Partida Rol por web

Luis Laroche es un buen compañero de cartas. Viendo que Enma está más bien a la espectativa, tampoco es que haga mucho el indio para hacerse notar. Es discreto, y no deja de lado a Pat, como podría hacer alguien torpe o desmañando, sino que disfruta también de su compañía.

Es cansado y aburrido este trabajo, tengo unas ganas mortales de dejarlo y dedicarme a otra cosa, dice inquieto, mientras fuma un cigarro tras otro. Saca de un rincón no muy escondido, una botella de wisky y ofrece un trago, para acompañar. Mientras vosotros encendéis la estufa (os lo pide) él va repasando todo el equipo que ahí ha dejado: transistores, transformadores, una pequeña estación de emisión-recepción. Habla un momento con alquien al otro lado, reportando el incidente que le ha hecho dejar la guardia. La voz del otro lado parece irritada, aunque, finalmente, tiene que reconocer que Laroche abandonó el puesto por una causa justa. No parece, empero, un jefe agradable.

Pasáis una media hora entretenida jugando a las cartas, a algún juego sencillo y rápido, apostando céntimos de dolar, algo no muy comprometido.

Con lo que gano, tampoco puedo arriesgarme mucho, alega.

Hasta que escucháis pasos al otro lado de la puerta y se asoman Tim y Pat.

Tim y Pat llaman a la puerta entreabierta y miran. Ven a Enma, a Pat y a un hombre bien vestido que, sentados en unas sillas y una mesa sencillas, beben licor y juegan a las cartas. Enma y Pat tienen señales claras de haber sido curados en algún sitio adecuado para ello, vendas y aroma de pomadas, como la del doctor Esloan, contra caídas. No muy agradable de oler, pero hay cosas peores, sin duda.

Alex parece haber tenido algún incidente parecido al de Enma y Pat, aunque no tan grave, ya que viene con las típicas manchas de verdín, alguna matadura, algún siete en la ropa y manchas de barro en su apreciado abrigo de topo. Cojea ligeramente, pero no está demasiado mal.

Tim, en cambio, viene como una rosa, tan campante.

Luis se levanta y se presenta. Ah, ¿serán estos sus amigos? ¿Otra caída? añade, mirando a Alex. Tiene un cigarro en la mano, y un cenicero atestado de colillas en la mesa, junto a él, y toda la sala huele a tabaco, aunque se está bien caliente en ella, gracias a una sencilla estufa de metal. Soy Laroche, Luis Laroche, encantado de conocerles. ¿No me diga que debemos volver al hospital? Sientese. ¿Se ha hecho mucho daño?

Luis tiene una sonora voz, muy hermosa. Tras él, los equipos de la estación lucen débilmente, y zumban un poco. Hay transformadores, transistores, una pequeña estación de emisión-recepción que ahora tiene sintonizado algún programa de música bailable...

Al ver aparecer a Tim y Alex, me levanto y corro hacia ellos ¡Por Dios, estáis bien! digo abrazando primero a uno y luego al otro.

Estábamos preocupados por vosotros. Veo que también habéis tenido algún percance digo mirando a Alex aunque no ha sido nada grave por lo que veo.

Luis ha sido muy amable y nos acercó al hospital donde nos atendieron. Luego nos dejó quedarnos en su cabaña compartiendo el fuego y pasando el rato, aunque los minutos parecían horas.

A pesar de las múltiples preguntas que agolpaban mi mente, no quería preguntar nada al estar con Luis. Sabía que lo que nos iban a contar no tendría nada de normal, y no quería asustar al bueno de Luis ni que pareciéramos una panda de tarados.

Tim sonrie al ver sanos y salvos a sus compañeros, comentando

muchas gracias Luis por sus atenciones, veo que se ha hecho cargo de nuestros compañeros, se lo agradex
cemos de corazon. Cuanto tiempo ha pasado desde vuestra caida,amigos?

Tim se percata que no han podido estar arriba tanto tiempo como para que se hayan caido, trasladado al hospital curen y vuelvan aqui sus amigos

Poniendo cara de "Tim está como una cabra" pu.....pues, el tiempo que habéis tardado en subir y bajar vosotros ¿Qué le rondará en la cabeza? Al final han sido apenas unas horas. Como ves, ha sido un apaño y no había demasiada gente esperando así que no tuvimos que esperar demasiado.

bueno, lo importante es que esteis bien. Eso es lo importante, ahora habra que ver a Alex, parece que se ha lastimado. Curiosamente yo no he sufrido percance alguno, muy curioso.....

