Partida Rol por web

Iowar examina las cuatro cajas que quedan por abrir, pero no se le ocurre nada.

Denauien examina la caja de las caras doradas y le parece tener una idea acerca de cómo funciona el cierre.

El druida elfo centra su atención en la caja con los rostros dorados, creyendo haber averiguado el secreto del mecanismo, aunque no las tenía todas consigo...

- "No tengo ni idea de cómo funciona la caja de los orificios. Son como diez pequeños poros a lo largo de la tapa. Esta escritura extraña y estilizada podría ser élfico, pero no estoy seguro.

Hay un compartimiento oculto en un lateral, pero no soy capaz de abrirlo..." -

A continuación examino con detenimiento la caja de la piedra lisa.

Veamos, la situación actual es que a Denauien le ha parecido tener una idea con la caja de los rostros dorados, pero no sabe cómo seguir.

Anaxagoras examina con detalle la caja de piedra lisa, pero no ve forma alguna de abrirla, después de haber examinado la de los orificios.

Los demás, elegid una caja (y sólo una, por favor) y tirad Percepción.

Lo cierto era que Tira había permanecido un poco apartado, sabiendo que tenia poco que aportar a la resolución de puzzles o acertijos. Era una criatura pasional, casi tanto como un ser humano y bastante más de lo común en los pueblos elficos.

Sin embargo sí que sentía curiosidad y cuando Anaxagoras comentó que la caja alargada tenia grabados en lengua elfica, se acercó a él.

- A ver... Dejame un momento.- Tira sostuvó la caja con delicadeza y cuidado, procurando tocarla en los mismo puntos en que había tocado el ladrón... Nunca se es demasiado precavida...- A primera vista, parece algún tipo de instrumento musical... Una flauta rudimentaria o algo asi...

La elfa inclinó la cabeza para examinar el compartimento oculto lateral que señalaba Anaxagoras.

- Apenas lo veo, amigo...

Nada de nada...

La caja de los orificios, apareció, casi de manera impetuosa ante sus afilados ojos. Lo cierto era que las cajitas del demonio ya estaban tocándole bastante las narices. 

-Joder... ¿Y si hay que meterle algo por los orificios?

Dándose cuenta de la "grandiosidad de sus palabras" sonrió. 

-No me seáis verdes, compañeros. 

Tira, estás segura de que lo que hay escrito en la caja no es idioma élfico.

Y sí, si soplas por uno de los agujeros se oye una nota musical.

Con deliverada lentitud Tira volvió la cabeza y fijo su mirada ambarina en el magus elfo. Una ceja se enarcó para darle todavía más fuerza a sus ojos. Sin embargo, una sonrisa de sincera diversión se asomó al normalmente adusto semblante de la guerrera.

- Aire.- Tira controló el tono de su voz para evitar echarse a reir.- A menos, claro, que tengas algo distinto en mente...

Lo cierto era que no le apetecía en absoluto llevarse la caja a la boca... Y no solo por el desafortunado comentario de su compañero... "Es posible que equivocarse a la hora de abrir las cajas tenga consecuencias... graves."

- Sea lo que sea lo que esta escrito, no es élfico...- Tira se mordió el labio inferior, pensativa.- Puede que se trate de alguna partitura o del orden en el que hay que tocar las notas... Soplar...

La guerrera extendió magnánimamente la caja hacia Iowar con una suave sonrisa todavía plantada en su rostro.

- ¿Alguna idea?

El semiorco tomó la única caja que ninguno de los otros había probado y la miró con cuidado.

—¿Mmf?

Shatumal examina la caja que queda libre:

La tapa de este cofre de piedra está cubierta por un bajorrelieve de hiedra tallado en la tapa.

El texto dice:
"Tough different now sounds my name, the spelling still remains the same. Once prior leap of might, now becomes bird of white."

- "Un interesante acertijo Shatumal... déjame ver ese grabado de la caja"

Denauien examina el bajorrelieve de hiedra buscando en el patrón del mismo la forma de algún ave, concretamente de una paloma

Cuando Denauien examina la caja y sus labios forman la palabra 'dove', la tapa se abre.

Dentro hay una colección de 40 barritas de inciensos raros diferentes y un libro de instrucciones. Si se queman en la combinación correcta, el resultado equivale a un solo uso de incienso de meditación.

Tira dejó la caja musical en manos del mago elfo y se decidió por buscar otra de las cajas. Quedaban dos, a cual más perturbadora o carente de pistas. La elfa les dedicó una mirada vacia y ausente, pasando de una a otra, sin decidirse.

- Con permiso.- Tira decidió examinar con mayor atención la caja con caras talladas y su dorado acabado.

Te parece notar que la caja reacciona a los estados de ánimo negativos intensos.

Tira se decidió a tomarla e hizo girar la caja entre sus manos. Una extraña sensación recorria sus dedos y una creciente frustración ensombrecía su rostro. La joven elfa enracó una ceja, a medio camino entre la sorpresa y la aprensión...

- Maestro Antorcha... Puede que ya lo hallaís mencionado pero... ¿Estas cajas son peligrosas?- Tira dejó de mirar la caja y examinó el rostro quemado del señor del crimen. Tengo la sensación de que pueden dar muchos problemas si no las tratamos con cuidado...

A pesar del destrozo que era su cara, a la joven guerrera le pareció ver el aleteo de una sonrisa en los labios del maestro Antorcha. La pequeña descarga de energía que le pareció recibir de la caja confirmó sus sospechas y Tira comprendió como podría abrir la caja... aunque no las tenía todas consigo.

Observo y escucho con atención a Tira.

No creo que sean peligrosas, muchacha, dijo el maestre.

Tira crucificó al Maestro Antorcha con la mirada, centrandosé en sus fieros ojos para olvidar la ruina en que se habia convertido el rostro del señor del crimen.

Una pulsación cosquilleó en la punta de los dedos de la elfa, alli donde estaban en contacto con la caja de caras doradas, en respuesta a sus emociones. La joven guerrera apretó los labios e incrementó la presión de su puño sobre la superficie de la caja.

"Llevo toda la noche corriendo de un lado para otro como si fuese una gallina sin cabeza... Han estado a punto de acuchillarme a la orilla del mar... Por poco me destripan con una herramienta de labriego en un almacen infecto.. Y, para rematar, estoy jugando a las adivinanzas con unas cochambrosas cajas para divertimento de un criminal quemado... en muchas y amplias vertientes..."

Un destello de odio arranco un brillo ambarino de los ojos de la elfa, mientras apretaba cada vez más la caja.