Partida Rol por web

Natalie compartió el pensamiento de Sam –sí, realmente me hubiera gustado que estuviésemos todas aquí –las chicas habían sido todas muy cálidas cuando las había conocido por vez primera, cada una merecía lo mejor. Internamente, al menos se alegraba mucho de que uno de los chicos en particular haya conseguido ese vínculo con una muchacha. Se lo merecía.

Alzó la copa y se sumó al brindis.

-Por el amor. Por los vínculos y por no tener miedo de tomar un riesgo.

La cara de Rebecca la hizo reír sin maldad ninguna, entendía que todo estaba sucediéndose tan rápido que podía salir tan mal… pero ella se aferraba a los designios del corazón. Ya había estado demasiado tiempo sola con su pequeño.

Walter sugirió lo de la playa, Natalie esperó a que Arthur decidiera sobre eso. A ella le daba igual porque estaban todos en buena compañía. Bebió de la copa lentamente, cerrando los ojos y sintiendo el camino del líquido por su garganta. Luego la bajó despacio.

Tomó la mano que le ofrecía su pareja también quedándose en un segundo plano. Esperó la comida, bajando a veces la vista o fijándola arriba, en las estrellas. 

Como Amy hubiese hecho lo que conmigo con otros chicos, no me extrañó que hubiese armado revuelo. Pero la verdad es que no merecía la pena ni pensar en ello. Eso si, no podía decir que me supiese mal por ella.

Giacomo, quizá por ser latino, o por el contraste de conocer algo diferente, me caía bien. Podía parecer un poco explosivo en sus expresiones, pero no me importaría tenerlo como amigo. Tras el brindis y tocar mi copa con la de Natalie y del resto, dejé la copa en la mesa; y en cuanto el camarero trajo las cervezas choqué la mía con la del italiano. No era necesario decir más.

Luego besé la mano de Natalie y la solté - Te suelto, que sino no podrás cenar... - Bromeo con ella. Y ya si, empecé a devorar los primero canapés. En las últimas horas todo había pasado muy rápido y no había tenido casi tiempo para comer.

La pequeña ninfa sentada junto a Walter, observaba todo, bastante silenciosa. Se daba cuenta que todos habían hablado entre sí, pero ella, tímida no había mediado muchas palabras con las chicas.

En un momento, se recostó contra el lado de su acompañante, relajada. El pelo mojado humedecía el brazo que la rodeaba, así como parte de la tela del vestido. Dejó la mano sobre el muslo del dios pétreo que la sostenia "Esperemos que tengan ceviche, te apetecía mucho. Si no, lo pediremos" y al mirarle a los ojos un rubor subió a las mejillas en esa piel tan delatora que poseía la chica.

Levantó la copa y brindó con el resto - Por el amor y el destino - agregó

Había seguido las caras y comentarios de todos. Y tenía la extraña sensación que por mucho que le hubiera parecido conectar con algunos en las cápsulas, su corazón había sabido elegir, sus instintos le habían guiado a pesar de eliminar varios de los sentidos. El guerrero había encontrado el camino al hogar.

- ¿Alguna de vosotras llegó a entrar de nuevo en la sala, tras la primera ronda? - preguntó con casi un susurro, como si no desease llamar la atención sobre ella de ninguna manera. Dio un suave sorbo a la bebida, aún restaba un poco en su copa - Yo apuré tanto mis minutos y mi última cita me removió los cimientos de mi mundo que apenas pude llegar a la sala - y volvió a sonrojarse al mirar de reojo a su prometido. Tan reveladora y evidente

El pulgar jugaba con el pantalón oscuro sobre la pierna.

Podía entender algunas miradas de excepticismo pero por su parte había sido conversa al paganismo de las diversas deidades incluidas en su acompañante. No podía negar eso. Sería ir tan a contra natura como veía en algunas caras.

Recordó algo y miro a Arthur y Natalie.

