Partida Rol por web

Saltó sobre él empuñando su machete y rugiendo como la leona que era. No se había dejado doblegar, ni lo iba a hacer ahora mismo, y la mejor manera de solucionar esto era sin duda buscando respuestas, así como la mejor forma de encontrar respuestas quizás era abriendo alguna que otra cabeza. 

Trato de hacer un salto entre la maleza por si disparaba tener posibilidades reales de esquivarlo y en cuanto rodó un poco por el suelo lanzó un machetazo con el cuchillo lanzando la estocada al muñeco sin preocuparse de si iba a un brazo o al mismo cuello, cualquiera de las opciones estaría bien para sacarlos de aquella situación que hacía ya tiempo que se les había puesto muy cuesta arriba.

Aquel deposito comenzo lentamente a perder el liquido, mientras aquella mujer seguia intentando tranquilizarme yo cada vez me ponia mas nerviosa puesto que ahora veia como uno de aquellos tubos tambien se encontraba en mi garganta, el cual al extraerlo hacia que solo quisiera vomitar.

Mientras, volvia a estar sola con extraños, estos me quitaban todos los tubos y cables que habia pegados a mi cuerpo; ahora se habia unido a la mujer un hombre, o acaso no lo habia podido ver bien hasta aquel momento?? Estaba completamente desnuda y tenia frio al notar el cambio de temperatura. Aquella mujer lo noto y me tapo con una manta mientras yo seguia intentando poder hablar y preguntar donde estaba y donde estaban los demas pero al intentar pronunciar una palabra mi garganta ardia y poco contenta con aquello era incapaz de sostenerme

Con la fuerza que pude me agarre a la mujer y deje que esta me condujera a una especie de camilla en la que poder sentarme

Kimy rugió, saltando entre la vegetación, saliendo de su escondite como si su vida dependiese de ello, porque así era (la suya y la de sus compañeros), abalanzándose encima de aquel pequeño tubo y del individuo que lo esgrimía.

Nada más caer, sintió el cuerpo de su enemigo bajo el suyo, chocando con fuerza contra el suelo. Estaba envuelto en ramas y hojas, como si se encontrase camuflado, y tuvo que retirar algunas para poder ver de quien se trataba.

La piel estaba oscurecida por el sol y llena de barro, no solo como consecuencia de que intentaba pasar desapercibido, sino también a causa de la suciedad y seguramente el tiempo. No le hizo falta ver demasiado para que su mente comprendiese que aquel individuo llevaba mucho tiempo por allí, más que ellos, por supuesto.

Pero eso no fue lo que le llamó la atención a Kimy, le hizo ahogar un grito y levantarse con rapidez, como si tocar aquel cuerpo fuese un insulto imperdonable.

No.

Fue que no tardó ni un segundo en reconocer el rostro que estaba mirando.

Mientras tanto, Kate y Jensen parecían estar despertándose, renqueantes, y con un dolor de cabeza que ni la peor resaca del mundo les habría producido.

La mujer se sentó a tu lado y te abrazó, intentando darte calor, no sabías si solo con su cuerpo o también con su sonrisa, pues parecía querer transmitirte lo que tu cuerpo no te proporcionaba, la calidez que daba el sentirse segura y en un sitio conocido.

En cambio, estabas en una especie de laboratorio o clínica, con microscopios, instrumental médico y la cápsula de la cual habías salido. Era todo completamente diferente a cuanto conocías y no entendías nada de lo que ocurría. ¿Y la isla? ¿Y Alba? ¿Quién era aquella mujer?

Tu garganta parecía resistirse a hablar. Quizás pudieras escribir algo, si tenías con qué, o quizás solo tenías que esperar a ver lo que sucedía.

-Supongo que estás desorientada. Es completamente normal. Necesitarás algún tiempo antes de poder moverte bien, hablar y también comprender lo que sucede. Pero estoy aquí para ayudarte en lo que pueda, no te preocupes -te dijo, examinándote con una pequeña linterna la reaccionar pupilar.

En ese momento el muchacho se acercó.

-Doctora, creo que no tenemos mucho tiempo. Habrán visto las alarmas y enviado un equipo para investigar. Debemos marcharnos.

Aunque en un principio te había parecido que no respiraba, al pegar el oído te diste cuenta de que sí lo hacía, pero muy lentamente. Su corazón también latía, aunque poco. Sin duda, todo su cuerpo parecía haber ralentizado su marcha muy por debajo de lo esperado en condiciones normales de sueño.

