ¿Verdad?

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16/10/2022, 00:20
Vâshanâ Vidha

Con la mente abotargada, al apretar las telas contra su nariz a causa del frío, la muchacha se encuentra absorta al percibir el aroma de Prana en las ropas de su maestra. Escucha de lejos la respuesta a la pregunta que lanzó. Y sin comprender inicialmente, observa cómo los dos hombres se ponen en movimiento, procediendo a seguirles por inercia.

Como un resorte fruto de la necesidad, al observar el sable láser que poco a poco comenzaba a cubrirse por la nieve, la padawan lo recoge con urgencia según pasa a su lado, y no duda en custodiarlo poniéndoselo en el cinto antes de cubrirse entera de nuevo.

Una vez en el vehículo, rota y helada, Vâshanâ se recoge sentada haciéndose bola y se cubre completamente con la manta hasta la cabeza. Lejos de sentir alivio, en la más absoluta oscuridad, se le escapa como una tos un pequeño gemido que precede al llanto. Aplastando la manta con las manos contra su rostro, tensa, tiembla y exhala con violencia aire por la boca en una suerte de grito sin emitir ruido alguno, como tratando de sacar aquella asquerosa opresión en el pecho que le impide respirar con comodidad. Sin éxito aparente.

 

Tras el breve viaje en el que el agotamiento pasa factura y acaba soñando con cosas que no desearía volver a soñar, saca la cabeza de debajo de la manta y sus ojos llorosos observan la ventana mientras va moviéndose levemente al son del traqueteo. Cuando siente que detienen el vehículo, la presión en el pecho dispara. ¿Y ahora qué?

Las palabras del hombre le devuelven a la realidad por un instante. ¿Le estaban ofreciendo algo parecido a ayuda?
- Gra... gracias por traerme hasta... - Sin tener ni idea de dónde se encuentra, alza la vista de nuevo a la ventana desde la que ve el callejón. - aquí. - Poderando brevemente alguna idea interesante, se reconoce inútil en una situación como esta. Con el espíritu roto no será capaz de dar con la respuesta correcta, por lo que decide ser sincera. - No... creo que no. Tampoco sé dónde estoy ahora mismo.

Brotando el atorado instinto de supervivencia, casi sin pensarlo se le escapa la siguiente pregunta. - ¿Sabéis... dónde podría hospedarme o encontrar refugio... o dónde podría trabajar... al menos temporalmente para sacarme unos créditos?

- Tiradas (1)
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18/10/2022, 14:42
Narrador

Los dos hombres intercambiaron una mirada incrédula.

-Estás en Viskt. Es la ciudad más cercana al lugar en donde te encontramos. Nosotros tenemos que continuar nuestro viaje. No somos de aquí. Seguramente en cualquier cantina puedan conseguirte algo, aunque no creo que sea un trabajo demasiado digno.

-Otra cosa -dijo el otro señalando el cinturón de la joven-. Será mejor que ocultes eso. Sabemos lo que eres pero no es asunto nuestro. Sin embargo hay muchos aquí que te venderían al Imperio por unos créditos. Cuídate.

Sin más que decir, el vehículo se volvió a poner en marcha dejando a la joven Jedi sola en la ciudad.

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20/10/2022, 19:36
Vâshanâ Vidha

- Gra... gracias. - Alcanza a decir la muchacha antes de que aquellos hombres la abandonaran a su suerte tras haberle dado unas mínimas directrices.

Así pues, sabedora de que se encuentra en Viskt, trata de hacer memoria sobre lo que pueda saber de aquel lugar. Después de todo había venido con su maestra a aquel planeta alejado de la mano de Rep-Imperio por alguna razón. ¿Por qué diantres habían ido a aquel lugar? 

Ofuscada, frustrada y aferrándose a las ropas de su maestra, la padawan hace por cubrir debidamente ambos sables láser en la parte de atrás de su cinturón, bajo el resguardo de la capa y una improvisa túnica bien ceñida con parte de los restos de las ropas de su maestra.

Nerviosa y desubicada, se toma un largo rato para cobijarse en un rincón del callejón que la ponga algo a salvo del inclemente tiempo. Dejando fluir una inmensidad de sentimientos y pensamientos negativos que no la llevarían a ninguna parte, finalmente consigue algo de silencio en su cabeza, y es cuando procede a salir en búsqueda de algo de ropa, trabajo, cobijo... cualquier cosa que le permita sobrevivir antes de poder ponerse a pensar con "tranquilidad" en un plan de contingencia.

