Partida Rol por web

-Genmu… ¡ehh doctor!- dije desde el fondo del autobús, me había percatado de que a Jessica le molestaba el polvo de la carretera mientras conducía. Me quité las gafas, pretendía limpiarlas pero hubiesen acabado más sucias de lo que estaban.

-Pásale las gafas a Speedy, le vendrá bien para que no se le meta algo en los ojos.- dije alargando el brazo mientras ofrecía mis gafas de aviadora.

Jessica era nuestra conductora y me preocupaba que la tormenta entorpeciese nuestra marcha, no podía conducir por ella, ella era la más indicada, pero al menos haría todo lo que estuviese en mi mano para ayudarla, con los ojos cubiertos y protegidos pensé que se desenvolvería mejor al volante.

-Creo que por ahora no deberías subir al techo del autobús- dije rompiendo mi silencio, me preocupaba que Van Zan tuviese problemas allí arriba.

Retomar la carretera significa problemas pero Taurus se había acostumbrado a eso. Vivir dia a día. No más.

No te preocupes preciosa. El dios de la puntería puede hacer su “trabajo” desde cualquier posición. Solo ponme al desgraciado Dios de la carretera a mil metros y le haré un agujero en la sesera. – exclama con orgullo sobre su puntería mientras limpia su rifle con un paño mugroso.

Asiento y le paso las gafas a speedy. -Ten quedan genial.- Digo medio en broma, hay mucha tensión en el autobús.

Voy haciendo subir a todos y me aseguro de que los cinturones de seguridad están bien colocados. Entonces procedo a "sellar el autobús".

Cierro ventanas e intento que no haya grandes huecos. si los hay intento cerrarlos con lo que sea, aunque tenga que coger tela de los asientos.

-¿Quieres que coloque un poco de tela en el respirador? Quizás el coche vaya algo ahogado, pero impedirá que se joda el motor con la arena.-

-Gracias amiga, te debo una.- le agradezco a Rose por el gesto ya que sería un alivio para mi conducir con unas gafas.

Genmu me las alcanza y bromea al respecto, le dedico una sonrisa traviesa para luego permanecer atenta a la carretera y al evento precioso de la naturaleza que tenía delante de mis ojos.

De a poco voy avanzando para darle tiempo al Doctor que tome las medidas necesarias y proteger a las personas que llevamos en el autobús. -Gracias, me vendría muy bien Genmu. Esto no será fácil y toda ayuda sirve para que la tormenta no arrase tanto con nosotros.- afirmo aumentando la velocidad nuevamente y con la mirada perpetua en el sendero avanzo sin piedad. 

Dicen que en el epicentro de una tormenta se encuentra la calma, entonces, será cuestión de ir a buscarla.

Pero antes de hacer nada, observó lo que hacía el Guerrero de la Carretera. Al fin y al cabo, es él el que los está guiando.

Por el momento el Interceptor del Guerrero avanza en la cabecera del grupo. Se encuentra a doscientos metros más adelante, luego le siguen el V88 de Kroon, el Outsider de Lupe y finalmente el Autobús de Colt.

Casi todos los vehículos de guerra se encuentran preparados para el azote de la arena de las tierras baldías pero el transporte escolar no tiene las modificaciones necesarias para funcionar bajo la tormenta de arena. Previendo tal defecto Genmu llega hasta el motor trepando por un costado y en plena marcha hace los arreglos necesarios para que el motor no se arruine llegado el momento. Sacrificando de un poco de velocidad, Referred logra mantener el autobús en funcionamiento. 

También el interior se encuentra "sellado" gracias a la colaboración de todos e idea del Doc.

La tormenta gana velocidad porque minuto a minuto gana terreno sobre el grupo. Ya encima de los vehículos las nubes comienzan a cubrir todo y el viento lateral se transforma en una amenaza para todos. Una mala maniobra y podrían volcar con facilidad.

Parece improbable pero es como si el tornado tuviese vida propia o tan solo mera casualidad porque su trayectoria es sobre la carretera. ¿Sera el mismísimo Dios de la carretera descargando su ira sobre sus vasallos?

Una granada oculta en lata de alimento, una explosión que sepulta a Sparks y a Drex, un trago de tequila, un túnel maltrecho, un puente calléndose y por último una tormenta de arena de tamaño descomunal.... ¡¡qué divertido viaje!!-

Por todas las emociones se me ha pasado entregarle su rifle a Speedy y recoger mi bolsa de latas, todo por estar domesticando a firualis ....me he perdido un poco de la acción... Las palabras de Lupe me han puesto a pensar, si llegamos a salir vivos voy a sentar cabeza y procrear mis propias larvas... ehm hijos, con alguna "reina de mi colmena".

Cuando la tormenta de arena se cierra sobre nosotros le comento a Lupe: -Oye explorador, para evitar respirar la arena yo conozco un truco, primero hay que conseguir un trapo y después empaparlo en agua, sangre, orines o lo que se tenga a la mano y amarrarlo sobre la nariz (como cuatreros) de esa forma podemos respirar un poco sin asfixiarnos-

LA IRA DEL DIOS DE LA CARRETERA

La tormenta avanza sobre vuestros laterales casi encerrando al grupo en una zona de seguridad pero no por mucho ya que la ventisca hace lo suyo para complicar los motores y oscurecer la visión.

De entrar de lleno en la tormenta tal vez signifique que ni siquiera logren salir de ella…

Los minutos se acumulan pero la distancia parece no cambiar. Es más, parece disminuir en cada kilometro recorrido.