Era como si hubiese entrado en una especie de trance de hibernación o algo por el estilo. El cuerpo estaba caliente... pero al mínimo. Además, no parecía ser posible despertarla. Era muy extraño, pues daba toda la sensación de haber caído en un coma, sin saber cómo ni por qué, cuando hacía muy poco estaba igual que tú.

¿Significaba eso que también tú caerías en algo similar si te quedabas dormida de nuevo? ¿Podrías despertarla?

Mientras tanto, miraste a través de la entrada de la cueva.

Todo estaba tranquilo y la noche parecía haberse calmado, a pesar del anuncio de tormenta.

En cuanto apartó algunas de las ramas con los nervios a flor de piel y la adrenalina del momento haciéndole bombear el corazón tan fuerte que parecía que iba a salirle por la boca, primero no llegó a creérselo y siguió manoteando pero luego se apartó como la que ve un muerto, o algo mucho peor.

–Pero qué coj... –pronunció quedándose sin palabras en mitad de la frase –Tú... tú... ¡De dónde has salido!

Pero más allá de la sorpresa, el estómago se le revolvía por el cansancio acumulado, la falta de alimento, incluso la sed. Sacudió la cabeza tratando de apartar aquella imagen de su cabeza para que al volver a mirar encontrarse otro rostro desconocido, cualquier cosa diferente a aquello que tenía delante. Echó un vistazo rápido a Jensen y Kate y luego volvió a apretar la empuñadura del machete aunque en esta ocasión iba retrocediendo lentamente como si lo que tuviera delante fuera un fantasma o un demonio. No pudo evitar que le temblaran las piernas y un frío le recorriera toda la espina dorsal.

¿Dónde estoy? Se preguntaba Kate. Comenzó a mover lentamente sus dedos Todo parece en orden se dijo a sí misma, tranquilizándose. Se incorporó un poco y abrió lentamente los ojos. Le molestaba todo - ¿D-dónde estamos? - dijo en "voz alta". Sentía la boca un tanto pastosa y tenía muchísima sed. Se llevó las manos a la cabeza - Uf... me duele demasiado... ¿hemos salido de marcha?

Jensen emitió un quejido pegajoso parecía a un...

¡MMmmpf!

Mientras comenzaba a incorporarse

Cuando consegui sentarme en la camilla la mujer que me habia ayudado a llegar alli se abrazo a mi intentando darle a mi cuerpo el calor o la tranquilidad que necesitaba en aquellos momentos, no sabia como reaccionar si sentirme aliviada por tener alguien que se preocupara por mi o sentirme intranquila por todas las cosas extrañas que me estaban sucediendo.

Entre temblores intentaba pronunciar palabras que no conseguian salir de mi boca pero aun debil cogi la palma de su mano e intente escribir D...O....N...D...E....E....S....T....O....Y?, lentamente iba realizando cada una de las letras en la mano de la mujer esperando que esta entendiera y contestara, iria una a una, pero....

Cita:

Mire extrañada a la mujer y en mi mirada se veia el terror de no saber que estaba sucediendo y a que se referia aquel hombre con aquellas palabras y mas aun... no habia conseguido preguntarle por mis compañeros.

La mujer, esa versión de Kimy que parecía tener veinte años más, al menos, se incorporó y miró a Kimy como si tampoco comprendiese lo que estaba sucediendo. Su hombro sangraba, debido a la herida que le había infringido Kimy, pero parecía tan concentrada en lo que estaba viendo que el dolor se había quedado en un segundo plano.

Solo después de unos segundos se dio cuenta de su herida y entonces, se volvió para salir corriendo y escapar, adentrándose entre la vegetación.

Mientras eso ocurría, Kate y Jensen salían finalmente de su letargo y ante sus ojos aparecía aquella imagen extraña, ahora con claridad, aunque no terminaba de explicar absolutamente nada.

La advertencia del muchacho hizo que la mujer te mirase y no perdiese tiempo en intentar encontrar una respuesta para ti. En lugar de eso, te ayudó a ponerte en pie.

-Vamos, tenemos que escapar. Ya habrá tiempo después para responder todo lo que necesites -te dijo, tirando de ti hacia las puertas que cerraban aquella sala. 

Las puertas se abrieron y ante vosotros apareció un corredor, con el suelo y las paredes metalizadas, lo cual no tenía nada que ver con la isla. Era como si de repente te hubieses trasladado a alguna clase de instalación y por lo que fuese, estabais intentando salir de allí.

Aquella mujer y el hombre... ¿te habían salvado? ¿De qué?

