Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 4: viaje por mar.

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23/05/2014, 22:28
Guardián de los Arcanos
- Tiradas (1)

Notas de juego

¿No sirvió de nada el discursito del alemán? ¿Nada de vena sensible? En cualquier caso, Kleiver puede guiñarte el ojo diciendo que puedes conseguir las armas de nuevo...

 El alemán ha fracasado en una tirada de persuasión. En el caso de Maggie, que es también gente de pocas palabras, no se muy bien si es bueno o malo: estas cosas son decisión del jugador. En todo caso, tienes la elección de hacer lo que desees, Akim, faltaría más.

Si te llama la atención alguno de los pnj, también puedes elegir llevar a alguno de ellos. Si te vas a hacer un pj nuevo, tendrá que entrar en Melbourne, así que debe estar ahí, ya por que es australiano o porque anda por ahí.

No se si os dais cuenta, pero planteo cualquier circunstancia como si fuera un combate, aunque sea del tipo social. Me acostumbré a ello mastereando Hackmaster: sencillamente hay que hacerse a la idea de que las bajas no tienen porqué ser muertes. Lo que sucede, generalmente, es fruto de vuestras tiradas y de las del adversario que sea (de las que hago bastantes), como en cualquier combate. Pensad en esos términos, es aconsejable.

PD: Maggie y Kleiver, haced comentarios off rol en notas. No importa que hagamos conversaciones así en esta escena. La visión paralela de lo que se habla está bien, pero distinguid. Y si a las notas agregáis un roleo tipo pensamiento del pj o actitud en su soledad, o lo que sea, mejor que mejor.

Pooster, pa ti lo mismo, que me roleas poco, y posteas poco como pj. *Le da un capón*

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23/05/2014, 23:50
Maggie O'Connel

Notas de juego

Creo que haré que siga... por los perros, pero estará enfadada y no hablará a Moore mientras no le devuelvan sus juguetes.

Guardián dice: O'Connel, el off rol en notas, por favor.

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24/05/2014, 00:04
Dr. Arthur Hirsch

Previo a la noche del día 20, a la puerta del camarote que ocupan Pooster y Peabody.

Hirsch, tras asegurarse de que Maggie se encontraba atendida por Kleiver, un amigo, había puesto su atención en otro que parecía afectado por la pantomima de la tripulación del barco: Alexander, o Alex, como le iban llamando los (pocos) con los que tomaba confianza.

Dio dos golpes discretos a la puerta. ¿Señor Peabody? ¿Puedo pasar? Había estado observando a los dos amigos, también a Pooster. Estaba preocupado, ya que ambos parecían demasiado permeables a ciertos estímulos. No por casualidad Pooster tenía creencias extrañas sobre asuntos que parecían más bien cuentos de brujas o alucinaciones, y Peabody, aunque fuera más discreto, jamás le contradecía. Meneó la cabeza, esperando una respuesta.

Notas de juego

Me he retrasado investigando sobre La Paz (Bolivia) y su guerra con Paraguay para Los Dementes ;) Dejo esto para dar pie a Peabody y e intento algo más amplio para mañana, si puedo (que la ceremonia requiere cariño y cuidado, no se puede postear a todo trapo)

Aquí solamente están Peabody y Hirsch (quizá pueda estar Pooster, si quiere)

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24/05/2014, 16:01
Alexander Peabody

Peabody tardó unos instantes en darse cuenta de que alguien llamaba a la puerta. Un poco más en identificar entre las brumas de su memoria al propietario de la voz; sin duda debía ser Hirsch. Aunque no terminaba de gustarle la altivez con la que trataba a aquellos que no consideraba de su círculo social, no tenía nada personal contra él, así que no encontró excusa alguna para no permitirle pasar.

Levantándose trabajosamente, llegó hasta la puerta y la abrió. Sin decir palabra, indicó con un gesto al Doctor que entrara. Su rostro denotaba bien a las claras que no se encontraba bien, como si su alma estuviera sufriendo algún tipo de castigo.

Siéntese, por favor... - acerto a decir por fin, acercándole la única silla de la estancia, que empleaban a turnos Pooster y él para hacer uso del escritorio. Por su parte, tomó asiento con cierta brusquedad en la esquina de su cama.

Lamento profundamente mi comportamiento, no creo que no me doy cuenta de que ha sido bastante descortés - comenzó, sorprendiéndose un tanto de sincerarse con este hombre con el que no había tenido demasiado trato; quizá el hecho de que Hirsch pareciera saber escuchar le decidió a hacerlo - Debe comprender que esa visión, que ahora podemos describir como ingenua e inocente, me ha sumido en una ensoñación en la que monstruos de otras épocas y demonios personales de toda índole estaban muy presentes.

