Partida Rol por web

Justo cuando iba a responder a andrey, parece volverse loco y desobedecer a Shara, poniendonos a todos en jaque. Bajo la mascara, me resigno y me elevo de nuevo hasta el follaje de los arboles. Mi yraje no me ayudara a camuflarme asi que espero que nadie mire ahi arriba.

Sabía que Shara estaba hablando, que planeaba algo, pero Ivy sólo estaba enfurecida consigo misma. Consigo misma y con el maldito suero el cual le había dado un poder inútil y falaz. Se sentía humillada, aunque nadie hubiera dado muestras de que se debiera sentir así, pero era ver el poder del resto de sus compañeros, y enfurecerse consigo misma.

Maldita suerte la mía, pensó, amargada, olvidándose por un momento que estaban rodeados y en posible peligro. Debí quedarme en el restaurante sirviendo mesas, es para lo único que sirvo, añadió, enfurecida.

Salió de su ensimismamiento cuando la estela naranja de One fue captada por sus ojos. Todos, absolutamente todos tenían poderes asombrosos, y el suyo era el hazmerreir. No pudo evitar recordar aquel verso de un poeta español que decía “érase un hombre a una nariz pegado”. Sólo tenía eso: una nariz que podía oler más que otras. Estupendo.

Negó con la cabeza cuando Shara le preguntó. Ni siquiera le contestó en palabras, no se dignó a ello, como si no muera merecedora de una contestación por su parte, como si, al fin y al cabo, ella, y todos los demás también, tuviera la culpa de que el suero hubiera reaccionado de esa manera en Ivy, de esa manera tan decepcionante.

Se clavaba las uñas en las palmas de las manos, sin dar muestras de ello en su rostro. De hecho, se mantenía sonriente o miraba de vez en cuando a su alrededor por si aquellos tipos a los que olía se movían o hacían cualquier cosa que su prodigiosa nariz pudiera captar.

Fue en ese momento cuando se quedó con la boca entreabierta y Andrey se iba por su cuenta, gritando.

-Pero, ¿qué coj…?- murmuró Ivy, enfadada-. No, la estás cagando, campeón- añadió, frunciendo el ceño.

Resopló, enfurecida, y obvió las indicaciones  de Shara para esconderse. Andrey no podía ir solo. Si quería hacerse el héroe, no era el mejor momento, por lo que, Ivy negó con la cabeza a Shara y señaló con el mentón la dirección que había tomado Andrey.

-Voy con él- indicó-. Yo tampoco sigo órdenes- agregó, encogiéndose de hombros y no pudo evitar que en su voz se trasluciera un deje de desdén-. Quedaos, si queréis, vosotros aquí.

Se llevó dos dedos a la sien y saludó tanto a una como al otro y alcanzó a Andrey. Alzó una ceja al verlo con las manos en alto y escuchando no sabía qué de un tal Juan.

Pero, ¿qué coño dice?, pensó Ivy, con los ojos como platos.

-¡Eh!- llamó, poniéndose a su altura-. Tú vas por libre, por lo que veo- hizo una pausa y sonrió-. Ya verás qué bronca nos echa la rubia.

Mientras me interno en la espesura observo como Ivy también ha desobedecido mis órdenes.

- Por lo menos One es sensato. - pienso malhumorada. Estos dos van a lamentar haberme desobedecido. Van a saber lo que significa la disciplina y el trabajo en equipo aunque tenga que grabarselo a fuego.

- One. - susurro por el comunicador. Estate atento. Tenemos dos descerebrados en el Grupo. Ahora en vez de hacer de niñeras de uno tenemos que hacerlo de dos.

¿Joder, pero que hace esta tía? Con que se arriesgara uno de nosotros sería suficiente.

Doy un suspiro al verla y trato de pensar rápido... sino, puede que estemos muertos. Agarro a Ivy con una de las manos del hombro, pasando el brazo por el cuello.

- Sigueme el juego, por tu vida. Digo mirándola para luego pasar a sonreír y de nuevo a hablar en voz alta. Cariño, te dije que me esperaras atrás. Esta gente es peligrosa y si nos ven a los dos puede que nos disparen. Juan dijo que me presentara solo. ¿No te acuerdas? Termino diciendo mirándola a ella y guiñando un ojo.

