Partida Rol por web

-Holaaaa. ¿Hay alguien ahí? ¡Me llamo Amy! ¡Soy de Nueva Orleans y tengo 30 años!

Unos pasos, suenan apenas, suaves, como si estuviera descalzo. Pasos que se aproximan a la mampara de separación de las cabinas.

-¡Holaa! Soy Morgan. Inglés. De Bristol. Hace cinco años me mudé a USA.  -Es una voz algo grave, con ciertos matices andróginos, un punto profunda. Se nota amistosa.

-Me dijeron que esta cita es con una seductora mujer que tiene locos a los chicos anteriores -el tono se nota de broma, travieso. 

-Se me olvidó el antídoto. ¿Qué tal estás? ¿Cómo te va en esta experiencia, Amy? -Soy un poco hablador, jaja. Me enrollo fácil. Si me paso me lo dices, vale. Ah, 31 años. Voy un curso por delante. -bromea de nuevo.

Los tacones de Amy resonaron al dirigirse hasta su asiento. Hubo una risa cantarina de su parte, siguiendo la broma de su compañero.

-¡Jaja, encantada Morgan! Tu debes ser el chico bromista y ocurrente del que han hablado en la zona común de las chicas. 

Continuó riendo, cómoda con la conversación. 

-¡Bien! mentiría si digo que va todo perfecto, porque aún no he sentido una conexión o feeling desbordante con nadie. Es un poco preocupante teniendo en cuenta que si elegimos conocer más a alguien hay que pedirle matrimonio, jaja. Por lo demás unas charlas agradables. ¿Cómo te está yendo a ti? Cuéntame. 

-Nosotros no hemos hablado mucho de chicas, muy reservados. Birras y tonterías. No se quien es el bromista, desde luego yo no. Soy un tipo serio -el tono es desenfadado- Y qué cuentan las chicas, va, dime, se buena - pidió, sugerente.

-Para que surja esa chispa, sin contacto, creo que tienes que ser muy intelectual, en el sentido de que predomine la razón. Y el amor no es razón, es locura, emoción, sentimientos desatados.

Caminó por la salita.

--Olor, tacto, visión…Todos los sentidos son fundamentales. Estas charlas son un acercamiento, un primer contacto. Crean afinidades, ¿no? Puede que no te haya surgido esa llama todavía -añadió, ya más en tono risueño 

Hubo una pausa.

-Se a quien no elegiré. Pero todas las citas han sido agradables también. Más o menos divertidas, más o menos intensas.

-¡Jaja, no sé, si no eres tú, será alguien parecido a ti! – dijo riendo.

Como no, Morgan quería saber más sobre lo hablado en la sala común.

-Pueeees… las chicas no han contado mucho, en general todas se han sentido más o menos igual. Supongo que es difícil sentir algo más fuerte sin ver a la otra persona. Es un tanto arriesgado el decantarse por alguien solo por una pequeña conversación…

Mientras Morgan hablaba, Amy emitía otro sonido, probablemente estaba bebiendo de su taza o vasito, sorbiendo despacio.

-Ahá. Si, puede que si una conversación sea más intelectual o enfocada a averiguar que puntos en común tienes con esa persona, de una forma más profunda, haya algo que… mira, te haga pensar que esa persona puede encajar bien contigo. ¿No? Por lo demás estoy de acuerdo. El amor así de primeras son hormonas revolucionadas, jaja.

Un suspiro, y nuevamente el ruido de los sorbitos. Luego el ruido de dejar el recipiente sobre la mesita frente a ella.

-Si te soy sincera, en las otras charlas me han preguntado básicamente todos lo mismo, aficiones, que busco en un hombre… como me llevo con mi familia, etc. Entiendo que eso es importante. Pero estoy un poco cansada de repetir lo mismo. Así que voy a formularte una pregunta Morgan… ¿Me puedes decir porque serías un buen esposo?

El chico no dijo nada, escuchaba. Intercaló una pregunta -¿Qué bebes?

Después dejó transcurrir unos segundos antes de responder. 

-Amy, esa es una pregunta trampa. ¿Tú a quién quieres? Hay mujeres encantadas de que su marido sea una marioneta. Es un ejemplo. Hay famosas que tienen contratos con lo que debe o no hacer su hombre.

Caminaba.

-Voy a satisfacer tu curiosidad. He sido sincero en todas las citas y me he mostrado tal y como soy. No se si me hará un buen esposo. No he estado casado, ¿y tú? ¿Has vivido en pareja?  