Sin duda le parecerá una locura, a mi mismo me lo parece en ocasiones - añade, casi disculpándose - Tanto el Sr. Pooster como yo hemos tenido terribles experiencias, que podríamos calificar de extra-mundanas. En el trancurso de estas..., digamos vivencias, a punto hemos estado de perder la vida, y la razón, en no pocas ocasiones; y este episodio no ha hecho sino hacerme rememorar con viveza esos horribles recuerdos...

Notas de juego

Ala, para que psicoanalices, jajaja.

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24/05/2014, 18:47
Aramiker Menez

Día 21. Jueves. A punto de cruzar el Ecuador. Guardia de Menez.

A Menez no le importaba levantarse pronto para hacer su guardia. Ya casi se había convertido en una rutina. A veces se preguntaba qué pasaría si, en la soledad de su ronda, se encontrara con el saboteador. Ella era menuda y frágil, no como O´Connel. Chasqueó con la lengua con fastidio. No podía permitir que Maggie les abandonara.

Tras inspeccionar las bodegas, como siempre, decidió que sería conveniente echar un vistazo al estrado que había hecho el carpintero para la ocasión: el cruce del ecuador. Hirsch era el siguiente a´si que cuando le relevó se acercó a la cubierta. Al acabar, ya casi a las 0:99 se fue al camarote a ver si encontraba a Maggie.

Notas de juego

Tras la guardia Menez inspecciona el estrado, por si acaso.

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24/05/2014, 18:54
Aramiker Menez

Día 21. Jueves. A punto de cruzar el Ecuador. Tras la guardia de Menez en su camarote.

Menez llegó como siempre al camarote, con esa presencia que llena la habitación involuntariamente a pesar de su pequeño tamaño. Desde el incidente no había hablado pues creía que Maggie necesitaba estar a su aire para tranquilizase.

- Buenos días. ¿Cómo estás hoy?¿Mejor?- Sonrió de manera calurosa la periodista. Después se puso seria. Su compañera de camarote no era alguien a quien pudieras aturullar con una retahíla sin fin de palabras, como hacía con otros, así que fue al grano.- No te vayas Maggie. ¿Qué vamos a hacer sin ti cuando lleguemos a nuestro destino? ¿Qué voy a hacer yo?- Les había costado que les aceptaran en la expedición como para separarse ahora. Tenían que hacerlo por todas las mujeres oprimidas del mundo.- Apenas me encuentro en esta lata de sardinas como para sobrevivir al infierno al que nos dirigimos.- Le puso una mano encima como una madre a una hija que lo estaba pasando mal.- Pillaremos a ese malnacido y ya no necesitarás las armas hasta que lleguemos. - Y si Moore no se las devolvía ya encontrarían una manera de hacerle cambiar de opinión, así fuera por las malas.- No vayas a la ceremonia. Deja a esta inútil que cargue con todas las bromas. Ya tengo cayo, ¿sabes?- Le guiñó un ojo picarona para luego cerrar el puño y con fuerza golpear la pequeña repisa que hacía las veces de mesita de escritorio.- Asegúrate de que ese bastardo no nos la juega mientras todo el maldito barco esta pendiente de la ceremonia.

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24/05/2014, 19:18
Maggie O'Connel

Maggie respiró hondo, había estado meditando mucho el asunto.

- No, no voy a irme... es imposible que encuentren un guía de trineos en Melbourne, y si ponen a algún inútil con mis perros los llevará a la muerte, así que cumpliré mi contrato. Me importa tres pimientos si esta expedición funciona o no, pero sí el destino de esos animales.

- Tampoco iré a esa ceremonia, pero no haré guardia. No haré guardia indefensa ante alguien dispuesto a matar, como ya ha demostrado anteriormente. Estaré con los perros. No habrá más guardias, ni más registros, ni más misiones especiales. Cumpliré el contrato por los perros, pero ya no confío en Moore, así que no seré una de sus marionetas de confianza. Eso no estaba en mi contrato, nada me obliga a hacerlo. Con los perros me sentiré segura. Y si mientras tanto el saboteador hace un agujero en el casco, llevaré a los perros a un bote o moriré con ellos. Y si la expedición se anula por algún sabotaje, me volveré con los perros y los compraré para llevarlos a Alaska. Y francamente, ojalá pase eso último.

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24/05/2014, 19:28
Aramiker Menez

- Entiendo...- Dijo Aramiker con cierto tono de resignación. No era el momento. Esperaba que la actitud de la mujer cambiara con el tiempo pues de sus palabras no se desprendía lógica alguna. Se le antojaba una rabieta de niña pequeña y mimada, lo cual no iba para nada con la Maggie que había conocido hasta el momento. - No voy a ser yo quien te lo impida.- Dijo mientras recogía unas cosas y comenzaba a darse la vuelta para salir del camarote.- Mientras no me llenes el camarote de pelo de perro...- Sonrió ligeramente y salió del camarote.