- Tiradas (2)
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21/10/2022, 15:37
Narrador

La joven se protegía del frío con su túnica pero sabía que no aguantaría muchas horas más así. Intentaba ir por las calles más estrechas y concurridas para que la gente y la altura de los edificios la protegiera del frío. Buscaba algún lugar que pudiera cubrir sus necesidades más inmediatas. Entonces encontró la entrada al mercado principal de la ciudad.

El mercado estaba construido en el interior de un edificio circular de techo acristalado hecho de piedra gris. Gruesas columnas soportaban el peso del techo y las tiendas se esparcían en su interior formando laberintos compuestos por establecimientos y puestos abiertos. La gente se movía aquí y allá agradeciendo el calor que daba su interior.

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24/10/2022, 21:34
Vâshanâ Vidha

Aliviada por la agradable temperatura del interior, aproximándose a puestos al azar, la muchacha va preguntando por aquí y por allá respecto a asuntos que le puedan ser de interés de forma inmediata tales como dónde conseguir nuevas ropas, en otros preguntando por trabajo, en otros por refugio, en algún otro por alguna sobra que pudieran darle. En algún otro presentándose como forana y preguntando por el gobierno local. En otros lados por la próxima festividad más próxima... etcétera.

En todo momento, por supuesto, asegurándose que nada que no deba verse se muestre ante miradas indiscretas.

- Tiradas (1)
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28/10/2022, 14:55
Narrador

Vâshanâ es una joven agradable. Y los comerciantes del mercado se sienten predispuestos a hablar con ella a pesar de ser de fuera. La Jedi se entera de que el planeta está bajo el control del Imperio, obviamente, pero no tiene presencia militar. Han derivado las funciones al gobierno local y la policía planetaria.

-¿Festividades? -comenta una anciana que se encuentra colocando su mercancía, algún tipo de pescado asado, en los estantes de su puesto-. Hija, aquí hay poco que celebrar. Únicamente tenemos una especie de evento con la llegada del nuevo año. Toma, se te ve un poco famélica -la mujer le pasa un trozo de pescado que Vâshanâ devora con avidez. Está delicioso.

-Si no tienes donde pasar la noche -comenta un hombre que regenta un local de tejidos, telas y alfombras-, puedes ir al centro social en la plaza. A veces hay sitio para la gente sin hogar y les dan un catre y algo caliente para comer durante una noche. Pero vigila tus pertenencias -dice frunciendo el ceño-. A veces se junta demasiada calaña allí.

-Podrías trabajar en el mercado -le informa un tercero. Un vidriero que vende vajilla, copas y jarrones de fino cristal que más parece hielo pulido-. Hay gente que podría contratarte para llevar cosas de aquí a allá o traer mercancía. Aunque en las tabernas de la zona del espacio puerto siempre se necesita ayuda para atender mesas o limpiar.

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04/11/2022, 21:16
Vâshanâ Vidha

Tras agradecer a cada uno de sus interlocutores; en especial a la mujer que le da algo para comer, Vâshana se mueve algo más por la zona preguntando por alguna taberna tranquila, barata y decente en la que "poder tomar algo". En realidad, su intención es ver si en algún sitio en el que no parezca haber grandes sobresaltos pudiera encontrar trabajo, e incluso hablar con el dueño para "hospedarse" temporalmente allí hasta que encuentre algún sitio donde poder cobijarse dignamente antes de probar suerte en el espacio puerto, pues es sabedora de que le sería muy conveniente un cambio de indumentaria antes de exponerse demasiado.

Por el momento, la muchacha es capaz de sobrellevar gran pérdida sufrida al tener objetivos inmediatos a muy corto plazo que la hacen mantenerse en movimiento por la inercia, peroes plenamente consciente de que en cuanto tenga un momento de tranquilidad y soledad, sus sentimientos se acabarán desatando por el agotamiento.