Es... es mi ayudante. Digo gritando, consciente de que hay alguien, por las palabras de Ivy...

Tras los gritos (en inglés) de Andrey todo se queda en silenció, la tensión aumenta, los corazones se aceleran y la adrenalina se dispara por doquier; el sonido de las exóticas aves cesa y solo queda el molesto zumbido de los agobiantes insectos, mezclado con el silbido de la brisa rozando la vegetación…

Oh, vamos, quería colaborar, quería sentirse útil, saber que sus habilidades podían ser provechosas para ese tipo de misión y, sin embargo, lo que encontró fue una mala cara de Andrey y, seguramente, un mal pensamiento sobre el porqué Ivy estaba allí. Y ella podía haberle hecho cambiar de parecer y hacerle sentirse feliz e, incluso, aliviado de que ella estuviera con él, pero no quiso empezar a jugar sucio con lo que iban a ser sus compañeros. Había tomado la decisión de que no usaría sus poderes para manipularlos… Al menos, no por el momento.

Porque me sale de los cojones, querido, pensó, sonriendo de forma divertida por su pensamiento y, qué demonios, tan solo para incordiar a Andrey. ¿Sólo él podía tomar la decisión de jugarse el pellejo por todos? Si lo hacía ella era algo malo, algo que sobraba, que era de más.

Sacudió la cabeza, dejando esas ideas fuera de su cabeza, por el momento, y se concentró en lo que tenían entre manos, nada más Andrey le susurró y le pasó el brazo por los hombros, pese a que odiaba que la tocaran.

Me está tocando, me está tocando, se repetía una y otra vez, mientras él gritaba e Ivy ni se percataba de lo que decía. La descolocaba el hecho de que estuvieran piel con piel y eso llegaba a ponerla tensa. Basta, se dijo.

Se mordió el labio inferior y vio el guiño que le hizo Andrey. Y después, el silencio.

Frunció el ceño, desconcertada. Sabía que había alguien, varias personas de hecho, las había olido, y con su estupendo don sabía que estaban por ahí, acechando. Ivy miraba a su alrededor, tratando de mostrarse tranquila, por lo que a su rostro asomaba una sonrisa de desdén.

Vamos, cobardes, pensó, impaciente. Salid de vuestro escondite.

Observo a Andrey y a Ivy, más tensa de lo habitual, avanzan despacio mientras Andrey empieza a gritar ¿en inglés? ¿Acaso no sabe que aquí hablan español? La que se va a liar. - pienso.

Sin embargo no sucede nada. El silencio se apoderó de la jungla mientras tomaba una mejor posición para cuando empiece la acción.

Este silencio no me gusta nada. Es poco tranquilizador llegando incluso a ser inquietante. No obstante permanezco en silencio observando todo a mi alrededor.

Esto si que no me lo esperaba. Sinceramente pensaba que saldrían a la primera... aunque fuera a dispararnos. Pero bueno, el que no nos hayan disparado seguramente será bueno. Miro a Ivy, En cierto modo me alegro de que este aquí. Ella sabe donde están y sea como sea sabe como localizarlos.

De nuevo hablando en inglés. Vámonos nena, quizá a otra gente les interese nuestro dinero. Me fijo en como frunce el ceño, y la miro. - ¿Todavía están por aquí señorita Winter? Le susurro mientras retiro el brazo y le cedo el paso para que comience a caminar por la dirección por donde hemos venido.

Fuere como fuere, si nos seguían aunque fuera a escondidas, Shara y One tendrían una oportunidad para cazarlos por sorpresa y si alguno sobrevive podemos sacarle información.

Todo sigue en silencio, nada ocurre, la tensión y el suspense se puede notar el aire…

El olor débil que rastreaste en un principio, te das cuenta de que está desapareciendo, pues al parecer no es tan intenso como el de tus compañeros, posiblemente estuvieron en este lugar hace unos 15 o 20 min, tras unas olfateadas más te das cuenta de que el rastro se está perdiendo en dirección NE y ahora cada vez más rápido…

Esto no me gusta. Demasiada tranquilidad.

- One, ¿ves algo? - digo por el comunicador. Ivy, ¿notas su presencia? Permaneced atentos. Voy a avanzar.

Mientras espero sus respuestas finalmente me decido a avanzar mientras permanezco atenta sobre todo a lo que pueda tener delante. No me gustaría encontrarme de repente frente a esos tipos sin haberlos visto antes.