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24/05/2014, 23:44
Dr. Arthur Hirsch

Hirsch se sentó. Mantenía su típica actitud distante. Pero Alexander ya iba conociéndole, y se podía imaginar cómo este hombre era capaz de seguir igual aunque estuviera en el lecho de muerte de sus padres, o frente al rey de Inglaterra: no era nada personal.

Bueno, señor Peabody, pienso que ha sido usted muy discreto. En cuanto a su pasado, de experiencias extra mundanas nada se. Pero si de la psique humana. Hablar de los propios problemas hace bien, sobre todo una vez llegados a un estado en el que usted mismo admite dichos problemas. Mantengo mi mente abierta. Si desea aliviarse hablando, aquí estoy para lo que necesite. Guardaré el más absoluto secreto, si así usted me lo pide.

Notas de juego

Y, caso de que Peabody quiera sincerarse, hasta aquí podremos postear en abierto, a no ser que él mismo quiera compartir lo que sabe con los demás, claro XDD Así que cuida los destinatarios Doc.

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24/05/2014, 23:59
Guardián de los Arcanos

Día 21. Jueves.

Todo estaba pronto para la ceremonia. El elenco de la oficialidad y los pasajeros ilustres subió a su grada. Los iniciados tripulantes y pasajeros no ilustres ocuparon el gallinero. Las cintas de colores y las banderolas de papel gualdrapeaban contra el viento. Aunque había nubes, el día había amanecido mejor de lo que todo el mundo esperaba. En el gallinero reinaba el buen humor. En la grada de los ilustres, todo el mundo mantenía una especial seriedad, aunque interiormente estaban relajados y prontos a dar un poco de diversión a sus hombres: simplemente seguían la broma lo mejor posible.

Sonó de nuevo el horrísono ruido que anoche asustó a todo el mundo (que no estuviera en el ajo). Las máquinas, una vez más, habían sido paradas, una vez el navegante anunciara por megafonía: capitán, hemos alcanzado el Ecuador.

Los acusados o renacuajos permanecían en sus asientos, algunos esperando lo peor. Uno de los sitios estaba vacío: el de O'Connel.

Apareció Davy Jones con su acompañantes. Tocaron sus trompetillas.

¡Buenos días, capitán! Saludó tras atravesar la alfombra roja con toda su pompa. ¡Hemos avistado a Neptuno con toda su corte! A una señal del capitán, fue arriada la bandera Norteamericana e izada la bandera de Neptuno: un tridente blanco sobre fondo azul marino.

Su Majestad Neptunus Rex hizo aparición, seguido de su dulce esposa Anfítrite y precedidos de toda su corte. Ambos estaban vestidos con mallas verdes, que simulaban piel escamosa en las piernas. Anfítrite (un joven muy bien disfrazado) llevaba una peluca de cabello natural, numerosas cuentas de colores, un vaporoso vestido verde esmeralda y el rostro maquillado con maestría. Neptunus Rex lucía una imponente barba, un manto de armiño verde profundo, un cetro con forma de tridente y un montón de medallas con inscripciones ingeniosas en las que se rememoraban las victorias conseguidas contra barcos infieles a su mandato, a los que había mandado a pique en horribles naufragios.

La corte fue presentada con gracia: el Escriba Real, el malvado Barbero Real, los igualmente villanos Doctor y Dentista Reales, el Niño Real (que era un marino gordo: el más gordo del barco), el Navegante Real, el Oficial del Día de Neptuno, el Juez, el Fiscal, el Abogado, el Demonio (que llevaba un tridente electrificado), las Ninfas del Mar asistiendo a la reina Anfítrite y, por último, la Policía Real.

En realidad, la comitiva fue nutriéndose de los asistentes al acto, de manera que al final, sobre cubierta, solamente quedaron los ilustres (excepto el Oficial del Día, que fue Turlow) en su grada y los renacuajos en sus bancos de los acusados. Alegremente, según iban siendo anunciados por el Escriba Real, los marinos se iban incorporando a la corte, tras ponerse los símbolos de su cargo y disfrazarse rápidamente. Los que quedaban tras ocupar los cargos más importantes, se convirtieron en Policía Real, tras tocarse con una curiosa gorra de conchas.

Neptuno, una vez estuvo montado todo el pastel, rugió: ¡Bueno, bueno! ¡Bonito barco! Miró luego a los acusados. ¡Vaya una tripulación de novatos! Turlow, en su papel de Oficial del Día, anunció con gran dignidad, tras saludar, que el capitán esperaba la llegada de la Real Comitiva.