Se detuvo.

-Ahí va. Fidelidad. Siempre lo he sido. Confianza, cedo el espacio que ella necesite. No agobio con mil llamadas diarias. Se escuchar. Soy optimista. No soy un broncas. A veces, cocino. No soy muy desordenado. Se me da bien el sexo. -una ligera risa-. Me gustan los abrazos, los besos, la conversación y los silencios. Puedo ser más o menos cariñoso, me adapto a mi chica.

Se tomó una pausa.- Me vendo bien , ¿eh? - bromeó- Ahora la pregunta para ti, algo más difícil: ¿Por qué No serías una buena esposa? 

-Coca-cola. Me la tomo con tranquilidad, como los yogures. Es que las burbujas me impiden tragar mucho liquido de golpe, jajajaja. – le entró la risa tonta.

Amy se meaba de risa. Estuvo unos segundos riéndose ella sola pensando en una chuchería específica* que le recordaba la coke.

-No, nada de trampas, ¿vale? lo prometo. A mi anterior cita le he asegurado que, no soy una mujer misteriosa ni uso trucos con los hombres para lograr que se pillen por mí. A mí no me van esos rollos. Solo soy Amy, simplemente yo.

Hubo un silencio mientras Morgan explicaba que no estuvo casado y preguntaba otras cosas. Amy se tomó unos segundos.

-No, nunca he estado casada ni he vivido una relación duradera. Tampoco he vivido con ningún hombre. Si te lo estás preguntando… no, no soy virgen, jaja.

Otro sorbo a la coca-cola escuchando como su compañero se definía en sus cualidades un buen esposo.

-Está muy bien. Mientras sea cierto… que espero que si. Confío en tu honestidad. Y que no seas un broncas me gusta, porque prefiero estar de chill o risas que discutiendo con alguien. Los gritos no me gustan.

Le pilló por sorpresa su contra pregunta.

-Vaya… ¿eres un pistolero rápido, eh? Uhm… supongo que sería una mala esposa quizás por algunos aspectos relacionados con mis inseguridades y mi nula experiencia conviviendo con alguien.

-Me parece que no me necesitas para divertirte. O reírte. Oye, invítame a tu fiesta, que a dos será lo más. 

Una nueva risa - Todas la mujeres sois misteriosas, al menos las seis de aquí. Y una me dijo que conocía trucos. Yo también. Bueno, lo mío es más bien magia. 

Más pasos -Bueno, conmigo sí serías virgen. Los dos - Morgan se mostraba abierto y cercano. 

-Es cierto lo que te cuento. No tiene sentido mentir. Yo, puedo exagerar, vale, y meterle morro, que no me falta labia. Pero no miento. Espero la misma franqueza, a pesar de que pueda parecer ingenuo.

Otra vuelta caminando.

-Me manejo bien en las distancias cortas. No soy tímido, confío en mí mismo, en mis capacidades. Me extraña que hables de inseguridades, vas con pie firme. ¿En qué te sientas insegura? Lo otro, lo de la convivencia, es una experiencia a dos. A veces hay que ser amigos. En otras, amantes. Siempre, cómplices.

-Nada, chorradas mías, jaja. Lo de la fiesta ya tendría que ser si nos vamos juntos del programa a eso de la luna de miel. Unas piñas coladas en Bora Bora…

Trucos, magia… Amy se tomó al pie de la letra lo segundo.

-¿Eres mago, te dedicas a eso de verdad? Sería bonito, no te lo niego. Si es una broma, pues tampoco pasa nada, jaja.

Amy volvió a reír. -Si, claro, vírgenes hasta que conoces bien a la otra persona. Una de las cosas buenas de tener pareja y no hacerlo con un rollo es el conocimiento sexual.

Se tomó más sorbos de la coca-cola. Después habló franca.

-No tiene sentido mentir. Por eso te decía que no soy misteriosa ni uso trucos. Soy bastante abierta y digo las cosas tal cual las pienso, sin ofender. Digamos que soy accesible. Al final lo que pretendo es que el hombre que esté conmigo pueda ser él mismo y yo pueda ser yo misma con él.

Para Amy las inseguridades eran su talón de Aquiles.

-No está permitido hablar del físico, pero… mis miedos vienen de ahí. Sufrí acoso escolar. Y aunque me escuches muy decidida, luego… los fantasmas salen a pasear.

