Partida Rol por web

Moore aguantaba el tirón. La sorpresa parecía mayúscula. Arrebató la lupa de manos de Sutton y examinó el escrito.

Creo que es cierto. Creo... creo que esta superficie... el desgaste, el material, las marcas de tallado... Menez, si esto es una falsificación, es tan buena que es casi igual de sorprendente que el hecho de que esté en inglés y sea auténtica. Tenga la lupa, compruébelo. Ofreció a Menez el instrumento.

Tratemos de no perder la calma, o alguien cometerá un error que podría matarnos a todos - dijo Charlene con un tono de voz nervioso y excesivamente elevado, que contradecía sus palabras. Trató de que Chester volviera a coger su linterna, pero las manos de él estaban inertes, su concentración centrada por completo en el grabado.

Ante la inutilidad de su acción, dejó por el momento a Field y se volvió hacia Menez y Moore - Aramiker, querida, te aseguró que sería imposible falsificar algo con este nivel de detalle, por no hablar de qué motivo tendría quien lo hubiera hecho. Quizá todo tenga una explicación más sencilla, aunque igualmente increible... - continúo, completamente lanzada, acariciciando a través de los gruesos guantes, con la mirada perdida en un punto indeterminado de la estancia, una de las estrellas que había recogido, y de la que no se separaba ni un instante - quizá estas criaturas sean capaces de dar saltos temporales, saltos a otros planos, y evidentemente al nuestro. Allí podrían haber tomado una muestra humana, en este caso Nathaniel Wingate Peaslee. Lo realmente sorprendente sería, en ese caso, que no hubiera muestras de otros idiomas humanos, y se hubieran limitado al inglés moderno. Deberíamos seguir explorando..., esto es..., Dios mío, ¿Comprenden todos ustedes lo que significa esto...? - terminó, gesticulando con los brazos abiertos como si quisiera abarcar toda la habitación - Estamos ante el mayor descubrimiento de la historia, la historia con mayúsculas. Nunca ha ocurrido nada parecido a esto, y nosotros somos los protagonistas. Es..., perfecto.

Aramiker tomó la lupa que le tendía Moore y todos pudieron comprobar como ésta  temblaba incontroladamente en su mano. Y Menez vio a través de la lupa, y su mirada se perdió en un abismo infinito. Cuando se dio cuenta de su lapsus mental agitó la cabeza, haciendo estirarse de manera graciosa los bucles de pelo que sobresalían de la capucha, cual muelles.

- ¡Una falsificación!- Se reafirmó en lo que había expresado con anterioridad, cuando en realidad no se atrevía a enfrentarse de nuevo a ese pedazo de texto en idioma comprensible.- Saltaplanos, saltatiempo, saltamontes, sí, sería lo más sencillo.- Dijo con sarcasmo.- Esto de acuerdo con que la explicación más sencilla es la más plausible. Una tremenda mentira. No sería la primera vez, ¿verdad? El Caballo de Troya, Las brujas de Salem,El cráneo de Piltdown, puedo relatar cientos de casos.- Entre los que estaban los que ella misma había inventado antaño.- No digo que no esté bien hecha. Pero no es imposible, sé de lo que hablo. - Menez se paró de pronto como cuando se le ocurría una brillante idea, el titular jugoso de un artículo, o la pieza del puzzle que le faltaba para cerrar una investigación.- ¿Cómo no se me ocurrió antes? Me dejé llevar por la imaginación.- Sacó sus notas para releer el texto de Dyer y Danfoth.- Claro, claro,e so es. Es lo que dije. O está incompleto o Dyer y Danforth ocultaros cosas deliberadamente. ¡Qué cabrones!- Dijo sin importarle lo más mínimo lo que pensara Moore.- ¿Por qué no aparecía en el texto, si hablaban de todo con extremo detalle, el tema del oxígeno? Ahora lo veo claro. Ellos enterraron a Gedney de aquella manera, ellos retocaron el texto para que apareciera esa frase. O ellos o esos alemanes. Sí eso puede ser también.- Hablaba para sí en alto.- Nos dieron el texto incompleto. No sé con qué pretensiones aún pero lo aclararé.

Chester seguía ensimismado en su propia ausencia. Oía la gente hablando a su alrededor, comentando cosas como "increíble, no puede ser, es mentira, es verdad...".