Este humilde marinero le saluda, Majestad. Nos colma de placer Su visita, inició el diálogo Vrendenburgh.

El placer es mío, señor. Permítame presentarle al Real Navegante Iniciado, que le relevará. Efectivamente, el Real Navegante subió al puente y tomó el timón de manos del timonel de guardia. Me ha gustado hablar mucho con usted, capitán, como también me gustará hacer de sus novatos sujetos dignos de mi gran reino del mar.

Majestad: me gustaría señalar que hay un oficial y varios tripulantes que no han estado el suficiente tiempo en la Marina Mercante como para visitar su reino y convertirse en Iniciados. Le pido que no sea demasiado severo con ellos. Además, hay un pasajero que presenta formalmente sus excusas.

¡Capitán! Seré tan implacable como quiera con sus renacuajos. En cuanto a su pasajero: ¡No tiene excusa! Exijo que lo traiga aquí inmediatamente.

El capitán habló en voz baja con Moore, tenso. La corte de Neptuno. Neptuno, los renacuajos y la grada de personalidades quedó en un incómodo silencio mientras el doctor iba a visitar a O'Connel. Estaba en la bodega, donde se guardaban las jaulas de los perros.

Se quedó un rato mirando desde la barandilla, mientras abajo la exploradora estaba junto a sus seres más amados. Carraspeó.

Maggie... No, por favor. No diga nada. Espere a que hable. He venido a ver si entra en razón: ya se que no tiene porqué acudir a esa pantomima que se está celebrando arriba, pero le pido que lo haga. Necesitamos mantener alta la moral. Necesitamos mantener la moral, Maggie. El saboteador nos habrá vencido no si destroza esto o esto otro. Vencerá si a todos nos pasa como le está pasando a usted. Pero, más que eso, necesitamos a los marineros de nuestra parte para atraparlo, y son gente supersticiosa que se toma muy en serio estos asuntos. Comunmente hacen un trabajo duro, lejos de sus familias y con riesgo de sus vidas. Sufren humillaciones, y por un día todos los oficiales se subordinan a ellos, porque es importante mantener la moral bien alta ¿no lo entiende? Hágalo por ellos, al menos.

Moore no era un orador. Su discurso sonaba torpe, balbuceado. Al menos parecía sincero.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Si respondes cuanto antes, Akim, sigo antes del próximo avance.

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25/05/2014, 01:01
Maggie O'Connel

- Está bien, iré, y pondré buena cara, lo haré por los marineros, al fin y al cabo ellos perdieron algunos compañeros en el ataque. Pero mi asistencia no cambia nada, me ceñiré a las labores que indica mi contrato pero nada más que eso, has perdido mi confianza jefe, hay cosas con las que no se puede jugar. Y si no eres capaz de garantizar la seguridad de tu gente, no tienes ningún derecho a impedirles defenderse a sí mismos. Y mucho menos puedes consentir una tontería como esa cuando hay en el aire una amenaza. Ni siquiera necesitabas decir qué pasaría, solo que habría una broma al pasar el ecuador y que no nos alarmásemos, tan sencillo como eso... A partir de ahora seré un miembro más de la expedición, pero nada más que eso. Y si pudiese irme sabiendo que mis perros quedaban con un conductor de trineo mejor que yo, me iría... pero como dudo que en Australia haya nadie que sepa de guiar perros, seguiré... Naturalmente ni guardias ni registros ni investigaciones, yo no me juego la vida por alguien que no valora mi vida.

Notas de juego

Akin, terminado en ene :D

Asisto, e incluso sonrío.

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25/05/2014, 01:14
Guardián de los Arcanos

Moore no dijo nada. Esperó a que Maggie le precediera y ocupó su puesto en la grada.

Cuando subieron, el capitán estaba presentando a Neptuno a los oficiales y pasajeros que ya habían tenido la experiencia de pasar el Ecuador. Se organizó una charla informal con frases como: si, señor Starkweather, mi anciana abuela está muy bien. Tuvo un pequeño accidente con el hueso de la cola, cuando un ancla mal dirigida por un maldito marinero de agua dulce se le vino abajo, pero ha sido vengada. Ahora esos novatos están dando de comer a mis Marsopas Reales y limpiando mis Caballerizas Reales de caca de ballena.

El capitán, entonces, interrumpió la charla: Majestad, ya están todos los renacuajos en el banquillo de los acusados. Queda mi barco a tus órdenes durante tanto tiempo como desees.

Muy bien, capitán, muchas gracias. ¡Navegante Real! ¡Haz que el barco mantenga el rumbo señalado!

