Partida Rol por web

Elena se acerca lentamente al tipo, con mucho cuidado, cuando alguien esta ido puede atacarte sin previo aviso.

- Hey tranquilo, venimos a echar una mano, sólo queremos salir de aquí, si nos ayudas, te ayudamos ¿Vale?

Ojala el primer encuentro con un humano vivo saliera bien, aunque no tenia pinta, si el tipo volvía a sus cabales, lo mismo les contaba que demonios había pasado en el edificio.

Jake miró a todos los alrededores de la habitación en la que se encontraban, apuntando a todos lados con mucho cuidado, luego miró al hombre falta de razón y lo reviso con cuidado, quitándole cualquier arma que pudiese tener, para que no los atacará por error. Luego de eso lo miró y le dijo;

-Hable, estimado. Quien es usted y que carajos a pasado aquí, somos fuerzas militares que aceptaron venir tras el llamado de alerta. -

El hombre se arrastra un par de palmos para alejarse de vosotros, con la intención de veros mejor. Mientras hace eso le echáis un vistazo rápido a la cocina. Todo está en orden. Armarios, cocina y demás muebles cubren las paredes. En el centro hay un mesa con algunas banquetas.
A ambos lados hay puertas cerradas.

Te fijas de nuevo en el superviviente y algo hace click en tu cerebro. Conoces a ese hombre, es quién os ayudó. Es quién os sacó de los restos de las nave, tras el accidente.

- ¡Eres tu el que nos saco de la nave! Ahora lo recuerdo, no tienes nada que temer. ¿Se puede saber donde estamos y que carajos ha pasado?

Al menos ver al que les salvo la vida era algo bueno, aún tenían que escapar del edificio pero un detalle es un detalle.

- Os rescaté... si lo hice. Cuando la nave se estrelló, veníais a una misión rutinaria de abastecimiento.

Trata de ponerse en pie, pero no puede. La tensión hace que le fallen las piernas.

- Por lo que sé, fue algún tipo de avería -antes de continuar hablando mira a su derecha, como si hubiese alguien a su lado- la verdad es que fue una pena, se perdió mucha mercancía.

La temperatura cae en picado y el escaso aire se vuelve gélido. El superviviente tiembla y le castañetean los dientes.

- Esa no es la pena, sino el montón de muertos que tenéis por aquí ¿Qué recuerdas que pasó? Aparte del frio, hay un bicho muy chungo fuera con ganas de matar, así que si conoces alguna forma de salir de aquí, mejor dila.

Si no lograban sacarle algo de información, estaban en otro callejón sin salida.

- Ellos vinieron, eran de una corporación rival. Querían robar el trabajo que se había desarrollado aquí.

El hombre llora y tiembla mientras se hace un ovillo.

- El alienígena compartía su conocimiento con nosotros. Nos impulsaría a un futuro mejor.

Su voz se apaga y su vida no resistirá mucho más.

Jake se agachó junto a él, viendo como el pobre diablo se estaba muriendo, busco cualquier cosa con lo que lo pudiera tapar, o prender las cocinillas que allí se encontraban, y mirándolo le dijo;

-Entonces dinos, ¿El alienígena nos ayudará? ¿De quién nos tenemos que cuidar en este maldito lugar? ¿Cómo salimos de aquí? -

- El alienígena parece que lo que quiere es merendarse a toda la base, y si ese conocimiento es transformar a gente en monstruos, creo que no nos conviene.

El único superviviente tose y se convulsiona. Sus parpados se cierran y exhala su ultimo aliento.

Suspiré al ver que el pobre diablo moría. Era la única persona que nos había ayudado. Miré a Elena y le dije;

-Continuemos, dentro de lo posible debemos buscar ropas que nos puedan proteger mejor. Vi que al lado de la cocina había otra habitación, vamos para allá. -

Le dijo, mientras comenzaba a avanzar mientras apuntaba con su escopeta a todas direcciones, incluyendo el techo.

- Si supongo que no queda otra, no es bueno quedarse parado mucho tiempo - pero si acaso Elena le echa un vistazo al cadáver, puede tener algo útil. 

El cuerpo apenas tiene objetos útiles, salvo su pase, una linterna y la llave de un vehículo.

La puerta situada a la derecha de la cocina da a un recinto dividido en dos partes. Una es un servicio impecable, en el cual se podría comer en el suelo. La otra es la lavandería. Ahí es donde, usando un revolucionario método con una escasa cantidad de agua y un detergente muy concentrado, se hace la colada y se seca la ropa. El propio agua usado se trata para eliminarle suciedad y poder reutilizarse.

Una puerta indica que desde este lugar se puede acceder o otro sitio.

Observé extrañado la causa de muerte del guardia. ¿Habrá muerto de hambre? ¿Estrés? No tenía idea. Cuando llegó a la lavandería, la reviso para ver si encontraba más ropa que pudieran llevar encima para evitar el frío.

Estaban sin pistas tras ver tantos muertos, y esta lavandería no aclaraba, aparte de lo limpio de todo, al menos todo el mundo murió con los calzones relucientes, magro consuelo en la masacre.

- No parece que haya nada interesante aquí.