Quizá Morgan se apoyó en la pared, por el ligero movimiento que hubo.

-Soy mago con las palabras. -se nota que bromea- Me dedico al mundo de las artes escénicas. Teatro, publicidad, algo de modelo. Animación en fiestas o eventos. Canto un poco, bailo, soy poeta. Tengo un pequeñito espectáculo. Y no se me da mal la magia con las cartas. Pueden ser trucos, a mí me gusta designarlo como magia.  ¿Y tú...eres una rica millonaria? Soy tu hombre, entonces.

Sinceridad.

-A eso me refiero. A dos en libertad. Suele pasar que queremos cambiar lo que no nos gusta del otro, o ignorarlo, pensando que no importa demasiado. Pero luego, puede que ahí comience una brecha. O, quizá, acabe siendo muy poco relevante. Y hablando de libertades, ¿tú eres de relación abierta o más bien tradicional? Yo soy lo segundo. 

Escuchó con atención.

-Yo no estoy seguro si con estas conversaciones luego romperemos los tabúes del físico. Lamento ese acoso. Una lacra que no desaparece. -Morgan no quiso ahondar en algo que podía traer malos recuerdos a Amy.

-Te puede caer alguien fenomenal y luego no encontrarle atractivo. Su físico no te va y es una barrera insuperable. La reservas como una buena amistad. Quizá hasta cierto punto sería bueno que explicar un poco como somos. -pausa.

-Puede que algo de su cara no te va. O, su delgadez. O lo contrario. O un defecto físico.  Pero, en fin, el programa tiene sus normas. Es una forma de conocerse a ti mismo y descubrir aspectos propios que no te habías planteado. ¿A ti qué chicos te atraen? 

-Por tu profesión deduzco que eres un hombre sin complejos. Siempre he pensado que los que están frente al escenario y no tienen miedo de exponerse frente al público son personas seguras de si mismas. Quizás estoy equivocada. También un actor es capaz de ocultarse mediante la interpretación. ¿Te ocultas de algo? ¿Algún complejo o trauma que no puedas confesar?

Rio abiertamente por su broma. -¿Millonaria? no. Me dedico a las bodas, realizo tartas personalizadas para los novios. Me ocupo del diseño y horneo todos los ingredientes. Los clientes llegan con una idea y le doy forma. Es una profesión dulce.

En cierto momento de la conversación, Amy se puso a jugar con algo sobre su asiento. Se escuchó un “click, click” de lo que podría ser un bolígrafo.

-Soy tradicional. Sé que suena raro al no haber experimentado ninguna relación duradera, pero considero que solo soy capaz de estar enamorada de una persona al mismo tiempo. Y para formar una familia, niños, no vas a tener a distintos hombres en tu cama…

A su edad, Amy tenía las cosas muy claras. Lo cual era bueno para ella, y quizás no tan bueno para el hombre que estuviera a su lado, si pretendía tener una pareja más manipulable.

-Creo que en la relación debe primar la empatía. Son pequeños detalles que suman, no es solamente decir te quiero, dar un beso u ofrecer un regalo. Los hechos empáticos también forman parte del amor que expresas hacia tu pareja. Expresas que te importa lo que a esa persona le molesta y lo mejoras. Cuidas de su bienestar. Y con el sexo es lo mismo, confianza, empatía.

Luego hubo un largo silencio. Amy era locuaz y decidida cuando ella quería. Sin embargo, al hablar del físico, le costaba mucho más mostrarse segura.

-Entiendo. El programa tiene sus normas y a todos se nos presentan estas inquietudes respecto a la atracción física. ¿Qué chicos me atraen? Físicamente me gustan los chicos más altos que yo, y que no estén delgados. Prefiero un chico corpulento o con un cuerpo normal o unos kilos de más. El resto… me atrae cualquier tipo de hombre; piel, ojos, color de cabello, me es indiferente. ¿Cómo te gustan las chicas físicamente?

-Que no pueda confesar, no. Te diré que empiezo proyectos pero me disperso. Un poco falta de constancia, hasta que me centro. -pausa- En ocasiones cuando me miro al espejo, en su reflejo no me reconozco. Tal vez por los muchos papeles que interpreta un actor. No te creas, pasa en ocasiones. Te puedo asegurar, eso sí, que soy yo en estas citas.