No parece que sea demasiado grave, aunque no estará de más descartar posibles fisuras. digo evaluando el aspecto de Alex.

Luego vuelvo a mirar a Tim, si, es curioso que no te haya pasado a ti nada con lo torpe que eres, pienso para mí.

En ese momento, me apoyo en el antebrazo de Tim mientras bajo un poco la cabeza sonriendo, Todavía recuerdo la última vez que subimos, siendo críos, y ahora no es que estés en mucha mejor forma, jajajaja el tono de risa es sincero, al recordar esos viejos tiempos que marcaron nuestras vidas.

Lo cierto es que se lo decia antes a Alex, me ha sorprendido mucho hasta a mi mismo. Se que no soy el mas agil del grupo, habra sido suerte

Estoy..., bien. Solo necesito descansar un poco. La verdad es que, sencillamente, perdí pie en la bajada - tomo asiento en la silla que me ofrecen, tras saludar educadamente a Luis - De veras, no es necesario ir al hospital. Me alegro de que estéis bien, parece que han hecho un buen trabajo - continúo hablando algo distraido, mientras reviso los daños en el viejo abrigo con cara de preocupación; los abrigos son caros.

En realidad, bajé por una soga a buscaros cuando os caísteis, y llegué hasta la cabaña - añado, señalando con un gesto a mi alrededor - Aquí me aseguraron que estábais bien atendidos, y decidí regresar. Incluso ví como el coche se alejaba, no llegué a tiempo por muy poco - aseguro - Estaba preocupado, pues encontré algún rastro de sangre, ¿Qué ocurrió?

Mientras hablo, sigo desdoblando las mangas del abrigo con atención, hasta que me detengo en un desgarrón especialmente grande en un lugar demasiado visible. Sacudo la cabeza; ni siquiera la Sra. Golwett podría arreglar esto.

Me encojo de hombros antes la pregunta de Alex sencillamente no estaba preparada para lo que nos encontramos, resbalé y perdí pie arrastrando conmigo al pobre Pat. digo sonrojándome un poco.

Realmente no pensé que bajaríais a buscarnos después de lo duro que fue la subida y, bueno, cuando Luis se ofreció a llevarnos al hospital accedimos, ya que con el material que yo tenía no podía hacer gran cosa y la caída fue bastante aparatosa. De hecho bien podríamos habernos dado un golpe en la cabeza y habernos quedado por el camino, así que podemos dar gracias.

Una vez reunidos, los cuatro amigos se despiden de Laroche, y bajan paseando (algunos renqueando, pero hasta las cejas de analgésicos) hacia la neblinosa Kingsport. Cae la tarde, y las sombras se alargan, solo para ser, antes de perderse en la oscuridad, devoradas por la niebla que vuelve a subir.

Llegar a Kinsport a esta hora trae recuerdos intensos del pasado. Las callejuelas parcamente iluminadas por faroles eléctricos o, aun de gas, adquieren formas fantásticas y sugerentes. Tiempo para perderse por ellas, de no ser bien conocidas, e incluso los lugareños aparecen a veces en sitios inesperados, tras concurrir por lugares ignotos y a penas recordados.

Pero no es el caso. Atravesando el pueblo, llegan a la vieja casona familiar de Alex, y son recibidos por un balbuceante anciano, el trastornado padre. Recibe con confianza a todos, aunque se cree que es por la mañana, y que han trasnochado.

Es el momento de comer algo sencillo, de sentarse junto al fuego y de contar historias. Es el momento en el que se debe reunir toda la información disponible hasta ahora.

¿No vas a trabajar, hijo? Sonrie. Has pasado la noche vagando por ahí, perillán. Mira que te conozco. Hace un gesto de amorosa adquiescencia. Bueno, bueno, quédate ahí. Yo voy a ver qué tal está tu madre ¿eh? No os molestaré más.

El hombre parece razonable. Si no fuera porque es recién anochecido, y porque la madre de Alex ya murió hace muchos años... se puede unir a eso la anticuada vestimenta que lleva para dar un cuadro completo de su salud mental. Pero no parece peligroso. Antes bien, es amable y trata a todo el mundo con exquisita cortesía.

En el pueblo todos le aprecian.

