Partida Rol por web

Cuando conseguimos entrar en la casa por el patio trasero, busco la manera de subir al ático donde vimos a Samantha saludarnos.

La casa está bien iluminada y nada hace ver que haya algo de lo que asustarse aquí con lo que me dirijo a Tom:

- Tom, ¿subes tú a buscarla?. No me siento seguro con este antirrobos. Voy a ver si en la cocina tienen algún cuchillo eléctrico o similar.

Y así me ahorro las escaleras - pienso - que no es cuestión de cansarnos por cansarnos...

Parado en el umbral de la puerta, les digo a mis compañeros:
-Si Tom, sube tú a buscarla, yo vigilare el patio. No vaya ha ser cosa de que aparezcan por aquí unos zombies.-

Camino un paso mas y la puerta mosquitera se cierra. El patio esta muy bien cuidado, parecía que le dedicaban mucho tiempo al mismo y al pequeño jardín de rosas.

"Lastima las marcas de sangre que hay por todos lados."

me encojo de hombros-de acuerdo,pero no creo que halla nada por aqui-digo y acto seguido subo las escaleras dejando a los otros abajo

Tsk.

- Hombre, me arriesgo a fallar en mi razonamiento pero, si la niña nos ha saludado desde el ático de la casa, es posible que al menos ella, sí esté ahí. Si necesitas ayuda grita, yo mientras sigo buscando por la cocina.

Suspiro, y me pongo a abrir cajones.

Con un poco de impaciencia me muevo por el piso del atico, revisando una y otra vez que no se me quede nada, hasta que por fin entre abro la puerta del atico pero sin dejar caer la escalinata para subir.

Vuestra propia valentía os hace sentir el ardor heroico fluir por las venas. Si os pusieran una pared lo suficientemente larga para poder correr pegados a ella, posiblemente ganaseis los 1000 metros lisos.

tras subir las escaleras busco una trampilla en el techo por la que acceder al atico hasta que la veo abierta,pero...¡no puedo subir!-hey samanta,¿estas ahi?-grito por el hueco

Desde el patio, siempre atento a cualquier cosa que pueda ocurrir, les grito:
-Vamos, vamos. Traigan a la nena y salgamos para el Mall. Todavía tenemos que hacer un montón de cosas, y no quiero estar afuera cuando caiga el sol.-

Estaba un poco intranquilo, pero era de esperar, la situación lo amerita.

Un golpe sordo hiela la sangre en vuestras venas. No es que a estas alturas os vayáis a dejar impresionar por un simple golpecito, es que inmediatamente después, le sigue otro. Y otro más. Proviene de la puerta principal, donde parece que se está reuniendo la visita más desagradable desde que la sucursal de la Cienciología que había en Santa Carlota fue cerrada bajo cargos de corrupción de menores.

- Mierda...... - digo mientras dejo de registrar el cajón de los electrodomésticos.

La verdad, no me esperaba acción tan pronto....

Agarro el cuchillo más grande que veo en la cocina y, despacio, salgo de la cocina para poder ver mejor qué ha hecho ese ruido.

¿Quienes son?........ Mierda, ¿dónde están los demás ahora? ¡El chaval está en el patio!

- ¡Mike! ¡Mike! ¡Entra y cierra la puerta! ¡Creo que tenemos visita! - le grito lo más fuerte que puedo esperando que también me oigan los demás y me acerco lo más posible a la puerta de entrada cubriéndome tras un sofá para verles más de cerca...

Me dirijo hacia Gabriel, con un humeante... cigarro. Si eso, cigarro de la risa...

¿Qué pasa? ¿A qué se debe tanto escandalo? jijijijiji

Al escuchar aquella voz, algo parecida a una de tantas oidas por el radio, Samanta siente algo de duda aun, y asomando la cabeza por la trampilla que conduce al atico...

Muestra tu cara o si no...

Eran los ojos mas vivos que habia visto en, bueno, en algun tiempo.

Sin dar chance a reaccionar, la escalera plegable que da al atico, y bajando corriendo se lanza a los brazos de Tom...

