Partida Rol por web

Avanzo a la habitación de al lado, siguiendo a Anaxagoras. 

Un sirviente trae las cajas y las coloca sobre una mesa.

La primera es un cofrecillo de hierro con un resalte en forma de cabeza de demonio a modo de cierre.

Miro las cajas con cara de pocos amigos y miró al pícaro. ¿Martillazo o mejor con poca fuerza? ¿Un conjuro? Iowar pasea la vista por la habitación. 

-¿Qué es esto?

Saco lentamente mis ganzúas y herramientas de un estuche de cuero astutamente oculto en el cinturón.

Compruebo la cerradura y el tamaño del ojo de la misma, antes de probar con la ganzúa más adecuada y manipular con ella diestramente en la cerradura hasta escuchar un satisfactorio "click".

El semiorco, de mal humor, se acerca a las cajas y las mueve, intentando decir por el sonido si alguna de ellas resistiría un poco de mano dura. Quizá la forma o estructura de alguna también permita que se le dé un buen martillazo sin que el contenido sufra...

Denauien se acerca a las cajas de seguridad y las examina una a una, tomándose su tiempo, tratando de discernir si hay algún modo de abrirlos sin recurrir a la fuerza bruta o a la pericia con las ganzúas.

Después, con un leve movimiento de manos y un casi inaudible salmo, invoca un cantrip para detectar posibles auras mágicas en las cajas. 

La cabeza de diablo de la primera caja gira a derecha izquierda como una cerradura de combinación, pro sin números guía. Anaxagoras la hace girar expertamente, escuchando los 'clicks' y al cabo de unos momentos el cierre se abre.

Dentro hay dos pergaminos (proteccion contra el mal y protección contra el bien) y un libro titulado El círculo que mira hacia el interior, obra del conocido atador demonios chelaxiano Coganaris el Rompedor.

Shatumal examina las demás cajas, y ve que se podrían abrir a lo bruto, pero el contenido probablemente quedaría dañado.

Denaiuen ve que cada caja tiene un método de apertura diferente, y su detectar magia le indica que, salvo la que ya ha abierto Anaxagoras, las demás irradian magia.

- "Bien, creo que hasta aquí llega mi habilidad y entrenamiento en la Logia de la Sociedad Pathfinder. Ahora un mago debería de examinar esos pergaminos y esos libros en busca de pistas sobre el siguiente paso..." -

Para su propia sorpresa, Tira se encontró interesandose por el asunto de las cajas del Maestro Antorcha, los infortunios de sus auxiliares y el despliegue de habilidades de sus compañeros.

Sin decir una palabra, siguió a sus compañeros, mirando apreciativamente las cajas. Su linaje élfico se sintió inmediatamente atraido por ellas aunque sabía que abrirlas sin destrozarlas estaba un poco fuera de su habitual campo de acción... Sobre todo cuando el reservado Anaxagoras habia abierto una -La de la cabeza de diablillo- en apenas un parpadeo.

El corazón le dió un vuelco cuando vió a Shutumal sacudir una sin excesivas contemplaciones.

Por fortuna, nada estallo y Tira suspiró despacio, aliviada. Tras ese instante de pavor, el cosquilleo de la magia hizó que los cabellos de su nuca se erizaran mientras Iowar tejía las energias misticas sobre las cajas.

"¿Magia? Interesante."

- ¿Como puedo ayudar?.-

El libro y los pergaminos (es decir, el contenido de las cajas) son exactamente lo que quiere recuperar Antorcha, y por lo tanto ni os planteéis hacer nada con ellos.

En total hay 5 cajas:
- Caja del dial del diablo (ya abierta)
- Caja de las caras doradas
- Caja del acertijo
- Caja de piedra lisa
- Caja con orificios

No sabéis qué se necesitará para abrir cada una (es la gracia del encuentro), pero de entrada las tiradas de Percepción probablemente os sean útiles.

Examino las diferentes cajas, buscando pistas acerca de la mejor aproximación en cuanto a un método de apertura.

Era hora de hacer algo. El primer paso era observarlas, era ver que podían ofrecer a primera vista. Si...

Examino la caja de los orificios primero.

Nuevamente y con mayor detenimiento, Denauien examina una a una las cuatro cajas que aún quedan por abrir, con la esperanza de encontrar alguna pista sobre cómo vencer su mecanismo de cierre con las habilidades a su disposición.

Anaxagoras examina la caja de los orificios. Recordemos su descripción inicial.

Una escritura extraña y estilizada recorre toda esta caja rectangular. Aún más extraños son los diez pequeños poros que corren a lo largo de su tapa.

Examinas bien la caja y descubres un panel oculto en un lateral, pero no ves forma de abrirlo.