Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 1: Nueva York, dimensión paralela.

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26/11/2013, 18:34
Patrick O´Malley

Patrick escucha a sus compañeros, haciendo gestos de asentimiento ante algunos de sus comentarios, tras pensar un rato se decide a expresar en voz alta us pensamietos yo por mi parte no puedo actuar libremente desde dentro, ya que renuncié a la expedición en sus bigotes, pero el resto de los aquí presentes, que si que forman parte de la misión, podrían tener una cita con el señor Moore poniendo como excusa el hecho de concretar algunos detalles de la expedición, pero cuyo objetivo real sea presionarle para que consiga hacer que Starkweather acceda a admitir a las señoritas y a mí.

Mientras, deberíamos atacar en otro frente, puede que mi proposición no os guste, pero quizás sea igualmente efectiva. Si somos capaces de… parece que el hombretón se piensa durante unos segundos la palabra “incapacitarle” para formar parte de la expedición, las decisiones del señor Moore ganarán peso, y Starkwhether pasará a ser sólo un nombre publicitario que ayude a la financiación.

Al ver las miradas de sus compañeros el hombretón sigue, cuando me refiero a incapacitarle no me refiero a ehhhhhh algo permanente, pero convendréis conmigo en que una persona con cojera galopante y necesitada de bastones para caminar mal podrá pasearse por el polo sur.

El hombretón se queda callado a la espera de las reacciones de sus compañeros.

Notas de juego

Joder, el Satrkweather es como Juanito Oiarzabal, todo el que sale con él de aventuras tiene grandes posibilidades de no volver. XD XD

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27/11/2013, 07:58
Nadine Sinkins

Satisfecha por el trabajo realizado, me recosté sobre la silla mientras disfrutaba de un capucchino caliente y de un cigarro mentolado.

Mientras exponían los puntos de vista, al oir a Charlenne, no pude evitar poner una cara un tanto de extrañeza ante tan clara y evidente muestra de vanidad. Cierto era que poco o nada sabía de sus trabajos ni de ella, pero proclamarse como la mejor en cualquier campo es algo bastante pretencioso.

Las opciones parecían que se iban aclarando, incluso la aportación de Patrick me arrancó una sonrisa mientras me imaginaba a ese cabronazo estirado con un brazo y una pierna rota. Pero no parecía que eso fuera a ser una opción viable.

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27/11/2013, 08:06
Enma Friederick

Tomando un sorbo de mi limonada asistí complacida al trabajo de mis amigos. A pesar de no haber conseguido nada, ni Alex ni yo, parecía que el resto había conseguido bastante información para ponernos en marcha.

Parece que tenemos bastantes frentes abiertos y deberemos de afrontarlos lo más rápido posible, pues el tiempo se nos hecha encima.

Está claro que tenemos información suficiente para hablar con Moore y que nos exponga cómo se ha planificados la expedición, pues no dudo en que él también ha investigado y sabrá de las deficiencias de nuestro amigo inglés. Y como ha dicho Timoty, estaría bien hablar con la señorita Lexington. Lo que no acabo de ver claro es cómo podremos presionar a Starkkweather con esa información. Si tiene a los principales editores en el bolsillo, podría ignorarnos.

De esta forma, propongo que hablemos primero con Moore y luego busquemos a esa señorita, a ver qué conseguimos con todo esto

por último, sonrío ante la última idea de Patrick 

Aunque me gusta la idea, esa opción la podemos dejar como último recurso. Y si me permites decirlo, deberías de coger ese contrato

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27/11/2013, 09:16
Mike Butterfingers

Mike guardaba silencio, estaba empezando a preocuparse...

Estaba convencido de ir a la expedición, sin embargo, cuanto más iba conociendo del personaje, más se convencía de la necesidad de formar parte de un grupo unido y fiel, y cuanto más colaboraba con este grupo, más le gustaba su forma de actuar (aunque la idea de la incapacidad de Starkweather le desagradaba sobremanera...)

Bien, pues ya sabemos quién es el tal Starkweather… ahora me preocupa la poca información que tenemos de Moore… debemos hablar con él, conocer su opinión, si tan malo es James Starkweather, ¿Por qué se aventura con él?

Notas de juego

Diego, intento enterarme del club al que van los dos personajes y a qué hora van… la información seguro que la tienen en el hotel donde se hospedan, o bien al portero de la finca en la que vivan… me interesan los dos, pero más Moore…

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27/11/2013, 11:54
Timoty Pooster

Tim se sobresalta al oir hablar asi de su colega.

