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Los últimos días de Midgard

Acto III: El precio de la sangre

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04/07/2017, 16:46
Director

 El relato de como atravesaron el puente, de como sus hermanos habían conseguido honorables monturas que las llevasen a la batalla o la entrega que hicieron de las armas era algo que podía quedar para otra historia. Las hermanas de Frigg habían cumplido con creces, y el espíritu de Heimdall las había acompañado en su aprendizaje en una ceremonia fortuita y fugaz que las había llevado a gozar de nuevas armas. Frigg ahora blandía uno de los martillos más parecidos al Mjolnir que se habían forjado jamás. Sus propiedades eran casi idénticas al menos, un arma acorde a una guerrera de su talla.

 Dejaron atrás las sirenas de alarma y los cuernos de batalla en su reino para descender sobre Midgard y Galactus como relámpagos furibundos.

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04/07/2017, 16:56
¡Galactus!

 El escenario fue desolador. La luna estaba completamente destrozada, como si un meteoro hubiese impactado contra ella y de un solo golpe la hubiese hecho añicos. La Tierra no presentaba mucho mejor aspecto, aunque aún no había sido consumida. Galactus con la mandíbula desencajada de algún mal golpe, y a falta de algún diente gritó, mientras por sus labios caía un líquido viscoso y azulado.

 No era sangre. Era energía pura.

 - ¡¡¡¡¡NNnNIiIiInnNGGggÚnN HhomMbBbRRE PpPueEdDeE DETttEeNnEEErMeE!!!!!

 Gritó en cuanto notó su presencia, su entrada había sido una sorpresa para él, pero esa sensación duraría poco. Se preparó para atacar, en vez de defenderse, estaba harto de aquello, pero crecido ante la idea de haber destruído al padre de todos.

 Debían saberlo.

 ¡¡¡HhHHA MUuUERRttToOOoO!!! ¡¡¡SEeRréis lAs siguieEEeNnTTTesS!!

 No había rastro del abuelo. Pero era evidente que no lo había conseguido.

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11/07/2017, 14:40
Frigg

El grito con el que Frigg llegó a Midgard era de rabia pura y adrenalina desbocada. 

No le daba pena el estado del planeta o de su luna... Aunque para su abuelo podría ser tan o más importante que Asgard, para la guerrera no era más que otra de tantas rocas muertas que vagaban por aquél universo que aún se estaba reponiendo de las calamidades que Gorr le había infligido. Aunque lo intentase -y no iba a hacerlo- no sentiría pena por aquella roca que ya llevaba eones muerta.

Pero no ver a su abuelo fue causa de furia. Esperaba encontrarle luchando de forma suicida contra aquella fuera del Universo, no simplemente desaparecido.

Pero algo... algo le decía que no estaba muerto. Frigg miró a Galactus a los ojos con una expresión que helaría la sangre de cualquier otro mortal o Dios.

Extendió el brazo hacia un lado y gritó: 

¡¡Mjolnir!!

¿Qué esperaba con aquello?

Evitar la muerte de su abuelo.
La guerrera no había notado nada especial, por lo tanto posiblemente aún no era la 'legítima dueña' de Mjolnir... Lo que significaba que su abuelo seguía vivo.

Tanto si su abuelo estaba vivo como si no, recuperaría su cuerpo y lo pondría a salvo... Luego ya pensaría si tenía sentido sacrificarse por una roca muerta, o por vengar a un viejo dios suicida. Diosa del Trueno o no, su primer y último deber era para con Asgard, no para Midgard.

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27/08/2017, 15:38
Director

 Entonces ocurrió algo que no sucede todos los días. Ante la mirada atónita de sus hermanas, y quizás de la propia Frigg, un trueno rompió la débil atmósfera de lo que quedaba de planeta. El Mjolnir acudía a la llamada de un nuevo Thor, aquel digno de su lealtad. No sería la primera ocasión en la que la lealtad de aquel arma mística rivalizaba entre dos o más entidades, pero esas historias eran más del deleite del intelecto de su hermana mediana que de la guerrera Frigg, mucho más parecida a su abuelo cuando tenían la misma edad.

 ¿Aquello significaba algo?

 El martillo acudió con la sumisión de una bestia indomable ante la mano firme de Frigg, pudo sentir que tenía consigo un poder que no podía tomarse a la ligera. Su aspecto, por otra parte, no varió, ni sintió nuevas energías más allá de las que gozaba como hija del trueno. Ambos martillos estaban dispuestos a servirla en aquella empresa suicida. Su abuelo no estaba allí, pero sí el arma que lo había seguido durante prácticamente toda su existencia. ¿Se había convertido Thor en el Padre de Todos abandonando su antiguo nombre? ¿Había muerto?

 A Galactus no pareció importarle aquel acontecimiento. Gritó con frialdad, en realidad, no alzaba la voz, simplemente era atronadora por su naturaleza más que divina. Aquella fuerza del equilibrio en el cosmos tenía una fea herida en el pie, literalmente un agujero que lo atravbesaba, y que ahora se cerraba lentamente mientras trataba de consumir el planeta. Sus hermanas no dudaron al lanzarse contra él, y fueron repelidas tan rápido como rápidos habían sido sus intentos.

 Con un brazo que quitó de su arma traga-mundos, golpeó a Atli tan fuerte que su cuerpo rompió la barrera del sonido precipitándose a kilómetros, su montura murió al instante, y ella no tuvo ni un momento para hacer una broma. Un cráter inmenso y una columna de humo y arena monumental después, la pequeña luchaba por ponerse en pie ensangrantada en nariz y boca. Galactus había despojado a la menor de su humor de un plumazo.