Morgan caminaba mientras escuchaba a Amy. -Pastelera entonces. Especializada. Cuántas decenas de bodas, o centenares, has "vivido". Asombroso. Eres una artista.

Prestaba detalle, en su silencio, a cualquier sonido o roce, a la entonación de la voz d Amy, a los diferentes cambios de tonos. 

-Creo que hay más de una chica aquí, con esas inseguridades. Pero con tú misma acabas de decir, eres Amy, toda tú, sis misterios ni trucos. Pero comprendo tu inquietud. De jovencito me pasaba algo parecido. Pero era una percepción equivocada de las inseguridad de un chico de quince años, con acné, delgado, y que dudaba de gustarle a las chicas.

Estaba cerca de la pared.

-Pero fue pasajero. No soy corpulento, sí alto, estoy en forma, un poco de mantenimiento en gimnasio, salgo a correr. Desde hace un tiempo practico un poco de boxeo, he descubierto que ejercitas el cuerpo a todos los niveles.

Hubo una risa.

-Ah, las chicas. A mí me gustan todas, jajaja. He salido con delgadas o lo contrario. No demasiado...voluptuosas. Supongo que depende del momento, de esa chica, del clic que se produce en un instante. Pero vale, si he de dar una respuesta determinada, me gustan más las delgadas y altas. Sin demasiado pecho; ojos y cabellos negros.  

-Eso es muy interesante, porque un actor ha de ser capaz de meterse en cualquier piel, y de alguna forma denota que eres una persona empática, que se adapta a cualquier terreno. Un buen actor construye desde dentro. Antes has comentado que te adaptas a tu chica. Creo que es un punto a tu favor. La adaptación.

El tono de voz de Amy era agradable y positivo en ese momento, haciéndole el cumplido a Morgan porque así lo sentía.

-Gracias, eres muy amable. He vivido muchas bodas desde mi puesto de trabajo. Algunas veces me traen fotos de la boda o videos y puedo contemplar el momento donde los novios cortan la tarta. Es emocionante.

Se escuchaba el ruidito del boli, o lo que tuviera entre manos Amy moviéndose sobre un papel.

-Ahá, si, entiendo. La adolescencia es una época difícil. Yo también tenía mis complejos, sobre todo con el peso. Se metían conmigo, me llamaban gorda, y todas esas cosas desagradables. No era como una Barbie.

Sin querer había hablado de su físico en aquel entonces, sin dejar claro si seguía “gorda” o había adelgazado. Intentaba no saltarse las normas del programa.

-Te mueves mucho Morgan. Escucho tus pasos… ¿Puedo preguntarte si estás nervioso por algo en especial?

Paró de escribir, o lo que estuviera haciendo Amy con su cuaderno.

-A mi me gusta nadar y pasear. El mar me relaja bastante. ¿Boxeo? ¿Qué tal se te da? Suena interesante. ¿Serias capaz de defenderte bien ante algún ladrón?

Después de escuchar la descripción de como le gustaban las chicas, como sería su prototipo más destacable por así decirlo, Amy se quedó en silencio. Estuvo valorando que decir. Hasta que al final…

-Me temo que no encajo con ese perfil que comentas. Puede que eso sea un problema. ¿Crees que podría serlo? Si de entrada no encajo, no sé… puede que sea mejor que abandone la cabina.

La inseguridad de Amy creció de golpe, monstruosamente.

Morgan se detuvo y la risa amortiguada por la pared se pudo escuchar.- No, no estoy nervioso. Soy movido. Caminando mi cerebro trabaja mejor, es más creativo. Muchas veces como solo, si es algo ligero como de pie, y mientras voy de aquí para allá. Puede que te suena raro. Jaja.

Continuó parado -Me encanta el mar. Pasear por la orilla con los pies descalzos, o por el paseo, al atardecer. No concibo un mundo sin mar, ¿te imaginas? El mar es sinónimo de misterios, de peligros, de aventuras y vida. Y sirenas y criaturas que te devoran de un bocado -añadió, riéndose-  En el boxeo, bien, un level muy tranquilo, no pretendo nada más que divertirme un poco y mantener el equilibro de  cuerpo y mente. Y...bueno, si le alcanzo a ese ladrón lo tumbo, seguro. ¿Te molesta alguien? Dime quien es y voy a por él. 

Al silencio y la confesión de Amy, hubo una contestación rápida. -Eres una mujer cruel, Amy. O una cachonda. Tengo que decidir sobre esto. Menudo susto me das. Darme plantón. -sonaba risueño, a la vez con la energía suficiente para transmitir seguridad a su pareja.

