Partida Rol por web

Creoi que hemos vivido algo que puede hacer palidecer al mas pintado, y no dudaria de que alguno de los expediciobnarios necesite algo de ayuda, la psique es fragil cuando se habla de cosas ultraterrenas.

Si alguien se encuentra mal, que nos lo comente y le ayudaremos, Tanto el doctor Hirsch como yo estamos para ello, no lo duden.

Tim agarraba fuertemente su zurron, sabedor de que habia tomado notas que podrian cambiar la concepcion de la humanidad por siempre.

¡Dominique!

¡Al fin una buena noticia! Chester se lanzó corriendo hacia Dominique para ayudarlo a llegar hasta el campamento. El piloto no tenía buen aspecto, pero el solo hecho de que hubiera logrado llegar hasta allí sin ayuda ya era una buena muestra de su tesón, coraje y valentía. Mucho más del que había mostrado él al no ir a buscarle...

Lo siento, Dom, lo siento mucho, pero sabía que no lograría dar contigo en el laberinto, es imposible orientarse allí dentro. Me alegro de que hayas podido salir, de veras que me alegro.

Chester sujetó al piloto y le ayudó a acercarse al campamento.

Dios mío, si apenas puede andar...

¿Difícil orientarse? Nandan daba saltitos de entusiasmo. ¡Pero si es muy fácil! ¡Está todo lleno de mapas de referencia! Bueno,  a veces señalan un camino para el que hace falta tener alas... ¡Pero está chupao!

¡Hola Dominique! ¿Te lo has pasado bien? Mi padre y yo hemos estado haciendo historia.

Sutton, con su acostumbrada flema, se había dedicado a comer, y a beber la eterna sopa grasienta de la que todos sentíais verdadera necesidad. Hacía falta mucho combustible para que el cuerpo generara calor.

Querida, modera tu entusiasmo, estaba diciendo a Menez. Lo vas a desgastar. Miraba sonriente las efusiones de la periodista sobre el psicólogo con gafas. Tomad algo, está todavía razonablemente caliente. Lo que no sabíais era porqué estaba montado fuera el hornillo, con el frío que hacía. Por cierto que olía a chamusquina. Y en la puerta del Enderby había churretes de hollín y marcas de humo.

¿Estás bien, Pickwell? Sutton no miraba hollines ni ventanas. Miraba cómo Dominique balbuceaba y temblaba de los pies a la cabeza. Apoyado sobre Chester, se había acercado al grupo. Dominique parecía muy afectado por algo.

Mover la ultima piedra termino por agotar mi energia, por suerte el final del tunel no estaba congelado y pude salir a gatas a traves de la nieve. Una vez fuera apenas podia ver, no estaba acostumbrado a la claridad del dia, o de la tarde, y fueron los sonidos del grupo los que me orientaron, sonidos..., de personas..., estoy vivo. 

Gracias a la ayuda de Chester consigo mantener una pose medianamente digna, veo que mueve la boca pero no consigo entender que dice, lo unico importante es llegar junto al avion salvador.

Todo es alegria, no lo entiendo, necesito refugiarme cuanto antes dentro de mi avion y es cuando llega a mis oidos los comentarios de Menez. Me paro, me quedo rigido, la miro fijamente con cara descompuesta y emito de forma gutural con un poco de siseo: TEKE-LILI... TEKE-LILI... 

Me suelto de Chester, entro en mi avion, me escondo en un rincon tapandome por completo con una manta, no me importa el frio, no quiero comer, no me hace falta compañia, solo quiero estar en el aire, cuanto mas alto mejor... Caigo en un profundo sueño.

Charlene dedicó una mirada de sincera admiración a Pickwell. Desde luego, era una verdadera hazaña haber llegado hasta allí el sólo, si bien estaba claro que le había pasado una dura factura. Sin embargo, se abstuvo de intervenir; prefirió delegar en Pooster y Hirsh.