Pero él sabía que todo era verdad: las inscripciones, los dragones, los carambolos, los cadáveres, la ciudad... todo era Real. Y le daba igual lo que pensaran los demás; el tema es que estaban en una antigua ciudad que había sido habitada - y quizás aún lo era - por unas criaturas aficionadas a destripar humanos y a viajar en el tiempo. 

Casi nada.

Lentamente, Chester se acuclilló y recogió su linterna. Dio un último vistazo a la inscripción y se volvió hacia los demás.

Señoras y señores: es posible que tengamos que enfrentarnos a una raza de gigantes destripahombres viajeros del tiempo. Sugiero que nos armemos y salgamos de aquí tan pronto como podamos.

A Chester parecía que se le había pasado el susto. Ahora estaba tranquilo. Según su punto de vista, la cosa era simple: podían quedarse y morir (de frío, de miedo, de exploración forénsica en vivo) o largarse. Y él no quería morir. Al menos, aún no.

¿Una falsificación? Y sin embargo no lo parecía, así que la mentira tenía que ser de más alcance. ¿Estaría drogada desde hacía días? ¿Se habría caído por algún agujero helado y estaría delirando? ¿Sería todo un sueño desde el principio?

En esta ocasion el despertar fue tranquilo, casi reparador. no se notaban los estragos que causaron el desmayo.

Solo habia una constante en mi cabeza, huir, salir de aqui lo mas rapido posible, en silencio, para que no me vea el polipo volador y me haga suyo.

Mis compañeros estaban discutiendo no se que de algo que era una falsificacion. mientras estaban a lo suyo me fui distanciando en silencio, como una serpiente silenciosa...

Aparte de impedir que Pickwell se fuera por pies intentando huir de los grabados, los únicos problemas fueron el susto, el asombro y la inquietud. Aquí no hacía tanto frío, y tocaba parar a tomar algo de líquido caliente y a comer.

Mantengan vigilado a ese hombre, decía Moore, señalando a Pickwell. Parece trastornado. No me apetece tener que buscarlo por este lugar. Hay demasiado trabajo por hacer.

Lo que me dicen suena a un inicio de teoría sobre qué hace esta escritura aquí, en inglés. Señalaba al lugar donde todo el mundo parecía estar centrado el interés del grupo. Fotografíe todo, Chester. No debemos parar demasiado, no hay tiempo. A no ser que veamos algo demasiado importante no debemos parar tanto tiempo en ninguna parte, ya estudiaremos después las fotografías.

Tras el refrigerio, repasar el perímetro de la gran sala se hizo más rápido. Los grabados se sucedían a los grabados. Había signos de que habían estado coloreados, aunque ahora ya no quedaba nada.

Esmalte, dijo Sutton, estaban esmaltados, no pintados. Todo esto ha debido ser grandioso.

Más orificios en ciertos lugares, cuya salida estaba prevista en las configuraciones de los grabados, y de un carácter orgánico, también estaban aquí presentes. ¿Cableado para algún sistema de iluminación? Quién sabe. Solamente se habían conservado las piedras. Cualquier vestigio de metal o de materia orgánica ahora era polvo y ceniza.

La gran sala estaba, al parecer, dedicada a la descripción de formas de vida orgánica haciendo incapié en las más inteligentes. Era como una galería de lo fantástico: dinosaurios (algunos habían formado colonias con un nivel organizativo de la edad de piedra), civilizaciones en el mar, donde una extraña raza humanoide, con tentáculos en la cara y alas en la espalda había dirigido a colonias de muy diversas criaturas, vertebradas por sus hijos, también humanoides, mucho más pequeños pero con rasgos de pez. Otra civilización no parecía oriunda de la tierra, aunque si del sistema solar. Concretamente del noveno planeta (que esta raza incluía en una especie de cinturón de asteroides exterior)... solo que en el grabado no era noveno, sino décimo, y el cinturón de asteroides interior estaba ocupado por otro pequeño planeta rocoso parecido a Marte en tamaño... ¿Dónde estaría relatada la historia de su destrucción?

