Partida Rol por web

¡PERO QUE DEMONIOS ES ESO! - grito Lupe al ver como aquella bestia de acero partía el camión escolar, dio un par de volantazos para esquivar pedazos de autobus, viseras y sangre que se desprendían. Lupe miro con los ojos bien abiertos a Bicho, - Tendrás que conducir Bicho, yo voy a darle un regalo a este bastardo -

Acto seguido trabo el acelerador y la dirección para mantener la ruta y la velocidad en lo que el se pasaba al asiento trasero para buscar algo que tenia guardado, dejando en manos de Bicho la conducción 

- con esa palanca destrabas el volante y el acelerador, dale bicho, ponlo a tiro que tengo un par de Bazookasos para este infeliz - le dijo a bicho mostrándole la bazooka que apenas y podía maniobrar en el interior del Outsider. dicho esto se incorporo sacando medio cuerpo por la escotilla superior, apunto y disparo.

Cuando vi aparecer aquella cosa horripilante saliendo desde las profundidades de la tormenta casi me meo encima. Ayudo, sin dudas, el hecho de hacer varias horas que no bebía agua.

Eso no me impidió, no obstante, comenzar a gritar como una adolescente fanática ante su estrella de rock favorita. Grite con todas mis fuerzas, con cada fibra de mi ser, con el alma al completo, grite…hasta con los ovarios que no tenía.

Aquella cosa horrible que había salido desde las profundidades de la tormenta le daba vida a los más absolutos horrores del ahora. Era, una criatura nacida de una mente enferma, un titánico dios de radioactivo del desierto, una entidad mutante de un mundo enfermo.

Era la muerte.

Y como tal, se dio una buena panzada con las vidas de varios ocupantes del colectivo. No pude ver, por la potencia de la “lluvia de arena” que azotaban mis ojos, quienes fueron los primeros en morir, pero si vi (y escuche), como el metal del techo del colectivo se desgarraba como una hoja de papel y a continuación, una explosión de sangre, partes de cuerpo y vísceras que saltaban hacia todas partes.

Estábamos perdidos, este era el fin del camino, habia llegado el momento del “sálvese quien pueda”.

De alejarse, cuanto más se pudiera.

De aquella cosa.

Fue entonces,

Cuando KroonelCool, a partir de ahora KroonelManiatico, se lanzó a toda velocidad hacia el monstruo.

Desde que “salvamos” a todos los que pudimos, estuve leyendo la biblia en voz alta para apaciguar la ansiedad, no sin observar que algunos de los “salvados” no eran tan niños, pero una vida era una vida y “salvarla” era importante para intentar saldar mi cuenta. Inmerso en esta lectura solo desperté para ver como el autobús era atacado por un ser que hacía añicos parte del autobús y se llevaba en su mandíbula buena parte de los niños así como a dos recientes compañeros.

Fue en ese momento, mientras la sangre de los engullidos se deslizaba lentamente hacia adelante rodeando mis botas, fue en ese momento cuando algo dentro de mí se terminó de romper.

Desperté como de un sueño que se había convertido en pesadilla, mis ojos ya no imploraban amor, sino venganza. Mis manos crispadas se aferraban una a la biblia y otra al revolver mientras el sonido de un bazuca se alza hasta interponerse al ruido de los juveniles gritos de terror y llantos.

Observo entonces que la chica que decidió hacerse con los mandos del vehículo está teniendo dificultades para gobernar el autobús, pero como su pareja se acerca a ella para ayudarla. Mientras imágenes de quienes murieron por mis manos vuelven a mi mente corroyendo como un dolor.

Me muevo hacia el final de autobús intentando no sentir miedo y tan solo rabia hacia el monstruo que nos ataca, desenfundo el revólver y disparo al ojo de la bestia intentando acertar.

Un pedazo del destrozado techo se desprende debido a la fuerza de la tormenta y golpea a speedy en la cabeza. Por suerte para ella el golpe fue con el canto, y apenas hay herida, de haber sido con el filo podría haber sido mortal. Pero la fuerza es grande y que durante unos instantes queda desorientada y semi-inconsciente. El autobús da bandazos. Suerte que llevan los cinturones de seguridad. Aparto a speedy del autobús con bastante menos delicadeza de la que me gustaría, todo hay que decirlo. -Lo siento, lo siento, lo siento.- Pero de no tomar a tiempo las riendas del autobús podríamos morir todos.

Mis preocupaciones por la tormenta de arena desaparecen por completo al escuchar el ruido del monstruo mecánico destrozando al camión de pasajeros -Speedy, Genmu, ¡¡mis latas!!- expreso muerto de miedo y preocupado por la tremenda situación.

Lupe me mira y pone orden a mis ideas, apenas puedo pasarme a su lugar mientras el saca un tubo escupidor de muerte.

Destrabo el volante, aprieto el acelerador mientras aliento a Lupe: -Adelante Explorador!!! usa tu mortal aguijón, tenemos la bendición del escorpión!!!-

Cuando aquella cosa arrancó el techo de cuajo, vi como partió en pedazos a Molotov y a Topanga, intenté contenerme pero no pude, mis gritos eran alaridos de terror que lo inundaban todo.