Por su parte, había saludado con gélida indiferencia al líder de la expedición, transmitiendo bien a las claras con su actitud que poco le hubiera importado que se hubiera perdido él solito en aquella inmensidad ruinosa, dándole así un épico final a su ya imborrable historial de pifias. Más cercana se había mostrado con Nandan, como si le pareciera un milagro que hubiera sobrevivido a pesar de los "cuidados" de su progenitor. Menez también le parecía sin duda motivo de preocupación, pero tenía demasiado en qué pensar y ese asunto podía esperar.

Trató de centrarse en lo inmediato, instando a Moore (ignorando por completo a Starkweather) a tomar decisiones prácticas para iniciar el despegue lo antes posible. Al fin y al cabo, su misión estaba cumplida, argumentó con decisión.

¿Y ahora qué? La alegría que había sentido al ver salir a Dominique a la superficie se había evaporado con rapidez. Su mirada perdida, su expresión de horror... todo en su antiguo compañero apuntaba a que había vivido una situación que probablemente no podría olvidar en su vida.

Lo mejor sería dejarlo descansar; quizás después sería capaz de explicar lo que había visto. Pero algo estaba claro... y más valía que también lo estuviera para los demás.

Señoras, señores. Un momento de atención. Si han leído ustedes los papeles de Dyer, sabrán que este Tekeli-li es el canto de los Shogots, algo así como una masa de protoplasma burbujeante, con miles de ojos, que constantemente cambia de forma y se arrastra por el suelo. Señores, hace una semana si alguien me hubiera hablado así le hubiera mandado a la mierda - con perdón - pero ahora estoy convencido de que los Shogots existen, y que están muy cerca de aquí; quizás incluso más cerca de lo que creemos, ya que yo juraría que Dominique acaba de tener un encuentro con ellos. Propongo que nos refugiemos en los aviones y, como dice Charlene, emprendamos el vuelo hacia un lugar seguro. ¿Quizás hacia la torre-faro de la que hablábamos antes?

En realidad a Chester le daba igual donde ir, mientras fuera lejos. Pero la Torre-Faro quizás serviría de anzuelo para los más remolones.

Sinceramente, no deberíamos prolongar nuestra estancia aquí ni un minuto más de lo necesario. Miren en qué estado ha llegado Dom; tiene que haber visto algo realmente horrible... y no sé ustedes, pero yo ya he cumplido con el cupo de visiones horribles para toda una vida.

Bah. ¿Tienen miedo? ¡Ja! Deberían haber estado en Africa, durante la Gran Guerra. Eso era terrible. Todavía tenemos al menos veinticuatro horas aquí, y debemos aprovecharlas al máximo. El que tenga miedo, que se quede en el avión.

- Es que estoy liberada.- Contestó al flemático Sutton. - Bueno, lo primero es lo primero. - La pequeña Menez fué a por su ración de reconstituyente sopa, sus ojos curiosos observando el humo del avión.- ¿Qué le ha pasado al Enderby?

- Eso, eso es Sr. Picwell, usted lo ha leído, no me defrauda nunca.- Dijo cuando el piloto contestó a su imitación de los supuestos Shogoths pero de una manera mucho más acertada. Después se escabulló al interior del avión.- ¿Qué diablos le pasa? Tim quizá deberían ir a ver. Si tanto miedo tiene podríamos dejarlo todo preparadito en caso de que tuviéramos que salir pitando. Ahora ya tenemos a los dos pilotos. Y nada de separarnos de nuevo, nos tiramos horas interminables ahí fuera buscándoles, Sr. Starkweather, aunque descubrimos cosas  muy interesantes de camino. ¿Qué cosas han encontrado ustedes dos, padre e hijo?

Lo que había en el saco de cuero que portaba Starkweather eran testigos de expolios que tantas y tantas veces habían hecho turistas de todas las épocas en tantas y tantas ruinas de polvorienta dignidad. Se le podía imaginar con meridiana claridad meando en una esquina cualquiera y escribiendo en las paredes "James estuvo aquí".