Ya llego el principe azul...

Diciendo esto con lagrimas de felicidad en los ojos.

Yo sabia que un principe no podia abandonar a una pequeña prince...

En estos momentos se empiezan a escuchar los golpes y gritos desde el piso de abajo, lo cual cambia la situación. Y callendo sentada en el suelo con ahora terror en los ojos, la pequeña trata de volver gateando por las escaleras hacia el atico...

No, no, NO OTRA VEZ!, pa pa papá, ma ma mamá. NO!

El señor London se agazapa tras el sofá con un nuevo objeto en su inventario:

Su posesión en un domicilio particular nunca ha estado justificada, salvo en estos casos, en los que se agradece que los juegos de cuchillos sean tan exageradamente completos. Un coro de gemidos con la cadencia y el tono que uno esperaría de quienes exigen ración extra de metadona llega desde la puerta, donde continúa el incesante aporreo.

Mike Scotsfields comprueba, con creciente horror, cómo una multitud de gente ataviada con gorros y collares de papel se agolpa ante la puerta y la aporrea. Parece que estaban preparando un cumpleaños, pero los niños (gracias a Dios) no llegaron. Quizá estén todavía en el colegio, preguntándose por qué nadie ha ido a buscarlos. Si uno solo de ellos repara en el jugador de fútbol, atraerá a toda la fiesta y seguramente termine con la apariencia de una piñata abierta. Sin embargo, no le parece buena idea largarse y dejar a sus nuevos compañeros en la casa...

¡Mierda Sam! -digo algo enfadado- ¡Yo te salvaré, resiste!

Dicho esto, corro escaleras arriba con mi cuchillo en la mano- ¡Dejadla en paz bestias inmundas!

tranquila samanta, yo te protegere-digo agarrandola por el hombro-por algo soy tu principe azul¿no?-sonrio para tranquilizarla, entonces me vuelvo-¡hey chicos!, ¿que pasa ahi abajo?

- ¡Bajad Tom! Creo que tenemos una tropa de clientes del Chiquipark furiosos en la puerta...

Qué papelón - pienso - lo que hay que hacer para tener una buena historia... - Miro alrededor en busca de algo que pueda bloquear la entrada - Si van a colarse, que sea uno a uno.

- Bobbin, ayúdame con ese aparador - le digo señalando un armario lleno de vajilla para los invitados - Vamos a ponerles algo más difícil el entrar por esta puerta mientras vemos si el patio es seguro.

Según me pongo a empujar el armario, me fijo que la vajilla en él tiene toda la pinta de ser cara - qué lastima con el dineral que tiene que costar estos platos, vayan a acabar en el suelo jejeje...

Cuando llego por la mitad de las escaleras, oigo la voz de Gabriel...

Espera, los bichos están abajo, no arriba... Jijijijiji -dicho esto, bajo a ayudar a Gabriel...

La puerta delantera esta comprometida. Pero la trasera aun esta vacia. "si no fuera porque para salir debo llegar a la calle, donde se encuentran "ellos"."

Entro rápido a la casa, pero tratando de no hacer ruido, para no darles ideas a Zombies. Cierro la puerta con llave y me dirijo hacia la ventana que da al patio.

-Yo sigo vigilando aqui atras, pero no se como saldremos de esta.-

Al escuchar las palabras tranquilizadoras de Tom, y despues de que este la ayuda a pararse. Samanta lo abraza con su brazo derecho llevandose despues la mano izquierda hacia la boca y empesando a chuparse el dedo pulgar.

Parece que los hechos acaecidos en esta casa la han devuelto a un estado primal, sus ojos ven hacia un punto fijo, como mirando al vacio, o mas especificamente como si mirara imagenes de una pelicula...

hmmm, hmm. Snif, snif. hmmmmmmmm.

Son los pocos sonido que provienen de su pequeña boca y nariz.

bien Samanta,creo que nos tenemos que ir,pero primero¿donde esta tu habitacion?deberias coger lo que necesites-digo cogiendola en brazos y llevandola por el pasillo