¡A la orden! ¡Máquinas, atentas a mi orden! Y el barco tomó otra vez el rumbo por la mar océana. La comitiva real fue escoltada al trono, y los reyes se sentaron. Hicieron entonces los honores a algunos marineros veteranos y distinguidos. ¡Fogonero Carlsson! ¡Un paso al frente! Como agradecimiento a tantos años de servicio en mi reino, te hago miembro de la Orden de la Caracola Real. ¡Oficial del Día, dale al fogonero Carlsson su caracola! ¡Y una cerveza! Hizo así con unos cuantos más. Esto eran homenajes sentidos de compañeros a compañeros, y aplaudidos con sentimiento.

Bueno, tras los homenajes, tengo que decir que todos los presentes tenéis que imitar a estos hombres. Mi Reino Oceánico es grande, y pone a prueba a todo maldito hijo de vecino que se asoma a él. Como debe ser. Pero un barco, marineros, es un conjunto de gentes donde si falla uno solo, uno solo de los que van, aunque sea un grumete sin pelos en los huevos, queda amenazado de grave peligro. Así que hay que dejarse de tonterías e ir al grano. Sed fieles y sed valientes, joder. ¿Es tanto pedir? Bueno. Me ha dicho un pez espada que aquí tienen un Jonás. Se las verá conmigo, ya lo verán. Solo rezad al Señor porque junto a él, atados en el mismo paquete, no vengáis vosotros. He dicho.

Comenzó entonces la iniciación de los renacuajos. La Policía Real tenía la obligación de acorralar a cualquier novato que se escurriera.

Primero los novatos tuvieron que arrastrarse por un túnel de lona lleno de algas escurridizas y otros materiales desagradables al tacto, mientras el diablo, el niño, el fiscal, los policías, el dentista y el doctor golpeaban el túnel con trozos de manguera, para ir saliendo justo frente a la corte. Uno a uno, los novatos se sentaban frente a un balde lleno de agua salada. Se les leía el acta de acusación (a Hirsch le acusaron de ser un maldito loquero, por ejemplo, y a Menez de hablar hasta debajo del agua, lo que no era natural en un humano: "¿qué se ha creído? ¿que es un maldito pez, señora?" El abogado hablaba a su favor y, aunque todo el mundo terminaba siendo culpable, conseguía rebajar la pena de horribles torturas, ahogamientos, hambrunas y demás por un baño, un sardinazo en la cara, el afeitado de la cabeza (aunque no se atrevieron a hacer esto a los miembros de la expedición: fueron todos marinos los que se llevaron tal tratamiento) y alguna descarguilla del tridente eléctrico del diablo. También se hicieron preguntas más serias de marinería, y se hicieron acusaciones más atinadas... pero tras una sentida bronca, con todo su aparejo de maldiciones, los reos iban pasando la ordalía para regalarse con una buena pitanza, donde se les intentaba emborrachar a base de cerveza por parte de los iniciados más viejos e igualmente camino de una buena curda, y se les hacía entrega del siguiente diploma:

Hay que decir que el joven Orgelfinger se lo pasó muy bien, y que parecía restablecido. Quiso beber como el que más, pero no se consiguió emborrachar demasiado (los doctores Green, Pooster y Hirsch se lo impidieron todos a una).

Los veteranos iniciados pasaban con bandejas con pasteles dulces y salados, carne mechada y otros manjares. Y cerveza. Abundante cerveza. La fiesta se alargó hasta media tarde. El Gabrielle navegaba hacia el Oeste entre tanto.

Por otro lado, los investigadores pudieron aprovechar la buena disposición de la tripulación para seguir su labor de zapa al criminal... Hirsch eliminó a Girolamo, un maquinista. Menez no lo tuvo claro. No encontró la ocasión (con el pelo lleno de algas como tenía) y prefirió no arriesgar a un descarte que pudiera dejar fuera al criminal. Pooster, sin dudar, descartó al cocinero, Niles Abraham. Luego los tres se concentraron en combinación de sus fuerzas e intentaron observar al equipo de guías polares al completo. Estuvieron de acuerdo, cuando vino el olor estaban charlando sobre ellos con su última cerveza del día: no creían que ninguno de ellos tuviera nada que ver. Eso eliminaba a Fiskarson y a Snabjorn.

El olor. Sucedió así: reinaba ya la noche y la calma en el Gabrielle. Habían sido retirados los decorados de la pantomima. Se estaba preparando una cena ligera en la cocina. Pooster estaba de guardia en las bodegas. En ese momento, Coates, uno de los grumetes, salió de la las profundidades del barco tosiendo y gritando. Inundó en cuestión de segundos todo el Gabrielle un terrible olor a amoniaco.

¡El refrigerador! ¡El refrigerador! Gritaba Coates.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Acciones. ¡Rápido!