Durante el trayecto de vuelta pareció que todos nos poníamos de acuerdo, pues nadie habló, nadie preguntó, tan solo nos dejamos llevar por el ambiente, transladándonos a muchos atrás, cuando todo era distinto, no había preocupaciones y tan solo querías jugar y comer chucherías.

Una vez en casa de Alex, saludo amablemente a su padre, agarrándole del antebrazo y ayudándole a pasar por alguna de las puertas de su enorme casa. Lo cierto es que siempre me había caído bien y, aunque por un lado me rompía el corazón verle en ese estado mental, por otro sentía alegría, pues ya estaba fuera de toda la verdadera locura que nos rodeaba y que la mayoría de la gente no era conocedora.

Por fin, cuando nos sentamos al calor de la chimenea, me inclino un poco poniendo las palmas de las manos hacia el fuego frotándomelas de vez en cuando

Bueno ¿qué pasó allí arriba? ¿que vistéis? había llegado el momento de decir las cosas, y sería una tontería andarnos con rodeos, pues todos fuimos conscientes de que allí pasaba algo extraño, aunque solo Tim y Alex pudieron averiguar de lo que se trataba.

Patrick ha estado especialmente callado hasta ese momento, observando el estado de sus compañeros y bastante aliviado al fin de que estuvieran a salvo.

Lo único que le apetece al hombretón es echarse a dormir y dejar que su magullado cuerpo descanse y se recupere, pero sabe que aunque se acueste no podrá pegar ojo hasta que sepa qué demonios ha sucedido allá arriba.

Al oir a Enma asiente, eso, ¿qué coño ha pasado ahí arriba? parece que estábamos en Alaska, y no me digas, mirando a Peabody, que resbalaste sin más bajando la colina.

Ya sabeís, padre... - contesto al saludo, sin poder evitar una sensación de nerviosismo ante la embarazosa situación - he estado por ahí con la pandilla - fijo en Enma una mirada de franco agradecimiento cuando veo cómo trata al anciano con tanta dulzura, aunque procuro que ella no se dé cuenta; no quisiera avergonzarla con un exceso de adoración, aunque no puedo ocultar que los muchos días pasados trabajando juntos han hecho nacer en mi intensos sentimientos.

Tras algunas dificultades sin demasiada importancia, llegamos arriba. La casa no parecía haber cambiado, amigos. Desde luego, estaba allí, lo cual constituye el primer hecho sorprendente - digo, para comenzar el relato, tratando de no olvidar ningún detalle importante - Se podía ver la luz de un candil, y llamamos pidiendo ayuda. Baine salió, estaba igual que siempre; entendió la situación y nos ofreció ayuda para bajar en vuestro rescate. Atamos una cuerda y descendí, hasta encontrar unas manchar de sangre, seguí el rastro hasta la cabaña y me enteré de que estábais bien, por lo que decidí regresar arriba.

Ignoro de qué habló Tim con él durante ese rato, que me pareció una eternidad - añado, mirando a Pooster por si quiere añadir algo - pero cuando al fin regresé Baine habló de que jamás estuvo en la luna, y de que no se nos ocurra hablar de tal cosa si andamos por las tierras del sueño - hago una pausa para continuar - Advirtió que cuando en un sueño podríamos encontrar una escalinata, y bajar por ella, durante los setenta escalones del sueño ligero hasta la Caverna de las Llamas. Si llegamos a conocer a los canosos sacerdotes Nasht y Kaman-Thah, que protegen a los soñadores incautos del peligro, debemos hacerles caso en todo - continúo, , y ser discretos, y soportar su atento examen, por si consienten en franquearnos el paso hacia los setecientos escalones del sueño profundo, que desembocan en el Bosque Encantado.

Dijo también algo como que entonces podríamos considerarnos dichosos de visitar los lugares más seguros, hasta que hubieramos adquiriendo experiencia. Mencionó Celfais, las Colinas de Implan, Hlanith, en la desembocadura del río Ucranos, con sus muros de granito rugoso y las casas rematadas fantásticamente con buhardillas enlucidas, provistas de vigas. Dijo que hasta ese momento, no preguntáramos más.

No sabía nada sobre expediciones o antenas. Negó que vayan a poner un mástil por allí. Poca relación dijo tener ya con el mundo vigil - hago una pausa, dejando que los demás entiendan las implicaciones de esto- ¿Hemos viajado quizá a un mundo onírico, lo hacemos cuando vamos a ese lugar o cuando retrocedimos en el tiempo?... - tras tomar un trago del te que hemos preparado, prosigo - Habló también del cuadro, aquel en el que entró Ramiro; estaba terriblemente rajado, y dijo que le parecía que ha sido roto desde el otro lado. Algo ha pasado, según él, en la Vieja Ciudad de los Antiguos.