 Su hermana Ellisiv había tratado de engañar a Galactus con copias de sí misma. Galactus debía haber sentido la energía de la real y había golpeado con menos intensidad con rayos que brotaban de su boca ensangrentada de morado, no había muchos daños que lamentar, pero el quejido que emitió le impidió decir nada más. Si el abuelo no había podido, ¿Cómo iban a poder ellas? Se preguntaba, a juzgar por la mirada que dirigía ahora mismo a Frigg. ¿Qué hacemos? Se debilitaba perdiendo la esperanza.

 Galactus simplemente ignoró a Frigg entonces, buscando consumir el planeta si se descuidaban.

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30/08/2017, 10:04
Frigg

Frigg recibió a Mjolnir estupefacta. En el fondo de su corazón, esperaba que no llegase, y que apareciese su abuelo hecho una furia con Mjolnir en la mano... Pero no fue así.

Para Frigg, nadie había más digno que su abuelo, de manera que si el martillo la había elegido, solo podía significar que Thor estaba muerto.

Una lágrima le recorrió la mejilla. Tenía clara cual era la prioridad como elegida de Mjolnir: Asgard. Y cual era su prioridad como buena asgardiana: Vengarle.

Aquél debate interior duró poco. Machacaría a Galactus hasta que el cuerpo de Thor estuviera en Asgard, entonces se retiraría. Consumiría aquella roca, sí, como debe hacerse... Pero se llevaría unos buenos recuerdos por haber matado a su abuelo. 

Frigg apretó los dientes, mientras lágrimas de rabia le resbalaban por las mejillas, mientras lágrimas de ira brotaban de sus ojos furiosos.

Buscad su cuerpo y llevadlo a Asgard. Ordenó sin opción a réplica. Yo lo entretengo hasta que lo tengáis.

Con sus dos martillos en la mano, apretó los puños con fuerza hasta que sus nudillos quedaron blancos.

¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!!

Sin pensarlo demasiado, se lanzó contra la máquina de Galactus con ambos martillos, dispuesta a hacerla picadillo, o dañarla tanto como pudiera. Eso le entretendría persiguiéndola y daría tiempo a sus hermanas.

No planeaba quedarse a morir, solo a darle unos cuantos golpes con tanto poder divino como pudiera reunir -poco importaba si Midgard estallaba en el proceso- y regresar a Asgard dejándole un recuerdo tan doloroso que le durase dos eternidades.

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19/10/2017, 16:16
Director

 Mientras Galactus se giraba para terminar el trabajo las hermanas se organizaban en el caos de un planeta muerto que temblaba desde su núcleo a punto de colapsar. La gravedad se distorsionaba, nada con lo que aquellos dioses no pudiesen lidiar sin problemas, pero fuerzas a las que cualquier mortal no podría estar sometido sin que la sangre rezumase como una cascada por todos sus orificios.

 El poder divino de Frigg, ahora digna poseedora del poder de Thor, pilló por sorpresa a la entidad cósmica, cuya construcción quedó patente que era parte de su cuerpo, herido más en el orgullo que fisicamente, presenció como la construcción se desmoronaba en parte, revelando la energía pura que se consumía directamente desde el planeta, ahora en su cauce interrumpida para no poder llegar hasta el nucleo de su propio cuerpo.

 El grito fue de ira, pero una ira fría y razonada, fría como la lógica que mueve a una entidad creada por el cosmos para regular la vida y la muerte.

 - ¡IIIiIinNnNNSsSeCCcTOoOSsSss!!

 ¡YA eEsS SsUuuUFFiiCiENtE!

 ¡VOoOLAD A ASgGARdD INSIGNIFICANTES DIOSECILLOS.

 Atli no estaba dispuesta a irse sin más, no reconocía en su hermana una autoridad, incluso ante la envidia de que pudiese dominar el poder de su abuelo, para ella, la venganza, ahora mismo era mucho más importante.

 - ¡Un insecto puede darte problemas! ¡Puto psicópata! ¡Te destruiré! ¡AUNQUE SEA LO ÚLTIMO QUE HAGA! - Tomo su nueva arma con fuerza, estaba enloquecida y dispuesta a lanzarse contra aquel ser cósmico, eterno, inmortal. Sus piernas, por el contrario, no se movieron, aunque mantenían el equilibrio surfeando sobre la tierra que se movía bajo sus pies como en un terremoto.

 - ¡¡OS DEVORARÉ, MIENTRAS EL CADÁVER DE VUESTRO DIOS VAGA POR EL COSMO, FRÍO E INERTE Y YO BRILLO CON LA FUERZA DE MILLARES DE SOLES!!

 Reaccionó Galactus entonces abriendo la boca, la luz en su interior cegó todo el sistema solar, incluido la propia estrella que alumbraba aquel sector del universo. Concentró su energía muy rápido. La hermana más sabia supo en seguida que aquello iba a estar mal, muy mal, apenas podrían soportar un ataque directo.

 En ese momento, dudaba si llevarse de allí a Atli o no. Pertenecer juntas o separarse, ella lo tenía claro, quería hacerle caso a su hermana, pero ¿Podía Frigg darles el tiempo suficiente? Sólo las tres juntas podían ganar tiempo, pero, ¿para qué? ¿Para dar con un cadáver?

 Si su abuelo no estaba allí, es que había muerto.

