Partida Rol por web

Estimado Francesco,

Hay que ver qué cosas se te ocurren; cómo vamos a agredir al Su Santidad, padre de todos los verdaderos creyentes? Aunque no negaré que tal posibilidad se Nos ha pasado por la cabeza... Pero no es tan sencillo, y tenemos otras preocupaciones: el Francés acecha Córcega y Cerdeña, islas que son nuestras por derecho. Y vosotros lo veréis frente a vuestras puertas no tardando. Además, para cualquier acción contra el Santo Padre sería muy útil que tuviese otro frente abierto por el norte, y Florencia es tan débil ahora mismo...

Siempre dispuesto a seguirte el rollo se despide,

Alfonso Rey.

Mi buen Mehmed,

Olvidé deciros en mi anterior misiva que, si consideráis necesario o adecuado poner el pie en Cerdeña, no os haremos ninguna oposición; no podré apoyaros, sin embargo, pues prefiero tener mi flota del mar Tirreno disponible para actuar en la costa italiana. Sí os pediría que me informáseis antes, para no realizar movimientos inútiles.

Saludos,

Alfonso Rey.

Estimado y sabio Rey

Celebro que haya tan buen entendimiento entre nosotros.

Esperaré a tomar Cerdeña en Otoño, pues temo el movimiento que pueda hacer René de Anjou.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio otomano y Califa del islam.

PD: Gracias. La firma de Mehmed II que aparece en su página de wikipedia.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva como respuesta a la previa remitida por el dux Francesco Foscari.

Dux, vuestras últimas palabras me congratulan. Sabed, no obstante, que no podéis confiaros. No hay vecino vuestro (salvo Su Santidad) que con mejores o peores artes no haya intentado que uno de nuestros movimientos fuera tomar Friuli, y que no nos haya ofrecido un apoyo para entrar en guerra con vos. Pero como ya dije, no haremos tal cosa.

De vos cuidaría como ya os dije mis posesiones, más que tratar de aumentarlas. Y cuidaría Dalmatia y Verona en los próximos meses, sino años.

Que el Altísimo os guarde y os de sabiduría.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva a Su Majestad Rene d´Anjou, rey de Francia.

Ninguna respuesta privada he tenido a nuestra pequeña obra de teatro, aunque aún espero vuestra airada respuesta pública. Nos preocupa no haber recibido noticias vuestras

Quedamos a la espera de las mismas, y aprovechamos para mandaros un cordial abrazo fraterno.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva al duque y principal entre los condottieros de Milan, a Francesco I Sforza, en respuesta a su previo escrito.

¡Cuánta razón tenéis al informarnos de las dificultades de nuestra expansión! Y también al señalarme las más fáciles posibilidades que vos tenéis en las pequeñas ciudades estado independientes que salpican vuestra frontera. ¿No sería entonces más conveniente haber tratado sobre cual de los dos debiera quedarse Trent antes de que, con la astucia y capacidad militar que os caracteriza, asediar la ciudad? Comprended que tal medida no nos tranquiliza demasiado respecto a vuestro deseo que ambas potencias lleguemos a disfrutar de hegemonía en el juego.

No obstante, como ya os dijimos, vuestras palabras respecto a que ambos dejemos un sólo ejército en nuestras fronteras comunes me parecen razonables. En este mismo momento redactamos órdenes para que tan sólo uno de nuestros ejércitos guarde nuestras fronteras con vuestras tierras, y confiamos que vos haréis lo propio también en este mismo momento.

Que el Altísimo os guarde y os de sabiduría.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva como respuesta a la previa remitida por el Sultán,  Mehmed II Fatih.

Nos lamentamos la pérdida de hombres que habéis sufrido por el azote de la peste en vuestras tierras. Recibid nuestras condolencias. En cuanto a vuestras letras que atentamente hemos recibido y leido, no encontramos en ella la promesa de un apoyo similar al que solicitáis en vuestras cartas.

Hasta que no nos ofrezcáis lo mismo que pedís, no podremos alcanzar acuerdo alguno.

Quid pro quo, como ya os dije. Pensad en algo que pudiera aceptar y os escucharé, y meditaré vuestra propuesta.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva a Su Santidad.