- Sabes Arthur, puede que vayamos a Escocia. Walt ...- parece sonarle raro decir el nombre asi, como si no fuese el suyo - quiere acompañarnos, en ese pequeño asunto familiar que tenemos aún pendiente . Si estáis por allí Natalie y tu, podrías enseñarnosla

Me volví a mí Apolo dejando significativa, mi mirada azul en sus ojos profundos y cada vez que mi alme se encontraba así con la suya, el duelo arrasaba con mi voluntad, soltando un suspiro.

- Arthur es de Escocia - aclaré a mi prometido - Podemos encontrarnos de camino a ver a Tío Magnus a las Tierras Altas - sugirió, por si a él también le apetecia la.idea

-Amy me parece una chica agradable, inteligente y sensible. No saltó la chispa entre nosotros pero sí la amistad. -respondí con sinceridad en los ojos a Rebecca, y también para el resto ya que estábamos todos a la mesa. No entendí lo del revuelo, aunque conocía alguna cosa de sus citas. Tampoco indagué en ello. No era el momento.

En realidad me preguntaba las intenciones de la organización con esta cena. Quizá una simple reunión, o tal vez con la idea de que asomasen a la superficie chismes e historias de cada cita, sangre para la audiencia. Al fin y al cabo, en las cabinas se había hablado de mucho, surgieron conexiones, pequeñas o grandes, revelaciones, y tanto chicos como chicas conocíamos aspectos que quizás sus propias parejas no tuvieran idea. 

En ese momento me mantuve en silencio, impropio de mí, sonriendo, escuchando a los demás. 

-Sin miedo a tomar riesgos -coreé con Natalie. Me giré hacia Rebecca y le di un suave beso en el cuello. 

Compartí opiniones con los demás del tema expuesto.

"Amy es molto amable y sincera, lastima no encontrase su medio limón, y no.. no se que pasaría con ella Rebecca ( miro también a los demás), fue mi primera cita y todo molto benne, nos reímos mucho, bueno ( sonrio) yo me reí con cada una de mis citas, con Rebecca fue molto divertido, y yo personalmente disfrute con las cualidades de cada persona.. y no es porque te puedas llevar bien y reírte, hay que salir la magia y conexión, no et fachile esto y conseguir esa conexión es molto bello...( paso la mano por detrás de Sam  acercándomela a mi y le dio un beso en la mejilla mirándola con amor) pero me da pena por ella y Rachel como los demás compañeros" 

Llene la copa de Sam cuando llegaron las cervezas  cual agarre una y  mire a Arthur en gesto de ves ya están aquí.

"Te apetece cerveza o quieres vino" le susurre a Sam y llenádole la copa o acercándole lo que quisiera.

"A mi personal, no tuve problema con nadie, o eso espero, si e cosí, mi dispiace.. perdón si fue así, mis disculpas, estamos aqui para disfrutar y brindo de nuevo por ello"

Acerque la mano al florero de rosas y saque una para ponérsela a Sam..  " ¿Me permites? Una bella rosa para la mujer mas bella del mondo"

Sonrió con dulzura cuando Arthur besó su mano antes de soltársela, -gracias, mi caballero -le respondió porque, pese a su juventud, poseía ese aire gallardo que tanto le había enamorado. Luego cogió un canapé con salmón y queso crema y se lo llevó a los labios. Una explosión de sabor inundó su paladar, estaba delicioso. Entonces escuchó lo que preguntaba Daphne.

-¿Te refieres a si tuvimos una segunda ronda, o elegimos en la primera? -se la veía radiante, el amor hacia su pareja se sentía en cada uno de sus gestos y en su preciosa mirada -Yo terminé de decidirme en mi segunda ronda. Pero si te refieres a salir de la sala, para volver a entrar... nunca me pasó. 

Natalie recordaba ahora toda la experiencia de las cabinas. Le parecía loco y a la vez sumamente natural. Cuando la chica le nombró a Arthur lo de Escocia, la joven se entusiasmó. 

-Hagámoslo, cariño. Me encantaría que saliéramos los cuatro. 

Observó a Arthur con diversión, creía que Walter y Daphne eran geniales, que seguramente lo pasarían muy bien.

También devolvió el saludo con la copa a Morgan. Él y Rebecca eran una unión interesante. Creía que se veían bien juntos. En realidad cada pareja le gustaba, por lo menos a simple vista. Gio brindaba con las cervezas con su prometido, ellos parecía llevarse bien.