-Decido que eres una bromista. Has pensado, así que un chico al que le va la broma, vamos a darle de su medicina. Touché. Pero oye, que no soy mal tipo. Se hacer mousse de chocolate, de café. La fondeé francesa. La pasta me queda deliciosa. ¿Qué te parece?

Una pausa.

No te habrás ido ya, ¿no? -sonó en plan humor- Oye, ¿te gustan las motos, bueno, montar en moto? Puedo hacerte el tinte, si usas. Se lo hacía a mi hermana y a mi madre. Ya ves. 

Se aproximó a la pared- No le des vueltas a eso. Hemos venido a pasarlo bien, eh.- su voz sonó íntima y confiable.

Amy empezaba a tener sentimientos inexplicables. Le gustaba Morgan, sentía que le gustaba de verdad y quería conocerlo más. ¿Habría conectado con él? Conectar, engancharse a un hombre, significaba también tener miedo. Y ella lo tenía. Tenía miedo de no gustarle a Morgan físicamente.

Tendría que emborracharse si se pillaba por este tio y él la rechazaba. Borracha, beberse una gran copa de vino para olvidar sus penas.

DIARIO DE AMY:

Morgan, me gusta. Creo que es el indicado. Creo que podría enamorarme de él. Me atrae.

-Ok, pensaba que estabas nervioso por algo. Está bien comer de pie, jaja, a mí me caería mal la comida pero está bien. Cada estómago es un mundo. 

Tenían algo en común que les gustaba mucho; el mar. 

-No me imagino una vida sin mar, y más en verano. En verano soy como la sirenita, jaja, hay que verme en bañador. 

Amy se reía de si misma. Un mecanismo de defensa. 

-Una vez leí en un cuento que el mar es salado porque hay un cacharro encantado en el fondo que no deja de expulsar sal al agua. Es ridículo, lo sé, jaja. ¿Te gustan las historias de piratas y monstruos marinos? No están mal. 

Hasta ahí, iba bien. Hasta le pareció tierno que Morgan le dijera que la protegería de alguien que le molestase. Pero luego... A Amy le entró la crisis gorda. 

-No, no, nada de trampas ni trucos. Ya sabes lo que hemos hablado... Me he puesto nerviosa e insegura, nada más, pero estoy bien. Confío en mi misma, si ...

Morgan parecía preocupado porque abandonase la cabina y eso tuvo el efecto contrario en Amy, clavándole en el sitio y disuadiendo su idea de huir. 

-¡Jaja, todo suena delicioso! Eres muy majo, perdona por haber tenido ese pensamiento de irme. Aún nos quedan unos minutos de charla. ¿Teñirme el pelo de oscuro? Jaja. Ya veo que eres un chico para todo...

-Claro que me gustan esas historias. Todos conservamos a esa personita de la infancia. Tenemos que aprender a convivir con ella y disfrutar del proceso. Eso del cacharro no está mal. Imagina que un día falla y expulsa azúcar.

Se escuchó un sonido amortiguado, ahora se había sentado.

-Menos mal. Ya me veía rompiendo las reglas y saliendo de mi cabina a buscarte -la entonación contenía gotas de buen humor-. No te creas, no soy para todo. Fui, y soy, un poco hiperactivo, siempre haciendo algo, aprovechando el tiempo. No se, o me cuesta relajarme. -se oyó como barajar cartas.

-Amy, yo me voy a guiar por las sensaciones que me habéis transmitido. Me parece que hay otras chicas como tú, digamos que no delgadas. Otras con ciertas circunstancias, con un carácter particular. El físico puede resultar determinante, no nos engañemos, si coincides con la persona elegida en la segunda cita, lo mismo te echa para atrás. A fin de cuentas, la atracción es un conjunto de muchos factores. 

Pausa.

-Aunque el físico nos atraiga, esto solo ha sido un concentrado de nosotros mismos, luego ya puede estar muy bien esa persona, que no, que no te llame. No buscamos un polvo de finde, ¿no? Bien pensado, tampoco yo entro en la descripción que has dado de un hombre. No del todo.