Esta última civilización era de unos seres con formas insectoides, que acostumbraban a mantener colonias mineras en grandes cadenas montañosas. Toda la zona de los Andes, las rocosas, buena parte de los sistemas montañosos de centroeuropa... aparecían realizando una práctica con todas las criaturas inteligentes que encontraban: conservaban sus cerebros vivos en una especie de gelatina y los introducían en un contenedor con dispositivos que permitían que el ser encerrado ahí se comunicara con sus captores. Tomaban así muestras de indivíduos y se las llevaban cómodamente a su planeta para ser estudiados.

Con estas y con otras razas, los constructores habían sostenido conflictos más o menos largos. Con los seres del mar aparecían luchando una y otra vez a lo largo de eras, en tanto que con los seres insectoides los conflictos eran más raros, pero mucho más mortíferos.

Como contexto, los casi abstractos adornos que rodeaban el tema central sugerían configuraciones estelares o mapas de la tierra para dar a cada paso un lugar temporal. Así mismo, otras indicaciones sugerían representaciones de moléculas, como hitos científicobiológicos. Sobre todo al principio, algunos de estos indicadores representaban fases de terraformación del planeta, al que los Antiguos habían dado la composición actual. Esto era así a expensas de otras visitas extraterrestres. Cada forma de vida había sido, originalmente, extraída de unas esferas que parecían ser factorías de especimenes primarios: al principio pequeños microorganismos que modificaran la atmósfera; luego todo tipo de vida acuática para, finalmente, conquistar la tierra firme con plantas duras y resistentes que complicaban su biología conforme las antiguas iban enriqueciendo la composición del suelo al morir y con criaturas animales de igualmente creciente complejidad y diversidad.

Si parte de las creaciones biológicas de los Antiguos eran exprofeso para terraformar, otras habían sido creadas con otros propósitos, pero por causa de alguna fuga se habían extendido por el planeta y, en tanto no habían molestado a sus creadores, se les había dejado prosperar y evolucionar sin tasa.

El perímetro de la sala era enorme. En un punto, ya cercano al de partida, el suelo mostraba un lugar donde la gruesa capa de polvo había sido retirada por algún tipo de fenómeno. El rastro, que acababa en una puerta muy similar a la de acceso, y de las cuales parecía haber cinco, había dejado al descubierto un enlosado hecho de mosáico. Representaba formas idealizadas de Antiguos en un extraño baile de figuras geométricas. Las diversas piedras de colores daban a los seres una apariencia abigarrada en una amplia gama de tonalidades: recordaban a algunos seres marinos que se comunicaban mediante cambios en los colores de su piel.

El rastro, una franja que unos siete metros de ancho, se perdía en dirección al centro de la estancia.

Tranquilo, Chester, iba diciendo Sutton por la tournee alrededor de la gran sala. Saldremos de esta. No podemos salir corriendo sin más. Mañana o pasado, a más tardar, nos iremos.

No creo que esto sea cosa de los alemanes, Menez, respondió Moore con sencillez a las palabras de la periodista. No sea absurda, mujer.

Vamonos de aqui, a que esperais, estamos en peligro. ES QUE NO LO VEIS. Acordaros del sargento Lumula y la puerta de la luna, a el tambien le sacaron el cerebro como en el grabado...

Sin dejar de gatear por el suelo, de espaldas al grupo intentando poner tierra de por medio y sin direccion especifica. Cada vez me acercaba mas al centro de la sala...

¡Oh, por todos los diablos! Quizás a ellos les llamaban Los Dementes, pero sin lugar a dudas que eran los más cuerdos de toda la expedición.

¿Mañana? ¿Pasado mañana? Pero por Dios, ¿se dan cuenta de que estamos en una sala que, como si fuera un tebeo, nos está explicando que estos marcianos jugaron a ser dioses en la Tierra? ¡Hemos visto la cara de Dios, y es un Carambolo! ¿Es que no lo entienden? ¡De aquí venimos todos! - dijo Chester abriendo los brazos y tratando de abarcar la gran sala.

Ni arcas de Noé, ni tonterías. Somos el resultado de un experimento hecho hace millones de años por unos melones con patas! ¡Y estamos en su maldita casa! ¿Saben? No se puede mirar a la cara de Dios sin recibir su justo castigo... y eso somos nosotros, chiquillos malcriados que nos hemos colado en la habitación de Papá y Mamá, y nos vamos a ganar una buena azotaina si nos pillan aquí. No sé ustedes, pero yo creo que ya he descubierto todo lo que quería saber. O más, incluso mucho más, diría yo.