 - ¡No servirá de nada defendernos! - advirtió a Frigg, aceptando que ante ese ataque estaban condenadas - ¡No podremos salvar al abuelo, pero podremos vengarlo! - dijo, más inspirada en sus lecturas que en sus sentimientos.

 Las dudas poco importaban, ¿podían siquiera escapar?

 La hechicera entre las hermanas trató de conjurar alguna clase de encantamiento, pero este se rompió en cristales de realidad ante la cantidad de energía acumulada tan cerca. ¡Ni las leyes de la magia podía permanecer intactas frente a aquella fuerza de la naturaleza a punto de atacar! Para ella fue como un cate en la boca del estómago, se retorció y estuvo a punto de vomitar sangre.

 La menor, apretaba los dientes a punto de partirlos, sin parpadear, arriesgandose a quedar ciega ante aquella luz. Impotente, incrédula. Llena de rabia.

 ¿Qué podía hacer Frigg, que se encontraba frente a una gigantesca boca abierta a punto de extinguirlas?

 

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19/10/2017, 17:17
Frigg

Justo antes de que el sistema solar de Midgard se llenase de luz, Frigg lanzó una mirada a Atli.

¡Es una orden, Atli! Le gritó mostrando a Mjolnir. Ya no era solo su hermana mayor, ahora era... algo así como Thor, o lo más parecido que pisaba Midgard al parecer. ¡Volveré, pero no os puedo proteger si os quedáis, y no me voy a ir sin vosotras! Pensad en Asgard! 

Entonces todo se iluminó absolutamente, cegando aquél planeta. En unos años, las estrellas de alrededor serían testigos de la inexplicable supernova que Frigg tenía delante.

¡¡¡ESTA VA POR TÍ ABUELO!!!

La luz blanca de Galactus se tiñó de azul mientras Frigg invocaba su relampagueante poder, nutriéndolo más aún si cabía del poder de Mjolnir. Sus ojos eran azules, su voz, poderosa, y tal cantidad de energía podía palparse a su alrededor. Nunca había podido acudir a tal poder. Cuando Gorr la apaleó, no era tan poderosa, y cuando lo fue, no tuvo necesidad de usar todo su potencial.

Y ahora que iba a usar todo su potencial, éste era mayor aún de lo que nunca tuvo. Sabía que se le iba a ir de las manos, sabía que iba a quedar agotada. 

Le daba exactamente igual.

Un relámpago azul cubrió la distancia entre Frigg y Galactus a la velocidad de la luz. La nieta del trueno llevaba ambos martillos, y cerró el golpe con ambos en la frente del gigante destructor de mundos. Aquellos golpes iban imbuidos con la capacidad de destrozar un planeta por sí mismos, y quién sabe si no destrozaría su propio martillo en el proceso.

Le daba exactamente igual.

Aquél ser no sería asesinado aunque pudiera, Frigg entendía que ése era su papel en el Universo....
Pero se acordaría del día que osó hacer daño al abuelo de la actual esgrimista de Mjolnir, desde ese momento y para toda la eternidad.

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23/10/2017, 17:35
Director

 Un nuevo orden natural estaba a punto de establecerse. El impacto empujó a Frigg hacia atrás, no muy lejos del rostro destrozado de aquella fuerza de la naturaleza, o lo que quedaba de él. Tuvo que llamar a sus armas con todas sus fuerzas mientras se mantenía flotando allí.

 Apenas había visto nada, pero había sentido en su piel como explotaban, a milímetros, la energía de centenares de soles. Soles y mundos consumidos por el devorador más hambriento de la faz del universo. Ahora boquiabierto por obligación cuando uno de los martillos arrancó parte de su mandíbula para volver a manos de Frigg. Pero sus actos llenos de justicia divina no estaban tan justificados por aquel objeto que le otorgaría el verdadero nombre. Tal vez Frigg nunca sería conocida como Thor...o tal vez...

 El Mjolnir avanzó con menos fuerza hacia su mano, como si el hecho de que reclamase su presencia fuese sólo una eventualidad debida a la necesidad. Sus actos atendían a la venganza, pronto su sed de justicia se convirtió a su vez en prepotencia. Su cuerpo se encontraba repleto por la energía de los soles, casi como si le hubiesen conferido más poder. Podía permitirse seguir negándole la lucha a sus hermanas, discriminandolas. No eran iguales a ella, no llegaban a su nivel, diciendoles, a todas luces, que no tenían nada que aportar en aquel combate. Si alguien debía morir dignamente y ser recordado, debía ser Frigg. No era el mensaje en el fondo de su corazón, pero era el mensaje que subyacía a sus tradiciones. ¿Eran sus dos hermanas cobardes? ¿Eran tan sensatas como para huir? Los asgardianos no siempre destacaban por su prudencia y su sensatez, al contrario, muchos buscaban la gloria del combate. Ahora, Frigg, una y otra vez, quería negarles esa gloria. Para Ellisiv era algo comprensible. Aunque no soportaba que le diese "ordenes", eran hermanas, y ser la mayor no le concedía ya ninguna clase de privilegio, ante los ojos del abuelo siempre habían sido iguales dentro de sus diferencias. No podía evitar ver al abuelo en su juventud al mirar a Frigg, llena de confianza, apartando el miedo, convirtiendolo en fuerza y determinación, el mismo abuelo que fue desterrado por su padre, el padre de Todos, para reprimir esa faceta. Reconocía el buen fondo, porque en realidad, Frigg, al actuar sola, sentía que aquella batalla era un suicidio. No era momento de discutir.

