Partida Rol por web

Se le hiela la sangre al escuchar hablar de ella. Y con un ritmo de habla lenta debido a la sequedad de su boca a causa de la tensión del momento le responde.

Sí... por favor... Un café vendría bien. Gracias. Mi nombre es Anne.

Su acento francés se le marca más, casi sin quererlo. Acaba mirando a Hans y da un suspiro guardando su arma.

Yo no conozco esas profecías Theresa

David bajó el arma, pero todavía la mantuvo en su mano. Sonrió levemente al escuchar las capacidades deductivas de aquella mujer, que había conseguido suplir su falta de vista con la agudeza de sus otros sentidos.

―Disculpe nuestra intromisión, Señorita Zimmer. Me gustaría presentarme, pero debo confesar que no estoy completamente convencido de que Usted trabaje contra su padre y preferiría que no pudiera identificarnos, por el momento. Soy más partidario del té, así que se lo agradezco, no se preocupe por mí.

Se quitó el sombrero y lo dejó sobre la mesa, sin apartar la vista de los perros.

―Soy anglicano, así que no estoy muy al tanto de los milagros católicos, pero tengo entendido de que las profecías tratan de una visión de la virgen que tuvieron unos niños portugueses.    

Hans miro a sus compañeros encogiendose de hombros al ver que su mentira no cuajaba de ninguna manera
-Quizas se me haya pegado algo de estar rodeado de tanto ingles, pero soy aleman de pura cepa - dijo sin mas ante los comentarios de la muchacha.

- las profecias de Fatima, si algo he oido pero ¿que tienen que ver  con el Reich y su agenda?-pregunto sorprendido ya que conocia el interes profundo del Reich en las reliquias sagradas de la cristiandad pero no asociaba nada que pudiera salir de la profecias de fatima

Los ojos de Maddie fueron brillando cuando comprendió que aquellos pergaminos eran originales. Sacados de la mismísima biblioteca vaticana. No pudo evitar que su mente volara y se imaginara a si misma paseando en aquella biblioteca. Eso era algo que le encantaría, podría falsificar casi cualquier cosa y venderla al mejor postor. Todo un reto, y los retos apasionaban a Maddie. 

Ante la interpretación de Hans con aquella mujer no pudo sino sonreir, aquellas cuestiones le encantaban, pero había una pequeña sospecha en su interior, la que le decía que aquello no terminaría funcionando. Finalmente la mujer se reveló y la engañufla quedó al descubierto.

- Yo también me apunto al café - dijo relajándose, aquella mujer le caía bien. 

- Entonces... Es posible que el asesinato de Sir Walter fuera obra del Reich? - preguntó sin demasiadas esperanzas de obtener una respuesta certera.

Le pareció más propio de la mitología griega lo de ver el futuro pero perder la vista que de la religión cristiana pero no comentó el hecho. Lo que aquella mujer contaba revelaba un futuro terrible. 

- Creo que no hay mucho más que decir. Ya queríamos ir a Venecia, ahora sabemos qué era lo que iba a hacer Sir Walter. - comentó. - ¿Sabemos quien lo ha robado? ¿Arlequín? - preguntó.

interesante- dice hans tras escuchar la explicación de las profecias que dejaban muchas dudas al aire como el misterioso poder que cegara a la joven - asi que podemos suponer que el tal Arlequin es un agente libre que roba objetos valiosos y despues los subasta ¿ no? , sin duda debemos partir hacia venecia cuanto antes pero no creo que su compañia sea necesaria y menos en su condición aparte que si hay agentes de Reich en dicho lugar podrian reconocerla  y alertar de su presencia y compañia, asi que no iremos solos.

gracias por la hospitalidad- dice hans apoyando la taza en la mesita con toda intencion de marcharse

- Eso sospecho - afirma Theresa acerca de la autoría del Reich en el asesinato de Sir Walter -. Tengan por seguro que los soldados nazis están rastreando aquellos que han recibido la invitación del Arlequín y, sin escrúpulos, eliminándolos. El Arlequín siempre está agazapado. Él no lo ha robado, pero sí su gente.

Tras contestar a Madeleine, Theresa escucha con atención a Hans, que opta por continuar la conversación en inglés para que sus compañeros puedan seguirla. Sus palabras devuelven el gesto de sorpresa y retazos de miedo a su rostro.

- Les ruego protección. Gretchen y Ross velan por mí, pero no podrán hacer nada contra una Mauser. Mi misión, está alineada con la de ustedes, interceptar la profecía antes que lo hagan nuestros compatriotas - dice, dirigiéndose a Hans -, incluso tengo acceso a la Biblioteca Vaticana y a numerosas galerías de arte de Italia. Puedo ser una valiosa aliada para ustedes.

Cuando parece que la pelota está en el tejado de los aventureros, tras una pausa dramática, Theresa añade: - Además, ¿tienen la invitación? Y si es así, ¿saben usarla?

No toma la copa hasta que anfitrión no la toma y bebe de ella. Momento en el que se relaja un poco, y tomando la taza comienza a beber el café, todo lo que contaba era muy interesante, y parecía que ella se iba a unir a su grupo.

