Partida Rol por web

Más vale una buena espada que un mal destierro (II)

II. La Primavera

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13/03/2015, 16:49
Sancho de Landarria

Valiente sois, don Diego, decidme... -el barón, con la cara ensangrentada, caminó hacia el de Zúñiga, y sacó una espada del cuerpo de uno de sus soldados muertos-.

A su vez, oíais griterío como dentro del castillo.

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13/03/2015, 16:53
Director

Tras conversar en el adarve, sobre la almena en la que presenciástes la masacre en la que el Barón y sus aliados consiguiern defender el embiste del castillo, observásteis que casi todo el plantel de criados y algunos soldados y vigías que aún quedaban en la fortaleza de don Sancho correteaban por debajo de vuestros pies, en la plaza de armas. Carreras se sucedían, gritos por doquier, un retumbar de pasos, de jaleo, un conjunto de relinches y tras ello unos dientes de fuego que asomaban por la mualla oeste del castillo, como si una decena o más de antorchas se elevara tras esa parte del muro.

Vísteis ambos que algo malo sucedía, que los de abajo intranquilos estaban y pronto una escala se escucho, y luego otra, y más tarde una tercera. Los dientes de fuego se elevaron y comenzaron a saltar hombres las almenas a través de las escalas, irrumpiendo en el adarve de enfrente... ¡¡Estaban asaltando el castillo por el otro lado...!!

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13/03/2015, 19:06
Diego de Zúñiga

Agradecí con la testa el halago que dedicábame el Barón.

- Gracias, mi señor. - díxele - Mas permitidme que fable sin demora, pues antes de entrar en batalla, parescióme ver a un grupo de omnes que andaba rodeando el castillo. Et que habiendo sido tan clara aquesta nuestra victoria, témome que pueda non haber sido aquesto sinon engaño, treta para aquí traervos con vuestros soldados mientras ellos dispónense a asaltar por otra parte.

Et mientras daba parte de todo aquesto, señalé con el dedo el lugar por el que habíame parescido ver ir a tales soldados.

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17/03/2015, 08:28
Euxeo De Navallo (CI).

- ¡Rápido, marchémonos de aquí, antes de que aquellos homes nos vean! - digole a la joven Malena, tras la aparición de los invasores. - Ojalá tuvieramos forma de poder avisar al Barón. -

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17/03/2015, 08:46
Ladia De Taramundi.
Sólo para el director

Notas de juego

Master, una pregunta, antes de narrar las acciones de Ladia. Ella, y los soldados que transportan a Natxo, ¿han comenzado a andar ya hacia el castillo?, ¿han llegado ya a las puertas de éste?...

¡Un saludo!

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17/03/2015, 10:24
Director

Notas de juego

A tu respuesta, Ladia, aún no (están en esos momentos en que se van a poner a hacerlo).

Narrad un último post de escena, que quiero narrar lo que ocurre y abrir la última de la partida.

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18/03/2015, 14:20
Malena Bestregui

Extrañada por las repentinas palabras de Euxeo, miré en derredor buscando a los omnes de los que fablaba aqueste...

- ¿Qué decides, Euxeo? No veo omne alguno... - miraba yo aturdida sin comprender.

Mas, en viendo la urgencia que paresciera acuciar al pastor, paresciome que mejor sería seguirle, aunque no viere yo la razón.

Notas de juego

Sigo a Euxeo.

Creo que el post que puse con Diego va bien para el cierre de escena, si hace falta añado algo más.

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20/03/2015, 11:22
Malena Bestregui

Fue entonces que dime cuenta de todos aquellos omnes que entraba en el castillo por donde no era menester, habiendo engañado al Barón.

- ¡Corramos Euxeo! - gritele, aunque ya supiéralo el pastor - Al encuentro de mi señor y los demás caballeros.

Notas de juego

Qué mala vista tiene la pobre Malena :P.

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23/03/2015, 11:26
Ladia De Taramundi.

Tras terminar de supervisar que Don Natxo sea transportado de la forma correcta por los soldados, con el fin de evitar que el estado de salud del caballero empeore, comienzo a caminar, junto a ellos, hacia el castillo.

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23/03/2015, 11:34
Euxeo De Navallo (CI).

Comienzo a correr, detrás de Malena, todo la rápido que me permiten mis pies, con la esperanza de que ambos pasemos inadvertidos para los asaltantes del castillo, y así podamos llegar hasta el lugar en el que se encuentran el Barón y Don Diego.

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24/03/2015, 18:56
Koldo de Aingeru

Se dio la vuelta al escuchar el jaleo y miró con gesto inquisitivo a su señor como pidiendo permiso para echar a correr hacia el lugar del griterío y averiguar lo que ocurría.

Bien podía ser que en realidad hubiese sido una maniobra de distracción para atacar impunemente el castillo por otra zona.

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25/03/2015, 12:10
Director

¡¡¡ B O O M !!!

¡¡¡ B O O M !!!

¡¡¡ B O O M !!!

Aquellos terribles golpes comenzaron a sonar mientras el caballero Koldo, don Sancho, Ladia y el resto de soldados victoriosos regresaban al castillo, cuesta arriba. ¿Qué sería aquello? Sin duda que no parecía sino un ariete golpeando alguna parte trasera del castillo. A la vuelta del mismo, y en habiendo pasado ya tantos meses al servicio del barón de Landarria, sabíais que había una pequeña puerta trasera, como medio tapiada, en su parte noroeste. Alli debian estar golpeando.