 Para Atli era más dificil de afrontar...

- ¡Basta de juegos! - le grito a sus hermanas - ¡Vamos a matar a ese puto bastardo!

 Aunque bien podía haber dicho que iban a rematarlo. La onda expansiva del choque no había pasado demasiada factura en ellas, pero estaban notablemente debilitadas. Apenas habían podido absorber la energía, presentaban magulladuras e incluso sangre. Al comprenderlo, Frigg comenzó a sentir los mismos síntomas, como si le hubiesen golpeado en la boca del estómago con tanta fuerza como para dejarla fuera de juego. Sentía sus energías como fuera de lugar, Galactus reclamaba lo que era suyo, y en el cuerpo de Frigg restaba un cuerpo que había sobrevivido a lo que prácticamente ningún Dios vivo podría soportar. Aún así seguía flotando delante del que parecía ejecutado.

 Ellisiv corrió hasta su hermana y la detuvo abrazándola en una presa desde la espalda.

 - Nos vamos. - le negó el honor de luchar.

Atli prácticamente enloqueció. Sus ojos inyectados en sangre y sus gritos que soltaban espumarajos de saliva eran un reflejo evidente de que no deseaba retirarse, y menos ahora, que veía factible una victoria por su parte.

 Separarse nunca había sido un buen plan, más sabiendo que ella misma optaba por actuar a solas siempre que podía. Había aprendido que juntas eran más fuertes, el abuelo siempre se lo había dicho. Y ahora Frigg, se crecía en su soberbia y les "ordenaba" salir de allí como cobardes.

 - ¡No os lo perdonaré! - gritaba cegada por la ira a sus hermanas, sin poder librarse de Ellisiv.

 Y siguió dando gritos ensordecedores a medida que Ellisiv ascendía y se alejaba de allí. Buscarían al abuelo, su cadáver, y lo traerían a Midgard para que pudiese estar allí por última vez. Y si Galactus ganaba, entonces, sólo podrían llevar a su hermana y a su abuelo a Asgard, hasta que Galactus fuese allí y los consumiese a todos.

 El plan de Frigg no le gustaba para nada a Ellisiv, que solía ver más allá del momento. Si perdía todos estaban condenados, si estaban juntas y morían, lo habrían intentado, pero ya no habría nada que lamentar.

 Respetó sus aires de mando por el momento, pero a Atli le costaría mucho más aceptarlo, tal vez, nunca se lo perdonaría.

 Ya lo suficientemente lejos como para que los gritos fuesen un eco residual, Frigg contempló como Galactus se movía frente a ella. Con el rostro completamente desfigurado, con un gran cráter en la frente y la mandíbula en lo que antes hubiese sido su boca. Sin embargo, habló desde sus adentros, ensordecedor, sin necesidad de lengua o cuerdas vocales. 

 - ¡aAasssSSgGAAaARrD SsEerRÁ el PROxXiIMmO en AlLiMmEnNTArR MI SsSerR!

 Dictaminó, notablemente furioso.

 Frigg pudo notarlo entonces. Aquella forma, era como una proyección de lo que realmente era Galactus. ¿Cómo pude matarse una fuerza de la naturaleza? ¿Cómo puede morir un hermano de la muerte? ¿Un hermano de la Eternidad? ¿Tendría más éxito intentando destruir la realidad? ¿Estaba a la alcance de lo que el había llamado "diosecillos"?

 Mjolnir tembló en su mano, y era dificil saber si lo hacía por voluntad propia, queriendo huir, o lo hacía porque la mano de Frigg temblaba sin que pudiese impedirlo.

 - SSSeErRAaASs COoNssSUmMIDaA JuUnNTo  a ESsTaA RRrOCcaA.

 amenazó Galactus mientras consumía energía en el ambiente y no tan directamente de la propia Midgard. No se regeneraba, pero sin duda, eso no importaba. Sus reservas de energía, a pesar de estar débil y sumamente hambriento, eran mayores de las que Frigg había podido observar en alguien jamás.

 Huir, o volver a atacar. 

 Ya poco importaba. Pronto iría en busca de los asgardianos para vengarse de los actos de su abuelo y de ella misma.

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24/10/2017, 10:24
Frigg

Frigg sintió cómo sus hermanas se marchaban de vuelta a Asgard.

Ahora ella misma podía marcharse, todo lo que había que hacerse en aquella roca muerta estaba hecho. Había golpeado con todas sus fuerzas a la mayor Fuerza del Universo en venganza de su abuelo, y ya podía volver a su hogar a llorarlo, como en el fondo deseaba, sin que el peso de Mjolnir en su diestra fuera demasiado consuelo... Y en ello estaba cuando Galactus amenazó su propio mundo.

¿Cómo... puede hacer eso? Se supone que tienes una misión...

La nueva portadora apretó los dientes con fuerza, mirando lo que quedaba del rostro de Galactus. En guardia, pero sin intención de atacar... de momento.

Le señaló con Mjolnir y habló con voz atronadora, mas no amenazante.

Tú y yo somos fuerzas del Universo, del Equilibrio. Comenzó. Jamás te perdonaré haber matado a Thor, pero entiendo que se puso entre tu deber... Algunas lágrimas caían. Tal vez fue un necio al sacrificarse por esta roca. Yo me puedo permitir un arrebato sentimental, pero SE SUPONE que tú estás por encima de eso. Eres una fuerza del Equilibrio y te respeto por eso. Consume esta roca y las que necesites... pero Asgard no tiene nada que ver con ésto. Hasta ahora sólo pretendía dejarte un recuerdo del día que mataste a mi abuelo, pero deja a Asgard en paz, o no me dejarás más opción que luchar a muerte. Levantó a Mjolnir. Pues ahora soy su protectora.