-Antes de que me olvide... uhm. Aquí está. Este es mi hijo, Gabriel Matt aunque siempre le digo Matt. Tiene cuatro años.

Por primera vez sentía la confianza de enseñar a su pequeño. Le pasó la foto primero a las chicas, porque nunca les había contado eso. Arthur sí lo sabía. 

Vino está bien, amore. Le dice cariñosa y se deja servir. Con la flor sonríe sonrojándose y se la pone detrás de la oreja. Pocos hombres había conocido tan caballerosos y detallistas. Esperaba que esto fuera así para siempre.

Cogió un aperitivo y se lo llevó a la boca. Que rico... susurró para ella.

Cuando Natalie le enseñó la foto a Sam se le iluminó la mirada. ¡Es precioso Nat! ¡Qué suerte! ¿Y se porta bien? Pregunta interesada. Cuando puedas me haces uno a mi, que te salen muy bonitos. Bromea, y guiña un ojo y saca la lengua a Gio.

Yo tampoco tuve problemas con nadie. Estuve algo indispuesta en la mayoría de mis citas, y por eso quizá no me di a conocer. Todos los aciertos y desaciertos me llevaron a algo maravilloso. No pude tener mejor suerte. Dice inclinándose a Gio y dándole un beso en la mejilla.

Asentí con decisión a la propuesta que Daphne le hacía a Arthur. Mi cuenta pendiente en Inglaterra sería más llevadera con él y Natalie, además de mi ninfa, por supuesto.

Las palabras de Morgan me hicieron sonreír e intercambié miradas entre los dos mientras escuchaba sus alegatos. Becca tenía carácter y se le notaba pero me gustaba el bien humor que desprendían así que le solté un chascarrillo —Supongo que ya te habrás dado cuenta de que... Por más que intentes ponerle las esposas él se escapara — y le di un golpecito en el hombre mientras le guiñaba el ojo.

Del brazo de Daphne y sin ninguna intención de sentarme en la mesa asentí a sus palabras mientras rozaba su naricilla en mi brazo y rodeándola con el brazo la acerqué cariñosamente rodeándola y le besé la sien —y tú querías tomarte un mojito...

Aunque yo con dos copas ya no tenía intención de beber mucho más. No obstante miré la foto que enseñó Natalie y comprendió, o no lo llegó a comprender del todo, porque en su cita hubo algo que no fue capaz de contar porque escucharla  hablar de aquel pequeñajo le hubiera puesto de bastante bien humor. Miró a Daphne y abrió mucho los ojos levantando las cejas pero no le dijo nada más, un beso en la mejilla y contestó a Natalie—Vaya ojazos, entonces de paso también conoceremos al señor Matt...

Los gestos de Walt, me tranquilizaban. A cada roce un suspiro y a cada suspiro una mirada de advertencia, sin mucho que advertir. Una sonrisa y otra mirada al suelo, pasandose la lengua por los labios, de nuevo nerviosa.

Habia tenido la sensación, en la sala común, que Natalie era bastante tímida (al igual que Sam) y que su carácter encajaría más con ese retraimiento social que tiene Daphne. Por esa misma razón, se dió cuenta que, aunque podría ser un gran amigo, no era Arthur la persona que le pondría el mundo boca abajo, que dinamitaría sus cimientos para volver a construirlos de otro material. De tinta, carne y pasión.

Todos parecían amables y simpáticos, pero tuve una sensación extraña, como si una vez el anillo estuviera en los dedos de la persona, todo se olvidaba, no se conocían. Lo mismo, es que nadie había sido importante en ese sentido. Y volví a sonreir, levantando la vista y como si una colisión de dos obuses fuese, los ojos de Apolo miraban los míos.