No, hombre, no.Mike, te digo que Moore es serio y formal, una persona respetable y trabajadora. Creo que es quien de verdad ha aportado algo a los viajes y sus investigaciones son ejemplo para muchos. El es de fiar, os lo puedo garantizar, aunque un poco escentrico, es buen tipo. Creo que esta con ese rufian por la imagen mediatica y el dinero que puede llegar a juntar, exclusivamente

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27/11/2013, 14:44
Alexander Peabody

Estoy de acuerdo con Enma en lo que respecta a ese contrato, Patrick - comento tras escuchar a mis compañeros - Creo que es el momento de que ambos nos comprometamos en este asunto; si me permites la sugerencia, te acompañaré y firmaremos el contrato, ahora estoy convencido de que seremos de más ayuda cuanto más cerca del meollo podamos estar. Respecto al otro asunto..., enfoque...- carraspeo, buscando las palabras - bien; sabéis de sobra que opino que la violencia nunca resuelve nada, en ese sentido mi postura es definitiva. Debemos buscar otras fórmulas, o eso creo yo.

Mientras tanto, opino que es una gran idea ponerse en contacto con la Srta. Lexington, seguro que resultaría de lo más esclarecedor lo que pueda contarnos; pero pienso que no confiará en cualquiera, quizá sea una buena idea que sea una mujer quien la visite - termino, dejando la idea en el aire por si alguna de las féminas decide recojer el guante.
 

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27/11/2013, 18:17
Guardián de los Arcanos

Al día siguiente, pues, los hombres de la expedición (con la excepción de O'Maley) se presentarían a las 8:00 en recepción. Al mismo tiempo, las mujeres y O'Maley intentarían contactar con Lexington.

Además, todos procurarían concertar una entrevista privada con Moore.

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27/11/2013, 21:35
(Prólogo) Tim

NUEVA YORK, 1 DE SEPTIEMBRE DE 1933, 8:00 horas.

Una vez quitada la pátina de excitación por el primer día, el hotel se presenta como un edificio con las mismas características vistas el día anterior, pero en los rincones, en pequeños detalles se descubre que está avejentado, quizá por el ahorro necesario en mantenimiento, fruto de la crisis.

Tiene cinco pisos en la esquinta de la Octava Avenida con la Calle 44, en Manhattan, a solo dos manzanas de Times Square. Es un tranquilo distrito de negocios. Sabéis que dos de sus cinco plantas han sido alquiladas por la expedición.

La recepción parece más pequeña, con esta luz, y más oscura, habría que decir. Está pintada al aceite y hay un par de macetas de pálidas palmas al lado de la puerta rotatoria por la que se entra. Hay pocos periodistas a esta hora, pero molestan más, quizá porque están más descansados.

Una vez pasada la barrera, veis al recepcionista, tras la barra. Es un hombre icterícico y delgado, de pelo grasiento. Asiente y conversa con alegría mientras coge las llaves de las habitaciones. A todos los aceptados se os han asignado habitaciones en la cuarta planta.

Ahí le van, socio. El recepcionista es un entusiasta. La emoción por la importancia de su hotel, gracias a la presencia de tan eximias personas lo tiene en un estado de alegría permanente. Lanza las llaves con garbo a la barra de recepción, tras un floreo en el aire.

Cuarta planta, subiendo a la izquierda, tienen la habitación cerca de la del profesor. La del jefe está en la quinta planta. La salida de incendios está al final del pasillo, por si se pone caliente la cosa.

Las excesivas confianzas que se da unidas a su vigor inusitado, dado el cuerpo que gasta, y a que es, al fin y al cabo, el típico neoyorkino, se prestan a ser perdonadas.

Lo que haga falta ustedes me llaman, Tim es mi nombre, estoy de 8 a 6.

Si señor, añade pensativo, imaginando aventuras, está bien verles por aquí. Le hace sentir a uno que es parte del tema ¿saben? Lo que daría yo por explorar el mundo. ¡Qué vida! La mujer, claro, no pasaría por ello, yo de expedición y eso. No señor, ni de coña. ¿Tienen niños? Si los tienen seguro que están que revientan de ilusión.

¡Eh, que me acabo de acordar!, tengo aquí un recado para ustedes. El profesor me ha pedido que les de uno a cada uno. Y os da una nota con la apretada pero pulcra letra que debe pertenecer a Moore.

Bienvenidos a Nueva York.

Les ruego que se encuentren conmigo en el barco tan pronto como se hayan refrescado. SS Gabrielle, Muelle 74B, 12º Avenida, número 34, cerca de donde está atracado el Italian Royal Mail.

Atentamente. Moore.

