Partida Rol por web

-Tengo el canario y un marrón. El crío vino con dos packs de pepsi. Ahora hay latas vacías por todos lados y estoy yo solo; necesito que mandes a alguien a ayudar a limpiar esta mierda. Los primos del crío están buscando a la otra prima, que anoche desapareció; se clavó una astilla o alguna mierda así.

Salgo del almacén y me dirijo a un vía principal donde haya tráfico o gente. Allí haría que mi sangre mandara una señal de fascinación a los presentes, con ello mi intención era la de lograr seducir algún transeúnte y convencerlo para que me acercara de vuelta a mi barrio; donde procedería a alimentarme.

Quizás algo de sangre lograra calmar un poco la rabia que sentía hacia el estúpido brujah. Con el estómago lleno, uno piensa con más claridad.

Cuando terminaste de soltar la retahíla se hizo un silencio que te pareció eterno.

Súbitamente se rompió.

—Pido limpiar una mierda y mientras lo hacéis os cagáis por partida doble encima de ella —a través del auricular del movil la voz era un sonido estrepitoso y árido que se atropellaba por salir en estampida— Voy a mandar a alguien a recoger el pájaro, pero vuestras cagadas las limpiáis vosotros solitos. Llamas a los primos o a quien te salga de los cojones para que te ayuden. Del otro tema ya hablaremos. —Era evidente que el Sheriff distaba mucho de estar contento— Cuando terminéis os venís a la torre cagando leches —ese era el nombre en clave para el refugio de Estela Vergara; el Hotel Eurostars Madrid Tower.

—Y más vale que no quede ni una mancha —cuelga. Te deja hablando sólo con el sonido de la línea en off.

Putos soplapollas que no son capaces de hacer una mierda.
Llamo a mi ghoul.
-Me traes cagando leches varios bidones de gasolina y un par de zippos a una dirección que te voy a mandar. Y mañana consigue 2 números nuevos de prepago. Uno para ti y otro para mí.
Le mando la ubicación por whatsapp.
.
Me giro a Dominique.
-Espero que no tuvieras ninguna mierda de valor ahí abajo, porque va arder hasta los cimientos.
- Si tienes otra sugerencia de como deshacernos de esos dos de abajo soy todo oídos. - le digo con evidente cara de cabreo.
Puto crío de los cojones...

—A mi no me mires tío —Dice Dominique mirándote a través del cristal amarillo de sus gafas— Además, no podría echarte una mano ni aunque quisiera —levanta los brazos y pone las esposas a la altura de tu cara— ¿Ves?. —Es todo un personaje el tío...

Y así es como están las cosas. Alejandro y Sofía buscando a una perdida Astilla, y Diego mosqueado contigo (y viceversa) mientras tu te comes solito todo este marrón. Puta vida. Así que de momento parece que no te queda otra que esperar. Esperar por quien viene a recoger a Dominique para llevárselo a Casas, y esperar que llegue Marcos con el material para limpiar toda esta mierda...

Rápidamente encuentro a un camionero buenazo que me acerca a "casa," aunque no las tiene todas cuando me despido amablemente; salto del camión rápidamente antes de que tenga tiempo a repensarselo y me quiera acompañar personalmente ante mis padres o algo así.

Recorro las callejuelas y parques del centro, escondiéndome entre las sombras buscando a alguien que se adapte a mis gustos, pero es demasiado tarde. Si alguien se pusiera a tocar a estas horas lo más probable era que recibiera un cubazo de agua por encima y las quejas de los vecinos.

Tendría que conformarme, así que simplemente busqué a alguien que no fuera un vagabundo borracho; me interpuse en su camino y puse mi mejor cara de pena.

- ¿Mama? ¿Ha visto a mi mama?

La calle era lo suficientemente oscura e intransitada.

Me puse las manos sobre los ojos, limpiando unas lágrimas inexistentes y cabizbajo extendí mis manos y me abracé a la pierna de aquella alma perdida en la noche. Era cuanto me hacía falta.

Mis colmillos atravesaron los pantalones y la carne mientras la sangre empezaba a llenar mi garganta.

-Dominique, me has caido bien, pero, No. Me. Jo. Das. No estoy para ostias. - le contesto cabreado.
-Vamos a ocultarnos un poco mientras esperamos, no vayamos a tener más sorpresas esta noche.

Tenía razón, estar saciado me hacía ver las cosas de otra forma.

Era un ventrue y aunque trabajara con incompetentes, no podía dejar que la mierda de ese Jack me salpicara. Seguía estando enfadado con él, mucho. De alguna forma, las muertes de aquella pareja de policías también pesaban sobre mi consciencia. Pero también debía tener claro que mis emociones no debían anteponerse a mis obligaciones. Era Jack el brujah, no yo.

Así pues, el primer paso sería convencer a alguien para que fuera a incendiar el almacén. La victima de la que me había alimentado serviría:

- Sabes, me encantan los petardos y los fuegos ¿A ti no? ...seguramente me harías un gran favor y me calmaría mucho más si me enseñaras algo de fuego.

De hecho, quemar cosas es algo que siempre te ha atraído en gran medida y yo conozco un sitio que ardería mejor que cualquier otra cosa del mundo. Así que vas a hacer lo siguiente: irás a esta dirección que te daré ahora, compraras un montón de gasolina y harás que ese lugar queme hasta los cimientos.

¿Harás eso por mí, verdad?

Bien. Muchas gracias.

Eso sería suficiente para cubrirnos las espaldas.

Lo siguiente que debía hacer era hablar con Casas. A estas alturas, el capullo del brujah seguramente ya lo hubiera hecho siguiendo su naturaleza de caniche faldero; pero estaba claro que no tenía el mismo don de la palabra que yo, y ante sus excusas y explicaciones, y las mías. Tenía muy claro qué versión iba a creer el sheriff.

No era la mejor solución porque el conflicto interno perjudicaba a la coterie en su conjunto, pero no veía otra salida. Debía cubrirme las espaldas así que buscaría a Casas e iría a hablar con él para relatar una buena coartada.

Llamo de nuevo a Marcos.
- Y un puto cuchillo y un jodido serrucho.
Cuelgo.

Llamo de nuevo a Marcos
- Y ropa limpia y bolsas de basura, ostia.
Cuelgo.

Con toda la información, no debería ser difícil hallar al dueño de esa furgoneta con su portátil. Solo tenía que rebuscar un poco en la web de la DGT.

Una matrícula parcial era buena pista, por lo que tras revisar la zona y acomodarse en un portal, saca su portátil de su mochila maletín.

- Bien, veamos si tenemos suerte y podemos localizar a los responsables.