Partida Rol por web

Te parece claro que lo que hay representado en el grabado que has encontrado junto a Sutton, el sistema original del que partieron, era un sistema moribundo. Si las escalas relativas son más o menos correctas, un sol con ese tamaño debería estar a punto de convertirse en una gigante roja y, por tanto, devorar el sistema planetario que la acompañara.

Perdidos.

Tras convencer a Charlene de que había que dejarse de investigaciones, retrocedisteis al pasillo por el que habíais entrado a esa especie de silo y vagásteis por varios sistemas de salas octogonales y pentagonales que sospechábais que debían formar entre ellas algún tipo de estructura, para salir, finalmente a un área inmensa, abierta, coronada por enormes cúpulas de piedra y nervaduras de ese extraño marfil. Ahí el suelo era un caos. Tiempo ha la edificación debía haber tenido al menos otra planta, si no más, y ahora gran parte de los muros y las vigas estaban amontonados en laberínticos esquemas pétreos. Tras la elegante y delicada estructura de marfil, que perduraba aun desafiando el tiempo, se podía ver el cielo de la Antártida. Aquí el viento soplaba produciendo lamentos y ecos más pronunciados que en cualquier otro lugar, y este sonido proveniente de la ruina tenía de fondo el organizado y enloquecedor acorde de silbidos de las Montañas de la Locura.

El cielo entrevisto a parches era de un delicado color morado.

Rebotando por entre las oquedades volvisteis a escuchar la voz de Nandan, que no dejaba de parlotear. Corristeis en la dirección que pensabais que era correcta para penetrar una vez más en una fortaleza de gruesos muros, que os recordaba las construcciones militares del siglo XIX. Una vez más se hizo el silencio. En una encrucijada de caminos, un cruce en que convergían cinco pasillos de diferentes formas, sobre un suelo hecho de mosaico de muy diversas piedras que representaba motivos geométricos derivados del número cinco, comenzasteis a discutir sobre en qué dirección había que ir para llegar a los dos exploradores "perdidos".

Perdidos. La carrera os había hecho olvidar marcar todas las encrucijadas. ¿Marcarlas? Bien complicado habría sido hacerlo en los cementerios líticos por los que habíais derivado. Había la posibilidad de retroceder, desde luego, pero la discusión se hizo amarga mientras llegabais por separado al convencimiento de que con las prisas habíais perdido dos o más eslabones de vuestra cadena de señales.

Las paredes estaban, cómo no, cuajadas de grabados en un excelente estado de conservación. Dentro de esta fortaleza el estilo era muy diferente al del pozo y zonas aledañas. No tan recargado, elegante, de un realismo equilibrado y, en su tratamiento de las perspectivas, muy perturbador. Los seres entrevistos durante la breve carrera por los pasillos parecían contar su eterna historia en un moderno formato de tebeo sin añadidos ornamentales ni frisos o medallones que, deseando comunicar más, embrollaran la interpretación de la obra.

Te digo que tienen que estar por ahí. Señalaba cada vez más enfadada un pasillo de sección cuadrada, oscuro, mientras que tú habías optado por otro, de igual sección, pero en cuyo fondo se podían ver luces extrañamente coloreadas.

¿Quién tendría razón, si la tenía alguno?

Menez alucinaba con todo lo que estaban encontrando y el puzzle que suponía desentrañar el complejo sistema numérico era un reto para la mente que la entretenía sobremanera.

- Parece mentira que hablemos como si tal cosa de viajes interestelares jeje. ¿Se dan cuenta?- Se sentó haciendo crujir las espesas ropas para no marearse. Cuanto más veía más equivocada le parecía la decisión tomada por Dyer y Danfoth. Haber ocultado todo eso al mundo le había hecho perder a la humanidad un valioso tiempo.

Cuando Picwell encontró la placa en un lugar menos accesible Menez estudió lo que ahí se decía formandohipótesis en su mente.

- Parece que el paso de intervalos tan grandes de tiempo, inimaginables para los humanos, les debieron pasar factura a ellos.  Puede que ya poco a poco fueran perdiendo sus capacidades originales, sus raíces culturales hasta ser incapaces de "pegar el salto".- Así se lo imaginaba Menez. A los carambolos pegando saltos de un planeta a otro como pulgas de perro a perro.- ¿Qué podría ser esa "droga" que tomaban para viajar? Seguro que se atiborraban a fósforos jiji.- Era divertido imaginarse a los extraños carambolos, con sus tentáculos, su alas, su capacidad de adaptación, comiendo cerillas como si fueran galletas.

