Partida Rol por web

Tarasca ataca y esquiva

Si querían derrotar a esa cosa lo mejor era no darle la oportunidad de que les atacase, asi que sin pensarlo se lanzó al ataque golpeando con furia a los puntos que creía mas vulnerables

Turno 2:

Bazlaf se lanza fieramente contra la serpiente, como si de algo que no temiera se tratase. Alancea la jineta por dos veces, siendo en la primera que parece ya una estocada en el vientre, aunque la tarasca se revuelve y consigue, además, coger momentáneamente el filo entre sus dientes, arrebatárselo a Bazlaf de sus manos, y lanzarlo varias varas de la pela. Bazlaf está ahora desarmado*

Sin embargo Hamza aprovecha para emplear su mandoble en dirigírselo con fuerza, aunque parece ir directo a directo a la cola, una imprevista racha de viento lo arrastra un poco para atrás, impidiendo su acierto. Tras ello, la tarasca intenta envolver de nuevo a uno de vosotros, aunque sin éxito. Finalmente Alí consigue lanzar un tremendo golpe, aunque también es en la cola, y la tarasca chilla haciendo ensordecer los truenos:

Daño: 6 + (4 de bonus) -1 de protección [/2 por cola]: 4 puntos de daño.

Sin embargo, la vista parece empañársele a Alí por el sudor, y no es capaz ahora de ver bien**

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¡¡BASTA YA DE JUEGUECITOS!! -dijo Nuba con la voz sombría y gutural de antes-. Entonces miró a la Tarasca. ¡MUÉSTRALES LO QUE LES PASA A CUANTOS MORTALES OSAN DESAFIATE! ¡¡LÁNZALE  ESE UN TRUENO!! -señalando Nuba a Bazlaf-.

¡¡Encomiéndate a Alláh!! -oíste de algún lado monte abajo como gritando, aunque muy bajito-. ¡¡Cógela y encomiéndate a Alláh!

¿Quién gritaba? ¿Qué quería decir?

Las piernas le temblaban, no dudaba de que su vida llegaba a su fin, sólo el más grande podía salvarle y... bueno precisamente Bazlaf sufría una crisis de fe desde la muerte de su padre. No se lo había confesado nunca a nadie pero apenas si podía rezar sin que se le revolviese el estómago ante tamaño sacrilegio, sin pensárselo dos veces al escuchar aquella voz que parecía provenir de la misma espada y llevado por un instinto de conservación que por otra cosa corrió hasta llegar a la espada y la empuñó, luego intentó fintar para esquivar el rayo que iba hacia él.

¡¡PZZZAAAAFFF!!-un rayo se aventuró desde el cielo, justo desde la nube sobre vuestras cabezas, y fue directo a parar contra Bazlaf, el cual, que pareció como si Alláh le avisara instantes antes, pegó un "brinco" justo antes de que la mole eléctrica le alcanzase, tirándose al tiempo hacia la espada que permanecía arrojada.

Aquel cerro se iluminó un instante, haciendo visible desde bien lejos la pelea que estaban llevando, azotó el suelo y se esfumó. Nuba ponía una cara de agonía al ver que su animal había fallado.

Hamza ataca y ataca con su espada. Pareció como algo revitalizara a Hamza, el cual logró acertar a la tarasca, justo cuando acababa de invocar el rayo, en su vientre. Hasta dos veces atravesó su espada en su carne, superando sus escamas.

Turno 3:

No hizo falta que Alí saliese de nuevo al encuentro de la Tarasca, pues las dos cuchilladas seguidas de Hamza parecieron tan simples y a la vez tan profundas, que el animal se estiró en un chillido de terror (un chillido tan fuerte como el que hizo para invocar el trueno), y seguidamente, como si de una gran mezquita derruyéndose se tratase, su cuerpo cayó lentamente hacia un lateral, golpeando la tierra y provocando un pequeño temblor. ¡¡BOOOM!! Sonó como hueco, aberrante, tenebroso, pero ahora ya perecía allí, delante de vosotros, delante de "Nuba".

Daño1: 7 + (1 de bonus) -1 por escamas: 7 puntos de daño.
Daño2: 9 + (5 de bonus) -1 por escamas: 13 puntos de daño. 20 en Total + los 15 de antes. La Tarasca ha muerto.

En esos momentos, oísteis a alguien subir por el camino que ascendía hasta donde estábais vosotros. Era Rabea, la cual sostenía medio de pié a Mustafá mientras subían con severa dificultad, el cual seguía como agonizante del rayo, con el muñón sangrante y aún requemado, doliéndose, como agonizante y desvariando en un balbuceo incompresible por el dolor.

Rabea aguantaba como podía a su amado, aunque seguramente estuviera a punto de caérsele, pues sólo tenía sólo ojos para su hermana, que estaba allí, delante de ellos, mirando horrizada la muerte de la tarasca (aún no se lo creía).

¡Nuba! -decía mientras intentaba acercarse a ella lentamente-. Y Bazlaf se dio cuenta que aquella voz era la que había escuchado instantes antes de que el rayo fuera contra él.

Tras ver cómo aquella horrible bestia- que no debería existir - moría para siempre se dio la vuelta hacia Rabea y al reconocer la voz, miró con agradecimiento a la mujer e inclinó la cabeza.