Desde luego nos vendría bien alguien que se manejase bien con estos locales. Además que para no ver, tienes una buena capacidad para detectar incluso a los que nos escondemos y callamos jé

Acerca el dorso de la mano a uno de los perros para que se la olisquease, y ver si así se dejaban acariciar.

David se llevó una mano a la barbilla de modo reflexivo.

―Su historia parece convincente, pero nos pide creer que nos está contando la verdad y que no trata de engañarnos para llevarnos a una trampa. Después de todo, está viviendo en la casa de su padre y tenemos fotografías que prueban que a estado con él recientemente y en una actitud muy cariñosa. Ese hombre es un criminal. Llegado el caso, ¿de qué lado se pondrá Usted? ¿Del de su fe o del de su padre?

Finalmente se calmó los suficiente como para guardar la pistola.

―No tenemos esa invitación de la que habla. ¿Y Usted?

- Yo no tengo problemas con creer en la bondad de la gente. Mi terreno es la Fe, Señor Wilson-Harris. Amo a mi padre, pero no lo que hace. Dedicar mi vida a ayudar a las personas es una decisión que tomé hace ya tiempo. - Afirma con rotundidad Theresa. - La mejor manera de defenderse del mal es estar cerca de él y observar sus movimientos.

Gretchen acerca el hocico a la mano de Anne-Sophie. Ross se levanta y hace lo mismo.

- Tampoco. - Contesta a David. - Si los alemanes están asesinando a los invitados a la subasta, es probable que se estén quedando con sus invitaciones. Tendremos que hacerlo por la vía difícil, e ir a Venecia sin invitación.

Maddie no creía que aquella mujer les estuviera llevando a una trampa, de hecho ella creía que tenían que ir a Venecia antes incluso de saber para qué quería ir Sir Walter, ahora tenían muchos más motivos para ir allí. 

- No perdamos más el tiempo. Iremos a Venecia - dijo convencida - Y cuando terminemos esto y salgamos victoriosos, porque dad por hecho que así va a ser, tú nos llevarás a la Biblioteca Vaticana, tenemos tareas que hacer allí - explicó. 

Maddie no tenía claro si aquella mujer sabía que eran unos buenos y bien avenidos ladrones y falsificadores de arte, pero seguro que lo acababa descubriendo pronto.

Emm señorita sigo pensando que no podemos permitirnos llevar a alguien vulnerable como usted a la boca del lobo, nos dara mas problemas que ayudas- dice Hans volviendo a mostrar su desacuerdo, al fin y al cabo la chica era una Zimmer por lo que el peso de su apellido podia hacerla poco fiable-  en cuanto a la invitación entiendo que puede ser esto- comenta sacando la mascara y enseñandosela a sus compañeros - es imposible que se llevaran la invitación de Sir Walter porque cayo asesinado ante nosotros y esto es lo unico extraño que encontramos en sus pertenencias .

- ¡La tienen!*

A partir de este momento, Theresa respira algo aliviada, aunque no abandona su estado de alerta. Os explica de manera más relajada el procedimiento: deberéis viajar a Venecia, en pleno Carnaval en la Plaza de San Marcos y la persona elegida deberá portar el rostro oculto tras la máscara proporcionada. El Arlequín se las ingeniará para guiar al invitado a la subasta. Theresa también se muestra comprensiva (y decepcionada) ante la postura de Hans de negar su compañía en el viaje a Venecia.

Escucháis en silencio las explicaciones de Theresa, mientras Anne-Sophie acaricia los perros, que parecen ahora más tranquilos y confiados que antes, al menos hasta que se levantan y comienzan a ladrar en cuando Madeleine rebusca entre los estantes de pergaminos tras la anfitriona.

- ¿Qué ocurre aquí? - Pregunta extrañada Theresa.

Nada, no ocurre nada centremonos en lo que tenemos entre manos- dice Hans haciedole señales a madeleine para que deje de espoliar los pergaminos del museo vaticano descaradamente- Pensandolo mejor y reconsiderando la situación sera mejor que nos acompañe,sus conocimientos seran utiles y tampoco podemos dejarla aqui sola y arriesgarnos a que cuente nuestras intenciones,  asi que no pierda el tiempo y vaya  a hacer su maleta señorita Zimmer

Hans supuso que no habria mas remedio que llevar a  aquella mujer con ellos por lo que cuanto antes mejor, si veia la situación muy mal deberian tomar medidas asi  que decidio no quitarle el ojo de encima a la chica  por si acaso resultaba no ser de fiar

¡Hey hey!

Le dice a los perros con voz tranquila para calmarlos. No tenía una gran mano con los animales que digamos, pero desde luego, prefería a un animal antes que a otra persona. Y parecía que le había caído bien a esos canes, al menos de momento.

No nada, es Madeleine que está mirando algo

Mira a Madeleine mira en plan "tía" con una sonrisa un tanto pícara, si hubiese allí algo de valor que le interesase a ella también, obviamente intentaría quedarselo, ya fuese el dueño donándolo conscientemente, o no

- La curiosidad y la previsión son buenas compañeras - dijo Maddie manteniendo la tranquilidad. Ella estaba segura de lo que hacía. No le dio más importancia al hecho. 

- ¿Nos vamos? - preguntó en voz alta mirando a sus compañeros.

En cuestión de segundos, los perros cercan a Madeleine, ladrando sin parar. Theresa sabe que ocurre algo.