Morgan estaba barajando cartas. -Va, ¿te han leído alguna vez las cartas? También le doy a la cartomancia. Soy un poco de todo, y mucho de nada, jajaja. Cuando me digas, corto, decide si quieres que saque primero la carta superior o inferior y haz dos preguntas. Es la baraja inglesa, arcanos mayores, del 7 al rey.  ¿te animas? Por cierto, y aunque ya te resulte aburrido, háblame un poco de tus aficiones. Quizá eres una serial killer, eso no entra en mi órbita de pasarlo bien -añadió, riéndose.

-Jajajaja. Sobredosis de azúcar. Los diabéticos no podrían ir a la playa. A nuestros niños interiores hay que conservarlos y dejarlos salir de vez en cuando. Ser maduros cuando toca, pero no ser "viejos". 

Amy continuó riendo tras las palabras de su compañero de cabina.

-Pues la habríamos liado. Casi me marco un "novia a la fuga" habrías sido como Richard Gere persiguiendo a Julia Roberts, jaja. 

-También me considero enérgica, y positiva, pero tengo días como todos. Por lo general canalizo mucho a través de mi trabajo, me ayuda a equilibrarme y de alguna manera también desato mi creatividad por ahí. 

Escuchó en silencio, mientras retomaba su Coca-Cola, lo cual ya daba la pista de que Amy volvía a estar de chill. 

-Creo que es una tontería anticipar lo que va a ocurrir. Y lo digo ahora, después del pequeño susto que te he dado. Son muchos factores, no solo el físico. Vamos a ciegas, cierto, incluso aunque nos hubiéramos visto de entrada, podríamos ser personas que no encajaran bien en el terreno sexual. Quiero decir, pueden pasar muchas cosas. Tú y otro chico me habéis parecido los más afines a mi. Pero quizás todo eso no signifique nada tampoco.

Parecía que había encontrado un punto de calma y seguridad, buscando dentro de sí misma. 

-Jaja, casi escupo la Coca-Cola por la risa. ¿Vidente? A ver... a ver, corta ya, y la carta superior. Dos preguntas, ok. ¿Realizaré el pastel de mi propia boda? Básicamente te pregunto si me voy a casar algún día... Segundo, ¿Podré montar mi propio negocio? 

Sobre sus aficiones, respondió rápido. 

-Una serial killer que hace tartas de boda, suena bien para un guión de Tarantino. Pueees, me gusta el cine, leer, salir a bailar, viajar, me gusta el mar salado o azucarado... Las motos, no las he probado. ¿Tienes una Harley o algo así?

Las risas fueron compartidas. Él escuchaba a una Amy más animada después del bajón anterior, la misma Amy que entró en la cabina. 

-Esos días malos los tenemos todos. Como mil rocas sobre la cabeza. Yo me pongo música, o salgo a correr. O llamo a mi hermana mayor, jaja.

Parecía que la calma regresaba a las cabinas.

-Has mencionado un par de veces el sexo. No te lo niego, me gusta. Tanto el más relajado y mimoso, como el apasionado de aquí te pillo... Es una actividad natural, pero con muchos tabúes. ¿Cómo lo vives, Amy? ¿Eres cortada, activa, pasiva? ¿qué fantasías tienes?

Terminó de barajar y cortó. -No te rías, que esto va en serio -él mismo bromeaba en su tono- ¡Eh, a mí también me gusta el baile? Coger a una chica por la cintura es lo más. ¿Cuáles te gustan? 

Cuando respondió al tema de la moto, se le notó, si no incómodo, algo menos alegre -Ahora mismo no tengo ninguna. La vendí, y el coche, por un apuro económico de mi hermana pequeña. Tengo en mente pillarme otra, no una Harley, no. Bueno, a ver las cartas...

-Tu primera pregunta es de fácil respuesta. Sin mirar las cartas, claro que te vas a casar. Siete de picas. Hum. Hay matrimonio, desde luego. Pero las decisiones a tomar te van a crear ansiedad, y a la vez supondrá un período de creatividad máxima. En el contexto actual lo veo como elecciones de una persona determinada, la preparación de la boda y tus ideas sobre la misma.

Se tomó unos instantes de silencio -Estoy vaciando mi mente de estas imágenes. Vamos a por la otra, la de abajo. Wuoo, el joker. En posición normal. Montarás tu negocio, tu potencial, tu energía interior es ilimitada. Vas a asumir un riesgo muy grande, pero esa llama que arde en ti te da la suficiente seguridad y confianza de que saldrá bien. Vamos, te lo vas a tener que currar, sin embargo funcionará.