Entonces apareció un angel en la pantalla de Natalie y apenas perceptible, agarré con algo más de fuerza la cintura de mi dios olímpico - Es... es precioso - para nada lo decía por cumplir. Se notaba que le había removido algo esos ojos azules - Tienes un niño precioso. Gabriel... un angelito, seguro. Y espero que con maneras de diablillo. Son los mejores. Tengo 25 en un aula y el mes pasado se dedicaron a ponerme esas manitas tan chiquitas, llenas de pintura, por todo un vestido blanco - lejos de decirlo molesta, parece emocionada - Lo he mandado secar y lo tengo colgado en casa como un cuadro - suelta una risita cómplice - Es la mejor edad.

Y de repente, no sabía porqué, le apetecía muchísimo más que les acompañaran en el viaje, mirando con intensidad y disimulo, la carita del crío. Con una ilusión bastante evidente . Dos parpadeos y una mirada a Walt, un beso de nuevo en su brazo y una caricia. Solo sencillamente eso.

Escuché las palabras de mi prometido al oido y con un gesto que revelaba un trasfondo íntimo, le susurré "dos de champan... y ¿un mojito? Vale, pero, tu te haces responsable " y mordí mis labios, elevando una ceja.

- Claro, no hay problema - respondí a Daphne a lo de quedar cuando vinieran por su asunto familia. Lo recordaba perfectamente. Natalie salió al paso y también se mostró dispuesta. Aunque a decir verdad yo tenía muchas cosas en mente, cosas que hacer, que conciliar cuando volviéramos. Estaba ilusionado por todo, pero debía priorizar.

Yo no quise hablar de Amy, así que deje el tema pasar. 

Mi prometida se decidió a enseñar a su hijo. Me hizo gracia ver el rostro de las chicas.

Sonreí bajando la mirada al escuchar algunos de los comentarios, algunos que por lo visto habían sido recurrentes a lo largo de estos días. Otras cosas en cambio no me hicieron estar tan a gusto. Esta era una cena un poco... extraña.

Natalie le responde a Sam –realmente se porta bien, a veces es un poco retraído pero estoy trabajando en eso –la verdad era que la joven temía que Matt hubiera quedado mal por el accidente que se llevó a su esposo, pero eso lo iba a ir manejando con el tiempo. Contaba con que Arthur sería el apoyo que necesita, la figura de padre que le estaba faltando.

Sobre el comentario de Walter, explicó –sí, sale a su abuela paterna. Ella tiene esos mismos ojos. Creo que en el carácter tímido sale a mamá –eso le podía traer problemas para socializar a futuro y la chica no deseaba aquello.

Con Daphne se sintió tan a gusto, sobre todo cuando ella dijo sobre su profesión:

-No me lo puedo creer. Yo también trabajo con niños, soy maestra de jardín. Adoro cuando haces manualidades y cosas artísticas con ellos. Son tan libres, todavía nada condicionados por la mirada del otro. Algunos son demasiado libres –río, recordando a los más incontrolables del aula, pero era una risa llena de afecto.

Se había sentido mejor de haber enseñado a su pequeño, más unida a los demás. Sobre todo le encantó la forma en la que su pareja miró al niño. No divisó ninguna duda, nada que indicase que Arthur no quería ser parte de su vida. Apoyó la cabeza sobre su hombro y le dijo:

-Gracias.

Estaba feliz, radiante. Habría problemas en el camino pero con apoyo… y ahora tenía amor y también unos nuevos amigos, se podían sobrellevar los momentos duros. Solo pedía al creador que le dejara muchos años disfrutar de esto, de ser nuevamente una chica completa.

Advertí el gesto de Daphne y le respondí con un cariñoso roce del dorso de mi mano sobre su mejilla cándida terminando en su barbilla para levantar levemente su cara y guiñarle un ojo.

Antes de que pudiera decir más  toda la conversación giraba en torno al pequeño grabriel y a las profesiones compartidas de Natalie y Daphne. Al igual que los chicos que apenas habían compartido unas cervezas, las chicas tampoco parecían haber disfrutado de tiempo de esparcimiento para conocerse entre ellas.

—No desesperes. Dale su tiempo. Es como una flor que todavía tiene que brotar. La estás regando bien, brotará por sí misma...

La confraternización sobre sus trabajos hicieron que yo también participará —y cuando vosotras terminéis vuestra tarea me tocará a mí marcar el camino a los rezagados y los temerarios. Ley de vida.