Et que las puertas del castillo abriéronlas, y la pequeña mesnada victoriosa entró en la fortaleza. Rápidamente del adarve bajaron dos figuras, un hombre y una mujer (Malena y Euxeo), y todos ellos, ya reunidos, vieron el asalto con las escalas y antorchas sucediéndose. Cual hormigas saltando sobre migas de pan iban aquellos tipos descendiendo y luchando contra los pocos soldados de don Sancho que iban saliéndoles al paso, guerreando tanto en la propia muralla como en el patio de armas. Sancho, Koldo y el propio Diego cargaron con sus caballos, haciendo un barrido espectacular a los primeros que lograban adentrarse en la casa de vuestro nuevo señor.

Aquel ataque en la entrada del castillo no había sido sino lo que algunos sospechábais: un señuelo para extraer el grueso de efectivos fuera de las murallas.

Ladia, Euxeo y Malena fueron a socorrer al caballero Natxo, y viéronlo estos dos últimos que parecía ya como muerto. Tras saber de su inconsciencia, los llevaron a las cuadras (que estaba en la zona contraria del propio asalto, et allí resguardarlo entre las pajas.

El primer asalto fue poco entusiaste, y un barrido final de ballestas y arcos de la guarnición de Sancho rechazó facilmente el lance. Algunos de aquellos tipos quedaron tendidos en el patio de armas, otros cayeron muralla afuera... La siguiente embestida fue más metódica, con un par de escalas mas: cubiertos por expertos tiradores, dichas nuevas escalas fueron colocadas en los muros adyacentes a la puerta (que había sido cerrada). Con ello ganaron cierta sorpresa. Otro reguero de agresores se colaron ipso facto. Tras un violento combate en el que se sufrieron más pérdidas, los infames lograron apoderarse del sector de la muralla de la puerta, logrando abrirla. Por ella acometieron a caballo más hombres de capa negra... ¡¡el castillo estaba casi tomado!!

Los pocos defensores de don Sancho intentaban reconquistar la puerta, pero quedaron separados de su señor et Robert et Diego, y finalmente acabaron por matarlos. El ariete rompió la media tapia, y por ella entró otra fila de atacantes...

Las cuadras no eran lugar propicio y el último reducto de hombres (el de Landarria et los acabado mencionados junto con otros seis soldados) sacaron al caballero Natxo, Ladia, Euxeo y Malena de allí, escoltándolos y haciéndolos subir a la torre-cuartel*, junto a la herrería. Si había que morir, no dejarían de darles éstos fiera espada por contra...

El combate entoces, se tornó en el patio de armas en pura rutina. Aquel pequeño ejército se dedicó a asaltar todas las estancias posibles, matando criados y reduciendo los últimos defensores aislados por la fortaleza. Algunos rendíanse, algunos eran acuchillados ya siendo en rodillas, pidiendo por la suya vida. Sancho, atrincherado con todos vosotros en la torre cuartel, pensaba en su esposa, et el hijo en camino, que debían estar en su alcoba, en la torre principal.

Una vez que aquellos bravucones entraron en esa torre, oísteis una terrible explosión procedente de algún lado. El suelo tembló y un estallido impertérrito os sacudió los oídos... Subísteis arriba, y vísteis desde el ventanuco de aquella alcoba que la torre principal había estallado en una gran llamarada rojiza. En entre las llamas que ocupaba toda la torre, como si de un milagro o una perversidad se tratase, salieron a cabalo el caballero Manuel Pérez, la Señora Ontatxu y los tres subordinados del primero. Espada en mano, Manuel daba mandoblazos para abirse paso entre los asaltantes que no habían reventado en la explosión, sorteando la bestia los muertos y sus restos esparcidos ahora por el suelo...

Manuel logró abrir un pasillo central, entre cadáveres de la explosión y los pocos enemigos a los que iba pasando a cuchillo desde los lomos de su caballo. Finalmente, la pequeña comitiva, con doña Ontatxu encinta y a punto de dar a luz, cabalgó a través de las puertas del castillo, perdiéndose cuesta abajo de vuestra vista...

Sancho lo vió todo, se envalentonó mientras murmuraba "¡Mi esposa", y salió del último reducto de la torre, junto con vosotros. Venció a los últimos que en ella le aguardaban por fuera y se asomó al patio de armas: la explosión había acabado con la mayoría de asaltantes, y su bella esposa se había ido. ¡¡HABÍA HUIDO!!

Notas de juego

Nota: un 40% de asaltantes han muerto en la lucha, otro 40% en la explosión, y el resto no es tanto como presentaros batalla. El castillo es una ruina: está asaltados, lleno de cadáveres de ambos bandos (soldados+sirvientes) y la torre principal ha reventado por algún motivo, y ha quedado "desmochado". Es todo un caos... Hay caballos en la cuadra, y el Barón, probablemente, quiera ir en cabalgada máxima tras su esposa (que no sabe porqué ha huido: si por salvar la vida o porqué razón). Natxo queda a salvo en la última torre, junto con un soldado.

En breves abro escena nueva, la última.