One se lleva un dedo al comunicador para emitir.

-Nada, señora! Demasiado follaje para ver algo!

Su enfado iba en aumento. Pero, ¿por qué demonios no salían? ¿Por qué se mantenían ocultos cuando eran presa fácil?

¿Qué coño pasa?, pensó para sus adentros, mientras Andrey le preguntaba y retiraba el brazo. Mentiría si dijera que no se sintió aliviada por ello. Le resultaba incómodo que la tocaran, aparte de que estar tan sumamente cerca de otra persona le ponía nerviosa, como si aquélla pudiera saber todo lo que está pensando Ivy en cualquier momento.

Sacudió la cabeza para dejar sus tonterías para más adelante y arrugó la nariz a modo de respuesta. Se mordió los labios, pensativa y olfateó de nuevo el aire, captando su nariz el aroma de Andrey primero, el olor de One y Shara, después, y, por último, el rastro de aquellos tipos, quienes huían. Estaba segura de que estaban huyendo.

Chascó la lengua en señal de desaprobación y frunció el ceño aún más, enfada. Se tomaba aquello como un insulto, como una cobardía. No querían más que espiarlos y huir, y así no era como le gustaba a Ivy las cosas.

-Valientes cabrones- murmuró, irónica, clavándose las uñas en las palmas de las manos.

Escuchó la voz de Shara por el comunicador, pero se limitó a resoplar. Si habían decidido quedarse atrás era cosa suya, ella no iba a ser el sabueso que captaba a los tipos malos y ellos se encargarían de luchar y llevarse el mérito. En Nueva York había visto muchas redadas de policías gracias al rastro que habían captado los perros, pero quien se llevaba las medallas era el tipo que había acertado a la nuca del más malo de todos desde una distancia inimaginable con su rifle de precisión.

Eso soy ahora, pensó amargada, mientras seguía olfateando el aire y se quedaba mirando en dirección Noreste. El sabueso.

Miró hacia sus pies y alzó una ceja, crédula. Aún tenía fuerza en las piernas, ella lo sabía. Correr por Central Park tenía sus frutos y podía correr y mantener un ritmo bastante alto. Si consiguiera alcanzarlos…

Se darán cuenta en seguida de que vas tras ellos, le recriminó una voz en su interior. Se han dado cuenta ya, replicó, cansada.

Sin mediar palabra, cogió aire y comenzó a correr como si escapara de la misma policía. Aquello le trajo los recuerdos de hace años cuando tenía que correr y esconderse para que los maderos no pillaran a todos los chavales que se partían la cara por unas cuantas monedas y billetes.

Dejad de huir, cabrones, pensaba una y otra vez, mientras corría y temía por que una raíz escondida en la maleza la hiciera tropezar o, directamente, fracasara y no consiguiera encontrarlos.

Al ver salir corriendo a Ivy no puedo sino salir corriendo en pos suya por el lateral en el que me encontraba.

- Maldita sea Ivy. ¿Que estás haciendo? - digo por el comunicador.

-¡¡ Ivy no !! Digo al ver como sale corriendo... Realmente no tenía ni idea de hacia donde corría, pero al ver a Shara seguirla decido dejarlo en sus manos. Miro a One y tomo aire. Cierro los ojos un segundo y abro un poco los brazos, como dejando que el aire pase por debajo y sintiendo el impulso intento recordar la misma sensación que antes para comenzar a elevarme. Esta vez, tratando de llegar hasta donde se encuentra One, y tratar de ayudarlo a ver o encontrar algo interesante.

Sobretodo, hacia donde corre Ivy, que o quien y cuantos hay al final de la carrera y si hubiera a la vista alguna base de operaciones.

Andrey logra volar hasta la posición de One, donde ambos desde las alturas intentan ver tras quién va corriendo Ivy, y a su vez Blake que se le suma a la carrera sin saber porque, a toda velocidad mientras intenta alcanzar a Winter, otea el horizonte en busca del enemigo, pero como el resto, a pesar de sus buenas vistas, no lográis ver a nadie y menos comprender porque corre de ese modo y lo mas ilógico para vosotros, tras quien lo hace…

Tu olfato te dice que si corres un poco más, prontos tus ojos alcanzaran a ver a los dueños de los olores que rastreas.