Pequeñas trombas comienzan a nacer adelante a medida que el círculo se cierne sobre todos y los relámpagos tiñen el horizonte de rojo. Tan solo la velocidad de la carretera es lo único que los mantiene lejos del peligro hasta ahora.

Una pared del gigantesco embudo avanza por vuestra derecha pero se mantiene estable. La muralla huracanada levanta pequeñas rocas, arena y todo aquello que no es lo suficientemente grande para resistir su furia elemental. Es un monstruo que devora todo a su paso y los observa antes de engullirlos.

El monstruo los observa y sus fauces en forma de ventisca rozan el convoy pero algo surge de aquel monstruo de la naturaleza.

Algo gigantesco se acerca al autobús en dirección de colisión. Desde la altura los ocupantes del autobús escolar pueden ver la cabeza de un monstruo de pesadilla. Sus ojos parecen brasas del infierno y su aliento de fuego lo demuestra.

Sin mucho tiempo para actuar en defensa (tal vez por el pánico de aquella imagen imponente y aterradora) presencian el hambre de la criatura infernal. La temible bestia por medio de sus fauces engulle un cuarto del techo del autobús. Sus dientes del tamaño de un hombre cortan el metal como si fuera de mantequilla y sus garras destazan la carne de los ocupantes en los asientos traseros del autobús. Media docena de niños, Jack Topanga y Sandy Molotov son descuartizados en el proceso y ahora un rio de sangre viaja por el pasillo del transporte en dirección al asiento del chofer. 

Jamás, nunca, no es posible... nadie puede estar preparado para eso. ¿Qué demonios? Por dios bendito... !¿Pero esto  que es?!

Me vengo abajo. Estoy cubierto de sangre, por un momento estoy a punto de hacermelo encima. Pero consigo controlar mi cuerpo, mínimamente al menos. No hay nadie que curar, están partidos por la mitad. Esa bestia es lo peor que hemos visto con diferencia hasta ahora. ¿Cómo salimos de esta?

La respuesta es fácil. Saliendo de aquí. Me acerco como puedo a Speedy. 

-No te distraigas. Conduce, sácanos de aquí cariño. Yo te indico- Hago lo único que puedo hacer. Observo el cielo, esa bestia volverá, lo se, intentaré prevenirla y que pueda intentar esquivarlo.

A modo de curiosidad pregunto: ¿este chobi es el mismo de los robapieles o es distinto?.

Elijah no logra salir de su conmoción al ver morir a dos de sus compañeros con los cuales había vivido tantas aventuras hasta incluso sobrevivir a la captura de los Robarostros para luego ser rescatados por Colt.

Todos los que han visto al Dios de la Carretera y sobrevivido para contarlo saben acerca del terro de su “carroza celestial”. Aquel monstruo mecánico que devora vehículos y arroja fuego. ¿El mismísimo Caudillo de los Robarostros es quien ataca? Aquello era demasiado para el antiguo conductor del autobús. En su histeria tan solo pudo ir por sus difuntos compañeros y tratar de unir las partes desmembradas de aquellos cuerpos mutilados. En el proceso, Dread, balbuceaba incoherencias…

Conducía tan rápido como me permitía el autobús, no conocía para nada el vehículo ya que recientemente lo había adoptado o más bien adueñado. Sin dejar de pisar el acelerador a fondo escucho el sonido de algo que me inquieta y al girar puedo observar con absoluta claridad como una mandíbula metálica muerde la mitad del bus con los pasajeros incluidos. 

La escena era muy Dantesca, cuerpos desmembrados por todas partes y un torrente de sangre que llega hasta el volante al punto de horrizarme al extremo al sentirlo en mis pies. - Esto es asqueroso... - Por suerte Genmu, consciente de que puedo desvariar ante ello y dada la cercanía de esa cosa metálica que puede tragarse el autobús si quisiera me pide que continúe conduciendo. - Lo sé, lo sé... Pero... esa cosa gigante me frena. -  afirmo preocupada acelerando con fuerza pero nada, no sabía si la parte rota estaba trabada o que era el impedimento, sencillamente no teníamos opción. 

-¡No avanzo!... Estamos perdidos somos la cena... Te quiero Genmu. - suelto el volante desesperada y resignada ya que no había forma de que el autobús avance, abrazo con fuerza al doctor y cerrando mis ojos espero el final de esta dolorosa vida. 

Kroon se quedó paralizado por un segundo, sin saber qué hacer cuando el gigantesco monstruo metálico se abalanza sobre el autobús haciendo trízas la cubierta superior. Los gritos y los chorros de sangre que resbalaban por las paredes del autobús le sacaron en seguida de su estupefacción.

Con determinación se dirigió directamente hacia el monstruo. Sabía que con unos de aquellos ataques podría partir en dos su interceptor llevándoselo por delante, pero también sabía que sus gatlins estaban pensadas para perforar el blindaje de un tanque. Además, ya había visto que disponía de un potente lanzallamas. Su única posibilidad era explotar el punto débil de aquel engendro mecánico, que sin duda era la maniobrabilidad. Cuando se halló a alcance óptimo para sus armas, puso en práctica una complicada maniobra; un derrape controlado con el que pretendía girar en torno al monstruo describiendo un círculo mientras dejaba que las gatlins lo destrozaran. De esa forma se mantendría fuera de su alcance mientras sus armas lo destrozaban a placer.