Tú has matado a mi abuelo, y yo te he dado un golpe, ambos hemos sufrido por estúpidos arrebatos sentimentales. Yo te tiendo la mano y te... pido disculpas, Se disculpó sinceramente, pero mascando aquellas duras palabras Ahora en tu mano está dejarlo aquí, o seguir desequilibrando el Universo con esta lucha sin sentido.

Por el momento se mantuvo frente a él, esperando su reacción. Si quería luchar, lucharían en aquella roca muerta, no en Asgard. Con suerte... entraba en razón. Aunque lo dudaba con cada fibra de su cuerpo, debía darle una última oportunidad a la palabra, porque las consecuencias de un combate serían imprevisibles, aún en el imposible caso de que Galactus fuera derrotado, aún en el caso de que ella también muriese... y lo peor que podría suceder es que se ensañase con Asgard.

Eso no podía permitirlo... Por eso se estaba tragando toda su arrogancia y su ira que no eran pocas... Había demasiado en juego.

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27/10/2017, 17:45
Director

 Frigg estaba dispuesta a renunciar a las locuras de su abuelo, a esa sinrazón de defender una roca condenada. Sin vida, aquel planeta, no era más que una roca como tantas otras en el universo. No merecía la pena sangrar por ella, jamás se recuperaría la humanidad, ni lo que una vez fue. Su abuelo había sido un necio y casi obliga a Asgard a entrar en una guerra contra una fuerza imparable de la naturaleza..

 

 - ¡ERES MÁS SENSATA QUE LOS DEMÁS ASGARDIANOS! -reconoció un Galactus destrozado. Aceptaba no buscar venganza contra Asgard en ese mismo instante, con un asentimiento, mientras se preparaba para seguir consumiendo la Tierra. Su máquina, aparentemente externa a su ser, comenzó a regenerarse, como una extensión más de su cuerpo. Se preparó para terminar el proceso y consumir por completo el único mundo que había resistido a su ataque, el único mundo que no lo había rechazado sólo una vez, algo imposible. Un mundo lleno de leyendas ahora convertidas en polvo. Su venganza llegaba tarde, pero aquel mundo tendría que haber sido consumido hacía demasiado tiempo ya...sólo era eso, una cuestión de tiempo.

 Pero cualquier celebración duró poco...

 La presencia oscura de un ser antiguo quebró los cielos como si relámpagos de tinieblas lo recorriesen. Su voz era como la de Galactus, potente, firme, pero mucho más oscura, si Galactus representaba alguna clase de equilibrio, lo que aquel grito que entraba en la enrarecida atmósfera de Midgard era caótica, una voz que bebía del mal en sí mismo y de la corrupción.

 Frigg podría entenderlo al ver el arma que portaba en su brazo, un arma que aterraría a cualquier Dios, un arma que debió ser destruida, exterminada de la eternidad y la realidad, un arma capaz de corromper y matar a cualquier Dios. Incluido su abuelo.

 - ¡CUANNTAS VVECCES TTENGO QUE MATTAR A ESSOS ENTROMETTIDOS ASGARDIANNOS! - gritó enfurecido Galactus en ese momento al reconocer a Thor.

 Descendió como una estrella oscura recorriendo el cielo hasta caer contra Galactus, atravesándolos, creando un agujero en su abdomen y saliendo por su espalda. El rostro de Galactus no podía expresar sorpresa o dolor, pero sus gritos fueron testigos del tormento que pasaba ante la incapacidad de consumir aquel planeta rocoso.

 Apenas Frigg pudo recuperarse de lo que estaba viendo, sus hermanas apareciendo detrás.

 Apenas tardaron en volver, no podían ignorar la presencia que había sentido Ellisiv. Ni siquiera Atli estaba dispuesta a aceptar lo que veía. Todas reconocieron la espada destructora de Dioses, la espada de Gorr. Pudieron ver a su abuelo cuando el polvo y la arena se disiparon, levitando a la espalda de un Galactus encogido por el dolor que trataba de regenerar su abdomen sin mucho éxito.

 La armadura del abuelo era oscura como la inmensidad de un agujero negro, entre su cabello hebras de pura oscuridad, su mirada casi opaca, sin darle demasiada importancia a la presencia de sus nietas. Se había transformado en un corrupto asesino con una sola misión: destruir a Galactus y proteger Midgard con ello.

 - ¡¡NNNNOOOO!! - le negó Galactus con total frustración. Sus gigantescos ojos brillaron buscando la figura de Frigg.

 ¿¡Y AHORA!? -se burló, quizás sin estar esperando una respuesta, acumulando energía para contraatacar. 

 Sin duda Galactus pensaba que si el no podía consumir aquel planeta, lo destruiría.

El abuelo, envuelto en su traje de oscuridad, con hebras igualmente oscuras como energía corrupta que brotaba de la espada y de su cuerpo se alzaba ante todos como el último rey de Midgard. Un rey oscuro y corrupto. Aquel, ya no era Thor, él era...Necro-Thor, rey de Midgard, poseedor de la espada de Gorr, el carnicero de Dioses.