La complicidad se marcaba en los ojos del escocés a los que Natalie respondía con gratitud. El resto de la mesa había pasado directamente a llenar sus estómagos y ocupar su boca con algo más que palabras. Yo sin embargo  señalaba con la cabeza unirnos al fin  a la mesa, aunque prefería la opción de sentarnos junto al mar. 

Por deferencia a la pareja finalmente tomé asiento sin soltar la botella de champagne de la mano e hice un gesto con la otra señalando a la niña que podía sentarse en mi regazo. En el fondo más valía que comiéramos.algo o los nervios y las.vicisitudes.del.viaje terminarían por comernos a nosotros.

Ojee la foto del hijo de Natalie cuando la estaba viendo Sam y me reí ante su comentario cuando me saco la lengua y me guiño el ojo. Si me gustaría tener hijos, en un plazo corto pero tan rápido, no, primero estabilidad, después lo que venga.

"Molto bello Natahli tu bambino, que dios lo bendiga y proteja" y hice gesto con la copa de salut

"Ni yo creía en la suerte hasta que te encontré" agarrándole de la mano entrecruzando los dedos con los suyos.

Seguimos con las cena, parecía que el hielo ya se había roto y estaban mas cómodos, empezaron a conversar de sus trabajos y afinidades..

" ¿Y vosotros chicos? a que os dedicáis, lo de las chicas ya mas o menos ya lo habían dicho, o en las citas, pero no se de vosotros, no salió el tema... yo tengo una pizzeria en chicago y de momento me va muy bien"

" Las gambas están de vicio.. pruebalas amor"

por debajo de la mesa me solté los zapatos, nadie me dijo que íbamos a la playa a cenar

Sonreí con los comentarios de Natalie con respecto a su pequeño. Pero yo no era persona de soltar bonitas palabras en público, me gustaba más actuar en la cercanía y en el día a día. Aún así me acerqué a mi pareja para susurrarle - Tengo muchas ganas de conocerlo en persona.

Los gestos de mi chica hicieron que me sintiera a gusta y muy bien - No hay de qué. Aún no hice nada, espera y verás - Le guiño un ojo.

El italiano volvía a su lado más extrovertido - ¡Uh...! Pues tienes que pasarme la dirección. Si algún día pasamos por Chicago no pienso perderme esas pizzas - Solo de pensarlo se me abría más el apetito.

Con respecto a lo otro - Yo soy jardinero. Un trabajo tranquilo supongo - Bromeo un poco - Aunque es un poco más pesado de lo que la mayoría de la gente se piensa. Pero me encanta.

Empezaban todos a hablar entre sí y Daphne sólo estaba concentrada en la persona a su lado y ahora en ver esa criatura que podría robarle el alma al mismísimo Dios.

La cena estaba resultando rara y a pesar de saber que Walter quería pasear por la orilla, se habían quedado, en la espera de ver si al menos había algo de ceviche.No. No había. Por eso se sorprendió, cuando tomó asiento y le hizo un gesto somero para sentarse sobre sus piernas.

Miró a su alrededor, consciente de la conveniencia de hacer algo así en una reunión social. No por que no quisiera, que se moría de ganas, sino.... porque.... Al infierno ¿por qué no, si lo deseaba?
Me pasé un mechón de pelo tras la oreja y terminé sentada en su regazo, muy cerca de su torso, con su mano alrededor de mi cintura y la otra en el muslo. Mi cara tomó un color de la grana y ya no pude concentrarme en nada externo a él. Solo en la forma en que Apolo terminaría haciendome convertir en arbol de Laurel, para luego prenderle fuego.

Observé la variedad de viandas y luego volví el gesto a mi sillon de carne y lujuria - ¿Qué te apetece tomar?
Levante la mano y pedí el ansiado mojito. Al demonio las convenciones. Si terminaba mal, podríamos volver a darnos un baño ya sea en el mar o en el jacussi.

Todos estaban bastante ocupados en alimentar a sus futuribles cónyuges y mi cabeza volaba hacia otros cielos. Deseaba alimentarle, si, pero no era de comida de lo que estabamos hambrientos.