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27/11/2013, 21:39
Guardián de los Arcanos

Tras refrescaros, los tres os encontráis en la puerta del hotel. Las habitaciones son de dos plazas. Peabodý y Pooster la compartirán. La habitación de Mike ya tiene otro compañero, que ahora no está. Ve bastante desorden, un cenicero sin vaciar y un ukelele encima de la cama. Hay un montón de cosas encima de la cama que le toca a él. Muchas novelas, algunos manuales de mecánica...

Tomáis un taxi, al que dais la dirección facilitada por Moore en su nota.

El viaje a través de 13 manzanas hasta el embarcadero del Gabrielle lleva tan solo unos minutos de amena charla con el taxista neoyorkino.

Los muelles del río Hudson son un lugar en continua ebullición. Huele a mar, petróleo, pescado y madera húmeda, todo ello mezclado con el sudor de los estibadores. Hay docenas de barcos de todos los tamaños y formas, en diferentes fases de carga o descarga. Enormes grúas manejan titánicos pesos sobre vuestras cabezas, y en el suelo hay restos de materiales de embalaje esparcidos, cristales rotos y trozos oxidados de metal. Los estibadores os maldicen y empujan a quien osa estorbar siquiera un poco. Se alejan dando grandes pasos sin mirar atrás. Hay que ser ágil para que los trabajadores no choquen contigo ni te increpen.

Atado en la zona norte del muelle 74, en las orillas del Hudson de la Ciudad de Nueva York está el Gabrielle, su proa orientada hacia el agua. En la parte sur del muelle, las instalaciones bien iluminadas y conservadas de la línea Italian Royan Mail, hacen que el amarradero de la expedición parezca pobre y poco importante.

Emprendéis la subida de la Calle 34 Oeste, y cruzáis la 12ª Avenida hasta divisar el frente del galpón del muelle. Hay una señal pequeña impresa, clavada cerca de uno de los dos portones:

EXPEDICIÓN ANTÁRTICA STARKWEATHER-MOORE.

IDENTIFÍQUESE AL GUARDIA. PROHIBIDO FUMAR.

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27/11/2013, 21:44
(Prólogo) Jim

Jim es un guardia obeso de la autoridad portuaria, de la policía y de quien haga falta, en estos tiempos en que las horas extra son como el oro. Debe tener un montón de niños en casa.

Os pide vuestros nombres y los coteja con una lista. Llama por teléfono y anuncia que pasáis.

Suba, jefe, os dice así, en general.

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27/11/2013, 21:45
Guardián de los Arcanos

El pantalán se extiende 180 metros en el río, y tiene 24 metros de ancho, y nueve de alto en el centro. La carga está almacenada en el interior: cajas, fardos, bidones y palets en montones de 4,5 metros de altura, alineados desde la zona de trabajo de la entrada en tres filas, con estrechos pasillos por el medio. La mayor parte de esta carga no parece ser para la Expedición Starkweather Moore, solo unos pocos embalajes y bidones de la parte norte del pañol tiene acuñado el nombre de la expedición. Hace mucho frío dentro, y está oscuro.

Una vía ferroviaria recorre ambos lados del muelle desde el pañol al barco. Hay vagones aquí y allá en los raíles cerca de grandes portones abiertos. Grupos de estibadores bajan y suben sin parar las rampas entre los vagones y el pañol, sacando la carga del interior o poniéndola en palets o redes para que la grúa las transporte a las bodegas del Gabrielle.

Subís la escalerilla del barco, hasta la cubierta, y os encontráis con un oficial de marina esperandoos.

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27/11/2013, 21:46
(SS Gabrielle, 1º oficial) Paul Turlow

Los galones en su hombro indican que es primer oficial de la mercante. Os da la mano vigorosamente, mirandoos a los ojos. Tiene un aire de perro callejero en la actitud que no ha podido (todavía) ser cubierto por las formas más civilizadas, pero se nota que se controla estupendamente. Va vestido de punta en blanco.

Buenos días. Bienvenidos al Gabrielle, soy Turlow, su primer oficial. Siganme, ¿quieren?

Os conduce a una mesa cercana, en cubierta, llena de papeles y un teléfono donde, libreta en mano, departiendo con un oficial de estibadores, está Moore.

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27/11/2013, 21:47
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Se levanta y os da calurosamente la mano. Ya han llegado, estupendo verles a bordo. Hay mucho que hacer, por supuesto, así que lo mejor es que se pongan manos a la obra. ¿Han comido? En esa mesa tienen sandwich, y café en esa otra. Cojan lo que deseen y vayan a ver al señor Silkes, en la cámara. Por esa puerta, cruzando el pasillo.

Después de comer irán todos al dentista -os da su tarjeta- y, ya en el hotel, nuestro Doctor Greene les hará un chequeo completo.