Moore inclinó la cabeza de modo apreciativo.

Es una hipótesis plausible. Era difícil que el profesor afirmara o negara algo rotundamente, a no ser que estuviera apoyado suficientemente por datos. Pero sabemos poco. Muy poco.

Necesitamos tener una visión general. Por lo que realmente sabemos, estos grabados pudieran ser historias de ciencia ficción inventadas para niños, tan alejadas de sus verdaderas creencias como el cuento de Caperucita Roja para nosotros. Que los datos astronómicos y geológicos coincidan solamente indican que veían las estrellas y que tenían su propia teoría de la deriva continental, o como la llame usted, profesor Moore.

Lo único que realmente me hace pensar que pudiera tener visos de verdad y no de mito lo que se narra es el estilo tan llano y directo que emplean. Solamente esa costumbre podría explicar que sus conocimientos se pudieran mantener incólumes a los desastres sobrevenidos a lo largo de su historia. ¿Cómo habrán sobrevivido a lo que fuera que provocara la extinción de los dinosaurios, por ejemplo?

Solamente la perspectiva de un trabajo así parecía estar dando a Sutton las alas que le habían faltado desde que salisteis de Nueva York. Parecía estar esforzándose seriamente por primera vez en sacar algo de sus conocimientos de arqueología. Algo que puede que antes solamente le sirviera para conocer a jóvenes alumnas ahora parecía sacar lustre de sus ojos. Se frotaba pensativo una herida por cicatrizar que tenía bajo unas vendas, en la frente. Una de esas heridas que estaban en la fase de producir picor cuando se curaban.

Necesitamos una visión general. Si en verdad aquí hay una historia que abarca millones de años, hay que confeccionar un índice. Resumamos lo que sabemos de verdad. Doctor Moore, usted dijo que estas montañas no tenían más de 60 o 70 millones de años. ¿Cierto? Son muy jóvenes, por eso son tan altas. La creación de las montañas: ¿fué deliberada? ¿fue accidental? ¿Pudo suponer una catástrofe? Moore, ¿en qué época intentaron estos seres ese viaje espacial que resultó fallido? ¿Coincide? Vaya a ver esa placa y mire los continentes. Calcule.

La creación de estas montañas debería ser un capítulo de nuestro índice. La venida a la tierra, el capítulo primero. La partida de su planeta de origen el prólogo. La extinción de los dinosaurios... quién sabe cuántos más. Veamos, Menez, tú que tienes habilidad literaria, querida mía. Su sonrisa traviesa volvía a ser la misma: ¡por fin! Pon un poco de orden en esto. Se un amor y escribe.

Moore se encogió de hombros. Lo único que se de esas montañas es que fueron talladas. No creo que fueran capaces de hacerlas ellos mismos. Tallarlas si, excelencia. No había asomo de ironía en el tratamiento. Es que Moore era así, muy correcto en el trato. Seguro que, tras su formación, de la ciudad que pudiera haber antes quedó poco, muy poco. Unas montañas así... bueno, piensen en los terremotos. Reflexionó. Había estado tomando notas donde Pickwell encontró esa placa, en lo alto de la rampa en espiral. En este mapa que he representado aquí, las dos cadenas montañosas forman algo así como el dibujo de un ojo. ¿Ven? La placa antártica dicen que es... más o menos... así. No veo la relación entre la forma de la placa, cómo se supone que las otras placas la presionan y la forma del pliegue que suponen esas dos cordilleras. Dyer menciona esa segunda cordillera en sus notas, ¿saben?

En cuanto a si coincide la época de la creación de las montañas con la del intento de migración... bien podría ser. Por lo pronto, Sutton, están representadas juntas en el mismo sitio ¿verdad? ¿Han visto el símbolo?

-Que susto Sutton. Pensé que iba a pedirme que le hiciera un café.-Bromeó la mujer acostumbrada al machismo instaurado a sus anchas en la sociedad. Cuan diferente sería si todo el mundo pudiera ser conscientes de la insignificancia de los humanos, machos y hembras por igual.- Pero escribir sí. Vaya despacio que con este frío es una jodienda. Ah,por cierto, me alegro de tenerle de vuelta.

Si me lo permiten me gustaria añadir lo siguiente: En el grabado se aprecia el planeta de origen de estos seres y un sol, que por el tamaño y si las escalas son correctas, con ese tamaño debería estar a punto de convertirse en una gigante roja y, por tanto, devorar el sistema planetario que la acompaña.