Dicen que la curiosidad mató al gato, pero en aquel lugar, la curiosidad mata al gato, pero primero le corta el cerebro a rebanadas, después lo mete en una jarra y al final se lo lleva al Espacio.

Chester no entendía qué más querían aprender aquellos tipos: ¿lo que se sentía cuando hacían lonchas de tu cerebro?

Malditos tarados... y después dirán que el Demente soy yo.

- Justo se lo iba a decir.- Contestó Menez con tranquilidad al exaltado Picwell.- Es igualito a lo que me contaron y a las fotos del Sr. Field.- ¿Casualidad? Lo dudaba mucho. Después miró a Moore más interesada en rebatir lo que decía de los alemanes.- Piense lo que quiera Moore.. De todas formas, estoy de acuerdo con Sutton, no podemos irnos sin Nandan.- No fue un despiste, obvió deliberadamente a Starkweather Senior.- Quizá ese rastro nos lleve hasta ellos.- Había algo en el tono de la menuda mujer que no cuadraba. Hablaba como sin ganas. Todo el entusiasmo y efusividad que solía mostrar al exponer sus ideas y principios parecía esfumarse como el calor de un cuerpo expuesto a las inclemencias de helado viento antártico. No es que se hubiera vuelto majareta sino que su mente trabajaba sin descanso tratando de encontrar una explicación lógica a lo que habían descubierto. Algo a lo que poder aferrarse, un pilar lo suficientemente firme como para sostener los principios en los que se había basado su educación. Se retiró un poco del grupo a revisar sus cosas, lanzado furtivas miradas atrás. ¿Se estaría volviendo paranoica? Abrió la mochila sin cuidado desperdigando las cosas en el frío suelo hasta encontrar las botellas de oxígeno. Olfateó la boquilla y revisó de nuevo el contenido. El pobre Silkes había sufrido un ataque en el avión por culpa de ello y Menez empezaba a pensar que podían haberla drogado- ¿Dónde demonios estaba Hirsh?

- Timothy...- Se atrevió a llamar a Pooster por su nombre de pila.-...¿Puede ayudarme con una cosa?- Mientras esperaba, Aramiker comenzó a soltarse las correas del abrigo y a quitarse la ropa para dejar sus brazos al descubierto. Se miraba los brazos  concentrada en encontrar alguna marca, sobre todo en donde las azules venas eran más evidentes. Nada. Pero claro, no iba a encontrar nada. Trató de controlar la ansiedad que aumentaba en su interior y pensar en sus amplios conocimientos sobre el tema para saber como salir de aquella incómoda situación. Lo primero era aparentar tranquilidad.- Cuando pille a Rompehuevos...- Dijo sin ganas. 

Lo primero para despertar de un sueño o una hipnosis era ser consciente de ello y Menez comenzaba a serlo. Tratar de ver cosas que están pasando y que no es posible que pasen en la vida real, o cosas que simplemente no tienen sentido.  Eso había sido fácil. 

Lo segundo era tratar de hacer cosas que siempre una ha querido hacer, pues no habría consecuencias reales. El problema es que la mente era caprichosa y, tan rponto imaginaba cosas buenas como malas. Por un momento sintió pánico cuando se imaginó como Gedney enterrada en una tumba de carambolo de cinco puntas. Pero entonces volvió a la realidad inmediata, la que tenía frente a sus ojos, y pudo ver al siempre sereno Pooster. Se puso de puntillas y aferró su cabeza con sus manos tirando hacia abajo. Sin darle explicaciones le plantó un beso en todo los morros. un beso húmedo y juguetón, haciendo uso de la lengua.

- Si vamos a morir antes quería hacer esto.- Saboreó sus propios labios disfrutando del momento. Si era un sueño era muy real. Ahora que había satisfecho sus pulsiones sexuales cogió la pistola de bengalas dispuesta a darse el gustazo de convertir a Rompehuevos en una bengala humana.- Tenemos que encontrar a esos dos antes de irnos.