Que el Cielo os guarde y os ampare, Santo Padre. Permitidnos escribiros estas líneas para tratar de coordinar el lógico y lícito deseo de expansión, tanto del Sacro Imperio, como de los territorios Papales. Hemos observado que vuestra flota domina el Adriático Superior, lo que nos place. Debemos sin embargo solicitaros que no os opongáis a nuestros movimientos para que las provincias de Carmola y Croatia pasen a ser parte del Sacro Imperio, puesto que es nuestra única forma de expansión que evita atacar posesiones en manos de otra potencia. Su Santidad, por el contrario, puede ocupar territorios más ricos, e interesantes, que con la peste han quedado desiertos para vos, casi como designio divino.

Que la Unidad de los Católicos, el número de terrenos de los que profesan la Fe Verdadera y el prestigio de Su Santidad aumenten en los próximos años. Que el Altísimo os tenga como el más fiel y bondadoso de los representantes de Pedro, Su Santidad.

Estimado y  sabio Rey Alfonso I

He decidido adelantar mi movimiento y tomar Cerdeña en Verano. Pues aunque temo que Rene de Anjou amenace las costas de Tunez, la prudencia tiene también sus contrapartidas. Finalmente he decidido que es mejor tomar en Verano Cerdeña y para estar en posición de apoyaros en Otoño.

Como aliado mío que sois, os informo de mi movimiento.

Deseo que vuestros movimientos sean también fructíferos para vuestra gran nación y os reitero la oferta de ayuda si la necesitarais.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio otomano y Califa del islam.

Nosotros tampoco hemos recibido respuestas a nuestra estratagema.

Me temo que la falta de respuesta ha sido originado por las fiestas religiosas que todos los nobles de nuestras fechas respetamos y que algún día llamaran "fin de semana". Aprendamos amado emperador de nuestros errores: malas fechas para iniciar este tipo de acciones, pero buenas si llega el caso para traicionar a alguien.

Carta pública a los nobles de Italia de parte del representante de la poderosa nación de Francia.

En primer lugar mostrar el sumo desagrado de nuestro monarca por la forma de proceder del emperador. No era en absoluto necesario hacer pública esta cuestión, que debería haberse dirimido en salones privado tal como corresponde a los asuntos de estado.

En segundo lugar reiterar que Turin es y será siempre una ciudad de cultura francesa, parte integral de nuestra nación, y que cualquier intento por parte de potencias extranjeras de tomatla se atendrá a las consecuencias.

Finalmente en tercer lugar, en pro de la paz en el norte y por ende en toda la península, que siempre fue el objeto de la intervención francesa en estas tierras, aclarar que nuestras tropas abandonaran Turin este verano, dado que nunca fue nuestro objetivo alterar el status quo ni liberar a la ciudad en estos momentos.

Mi bienamado Emperador,

No sabía que teníais interés en Trento. Hablé acerca de este territorio con el veneciano, que no puso impedimento alguno, y se me pasó por alto comentar el mismo hecho con Vos. Pero la verdad, es un territorio neutral colindante a mi Capital, o sea que supuse que tomarlo me pareció una acción lógica. Le tengo una gran aprecio a la capital de nuestro futuro imperio, y me gusta tener un cojín a su alrededor, excepción hecha de Tirol, claro.

De todas formas, si no queréis enemistaros con el veneciano y tampoco queréis hacerlo conmigo (y si quisierais hacerlo tampoco me lo diríais), siempre os quedará la opción francesa...

En cualquier caso, esta estación vamos a empezar con el asedio a la guarnición de Trento, y el siguiente terminaremos el asedio y cobraremos un buen dinero. Más adelante, y si ambos lo estimamos conveniente, siempre podemos negociar la posesión de este territorio, no hay problema.

Que Dios guarde vuestros movimientos,

Francesco I Sforza.

Mis disculpas, Gran Lorenzo de medici. Reconzco que no sabía que vos os dirigíais a Sienna y mi objetivo era simplemente alcanzar un terriotrio que no perteneciera a nadie, creyendo que vos haríais lo mismo con vuestro barco en Piombino, pero en ningún momento tenía pensado atacaros a vos o habría elegido vuestro territorio. De veras lamento vuestras pérdidas por la peste y sigue sin estar en mi agenda el atacaros. Me temo que es Venecia quien ha intentado traicionarme y será él quien tenga mis máximas preocupaciones. Aunque no sabría muy bien como ayudaros aparte de no metiéndome con en guerra vos.

Atentamente, su Santidad el Papa Pío III.

A pesar de las diferencias de religión me dais buenas vibraciones. Pero aunque he estado a punto de acceder a vuestra petición de dañar a los venecianos, que no me caen bien, me temo que una alianza con Napoles es algo difícil para mí. No tengo nada contra ellos, pero que sus tropas de Bari se fueran a Aquila solo tiene sentido si ellos van a por mí pues no hay nada más que mis tierras en esa dirección.