Luego caminó hacia Nuba y gritó

- ¡Detente demonio! ¡Abandona el cuerpo de la muchacha y regresa al averno del que procedes! De lo contrario serás destruído -decía mirando la espada. Mientras hablaba no dejaba de acercarse a la mujer.

¡Nuba, soy yo, Rabea! -decía la hermana al cuerpo de la joven-. Entonces, "Nuba" comenzó a revolverse, incluso las palabras de Bazlaf la ponían nerviosa, y comenzó a tener espasmos en su cabeza y sus hombros.

No te preocupes, ya estamos aquí -continuaba la hermana con una voz suave-. Tenemos que volver con padre, está muy preocupado, te queremos...-. Ésta y otras muestras de amor le fueron dadas mientras vosotros seguíais preparados para lo que pudiera acontecer. El cuerpo de la joven continuaba con los espasmos, como si de una crisis interna se tratase. En cuestión de segúndos, la muchacha se desmayó, y un gran círculo de fuego comenzó a formarse en el suelo, rodeándola, por lo cual tuvísteis que echaros hacia atrás.

Mientras aquel fuego ardía quemando en realidad nada, el cuerpo de la joven seguía moviéndose, incluso estando desmayada, y comenzó a brillar un poco. Acto seguido, una especie de sombra brillante salió de él, hasta el punto de convertirse en un ser absolutamente horrible: Era Baal, ¡Frimost! ¡Estaba saliendo del cuerpo de Nuba!

¡¡AAAAARRRRGGHHH!!! -rugió aquel demonio Avernal*- ¿¡CÓMO OSÁIS DESAFIAR A FRIMOST!? ¡¡MI VENGANZA SERÁ TERRIBLE!! ¡¡¡ T E R R I B L E !!!

¡Boom! Acto seguido, un pequeño estruendo, al igual que un trueno, invadió la escena, y se produjo un humo muy blanquecino y espeso justo en el lugar en que el demonio os maldecía y os señalaba con el dedo, ¡había desaparecido!

Cuando la humareda se hubo dispersado, vísteis cómo el cuerpo de Nuba dejó de hacer espasmos y permanecía tendido, aun inconsciente. Rabea y un cojeante Mustafá fueron hasta el cuerpo de la joven, pues incluso el círculo de fuego había desaparecido sin dejar rastro alguno de quema o ceniza. La tormenta, curiosamente, comenzaba a apaciguarse, alejándose nubes y tormenta poco a poco. Dejó de llover y hacer ventisca.

Hay que llevarla a la aldea, tiene que verla el médico... -dijo Mustafá-, Vosotros... ¿e...estaís bien...?

Cuando Bazlaf estaba ya a una buena distancia para correr y lanzarse contra la muchacha para inmovilizarla, se produjo un temblor y la muchacha sufrió espasmos hasta que aquella cosa abandonó su cuerpo.

¡TENÍA AL DEMONIO DENTRO! No era un espíritu maligno.... no , no, era uno de los DEMONIOS MAYORES EN PERSONA. Ante aquella visión Bazlaf se mareó, entrecerró los ojos se tapó con las manos, se los frotó pero ya era demasiado tarde... aquella voz, aquella imagen, aquella monstruosidad contra natura se le había quedado grabada a fuego en el cerebro para siempre. No había vuelta atrás, Bazlaf quedó paralizado bastante tiempo, cuando se dio cuenta se había orinado encima y Rabea intentaba levantar a Nuba sin éxito.

Bazlaf entonces reaccionó y olvidando cualquier tipo de pudor tomó a Nuba entre sus brazos y empezó a descender sin decir palabra de vuelta a la aldea.

Ni tan siquiera preguntó a Alí o Hamza, ignoró al resto del mundo hasta bastante tiempo después. Sólo tenía en mente una cosa, aquella imagen y aquella voz...

A su lado la serpiente era una broma, hasta que no salió de su trance no se preguntó el porqué de esa posesión, ¿Cómo un demonio había poseído el cuerpo de una pobre muchacha de aldea?

El alivio que sintió al ver que el mal que había dentro de Nuba salía de su cuerpo, se transformó en puro terror en cuanto Frimost se apareció ante ellos. Alí se quedó paralizado mientras recordaba el miedo reverencial que su padre le había hecho tener a ciertas entidades, pero aquel ser no era una entidad cualquiera. Era uno de los demonios mayores,un ser capaz de acabar con cualquier reino si le venía en gana.

Sus piernas se negaron a sostenerle y cayó al suelo, incapaz de articular palabra. Cerró los ojos instintivamente mientras el demonio gritaba y los amenazaba. En aquel momento estaba seguro que Frimost los convertiría en un puñado de ceniza en menos de nada. Al escuchar el estruendo y oler el humo abrió los ojos. Sintió un tremendo alivio al comprobar que el demonio había desaparecido.

Ayudo a llevar a Nuba hasta el pueblo, sus compañeros se mantuvieron en silencio, y a él tampoco es que tuviera ganas de comentar lo que les había pasado.

Bajásteis al pueblo. Uno de vosotros tomó a Nuba y la cogió, yendo camino abajo hasta Dar-el-Geuza. Mustafá y Rabea iban soteniéndose el uno al otro. En breves instantes, llegásteis a la aldea. Allí había gente esperándoos.

Escena cerrada.