 

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28/10/2017, 13:57
Frigg

Frigg suspiró aliviada al escuchar a Galactus. Aún se le antojaba poca venganza aquél golpe cósmico como represalia por la muerte de Thor, pero... Asgard estaba en juego, y eso no podía permitírselo. Mucho menos ahora que Mjolnir estaba en su mano. Parecía que iba a decir algo más a Galactus, cuando aquella presencia se hizo tan palpable que podía notarse con cada fibra de su cuerpo divino.

Boquiabierta, pasmada, observó cómo se trataba de su abuelo... Casi se le caen los martillos de las manos de pura sorpresa.

Abuelo... Murmuró.

Entonces, Thor atravesó a Galactus salvajemente, con aquélla armadura, con aquella espada... que recordaba muy, muy bien. ¿Estaba Galactus realmente en peligro? Si él lo estaba... todo el universo lo estaba. Incluido Asgard.

Miró al suelo seco y yermo de aquella roca muerta. ¿Es que su abuelo prefería destruir lo poco que Gorr había dejado del Universo con tal de preservar aquél insignificante cuerpo celeste?

Frunció el ceño, y apretó a Mjolnir con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos.

¿Pasaría también por delante de su propia nieta?

En un parpadeo, Frigg estaba entre Thor y Galactus, asiendo sus dos martillos, y habló a Thor como nunca le había hablado: Con Autoridad. No se sentía superior a él, el absoluto, pero sí estaba convencida de que aquella pena, aquél dolor que sentía, aquella locura, aquél amor venenoso que sentía por Midgard le habían hecho cruzar una línea que jamás debía haberse cruzado.

¡¡¡BASTA!!! Gritó a Thor. ¿¿Es que pretendes terminar lo que Gorr comenzó?? Apretó los dientes con rabia. ¡FUERA LO QUE FUERA MIDGARD, YA NO LO ES!! ¿QUÉ HAY DE LOS QUE VIVEN, MALDITA SEA!???

Lágrimas corrían por las mejillas de Frigg, lágrimas de rabia, y mostró a Mjolnir.

¡¡Esto debería ser TUYO!! Gritó de nuevo. ¿¿QUÉ HACES, ABUELO?? ÉSTE NO ERES TU!!! SUELTA ESE ARMA MALDITA Y VUELVE A CASA!!

Notas de juego

¿Cuál es mi meta?

 - Frigg protegerá como pueda a su abuelo y sus hermanas, aunque para ello tenga que dar la vida.

 - Frigg jamás iría en contra del equilibrio del cosmos, incluso si con ello debe contravenir una orden de su abuelo.

Lo sientooooooooo!!!! 

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06/11/2017, 12:53
Thor

Thor se detuvo y miró a Frigg. Aún sentía aquella ansia de sangre que sólo sería satisfecha al matar a Galactus. Su deber era proteger Midgar, Asgar y sus nietas y no por nada era el padre de todos. Miró a Frigg, veía en ella algo de su propia juventud, cuando aún era un necio y no entendía nada. Había algo honorable en la actitud de su nieta, pero había razones que ella aún no acababa de entender. 

Como padre de todos, tenía bastante control de su mente. Aunque es cierto que el arma que portaba dominaba una parte de él y sabía que prácticamente había condenado su persona al coger ese arma maldita. Quería matar a Galactus a toda costa, objetivo que nublaba su mente, pero aún tenía lo suficiente de "humanidad" para darse cuenta de lo que ocurría y voluntad suficiente para saber qué hacía. Esta era su batalla y una de las personas más importantes de su vida estaba dispuesta a dar mucho para que él no destruyera lo que para ella era algo que creía que traía orden al universo. Lo que ella no sabía es que para Thor, todo era un caos y a medida que pasaba el tiempo, ese caos consumía desde dentro al propio Thor.

- Frigg - dijo sencillamente - aparta. Tu deber es proteger a tus hermanas. 

Si Frigg había usado un tono autoritario, el del padre de todos no se quedaba atrás. Al ver la rabia en los ojos de Frigg, entendió que debía darle otra prueba y llamó a Mjolnir

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06/11/2017, 15:09
Frigg

Mjolnir se fue de la mano de Frigg tan inevitablemente como se escapa el agua entre los dedos, dejando a la joven diosa del trueno boquiabierta, mirando cómo llegaba a la mano del que con toda seguridad era ahora el ser más poderoso del Universo.

Asió su martillo con ambas manos, seria. ¿Qué significaba aquello? El propio Thor era dueño de su martillo... de nuevo. Y estaba claro que no podría detenerle, seguramente ni siquiera con la ayuda de Galactus. Hiciera lo que hiciera... Thor vencería, y con Galactus y con aquella espada, quizá cayera la poca esperanza que le quedaba al Universo.

Aquél sombrío pensamiento se plasmó en la mirada de Frigg, en su expresión facial. No se caracterizaban los asgardianos por su temple, si no por su valor. Su corazón le decía que tenía que ayudar a su abuelo, su lógica le gritaba que aquél no era ya su abuelo, o al menos no tanto como para poner en sus manos el destino del Universo. Aquella espada había convertido a Gorr en lo que era, y ahora en manos de Thor...

Solo podía significar el golpe de gracia para el Universo, aunque la muerte de Galactus no significase nada.

Galactus. Dijo al titán sin mirarle. Abandona este planeta. Dijo, tratando de buscar otra solución, una que no significase más muerte y más sangre y más desequilibrio. Te daré tiempo si lo necesitas. Olvida Midgard, y quizá pueda hacer regresar a mi abuelo. Lucha, y lo de Gorr habrá sido solo el principio del Fin.