Nos entregó también un manuscrito, copiado de su puño y letra de un tal Arthur Gordon Pym. Describe las cosas que éste vió en los mares del Sur, y nos aconsejó que lo leyéramos. Tim, muéstrales el legajo... - digo haciendo un gesto hacia mi compañero. Cuando todos le han echado un vistazo, prosigo - Después describió lo que encuentra tras la puerta de la cabaña, sus palabras fueron más o menos:  "Ahí está el abismo, donde habita Nodens. Pero los pequeños dioses de la tierra nada pueden contra los Otros Dioses, más antiguos, más peligrosos, así que no es un camino adecuado para los expertos. Pasar por ese camino al mundo de los sueños significa tratar con los pequeños dioses de la tierra, que entraña un peligro moderado, aunque sus servidoras, las siniestras Alimañas de la Noche, puedan jugarte muy malas pasadas si las ofendes, y el trato inmoderado con ambos puede atraer la atención de los Otros Dioses, que conduce a la locura. No es, pues, un camino para vosotros. El mejor camino es los setenta escalones de la escalera del sueño ligero, como ya dije: si en un sueño vulgar los encuentras, puedes seguirlos con cierto respeto, hasta ver a los ancianos: ellos te juzgarán digno si lo eres, y te guiarán si les parece."

Y ya no quiso hablar más, así que descendimos - comento para terminar - Por mala suerte, tropecé y caí; algo magullado, pero podría haber sido peor, a punto estuve de despeñarme. Y eso es todo, se que resulta confuso y al menos a mi poco aclaratorio, pero creo que no olvido nada.
 

Mientras Alex habla, voy reclinándome casa vez en el asiento, lanzando miradas a Pat, Tim y Alex, bastante anonadada por el relato.

Espero atenta a que Tim aclare un poco este galimatías, pues parece que ha sido el quien ha estado todo el rato con el anciano.

No entiendo nada de todo lo que me acabas de decir, Alex digo sin poder evitar meter basa antes de que hable Timmy

Patrick escucha asombrado el relato de Alex, su cara es un poema, es como si le estuvieran hablando en otro idioma, a mitad del relato saca la petaca y echa un generoso chorro de licor en su taza de té, se reclina en la silla resignado y dispuesto a escuchar hasta el final el incomprensible relato de sus amigos, así que cuando Alexander termina de hablar se vuelve a mirar a Tim por si este tiene algo que aclarar de lo anteriormente expuesto, aunque sabe de antemano que cualquier aclaración será más bien un poco más de información confusa, liosa y finalmente incomprensible.

Tim aclara su voz y toma otro trago de absenta de su pequeña botella, cuando busca en su zurron el libro,

amigos, como siempre, una experiencia. Creo que hemos estado en el mundo de los sueños, en un mundo atemporal. Por lo que he visto, parece que Bain sabe mucho de los mundos paralelos que bien sabemos que existen. Hemos hablado del pasado, de nosotros hechos niños y de su afamado diario. Se lo he devuelto, creo que con las miles de notas y apendices que tengo sobre el, bien se lo podia devolver despues de todos estos años. Es amable y se merece nuestra gratitud y respeto, no creeis amigos?

Tim habla desde la fascinacion y el asombro.

parece que el frio ha roto el cuadro desde dentro, algo gelido ha podido con la barrera magica que ofrecia el lienzo, lo demas es lo que ha comentado Alex. Tratamos sobre los sueños y la entelequia del mundo onirico y sus reglas. Me ha chocado estar a la luz de las estrellas en la casa, cuando en la ciudad.... ERA DE DIA.

Tim, atento a sus compañeros, saca el libro de la tela satinada que lo cubre.

ahora esto es lo que tenemos que investigar. Creo saber de que se trata..... ha hecho siempre referencia a los mares del sur, tormenta y frio del sur y nos ha dado este libro. Creo que se refiere al polo sur. Ha hablado de balleneros, la tierra de los antiguos y el cuadro fue roto por el aire del sur. Tambien gritaba eso contra el viento. Lo demas ha sido confuso, el tema de la luna no creo que os aclare nada, es mas, nos distrairia de nuestro foco