La conclusion a la que llego es que no estaban explorando nuevos mundos, estaban tratando de sobrevivir en otros planetas.

Deberiamos intentar centrarnos mas en que les paso o donde podrian estar antes que en su historia, les recuerdo que hay alguno "vivo" que se escapo de la anterior expedicion y la lio parda. Perfectamente podrian estar por aqui, recuerden que no hemos sido muy silenciosos hasta ahora...

Había varias cosas en este mundo que asustaban a Chester, y al menos dos de ellas coincidían en aquella situación: una era el saberse perdido en un laberinto helado, y la otra era la cólera de una mujer enfadada.

Chester se pellizcó el puente de la nariz, intentando encontrar algún sentido en aquella fortaleza de extraña geometría, y fallando en el intento. Al final, soltó un suspiro y optó por rendirse.

Esta bien, lo que tú digas. Vayamos por donde tú dices.

Chester seguía pensando que el pasillo de las luces al fondo era la dirección correcta, pero esperaba que al estar oscuro el pasillo que decía Charlene, pronto lo encontrarían bloqueado y tendrían que dar media vuelta.

Resignado, sacó de nuevo la tiza y marcó el pasillo que estaban tomando. No estaba muy seguro de si aún serviría para algo marcar la ruta... pero más valía marcar y no usarlo, que no marcar y echarlas en falta.

Vamos, pues. La Oscuridad nos espera - concluyó, con una nota de tristeza en su voz.

Menez escuchó al piloto de los Dementes con atención.

- No me parece una mala hipótesis. está claro que la resistencia y adaptabilidad de los Carambolos no tiene parangón en nada que conozcamos. Para ellos nuestras cortas vidas deben parecerles tan efímeras como un abrir y cerrar de ojos para nosotros.- Menez se acercó al símbolo que mencionaba more para estudiarlo detenidamente pro si pudiera reconocerlo.

El símbolo es un ideograma intrincado y sutil que te llena de inquietud, no sabes muy bien porqué. Y eso a pesar de que tiene varios golpes hechos con un objeto aguzado, como en un torpe intento de vengarse de... no sabes muy bien. Si que te parece claro que esos golpes no son recientes. Más de mil años, vaya.

Charlene tragó saliva. Ahora que habías cedido parecía dudar de su propia opinión, pero se mantuvo en sus trece, así que marcasteis el lugar por donde habíais venido y os adentrasteis en el corredor oscuro.

El corredor bajaba poco a poco. Tenía pocas tallas y las que tenía, parecían meras decoraciones sin más sentido que el ornamental. No había rupturas del pavimento, paredes o techo y muy pocos escombros. El edificio en el que estabais parecía más íntegro que el resto y, a pesar de todo, teníais el pálpito de que era más, mucho más antiguo. Desembocaba, tras un prolongado descenso, en una enorme sala: la pared por la que accedisteis estaba tallada con elegancia suprema. Se observaba que, a pesar de que las proporciones y las medidas os eran extrañas (como fotógrafo Chester no había encontrado relaciones de sección áurea por ningún lado), no había manías o excesos por parte de los creadores, no un exceso de espacios vacíos, ni un exceso de tallas por doquier, como en otros lados, donde estaba aprovechado hasta el más mínimo rincón, no una estilización artística, sino una serenidad patente en las composiciones que palpitaba en las medidas de las columnas, en los medallones rodeados de filigranas de escritura puntuada formando figuras claras y concisas, en las imágenes representadas en huecograbado.

No se veían otras paredes aparte. Al daros la vuelta visteis que habíais accedido por un portal grande, cuadrado, con un friso semicircular adornado con una estrella de cinco puntas y con molduras complicadas en las que se combinaba la escritura con las formas.

No se veía el techo, aunque de las columnas que lo sustentaban alcanzábais a adivinar dos, muchos metros por delante de la puerta. Las luces de las linternas descubrían de nuevo pocos cascotes en el suelo, y mucho polvo. No se veía el pavimento.

Tras conseguir permanecer un momento sin hacer ruido alguno, escuchando, tienes la seguridad de que la sala es enorme, por los ecos, puede que más grande que un campo de futbol o un gran auditorio. El viento es muy suave, y algo más cálido que en anteriores etapas. No crees que haya ni un alma en mucho terreno a la redonda.