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09/11/2022, 15:39
Narrador

Varias personas le recomiendan el mismo lugar: El Tauntaun Blanco. Una taberna con habitaciones en alquiler en el piso de arriba. Es un lugar tranquilo y separado del bullicio de la plaza principal. Siguiendo las indicaciones de la gente, Vâshanâ llega al establecimiento sin muchos problemas. Tal y como le habían contado, es un lugar pequeño pero cálido, construido en elegante piedra blanca e iluminado con unas lámparas en las paredes que le dan un tono familiar. Lo regenta un matrimonio humano de mediana edad. El sitio cuenta con pocos clientes cuando la joven cruza el umbral. Pero lo prefiere así. Se sienta en una mesa del rincón y se pasa la capucha por la cabeza.

-¿Qué va a ser, guapa? -le pregunta la mujer acercándose a ella.

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14/11/2022, 20:28
Vâshanâ Vidha

Tras agradecer a los locales por su hospitalidad, actuando mas por inercia que reflexionando, Vâshanâ acaba en el Tauntaun blanco emocionalmente cansada pero concentrada en el aquí y ahora.

Así pues, cuando la mujer se le acerca y pregunta, le dedica una leve sonrisa aunque muy expresiva por la mirada pese a estar cubierta parcialmente por las sombras de la capucha, y le responde en un tono afable y suave:

- Buen día. Hospedaje y trabajo, si es posible. - Prácticamente murmura mirando a los labios de la mujer.

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16/11/2022, 14:06
Narrador

No sabía si era por el aspecto desvalido de la joven o por su voz suave y reconfortante, pero lo cierto es que la propietaria se sintió movida a ceder a los deseos de la joven. El local era discreto y apenas daba beneficios, pero aún así se las arreglaron para buscarle un sitio a Vâshanâ


Una semana más tarde, la joven jedi se encargaba de las mesas, barría el suelo y echaba una mano en la cocina. A cambio recibía una habitación para ella sola en el piso de arriba, manutención y algo de dinero, tampoco mucho, como para cubrir las necesidades más básicas. Los clientes no hacían preguntas ni tampoco se propasaban con ella. Eran sólo vecinos y gente de la zona, que prefería esta tranquila taberna a otras mucho más ruidosas, y peligrosas, de la zona del espacio puerto.

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21/11/2022, 00:42
Vâshanâ Vidha

Los días pasan trabajando duro en la taberna. Aquel lugar podría considerarse que estaba bien en muchos sentidos, incluso podría decirse que Vâshanâ era afortunada de estar en un lugar como aquel, pero a sus ojos, en su mente, aquella fortuna no era digna de tener en cuenta.

Sus pensamientos están focalizados en el trabajo. Con el cuerpo ocupado y la mente centrada en su labor, la muchacha evita el dolor y pensamientos desagradables de todas las formas dignas que se le ocurren. Solo a la noche, cuando ya no debe poner buena cara, ni ser agradable, cuando el cuerpo no tiene que hacer y la mente inconscientemente se relaja o cede al agotamiento, la angustia, la frustración y hasta el dolor físico se apoderan de ella, muchas veces encontrando por fin el sueño cuando su silencioso llanto termina por dejarla exhausta.

Haciendo por hacer un pequeño avance, los pequeños ahorros que consigue los invierte en nueva ropa. Ropa poco llamativa y bien holgada, de segunda o tercera mano en verdad, pues procura desprenderse de aquella vestimenta con la que vino aquí lo antes posible, incluso la de su maestra salvo un jirón de la túnica que utiliza como coletero, a modo de recuerdo que le permite sentirla cerca... aunque ya no esté allí. Incluso llega a cortarse el pelo.

Cuando sobrevivir parece haber quedado garantizado, la búsqueda de un nuevo oficio y lugar en el que vivir parece ser lo más deseable, pues tampoco pretende abusar del buen hacer de sus anfitriones, de los que se siente realmente agradecida y pretende agradecer de alguna manera... con el tiempo, cuando pueda.

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30/11/2022, 12:12
Narrador

Con el paso de los días, Vâshanâ se va integrando en el día a día de la ciudad y comienza a conocerla un poco mejor. Después de deshacerse de casi todo lo que le recordara a su antigua vida en el Templo Jedi, empieza a frecuentar más asiduamente la zona del espaciopuerto. Con sus ropas anodinas que ocultan su aspecto, la joven padawan puede mezclarse mejor con todas las gentes de distintas razas que deambulan por allí.