Supongo que ya es tarde para pediros nada como que me apoyéis a tomar Aquila por desafiarme para después apoyaros yo mismo contra Venecia y que vos no queréis un enfrentamiento con Napoles, por eso quizá mi mejor opción sea regresar mi barco a mis tierras para defenderme si decide pasarse de listo. Podéis culpar al traicionero movimiento de tropas de Napoles el que no os pueda apoyar esta vez. Sin duda, si mi problema con Napoles se resuelve o le convencéis de que se retire a sus tierras del sur, no tendría inconveniente alguno en apoyaros. por desgracia, hasta que no vea sus intenciones de sus movilidades hacia mis tierras, no puedo asegurar nada.

Atentamente, su Santidad el Papa Pío III.

Salam aleikum René d'Anjou

Me informan mis almirantes que en su travesía por el Western Mediterranean han avistado los barcos franceses del Golfo de León.

Es natural que desconfiéis de mis navíos pues son famosos los piratas otomanos que vivieron hace no mucho. Mas debéis saber que ahora están bajo mi control. Ningún navío con puerto en mis costas atacará barcos franceses ni entrará en aguas francesas.

Es más, si vos reconocéis mi derecho sobre Cerdeña, mis barcos abandonarán el Mediterráneo pues Nápoles también reconoce tal derecho, de modo que no hace falta que proteja mis costas. Así, vos estaréis también más tranquilo pues no os sentiréis amenazado.

Me despido de vos deseando que podamos establecer acuerdos fructíferos y una paz duradera. Rezo a Allah porque vuestro reinado sea largo y próspero.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio otomano y Califa del islam.

Excelso emperador Federico III de Habsburgo

Al emperador hay que darle lo que corresponde al emperador.

Por eso, si tomo Dalmatia gracias a vos, compartiré las riquezas que genere a partes iguales.

Con una salvedad, si hay hambruna en Dalmatia, todo lo que recaude dicho año lo destinaré a paliar la hambruna. Ese años los ducados recaudados no serán ni para vos, ni para mí, sino para esas pobres gentes.

Por otro lado, si alguna vez la ciudad está sitiada, tampoco generará riquezas y por tanto tampoco cobraréis ese año.

Ese es mi compromiso para con vos.

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio otomano y Califa del islam.

Disculpas aceptadas, como os he indicado, me centro en recuperar a mi pueblo de la lacra de la peste. Y disculpad la brevedad de mi mensaje, pues es de nuevo por el mismo motivo.

NOTA ABIERTA A RENÉ D'ANJOU,

¿Turín francés, mi taimado René? Turín es tan francés como lo fue Nápoles o lo será Córcega, si finalmente optáis por extender vuestras garras sobre nuestra bella isla. Que vuestro sucio pie holle una región del mundo no la convierte en francesa.

Alfonso Rey.

Mi bienamado Emperador,

Mi corazón se alegra al ver que sois hombre de palabra y mantenemos un cordial y mutuo respeto hacia nuestras fronteras. Por otro lado, mi corazón se entristece al ver que habéis preferido apoyar el movimiento de vuestra tropa antes que entrar en Croacia. Vuestra expansión hacia el sur (si es que esa era vuestra intención) ahora se complica.

Por otro lado, me alegra ver también que el francés cumple su parte del trato y abandona Turín, como Vos deseabais. Os diría que fueseis un poco más atrevido (un solo movimiento de tropas en una estación es poco provechoso), pero Vos sabréis qué es lo que más os conviene.

Quedo a vuestra disposición,

Francesco I Sforza.

Lo que me temía... ni Córcega ni Cerdeña. Deberíais haber aprovechado para plantaros en Roma, mi buen amigo.

Espero que al menos ahora aprovechéis para joder al turco de mala manera y levantarle su capital, que no puede defender de ninguna de las formas. La verdad, no sé qué estaba pensando este hombre...

Entendedme: todos mis vecinos me permiten moverme a mis anchas y cumplen todos los tratados; en algún otro sitio tengo que buscar mi diversión, y la verdad es que Vos sois el más indicado para liar la de Dios es Cristo, literalmente. Si en una estación levantáis la capital al turco y al Papa pasaréis a los anales de este juego y además os forraréis. En serio: la ocasión la pintan calva para haceros con 3+3= seis ducados regalados, y ninguna de las dos potencias puede hacer absolutamente NADA por impedirlo.

Me dais envidia, la verdad.

Siempre vuestro,

Francesco I Sforza.