Estrellas de mar, por supuesto, de las más corrientes. Muchos trozos de mural arrancados de su lugar... en uno de ellos se podía ver una de esas bolas que acompañaban a los Carambolos por todas partes, pero mientras a una mitad le brotaban pseudópodos que, terminando en diversos órganos, atendían de diversas maneras a sus amos, al otro hemisferio se le veía destrozando a sus amos de muy diversas maneras. Esta segunda mitad estaba llena de escrecencias en plena formación, y su perfil no era regular ni comedido: bocas con masas informes de colmillos y espinas, ojos a medio hacer, garras deformes, tentáculos venenosos, gases que deshacían con fantasía delirante otros organismos y, en general, un ansia asesina donde en el otro lado había afable servidumbre.

Muchos cristalitos (que podían representar una fortuna en gemas, o no) "habían salido" en palabras del capitán, "de una bóveda que representaba de manera infiel el cielo estrellado". Si que eran torpes, estos bichos, acabó vuestro carismático lider. Mira que no saber dónde están puestas las estrellas.

Un acceso de tos de Nandan casi interrumpió la declaración sobre cuán torpes astrónomos eran los Carambolos. Pero se contuvo de corregirle.

Claro, papá, dijo orgulloso a pesar de todo.

Debemos permanecer aquí mientras nos dure el oxígeno. La información que podamos extraer de este lugar podría ser importantísima. Vital. A partir de ahora queda prohibido que nos separemos. Todos nos dejaremos guiar por el joven Nandan, que no por nada es nuestro topógrafo, ¿ha quedado claro? Es difícil que él se pierda por aquí, lo lleva en la sangre, por así decirlo. Todos llevaremos nuestras armas a punto para ser utilizadas en caso de emergencia y procuraremos no acercarnos a los niveles inferiores. Descansaremos unas horas y volveremos a la tarea. Hirsch, atienda a los que lo necesiten: una buena dosis de tranquilizantes por si tienen problemas para dormir.

Sabemos que no estamos solos, pero podemos defendernos, si se da el caso.

El pequeñajo parecía algo así como un Napoleón semita, con sus lentes asomando por entre la capucha.

¿Hipnosis, Menez? Había estado distraído. Muchas cosas, por supuesto. Es posible sugestionar hasta niveles asombrosos a otra persona mediante esa técnica. Pero es mucho más lo que no sabemos, por desgracia. En todo caso, se ha comprobado que jamás se le podrá obligar a hacer algo que no desee... a menos que en la sugestión se incluya el engaño: podrían convencerle de que una pistola es de mentira, y de que apretara el gatillo en dirección a un amigo, como si se tratara de una broma, ¿comprende?

Hirsch estaba ya administrando una buena dosis de anticonvulsivos a Pickwell, aparte de otros tranquilizantes. Entendido, profesor Moore. Pero él mismo no parecía muy tranquilo. Miraba en dirección opuesta a las montañas cuando creía que no le veía nadie y farfullaba algunas palabras de manera obsesiva.

El faro. El faro.

El avión ha estado a punto de salir ardiendo. Es por el oxígeno. Cuando el aire se satura, hasta la más mínima llama provoca reacciones exageradas. Me temo que hemos perdido un par de asientos en un incendio accidental, y que todo está lleno de hollín, pero se ha conseguido salvar el cuadro de mandos y creemos que podrá despegar. Hay que rehacer el habitáculo para que podamos ponernos los cinturones y viajar en condiciones de seguridad, pero la suerte nos acompañó y no hay nada más grave que eso.

Lo que ocurre es que ahora no tenemos cómo calefactar el avión sin poner en marcha los motores, porque con el keroseno se producirán llamas demasiado peligrosas. Es un problema muy serio. Estoy intentando confeccionar tiendas de oxígeno, para aislar el entorno del que tenga una bombona en funcionamiento, y así poder calentar a su alrededor sin peligro, con los hornillos de keroseno. Pero me hace falta más material. Si hubiera pingüinos cerca, o focas, con sus pieles podríamos hacer algo. Si se les ocurre alguna idea...

Había sido un craso error prescindir de las tiendas de oxígeno. Parecía claro ahora que servían para aislar el entorno saturado de ese gas vital de cualquier fuente de combustión que las hiciera demasiado peligrosas.