Haciendo alguna pregunta inocente acá o allá, o simplemente paseando por la zona, se va enterando de lo que está ocurriendo ahí fuera. El Imperio está ofreciendo suculentas recompensas por información que lleve a la caza y captura de los últimos fugitivos Jedis que quedan en la galaxia. Especialmente de dos de ellos: el maestro Yoda y el maestro Obi Wan Kenobi, de los cuales nada se sabe desde hace cinco años.

Dado que la zona del espaciopuerto era la que más interesaba a Vâshâna, ya que era la que tenía las noticias más suculentas, se las arregló para encontrar una habitación en un sucio hostal cerca de allí. Era lo máximo que podía permitirse con lo que ganaba en la taberna y pensaba que era lo mejor tanto para ella como para los propietarios que tan cálidamente la habían acogido. No quería que se vieran inmiscuidos en nada de su antigua vida.

Notas de juego

Puedes seguir trabajando en la taberna actual o emplearte en alguna de la zona del espaciopuerto. Como también conoces algo de informática, algún taller o tienda podría utilizarte para llevar las cuentas y realizar alguna pequeña tarea de mantenimiento.

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12/12/2022, 22:53
Vâshanâ Vidha

Aun rota, Vâshanâ se mueve por inercia y por el intinto tras tantos años de instrucción en la academia, tratando de reprimir emociones innecesarias que no den lugar a algo positivo en el momento. Igual no lográndolo, pero al menos, lo intenta.

Así, ya habiéndose conseguido un cuchitril de mala muerte donde poder dormir, decide buscar trabajo como camarera en algún tugurio relativamente tranquilo para lo que cabría esperar en el espacio puerto. Es consciente de los riesgos que entraña merodear por la zona más de lo debido, pero asume que cuanto antes consiga ubicarse realmente con la situación y con las posibles oportunidades que nazcan, cree que podrá tomar la mejor de las decisiones en consecuencia.

Notas de juego

Entiendo que trabajar como camarera en esas zonas puede ser lo más... conveniente siendo que se ha desprovisto de los rasgos característicos jedi (trencita inclusive). Así recaba información y podrá obrar en consecuencia.

Trabajar como contable o similar la mantedría lejos de la información más... directa seguramente.

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23/12/2022, 11:24
Narrador

Dos días después, la joven jedi ya tenía otro empleo en una de las cantinas de la zona del espaciopuerto. Había mucho más trabajo que en su anterior local y aquí la clientela no parecía tan amistosa. Sin embargo, lograba pasar desapercibida todo lo posible, fundiéndose con el entorno mientras intentaba empaparse de todo lo que pudieran captar sus oídos.

Precisamente una de las noches en las que más trabajo tenía, se encontraba limpiando una de las mesas cerca de cinco hombres que hablaban entre ellos en voz quizás demasiado alta. Las cervezas y los licores fuertes del local habían hecho mella en ellos.

-Han vuelto a subir las tasas aduaneras -se quejaba uno-. Cada vez nos cuesta más aterrizar en estos malditos planetas del Borde Exterior.

-Tenemos que pagar los costes de desescombro de Coruscant -se quejaba otro.

-¿Todavía están con eso? Pero si fue hace cinco años... -dijo un tercero.

-Ya lo sé, pero allá en la capital se lo toman con calma. El Templo Jedi era una construcción ciclópea y parece que la están desmontando con toda la calma del mundo.

-Asquerosos Jedi -opinó un cuarto dando un sorbo a su bebida.

-Sí -volvió a decir el primero-. Nos han llevado a la ruina. Dejan caer a la República en manos de este "Imperio" y, aún muertos, nos siguen hundiendo.

-¿Es cierto que han desaparecido todos?

-No, aún quedan unos pocos. El Imperio ofrece recompensas por todos. Han publicado un listado de los supervivientes por la Red Imperial. Está todo ahí.

-Escuchad -intervino de nuevo el tercero en voz baja-. He oído que la semana pasada uno de ellos llegó aquí ¿Es cierto?

-Yo he oído que fueron dos... Pero que uno escapó.

-¿Estás seguro?

-Sí, eso me han contado en el mercado. Incluso que hay gente por la ciudad interesándose en el tema...

-¿Ah sí? ¿Y qué más has oído?

Pero Vâshanâ no pudo seguir escuchando porque la llamaron a gritos desde la cocina. Se había quedado paralizada con el trapo en la mano y ahora reclamaban su atención...