Akin, terminado en ene :D 

Oum... vale :) 

Guardias: De 0:00 a 4:00 Peabody, de 4:00 a 8:00 Menez, de 8:00 a 12:00 Hirsch, de 12:00 a 16:00 O'Connel, de 16:00 a 20:00 Kleiver y por último, de 20:00 a 24:00 el señor Pooster

Lista de la tripulación:

Médico de a bordo: Ray Lansing

Jefe de ingenieros: Charles Drummond

Ayudante del jefe de ingenieros: Bert Pacquare

Ingenieros:

Willia Wheeler (pagos sin retrasos, sin multas, sin nada raro en su camarote, parece que últimamente está bastante nervioso, y ha escrito una larga carta que insiste en que se mande en cuanto se toque tierra, no ha querido poner un telegrama ni intentar una conferencia por radioteléfono, descartado por Hirsch)Marck Folsom, Clyde Abernathy

Operarios de la sala de máquinas: Tom Humphries, Bartholomew White,

Sidney Beakins (leves retrasos, sin multas, sin nada raro en su camarote, Descartado por Hirsch),

Philippe Brunel (peticiones de adelantos con cierta frecuencia, pagos con retraso, sin multas, sin nada raro en su camarote, tiene más dinero del habitual),

Samuele Girolamo (peticiones de adelantos con cierta frecuencia, pagos con retraso, un expediente por embriaguez, sin nada raro en su camarote, el otro día, estando de libranza, se emborrachó, y casi se pelea con otro hombre) (eliminado por Hirsch),

Michael Fitzpatrick (leves retrasos, sin multas, sin nada raro en su camarote), 

Albert Webb, Rechard Hartz, Carford Montaigne, Edgar Cawley,

Sanley Rupert (algunos expedientes disciplinarios: embriaguez, peleas... , pagos al día, mucha actividad en sindicatos, sin nada raro en su camarote), Gregory Stanislaw (envíos constantes de dinero y bastantes peticiones de adelantos)Lucios Morelli (sin retrasos en los pagos, sin multas, descartado por Menez), Wylie Loden (no está sindicado, no hay datos, sin expedientes ni multas, descartado por Hirsch), Hugh O'toole (leves retrasos, un expediente por deserción hace muchos años)

Técnico de radioRobert Macilvaine

Carpintero: Lysander Bertolli (un par de expedientes por embriaguez, una multa. Pocos adelantos, bastantes envíos de dinero y mucha correspondencia, mira con mucha insistencia a las damas, en especial a la señorita O'Connel, descartado por Pooster)

Contramaestre: Toger Blunt

Almacenero: Thomas Price

Furriel: Michael Oates, Darren Horst, Gregory Houlihan

Marineros de primera: Peter Stokeley, Abelard Almondale, Truman Cotter, Gordon Cooke, Nicolas Pellerin, Alexander Moseley, David Waters (se cree que planea desertar en cuanto se toque puerto, no le gusta nada la situación, descartado por Menez)Jude Pierce, Chipper Green

Jefe de cocina: Judas Whitney

Auxiliares de a bordo: Niles Abraham (cocina)(eliminado por Pooster), Adam Henning (pinche) (dicen que un familiar suyo trabajó con Starkweather en el pasado) David Wylie (lavandería, descartado por Pooster)

Expedicionarios descartados:

Starkweather, Moore, Packard, Sutton, Pickwell, Field, Whitston, Abermale, Nils y Gunnar Sorensen, López, Halperin, DeWitt, Miles, Longfellow, Pulaski, Silke, Giles, O'Doul,  Myers, Porter, Fiskarson, Snabjorn.

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25/05/2014, 03:08
Maggie O'Connel

Maggie apenas tuvo tiempo de ponerse un jersey y un pantalón antes de correr rápidamente hacia las bodegas, dispuesta a poner a salvo a la manada si se veía amenazada. Aunque se había puesto ropa se sentía desnuda. No podía evitar pensar que si se cruzaba con el saboteador no podría hacerle frente. 

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25/05/2014, 20:28
Aramiker Menez

Aramiker estaba agotada. Se había puesto sus mejores galas aún sabiendo que iba a ser embadurnada con todo tipo de cosas. Hasta se había puesto los rulos antes de la ceremonia. Estar impecable era parte del divertimento de la ceremonia en donde, estaba segura, acabaría hecha unos trapos. Así fue. Se divirtió bastante con la ingeniosa parafernalia del Rey Neptuno. Pero para ella era demasiado tener que hacer esfuerzo físico a pesar de que, al ser una mujer y tener ese aspecto menudo y envejecido, notaba como con ella los golpes y amenazas estaban dulcificadas.

Necesitaba darse una ducha para quitarse todas las algas del pelo pero no había tenido aún ocasión. Cenaba tranquilamente charlando con Pooster y Hirsch, junto con los cuales había interrogado a algunos tripulantes y expedicionario, cuando Coates y el olor a amoniaco interrumpió su cena.