Ah, si, una cosilla más. Nos juntamos todas las mañanas a las 8:00, en la Habitación Rosa del Amherst. Si no les veo de nuevo hoy, espero verles alli.

¿Alguna pregunta?

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28/11/2013, 21:41
Guardián de los Arcanos

Localizar a Acacia Lexington por teléfono es imposible, o casi. Ya al final de dos horas de darle al teléfono, una voz neutra contesta: "Lexington"

Si. Si, señorita. ¿Perdón? ¿Una entrevista con la señorita Lexington?. Imposible, la señorita no concede entrevistas. Lo siento. Lo siento, pero no es posible. Pueden dejar un mensaje, si lo desea, señorita.

Tras semejante avance, os decidís a ver dónde vive, por si es posible abordarla cuando salga, o algo por el estilo. Miráis en el "Quién es quién" para ver dónde tiene su residencia en Nueva York. Tomáis un taxi hasta Queens para llegar a una moderna mansión apartada de la carretera general, más allá de los altos setos y el retorcido camino. Hay un portalón de dos hojas de hierro forjado a la entrada, abierto. El problema es que sus sirvientes os despiden con frialdad. Hasta con cierta insolencia. O'Maley casi tiene un encontronazo con un jardinero armado de tijeras de podar. Parece ser que no recibe visitas sin cita previa: ordenes terminantes. Eso si, se le puede dejar un mensaje.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Me decís qué mensaje le dejáis.

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28/11/2013, 21:58
Enma Friederick

Nos complacería mucho tener una charla distendida sobre el señor Starkweather, de mujer a mujer. Emma Friederick

Notas de juego

No tengo claro si es un mensaje oral o escrito. Si es oral le dejo lo dicho esperando que la curiosidad y la posibilidad de despellejar al Menda sea suficiente. Si fuera por escrito le contaría algo más sobre las intenciones, es decir, si el Menda ese tiene algún problema con las mujeres

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28/11/2013, 22:06
Director

Notas de juego

Guay... se me olvidaba: también deseo saber qué acciones emprendéis mientras esperáis a ver si os responde.

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28/11/2013, 22:08
Nadine Sinkins

Notas de juego

Intentar encontrar información del posible club al que asista, como dijo Mike, y de los amigotes con que se suela reunir. El portero del local por un poco de pasta quizá ayude jeje

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29/11/2013, 13:22
Enma Friederick
Sólo para el director

Notas de juego

EEEEEEEEEE, quiero más datos, datos, datoooooos. Que mas dejao colgaooooo jijijiji, para uno que postea cual máquina bien engrasada....xDXDXD

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29/11/2013, 17:35
Guardián de los Arcanos

Las tres chicas y O'Maley estaban de pie, en una calle muy bien puesta, llena de árboles bien cuidados y con un adoquinado en las aceras de primera calidad. Las farolas, de hierro forjado y bellas formas, estaban espaciadas con gusto, y hasta las papeleras y algunos bancos eran casi obras de arte. Las viviendas de la zona eran todas de calidad superior, y los coches que había visto eran todos de alta gama.

Iban teniendo hambre.

Por la mañana habían preguntado en recepción si Starkweather o Moore iban a algún lugar para entretenerse, en busca de esparcimiento o relajo. Tim no supo decirles, pero creía que los jefes no salían a hacer esas cosas, por lo que a él le parecía, se pasaban el día trabajando y caían rendidos al llegar al hotel.

Moore tenía muchísimo trabajo de oficina, y en el barco, el SS Gabrielle. Starkweather, en cambio, daba ruedas de prensa, hablaba con fotógrafos, mantenía reuniones con posibles espónsores, viajaba, cuando hacía falta. Lo más parecido al esparcimiento de Starkweather eran cenas o recepciones con figuras influyentes de la ciudad, o en universidades, donde multitudes de viejas momias académicas le recibían para escuchar aspectos prácticos sobre el viaje, que les pudieran decidir a mandar a sus becarios y a sus doctores (pagando) con la expedición.

Notas de juego

Así pues, no hay clubs, me temo. Todo es trabajo... que sepa Tim.

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29/11/2013, 18:22
Mike Butterfingers

Mike se aproxima a la mesa de los sándwiches y cogiendo uno exclama

Magnifico, mis favoritos…

Volviéndose hacia Moore le pregunta de sopetón

Dígame señor Moore, ¿Cuándo está pensado que partir?

Se sirve un café y comenta

Debo suponer que el calendario está cerrado desde hace tiempo, no quiero pensar que es una expedición improvisada... pero no he podido echarle un ojo aún.

Notas de juego

No estamos solos con Moore... no?