No creíais poder averiguar muchas más cosas. Habíais recabado muchos datos que, a la vista de más información, podían dar sus frutos, pero los descubrimientos parecían acabar aquí hasta que nuevos descubrimientos os hicieran caer del guindo de tantos y tan variados enigmas. Había toneladas de información a vuestro alrededor, por supuesto, pero encriptada por las circunstancias, por el desconocimiento de las cosas más básicas. Daba rabia saber que la raza constructora y viajera había procurado mantener la claridad de sus exposiciones en todo momento y que no os servía de mucho.

Reconocisteis muchas plantas y muchos animales, por supuesto. Otros parecían raros. Reconocisteis el cielo estrellado de la Antártida sobre la plaza en varios grabados nocturnos, aunque con variaciones en las posiciones y el brillo de algunas estrellas, lo que no era raro dados los enormes lapsos de tiempo transcurridos.

La última nota de importancia la descubrió Pooster: en muchas escenas los antiguos aparecían acompañados de unas curiosas esferas. Eran tersas, pero se achataban en contacto con el suelo, lo que denotaba que no eran del todo rígidas. Parecían seguir en sus movimientos a aquellos que aparecían representados caminando o nadando bajo el agua, aunque no visteis ninguna volar. Tenían muy variados tamaños y, a veces, de una de esas esferas surgía un zarcillo con el que colaboraba en lo que fuera que estaba haciendo el acompañante de la raza de los constructores de cabeza estrellada. En ocasiones se podía ver que esas esferas tenían uno o dos ojos, en otras estaban recubiertas de algún tipo de piel, escamosa, peluda o con plumas. Eran unas esferas muy extrañas y abundaban en todas las representaciones donde se realizaban trabajos o actividades físicas aportando fuerza bruta en algunos de los casos: levantando con un apéndice pulposo una columna, o soportando el peso de algún tipo de impedimenta mediante la formación de una oquedad en la parte superior.

Y no se sabía nada de Charlene y Chester. Pasaba muy de largo la hora desde que se habían ido. La luz de la Antártida iba cambiando de color paulatinamente con el paso del tiempo. Parasteis un rato a comer, gracias al hornillo que traía Moore en su mochila: ahí, al reparo de las columnas, calentasteis algunos cubitos de sopa congelada y tras beber, ablandasteis algunas tabletas de chocolate.

¿Saben qué sería lo ideal?: encontrar una guardería, o algún lugar dedicado a los más jóvenes. Necesitamos adquirir los conocimientos básicos y puede que estén escritos en sus paredes.

Moore no parecía inquieto por la desaparición de cuatro de vuestros compañeros. Parecía tan superado por las emociones que, simplemente, se dedicaba a estudiar lo que veía. Ya había llenado medio cuadernillo con notas y dibujos.

No es por ser gafe ni nada por el estilo, pero lo que seria ideal es que nos volvieramos a juntar todos. De verdad nadie hecha en falta a nuestros compañeros perdidos...

Voy a avanzar unos 100 metros a ver si al menos Chester se acordo de ponernos marcas para poder seguirle.

Ahora vuelvo

Creo que seria mejor que fueramos en binomios de minimo, mejor todos juntos, la verdad: Hace mas de 70 minutos que no sabemos nada de los compañeros, solo espero que no hayan tenido ninguna mal experiencia, se de lo que les hablo. Esperemos que esten bien.

Tim miraba de nuevo a Menez, cada vez mas anonadado de su claridad mental y sus miras, que no eran cerradas como las de los demas. Pareceia haber encontrado a una amiga con quien poder compartir sus experiencias y sabiduria. En sus ojos se mezclaba admiracion y ternura.

Si no te importa, me sentare contigo unos minutos, amiga, me reconforta tu presencia. Es la verdad.

Halagada porque Pooster quisiese estar a su lado, Menez negó con la cabeza cuando Picwell decidió avanzar en busca de los compañeros que habían partido hace ya un buen rato.

- Estoy de acuerdo con Pooster.  Si hay que ir a buscarles vayamos todos.- La idea de ir esperando allí sentada a que volvieran otros dos, y así sucesivamente, no se le antojaba agradable.- Esto no puede seguir así Sr. Moore. Starkweather ponen en peligro a todos . Esta será la última vez que vaya en su busca como si fuera su madre, se lo juro como que me llamo Aramiker Menez. Si volvemos con ellos tendrá usted que hablar con él, y si no, lo haremos nosotros.- La rechoncha mujer se cruzó de brazos con cara de pocos amigos.