Otra vez no.- Se lo había advertido a todos. El saboteador había vuelto a hacer de las suyas aprovechando la algarabía de la fiesta.

Enseguida arrugó la nariz disgustada por el olor del amoniaco. Se levantó tranquila limpiándose los labios con la servilleta.

- Señores, creo que deberíamos salir a cubierta a que nos de un poco el aire.

Notas de juego

Salir a cubierta a respirar aire puro y disfrutar de la noche estrellada.

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25/05/2014, 21:02
Alexander Peabody

Peabody acudió rápidamente al lado del grumete, por si podía servirle de ayuda; sin embargo, poco pudo hacer salvo permanecer de pie a su lado.

¿Qué ha ocurrido, Coates, está bien...? - preguntó cuando las toses remitieron un tanto - ¿Hay alguien más allí abajo...?

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26/05/2014, 09:50
Timoty Pooster

post anterior en el tiempo.------

Pooster llegó al camarote tras dar una vuelta en busca de gestos extraños en la marineria y expedicionarios, aunque hasta que no treminara la maldita pantomima, todos le hablaban en terminos de  Dios, no se acerque a mi, saqueme de este barco, me ha mordido un mejillon!!! o algo como Se lo dije, esta sardina me mira mal y me hace sentir incomodo, se lo dije!!!

Tras tanta tonteria optó por buscar la soledad del camarote, para escuchar a Alex terminar su discurso, al llegar al cuarto.

.... terribles experiencias, que podríamos calificar de extra-mundanas. En el trancurso de estas..., digamos vivencias, a punto hemos estado de perder la vida, y la razón, en no pocas ocasiones; y este episodio no ha hecho sino hacerme rememorar con viveza esos horribles recuerdos...

Tim solicitó permiso para poder hablar tambien.

Hola, colega, veo que Alex se esta sincerando y exponiendo lo que nos ha acaecido en el pasado. Lo que le dice es cierto, hemos tendio que vivir algo que no es aceptable por la mayoruia de las mentes, hemos vivido un tiempo sin tiempo, una realidad ajena a esta en la que estamos. Todo esta muy reciente y nos afecta en demasia, por eso hemos tenido esas reacciones.

Notas de juego

post anterior en el tiempo, perodon por el salto temporal.

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26/05/2014, 09:56
Timoty Pooster

Tim estaba en las bodegas cuando algo fuerte inundó su pituitaria, el olor acido y pesado del amoniaco. Notaba como iba en un crescendo y su hedor empezó a ser tremendo.

Algo no va bien, demonios, algo esta ocurriendo.

Observo unos segundo si podia ver algo y vió una sombra pasar rapido. Tras eso, escucho los gritos de Coates.

Este chico esta corruiendo a avisar y creo que he de hacer lo mismo, maldita sea, otra vez ha actuado "Jonas".

Pooster se apresuro a abrir las escotillas y ojos de buey en altura, para tratar de ventilar la zona de bodega, a la par que subia hacia cubierta, tapando su nariz con un trapo de tela que siempre le acompaña en su bolsillo.

Maldita sea, hay abajo no se puede respirar y supongo que en cocina será aun peor, hay que sacar a la gente y tratar de evitar quie los peroos pierdan su olfato o se contaminen!!!

Notas de juego

si puedo observar algun movimiento mientras trascurre la accion, genial, por ver si vemos a Jonas.

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26/05/2014, 11:03
Rudolf Kleiver

Kleiver estaba un poco contrariado por la decisión de Maggie de no acudir. De hecho no había podido arrancarle ni una palabra y más bien había ignorado todo lo que le había dicho y tampoco había prestado atención al viejo colgante que habían comprado juntos tiempo atrás, en la feria de su pueblo en Alaska. No tenía demasiadas ganas de asistir a aquella pantomima ridícula para el bien de la tripulación, pero se había comprometido a ir y debía ser fiel a sus principios.

En realidad lo hacía por otra razón. Sabía que algunos en el barco aún le miraban mal al pasar, sospechando de él a razón del incidente del camarote de Sanley Rupert. Si ocurría algo en el barco, como había predicho Aramiker, y no estaba, todo el mundo pensaría que él era Jonás de nuevo. Así que con estirada actitud se sentó en la fiesta marítima. La cosa cambió cuando vio que había cerveza.

***

Varias cervezas después Rudolf era otra persona. Se había implicado en todas las acciones de Neptuno y su corte. El alcohol, que no solía probar habitualmente, le había dado un poco de chispa, y remangado y sin chaleco, el alemán bailaba y bebía como el que más. Cuando vio a Maggie aparecer la saludo levantando un vaso de cerveza, aunque sin demasiado entusiasmo. Kleiver hablaba con todo el mundo, aunque no le hicieran caso. Muchas veces se le olvidaba hablar en inglés correctamente, lo que provocaba las risas de sus contertulios, Fiskarson y Snabjorn, mientras relataban aventuras de sus viajes.