-Venga, deprisa -apremió el muchacho, que marchaba delante y parecía estar verdaderamente preocupado.

Mientras tanto, a pesar de que los temblores continuaban, poco a poco tu mente se iba aclarando.

No había terminado de asestar el golpe cuando dio un paso atrás negando con la cabeza. La sangre que veía en la hoja de la cuchilla era real. Esta vez no era una oleada de fantasmas armados que aparecían tras la niebla y podían no ser más que producto de su imaginación. Esta vez le había dado un cuchillazo a alguien que a todas luces se parecía de alguna forma a ella.

En esta ocasión la dejó marchar, y se volvió hacia Kate y Jensen, con la mirada enturbiada.

-Chicos... por favor, vamos a salir de aquí de una vez, necesito llegar al campamento y descansar -sentenció frotándose los ojos -No creeríais lo que he visto ¿Seguimos?

Kate consiguió abrir los ojos y en un principio tenía la imagen un poco borrosa. Se llevó sus manos a los ojos y se los frotó, primero lentamente y luego, algo más enérgico. Se quedó mirando hacia Kimy algo confusa.

Poco a poco fue levantándose algo insegura - Sí... me parece bien que volvamos... parece como si me hubieran atropellado cinco camiones por lo menos - dijo llevándose una mano a la cabeza para masajeársela - ¿Qué has visto?

Jensen no llegó a ver nada, pero mientras se reincorporaba frotándose detrás de la cabeza, miró a Kimmy.

¿Qué tal si nos pones a prueba? y ya puestos aprovecha para explicar qué ha pasado.

No era consciente ni siquiera del dardo que le había impactado, así que estaba desorientado y confuso

La alarma era real, no sabia aun donde me encontraba pero sabia que si no salia de aquel lugar no encontraria las respuestas que necesitaba y entonces no encontraria nunca a mis amigos y tal vez no pudiera ayudarles a salir de aquella maldita isla o de donde se encontraran.

Asenti a la mujer cuando me ayudo a levantarme e intente seguirla a donde quiera que me llevara, no me era facil pues mi cuerpo aun temblaba y no tenia fuerzas suficientes pero tenia que seguir viva y tenia que sobrevivir fuera como fuese.

Mientras emprendía la marcha con incipiente inquietud contestó a las preguntas de ambos. Primero a la de Kate -Es como si, la persona que nos lanzaba los dardos... fuera yo pero... -se quedó un instante buscando las palabras -Pero dentro de muchos años... Dios, es casi como si hubiera visto un reflejo de mí misma. Al principio pensé que era una alucinación pero ¡Joder! Le di un tajo en el brazo.

Levantó la mano con el cuchillo, que en otro momento había llevado Jensen, mostrando la hoja llena de sangre mientras negaba con la cabeza. Se quedó unos instantes cabizbaja y luego levantó la mirada para observarlos con los ojos empañados -¡Esta maldita isla nos quiere volver locos! -Y no solo eso, sino que ya había conseguido dejarlos exhaustos. Así que con determinación siguió mirando hacia la costa y buscando la playa donde los esperaban el resto de compañeros. Mientras tuvieran un objetivo claro nada estaba aún perdido aunque las fuerzas menguaran.

- Jensen, esto no es una broma... y si lo fuera no creo que tenga ninguna intención de parar. Así que te quiero ver concentrado -le dijo entregándole de nuevo el cuchillo de hoja plana. Se volvió hacia Kate con una sonrisa triste -de buena gana me bebía una de esas botellas de whisky...

Caminabais todo lo deprisa que podíais y aunque poco a poco tu cuerpo parecía ir despertando, tus piernas aún no tenían la suficiente fuerza como para moverse y sostenerte sin algún tropiezo que otro. Eras como un bebé que acabase de aprender a andar, apoyándote continuamente en aquella desconocida, en las paredes, en el suelo, y volviendo a levantarte para dar dos pasos seguidos o tres, antes de volver a caer.

El corredor continuó durante varios metros, girando hacia un lado y después hacia otro, hasta terminar en unas compuertas que disponían de un panel de control con una luz en rojo y otra verde.

Parecía estar sellada de alguna manera.

El muchacho miró el panel y después hizo un gesto de desesperación, antes de volverse hacia vosotros.

-Han cerrado los sistemas. No sé si podré anularlo -os dijo.

-Pues más vale que lo consigas o no saldremos de aquí -respondió la mujer, echándote un vistazo -. ¿Cómo te encuentras?