Lo tercero y realmente importante era tratar de localizar el punto en el que la realidad había pasado a ser fruto de su subconsciente, convenientemente manipulado. ¿Había sido el oxígeno adulterado en el avión y lo de los carambolos había sido real? ¿Había sido la última noche al meterse en la cama para dormir? ¿Había sido en la entrevista con Moore y Rompehuevos y el resto eran recuerdos introducidos hábilmente en su mente? ¿Había sido Hirch y sus drogas cuando estuvo en la enfermería? A pesar de lo que dijera Moore ella seguía sospechando de los alemanes. ¿No era alemán el hipnotizador de Heidelberg? Además era psiquiatra también. Desde que ellos llegaran todo había ido cuesta abajo. 

Para despertar conocía algunos trucos. Uno de ellos era intentar parpadear pues en los sueños no se hacía. Los demás pudieron ver cómo Menez parpadeaba y parpadeaba, al igual que si le hubiera metido una pequeña piedra en ambos ojos. Si eso no funcionaba quedaban otras opciones algo más violentas, pero aún no se atrevía a ponerlas en práctica.

Oh, vamos ya... - declaró la Whitston ante la exhibición de todos, pero sobre todo, como no, de Menez - No tenemos ninguna razón para pensar que vamos a morir aquí, de inmediato. Al menos, aún no hemos visto nada realmente vivo, ¿Verdad?. Vamos, hombres, ¿Quedarán para la historia como los cobardes que huyeron antes de que hubiera ninguna razón para hacerlo?. Estamos en la cuna del conocimiento, de la vida. Estoy con el Sr. Moore, debemos seguir investigando...

Además - pareció recordar de pronto - aún tenemos a nuestros compañeros perdidos...

¡Insensatos! ¿Es que no ven que tenemos la oportunidad de encontrar... ? ¡Menez! ¿Qué se cree que está haciendo? Menez se comenzaba a poner azul pocos segundos antes de despojarse de la ropa que le sobraba, y poco después de quitarse el oxígeno, todavía más azul, a causa de la falta de oxígeno. Para más calamidad, Pickwell salió en estampida, gateando, hacia el centro de la sala mientras balbucía cosas poco comprensibles.

¡Atrapen a ese loco! Entretanto, intentaba que Menez se volviera a vestir, mientras que ella, haciendo caso omiso, pegaba un morreo de alivio a Pooster, que parecía completamente estupefacto e incapaz de reaccionar.

¡Estúpidos! Puede que cada gramo de información que consigamos aquí sirva para nuestra supervivencia. ¡No, insensatos! ¡No me refiero a nuestra supervivencia como grupo! ¡La supervivencia de la especie! ¡Ayúdenme! ¡Atrapen a ese loco, les digo!

Tim se acerco raudo a su amiga querida para tratar de protegerla, poniendole el oxigeno y tapando sus desnudos brazos, que poco a poco se tornaban amoratados. Le subio la ropa y se dispuso a colocar el aire, para evitar males mayores.

Por dios, amiga, seerrenese, nadie dijo que fuera facil de asimilar, esto es demasiado para muchos, pero no para ti, preciosa, no para ti.Puedes con esto y con mucho mas. Niegalo si quieres, mas tarde lo razonare,mos y te ayudare, pero por favor, manten la calma.

Agarren a ese hombre, hemos de asentarle y serenar su espiritu y su alma, hablare con el y tratare de calmarle, pero no dejen que se vaya! rapido, cojanle!

Menez no se resistió. Se dejó hacer pues, aunque estaba segura de que todo iba bien, acaparar la atención y cuidados de Pooster-no, ya podía permitirse llamarle Timothy, Tim incluso después del intercambio de fluidos- era placentero. Con el oxígeno puesto y la ropa en su sitio- era curioso pues lo que ella hubiera imaginado tras un beso con Tim era justo lo contrario- se decidió a hacer feliz a su hombre cumpliendo sus deseos. - Vuelva aquí Sr. Picwell. Ya pasó todo, no se preocupe, está en buenas manos. En cuanto encontremos a esos dos volveremos a casa.- No sabía si era cierto pero poco a poco se encamino hacia el hombre dispuesta a atraparlo e inmovilizarlo si fuera necesario. Sentía que empezaba a tomar el control y nada podría detenerla.