Le miró a la cara. A lo que quedaba de su cara. Ni para ti ni para él, esta mierda de roca debería significar nada. ¡¡Acabad con esta locura!!

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06/11/2017, 16:02
Ellisiv

 Ellisiv se acercó lentamente a Frigg y colocó su diestra justo encima de la hombrera derecha de la guerrera. Era su hermana, una mujer decidida, digna del poder de poseía, de la herencia que de alguna forma Thor había dejado en ella. Pero había olvidado algunas otras enseñanzas, como la importancia de estar juntas. Ellisiv podía empatizar con lo que sentía el corazón de la guerrera, comprenderlo e incluso estar a favor de su intento. La negociación parecía la mejor de las opciones.

 Confiar en Galactus es demasiado arriesgado. No se debe a nada ni a nadie, no entiende de moral, ni de pactos. Sólo consume. Esa es su existencia.

 Plasmarlo en palabras sería rebajar el tono de Frigg, debilitar su intento. Sólo guardó silencio asintiendo frente a Galactus. Tampoco quería enfrentarse a Thor. Su abuelo no era el mismo, pero seguía representando muchas virtudes en aquel universo. Una de ellas era la capacidad de sacrificarlo todo por lo que verdaderamente importa. Donde Frigg veía una una roca muerta, Ellisiv lograba ver, a través de los ojos de su abuelo, un recuerdo amado, algo a lo que merece la pena aferrarse.

 Temía que el abuelo sintiese la soledad, el abandono por parte de sus nietas. Pero matar a Galactus no parecía la solución a la larga, sólo una elección precipitada, necesaria e inevitable por las condiciones en las que se había dado aquel encuentro.

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06/11/2017, 16:08
¡Galactus!

 Galactus sostenía medio abdomen que caía sobre su mano derecha medio liquado y ennegrecido por la acción de aquella corrupción que Necro-Thor había imprimido en el golpe que lo había atravesado. Sangraba por doquier, y su rostro estropeado e inexistente buscó con sus ojos los rostros de aquellas diminutas criaturas que les ofrecía un pacto.

 El orgullo de Galactus era tan grande como su voracidad. Arrinconado, aceptar un trato, lo debilitaría en su posición, sería una forma de aceptar que buscaba clemencia, o el perdón. Thor había sobrepasado su paciencia hacía demasiado tiempo, y ahora era el momento de pagar.

 ¡¡UNNA AFRENTA SE LLEVA A CAABO!! ¡¡NO QUEDDA TIEMMPO PARA PERDDÓN!! ¡¡GALACTUS, DEVORADOR DE MUNDOS, NUNCA LO NECESITÓ!!

 QUE LOS QUE NADA HAN HECHO PAGUEN POR LAS ACCIONES DE UN INSECTO.

 PARA MÍ. NO IMPORTA.

 las últimas palabras resonaron por todo el sistema solar, a Galactus le importaba absolutamente nada que alguien pensase que algo era justo o no, sus acciones iban más allá de lo legal o lo moral, él tenía un cometido, y cualquiera que se inmiscuyera moriría ante su inmenso poder.

 Ocultó su terror ante las heridas incapaces de cerrarse, y se levantó entre toneladas de polvo que se alzaban como un tsunámi sobre la maltratada Midgard.

 Preparó un golpe portar en sus manos y lo que quedaba de su boca, cargando la energía de diez mil soles. Todos estallarían, todos serían consumidos por la luz.

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06/11/2017, 16:15
Atli

- ¡NO!

 Gritó Atli adelantandose a sus dos hermanas justo después de que Galactus indicase sus verdaderas intenciones.

 - ¡REVIENTALO ABUELO! ¡¡EXTÍNGUELO COMO LA COMADREJA QUE ES!

 ¡YO SÉ QUE ERES BUENO! ¡ESTA ES TÚ ROCA! ¡PATEALE EL CULO HASTA QUE NO PUEDA SENTARSE A COMER NADA MÁS!

 Atli gorgojeaba espuma por la boca con su ira, sus ojos, inyectados en sangre, tenían confianza plena en que su abuelo hacía lo correcto.

 Ellisiv se llevó la mano al rostro, con vergüenza, y en otra ocasión, Atli le hubiese sacado la lengua en respuesta. Pero la seriedad, el miedo y las piernas temblando, la preocupación por su abuelo, le impidieron tal gesto.

 Llegaba a entender a Frigg, y por eso, no la detuvo. Pero Atli había aprendido algo mejor que sus hermanas. Ellas estarían siempre juntas, tenían que estarlo, y si podían, tenían que estar junto a su abuelo, porque el verdadero poder de Asgard, de la familia, es estar unidos.

 Aquella roca no valía nada sin su gente. Pero era algo importante para el abuelo, y si lo era para él, no debían juzgarlo así, sólo apoyarle y luchar con él. Lo había dado todo, arriesgándose a ser consumido por la corrupción de una espada que reclamaría su alma.

 Con lágrimas en los ojos, finalmente, Atli gritó.

 - ¡ESTAMOS CONTIGO ABUELO! ¡ACABA CON ÉL!

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06/11/2017, 17:11
Frigg

Frigg miró a su hermana Ellisiv asintiendo. Entendía lo que quería decir, pero aquí el debate era otro: Luchar por el pasado, o luchar por el futuro, un debate que al final se reducía a "luchar por el orgullo o luchar por su Deber"

Galactus fue derrotado por "La Tierra" eones atrás, y en lugar de preservarse para cumplir con su Deber de mantener el equilibrio de ese universo malherido, prefería incluso la muerte antes que abandonar su venganza. 
Por su parte, Thor, prefería literalmente cualquier cosa, desde la destrucción del Equilibrio, su propia muerte o lo que era peor, su corrupción de alma antes que su deber como defensor de Asgard.