Ha sido una putada como no hay dos, maldita sea mi estampa. Estamos trabajando en ello. Quizá con hielo podamos hacer un iglú con doble cobertura. ¿Cómo lo véis? Si nos quedamos dormidos sin calefacción, dice aquí Sykes que podríamos no despertar. Como puñeteros cubitos de hielo, vamos. Me cago en todo lo que se menea. ¡Ideas, necesitamos! Y no Chogós de esos que decís, que ya os vale con el tembleque, joder.

Oh, Aramiker, querida, te has sumado a la nueva ola. Jamás habría pensado eso de ti. Pero se notaba el humor en sus chispeantes ojos cuando lo dijo.

Sutton alzó las cejas sorprendido cuando Sikes habló de focas y pingüinos. ¿Focas? ¿Pingüinos? ¿Aquí? Queda más sopa, y chocolate, por si alguien lo desea. Necesitaremos calorías, me temo. Hizo el ademán de darse aire con la mano enguantada, como si tuviera un sofoco.

¿24 horas más, en estas condiciones? - repuso Charlene, estirando su indignación cuan larga era para imponer su voz - Terminaremos muriendo por un rato más de recolectar souvenirs, Sr. Starkweather...?. ¿Y usted, Moore, siempre tan juicioso, se atreve a apoyarle. Más está bien, ya que nada puedo hacer para que cambien de opinión, trataremos de aguantar, quizá llegar a ese faro si no hay más remedio - su enfado era manifiesto - Eso sí, tengan por seguro que les haré responsables personalmente a los dos de cualquier daño que los aquí presentes puedan sufrir, y no les perdonaré nunca.

Quizá usando el cuero de los asientos de los aviones pudiera hacerse ese arreglo tan necesario, ¿No cree, Miles? - añadió, malhumorada pero práctica, dando la espalda ostensiblemente a los dos líderes - Podría haber suficiente si se utiliza con cuidado y creo que podremos aguantar un viaje de regreso algo más incómodo a cambio de no congelarnos... 

Yo solo digo que si ha visto Shogots nuestro compañero, y nosotros hemos visto moverse una mole en la distancia, seria bueno poner tierra de por medio y poder seguir vivos, yo ya he conocido en persona a esos seres y he visto su poder.

Timothy se muestra de verdad preocupado.

Son temibles, se lo llevo avisando mucho tiempo y no me escuchan.

Salgamos rapido de esta zona y aseguremos nuestras vidas,¿ no han visto ustedes ya demasiado para poder creer que lo que les digo es cierto? Se lo ruego una vez mas. parece que la unica persona racional, ademas de Menez es la señorita Whitston.

Menez miró a Sutton ojiplática y no por sus chanzas.

- ¿Pero es que no se ha leído el escrito de Dyer?- Le inquirió levantando una ceja acusadora.- Claro que hay pingüinos aquí. Enoooooormes, de pelo blanco porque son albinos, y ciegos acostumbrados a vivir en la oscuridad de estos túneles.- Señalaba a las profundidades de donde ellos habían salido.- Si tan sólo tuviéramos entre nosotros a un valiente cazador...- Dijo bien alto para que Starkweather escuchara.-...y no a un "valiente" expoliador.- Le dio dos golpecitos con el codo a Sutton a la par que le susurraba la última frase tapándose la boca con el reverso de la mano. Volvió a retomar su actuación.- ¡¡Ojalá hubiese venido la Srta. Oconnel!! Con ella aquí esas piezas estarían aseguradas y con ello nuestra supervivencia.

El caso es que, para pasar el tiempo, Menez se dispuso a ayudar al siempre gruñón Miles.

- Trajimos varios de esos inventos alemanes.- Dijo con un tono de desprecio en su voz.- Nunca fueron  muy imaginativos esos cabezas cuadradas, pero veamos qué tal sirven para hacer el iglú. Luego podremos esperar todos juntitos, dándonos calor humano.- Ella se apostaría junto  a su Tim y, al menos, pasarían un agradable momento.- Y si en lo que esperamos vienen los Shoggoths,y son tan grandes como dice mi buen amigo, que nos pillen a todos juntitos para acabar rápido con el asunto, jaja.- Mientras ayudaba a Miles se giraba de vez en cuando hacia Sykes.- ¿Cuánto tiempo podemos tener los motores de los aviones encendidos y que nos quede combustible para volver?