Agradeció el comentario de Walter -eso me dijeron los médicos también, que no había nada malo en él. Debe ser así: cada flor tiene su tiempo propio, gracias. -Natalie se preocupaba a veces demasiado sobre Matt, y eso no iba a ser bueno. Lo sabía, por lo que estaba tratando de respetar sus tiempos de desarrollo. No era fácil, una se solía apegar demasiado, más después de una pérdida tan abrupta. Después se rió gratamente con la reflexión del hombre sobre que él se dedicaría luego a los rezagados. -Porque haya menos rezagados, y más niños que lleguen bien a la madurez -anunció con vehemencia. 

-Muchas gracias, Gio -le dijo al italiano -Y brindo porque vosotros alguna vez nos enseñéis la foto del vuestro -era "nosotros" puesto que Arthur ya formaba parte de su mundo, y esperaba que por el resto de sus días. Entonces él le preguntó a los chicos qué hacían de su vida. Cuando Arthur dijo que era un jardinero y que era más pesado de lo que la gente pensaba pero le encantaba, Natalie imaginó un hermoso jardín. Uno lleno de flores, teñido de los colores de la primavera y a él, su esposo, en medio, mostrando a sus hijos cómo se hacía tal cultivo. 

-Quiero ver tu jardín. Deseo que conozcas a Matt y que él vea que cosas bellas tú haces florecer. 

No importaba si sonaba cursi, ella era una joven cursi y locamente enamorada. Besó brevemente sus labios para de nuevo constatar que esto era real. De soslayo notó lo conectados que estaban Walter y Daphne, era magia. Entonces ella sirvió un poco de vino a Arthur y le puso los canapés que le parecieron más deliciosos en su plato.

Con sus labios formó en silencio un "te quiero" antes de perderse en esos ojos llenos de luz.

A Morgan, el ambiente, las conversaciones, los gestos cómplices entre los enamorados de cada pareja, le parecieron demasiado bucólicos, irreales, incluso forzados. Le daba la impresión de que actuaban para las cámaras, de que quizás les habían asignado un guión. No podía estar seguro, claro, a ellos dos, Rebecca y Morgan, no les dieron instrucciones.

En cualquier caso, la situación era un poco surrealista. 

Miró la foto de Matt. Una sonrisa nacida del corazón se dibujó en su boca.

-Es un encanto, Natalie. Tenemos que quedar para esas sesiones de juegos con los niños.

Se giró hacia los demás, mirando en particular a Becca.- ¿Sabéis si las "bodas" serán conjuntas? Eso sería alucinante, jajaja. Un poco loco, como toda esta experiencia.. 

Parece que la noche transcurre tal cual y finalmente llega la hora de fin. El programa os avisa que podéis volver a vuestras habitaciones paradisíacas y que luego os informarían de qué hacer.

Natalie se despidió de todos y agradeció las palabras de Morgan, estaba seguro que su pequeño gustaría de ver algo de magia, además así podria mantener una amistad tanto con él como con Rebecca. Le dio un beso a cada una de las chicas en la mejilla, y abrazó a Daphne con cariño. También saludó a Sam y Gio, dando gracias por la invitación algún día a visitar su pizzería.

-Que nos depare lo mejor, ha sido un placer. Daphne, espero pronto esa salida.

Tomó el brazo de su pareja y empezó a caminar hacia el mar, porque casi no había tenido ocasión de nadar en él ¿y qué mejor que hacerlo en este último momento sobre este precioso lugar paradisíaco? El sonido de las olas besando la playa te hacía olvidar de todos los problemas del mundo real, como si por un instante mínimo siquiera, se hubieran evaporado.

Fui escuchando a los demas un poco fijandome en sus reacciones y comentarios. Era bastante analitica cosas del trabajo.

La verdad es que en general me lo pase bastante bien en mis citas. Respondi a Gio.

Escuche como hablaban de los trabajos que hacian .

Tendremos que ir a probar esas pizzas ¿no? Comente mirando a Morgan cuando este menciono lo de las bodas conjuntas me encongi de hombros.

Puede ser supongo que podria ser divertido la verdad