Se trataba de un choque de egos de dimensiones cósmicas, literalmente, y ambos estaban dispuestos a morir por su orgullo, por el recuerdo de un pasado glorioso que ambos anhelaban, antes que trabajar por el futuro que los Asgardianos y el universo entero merecían. 

A ninguno de los dos les importaba un ardite nada más que ellos mismos. Y Frigg no podía hacer nada por evitar que se matasen, simplemente aquél duelo pertenecía a otra liga.

La furia que esa frustración provocaba empezaba a concentrarse en sus puños, en sus ojos cargados de relámpagos. En una mano extendía su martillo hacia Galactus, y la otra mano la extendía hacia Thor... hacia Mjolnir. Le daba igual lo que pensase el martillo -si es que pensaba- Tanto si venía con ella como si no, canalizaría todo el poder que pudiese para lanzar una andanada de relámpagos tan salvaje hacia los dos contendientes que pudiera verse en toda la galaxia.

¿Estaban dispuestos a morir y a llevarse el Universo con ellos y no atendían a razones, no? Bien, alguien tendría que hablar por Asgard y por aquellos que podrían sufrir su orgullo desmedido.

¿¡QUERÉIS MORIR POR EL PASADO!? ¡ASÍ SEA! Bramó mientras los rayos los impactaban a ambos, y al propio Midgard, que obedeciendo las leyes físicas atraía la electricidad. ¡¡YO LUCHARÉ POR EL FUTURO, PAR DE DIOSES ARROGANTES!!!

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06/11/2017, 18:40
Thor

La ira y parte de la corrupción luchaban en el interior de Thor al oír las palabras de Frigg. No obstante, recordó que se trataba de Frigg, su adorada nieta.

- ¿ARROGANTES? - gritó Thor - ¿TU TE ATREVES A LLAMARME ARROGANTE DESPUÉS DE ESO?

Le lanzó una mirada autoritaria. En ella no había furia ni odio, tan solo amor y miedo. Amor por Frigg y miedo por su ignorancia, que podría ponerla en riesgo sin necesidad. Había que acabar con esto cuanto antes... por Frigg, por ellas. No soltó a Mjolnir ni éste hizo el más mínimo intento de ir con Frigg. 

- Demasiado jóven... demasiado ignorante... - pensó - demasiado que aprender. 

Se volvió a Galactus, visible apenas por la lluvia de rallos invocados por su nieta. A Thor ese débil intento de ataque no le afectaba y se preguntaba si a Galactus le harían algo después de la batalla que habían tenido ambos hacía pocas horas. No obstante, lo interpretó como una ayuda de su nieta, y dirigió los rayos contra el propio Galactus. Consumido en parte por la espada, pero aún dueño de su voluntad, Thor, o mejor dicho, Necro - Thor, fue derecho hacia Galactus, dejando a un lado a Frigg, para asestarle el golpe final, que acabaría con su vida.

- ¡GALACTUS! - gritó mientras se dirigía a él con la velocidad del rayo.

 

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06/11/2017, 19:07
Director

 La corrupción creció en el interior de Thor, sus nietas no estaban tan equivocadas, aquello era una locura. Atli se precipitó a añadir a la conversación algo que consideró importante:

 - ¡EL NEGRO TE SIENTA BIEN! ¡MÁTALO! ¡¡MÁTALO!! ¡¡¡MÁTALO!!!

 Un grito acallado por los truenos y la voz del Padre de Todos.

 - ¡YO SOY THOR! ¡ EL DESTRUCTOR! - no hablaba su abuelo...sino otra presencia, otro Dios más cruel y decidido...más oscuro...

 - ¡EL THOR QUE SEGARÁ TU ALMA! - informó a Galactus, como si fuera el mismísimo Gorr. - ¡EL THOR, QUE A SU PASO, DEJA LA DESESPERACIÓN!

 Aquel era...Necro-Thor. Digno, a pesar de su oscuridad. Un remanente del antiguo Dios seguía vivo, pues el martillo no le abanonaba. Frigg sintió como estaba a punto de conseguir que su llamada tuviese efecto, pero algo había en su interior que retenía a aquel martillo en la mano de carne y hueso de su abuelo.

 - ¡AHORA SOY EL THOR QUE PRESERVARÁ ESTA ROCA POR SIEMPRE! ¡HASTA QUE LA ÚLTIMA DE LAS ESTRELLAS DEL UNIVERSO ESTALLE EN PEDAZOS! ¡HASTA QUE EL ESPACIO SEA UN LUGAR VACIO Y SILENCIOSO!

 Amenazó con voz profética mientras se lanzaba con todas sus fuerzas. Los rayos de Frigg lo envolvieron, atacaban a la corrupción, sin aparente daño, y Mjöldir los llevaba consigo, como un arma más digna que aquella espada corrupta para ayudar a su abuelo, fuese o no su intención. 

 La explosión ensordeció la roca y la galaxia.

 El negro lo consumió todo. La luz desapareció por completo durante unos minutos. No se oía nada. Era el poder más absoluto del vacio y la muerte.

 Aquel era el poder de Necro-Thor. Si no había matado a Galactus, él se habría inmolado sin duda.

 Aquel era el FIN.

 Para bien...o para mal...