Cuando el olor apareció nadie pareció percatarse hasta que Coates gritó y medio derrumbó en el suelo entre toses. Sorprendido por la situación, Rudolf dejó caer su bebida y cogiendo su chaqueta se la puso en la nariz en la boca. Los ojos le lloraban un poco cuando se acercó a Herr Peabody, que estaba tratando de ayudar al grumete. El alemán trató de echar un cable a Alexander para incorporar al muchacho y ayudarle a respirar, aunque no sabía muy bien cómo.

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27/05/2014, 00:34
Guardián de los Arcanos

No parecía que hubiera nadie herido...

No... Estoy bien, estoy bien.

Dejadle respirar, vamos, apártense, decía Greene. El chaval respiraba. Cuando llegó el segundo oficial, Ballard, ya había conseguido tomar aire suficiente como para calmar su corazón y hablar normal:

La nevera está llena de humo. La he cerrado, pero ha escapado mucho. Huele a amoniaco. ¡Es un desastre! ¡Toda la comida!

Peabody, Hirsch, Kleiver y Pooster se unieron al grupo que, dirigido por Driscoll, se organizaba para bajar a ver. Alguien tuvo la idea de usar el oxígeno de la expedición. Pronto Moore y Starkweather, además de una nutrida colección de gentes de la expedición y marineros llegaron a la fiesta.

O'Connel había bajado donde los perros. A parte de que aullaban sin parar, por estar desacostumbrados a tanto jaleo a esa hora, y por culpa del olor apestoso, estaban bien. Su presencia les tranquilizó bastante. La suya y la del conjunto del equipo de perreros, que habían tenido idéntica idea. Así que se encontró ahí con Fiskarson, Pulaski y Snabjorn. Los cuatro se miraron los unos a los otros. Podemos subir, creo, dijo Snabjorn, los animales están bien.

Alguien había ido a buscar algunas bombonas. Driscoll consiguió que la gran mayoría de los voluntarios esperaran en cubierta. Mandó a alguien a revisar las bodegas, no fuera que alguien anduviera asfixiándose en algún rincón. Otro pequeño grupo, él y otros tres, fueron hacia la nevera, que estaba a la altura de entrecubiertas, entre la bodega número 4 y la sala de máquinas, justo encima de los tanques. Se habían hecho con cuatro bombonas y unas gafas protectoras, por si acaso.

Pero no se podía trabajar con las bombonas. ¡Esto huele fatal! Probaron varias bombonas. El aire que contenían apestaba a hidrocarburos: aunque era respirable, provocaba arcadas constantes. ¿Otra gracieta del saboteador? ¿O era un simple caso de ineficiencia del equipo de revisión, allá en Nueva York?. Bajaron igualmente y, al poco tiempo, anunciaron por los comunicadores de la sala de máquinas, que habían abierto la puerta. Se dio libre salida al gas, de manera que a la media hora, aparte de la peste, no parecía haber peligro. Subieron tosiendo, pero contentos.

Hay que limpiar todo eso, dijo Driscoll. ¡Voluntarios!

Al parecer la nevera era un desastre.

Así que había que hacer el trabajo con pañuelos en la cara y turnándose, para poder soportar el olor. Starkweather se puso en la cuadrilla el primero. Pooster andaba por ahí husmeando, por ver si veía algo raro. Nada fuera de lo común... o, más bien, todo fuera de lo común, pero no señales que le sugirieran que el saboteador acabara de hacer la fechoría en los minutos anteriores al siniestro.

Menez, a su vez, se mantenía aparte, intentando que la nube maloliente no le llegara demasiado de lleno a la nariz. Hirsch, Peabody, Kleiver... ellos estaban ahí, en el grupo inicial que se había reunido, pero por una o por otra cosa, no habían estado en el pequeño comando que había dado salida a la peor parte del gas.

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Notas de juego

Voluntarios para entrar ;)

También acciones que se os ocurran. Recordad que descubrir al malvado es tarea vuestra, no mía. A estrujarse las meninges toca XD.

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27/05/2014, 01:00
Rudolf Kleiver

Notas de juego

Kleiver se presenta voluntario rapidamente. Entre la cerveza y que es bastante trabajador, no tiene ningún problema en echar un cable. Lo de estrujarse las meninges ya es otro cantar.

Guardián dice: relee el post, que he editado para añadir más cosas. *Le da una prensa hidráulica de estrujar meninges* A ver con eso XD