Apenas podía reaccionar, estaba completamente bloqueada y cubierta de sangre, solo acerté ponerme el casco de forma temblorosa para proteger mi cabeza y mi rostro completamente desencajado, mi mente en aquellos instantes funcionaba instintivamente, casi como si se tratase del piloto automático que luchaba por mantener mi integridad.

No podía mantener el equilibrio, tampoco podía seguir agazapada en una esquina como un animal herido, solo me quedaba valentía para arrastrarme entre los restos humanos. Lamentándome de haber nacido y maldiciendo a aquella cosa mientras me deslizaba por el suelo encharcado del pasillo del autobús, buscaba ponerme a salvo en la parte frontal del vehículo, buscando la ayuda de algún compañero, algo verdaderamente difícil ya que el autobús comenzaba a dar bandazos entre una asfixiante tormenta de arena.

-¡¡Hijos de putaaa, hijos de putaaa!!- gritaba medio enfurecida y medio aterrada.

Kroon realiza un giro arriesgado para vaciar sus ametralladoras en las faldas de la bestia llamada “la muerte” por su compañero Frank. Los disparos dan en el blanco pero muchas balas rebotan gracias al grueso blindaje del monstruo mecánico.

Entonces durante un impas de la tormenta, cuando la cortina de arena disminuye, todo pueden presenciar la imponente imagen de “la muerte mecanizada”. El monstruo sobre ruedas es mas grande que un camión con acoplado y el doble de alto que un autobús. Su torso les recuerda un gran dinosaurio Rex (con garras y todo) mientras que la parte inferior viaja sobre gruesas ruedas impulsadas por dos sendas turbinas de avión.

Segundos después, Lupe dispara su preciado juguete desde una ventanilla de su Outsider pero un error de calculo hace que su disparo falle y reviente algunos metros adelante del monstruo. Trozos de pavimento y rocas llueven sobre el V88 de kroon.

Bicho hace lo que puede al volante del Outiser pero la corriente lateral amenaza con volcar el vehículo. El muchacho criador de insectos observa por el rabillo del ojo tres carros de combate Robarostros aproximándose entre la senda lateral gracias a la breve pausa de la tormenta.

La pausa no es otra cosa mas que el ojo de la tormenta que por ahora se encuentra justo sobre todos ustedes y avanza a gran velocidad en vuestra misma dirección. Adelante y atrás varias decenas de pequeños tornados realizan una danza mortal para cualquiera que intente salir del centro de la tormenta.

En el interior del autobús la muerte corre libre como la sangre tras amenazar con decapitar a Speedy pero su destino todavía no reclama por ella. Su fallo en el volante favorece que el monstruo aprese con sus garras al transporte escolar y levante en el aire sus ruedas traseras. El paragolpes toca la carretera y es arrancado por la fuerza y la velocidad haciendo que todos caigan de bruces. Ahora el vehículo es presa de la vertiginosa velocidad del Monstruo que corre a ciento cincuenta quilómetros por hora y de a poco se va alejando de kroon y Lupe. Colt dispara hacia la bestia mecánica pero su revolver apenas deja una marca en el metal.

Rose escapa justo a tiempo porque desde las alturas del Rex dos figuras descienden luego de un salto imposible. Segundos atrás hubiese caído presa de ellos.

Colt los reconoce al instante. Son Hambre y Peste, los jinetes del Apocalipsis del Dios de la Carretera. Sus tenientes han llegado para encargarse del asunto en persona.

Hambre es el primero en actuar y como es de costumbre utiliza su juguete preferido a la hora de la masacre. Su gigantesca sierra eléctrica.

En su llegada ágilmente realiza un par de giros cual espadachín para cercenar varias cabezas y torsos de los niños sobrevivientes al ataque del monstruo Rex. Su imponente tamaño no le impide llegar hasta Dread, patearlo y pisarlo mientras enarbola su sierra. - ¡Tu maldito bastardo! Traidor. ¡Ahora devorare tu corazón!- Hambre amenaza a Colt al señalar con su mano libre al páter.

Peste en cambio se ubica sobre los asientos como un cuervo observando la comida. Lleva en sus brazos dos ballestas y de sus ropas cuelgan varios cuchillos de distintos tamaños. Sobre su cuello pueden ver un collar de orejas y lenguas que ha ido obteniendo de los rivales mas significativos. Los débiles solo sirvieron de alimento.

- Peste excitado con tanta sangre. Peste quiere la lengua del páter traidor. Sus amigos también serán parte de mi collar. ¡Muere! - El jinete del Apocalipsis dispara en dirección de la conductora del autobús pero su objetivo no es otro si no su acompañante el médico del grupo. Genmu es herido en su espalda por un virote lleno de ponzoña.

Sobre su rostro pueden observar una mascara de piel humana cosida. Su anterior dueño era el cocinero de vuestra tribu.

Con el veinte tienes dos acciones mayores. Si quieres puedes ir adelantando.