Partida Rol por web

Despiertas en tu mullida y amplia cama, incluso demasiado para alguien que duerme y vive solo, a veces los silencios te hacen recordar otro tipos de vacíos...
Apenas hace un mes que te has asentado en la ciudad así que aún hay algunas cajas arrinconadas en el pasillo. Libros y otros objetos que no requieren ser utilizados así que permanecen enlatados de momento.

Las 7 de la tarde, es uno de los aspectos positivos de ésta ciudad, enseguida oscurece y las calles poco iluminadas te confieren cierta ventaja que en otros lugares cómo por ejemplo París apenas puedes permitirte.
Se asemeja una noche tranquila y rutinaria cómo la mayoría que has tenido hasta ahora pero nunca se sabe cuando la rueda del destino puede cambiar de rumbo...

Me despierto tranquilo, miro al principio a mi alrededor buscando un espejo para aposentarme ante el a sabiendas que no me veré, mi rostro serio lo toca y pasa la mano por el brillante marco de acero donde tampoco me reflejo, ¿algún día llegará en el que pueda verme? Pienso mientra observo ahora un cuadro muy antiguo donde una mujer bella de aspecto feroz pero dulce a la vez haciendo una mezcla extraña y con el pelo suelto está agarrada de la mano de alguien con mi rostro, esta mujer porta una gran cruz de santiago y un aro metálico colgado en la misma cadena, está sonriente y mira fijamente hacia delante mientras el hombre está mas serio y su rostro aunque bello tiene un tinte mas pálido parecido al mio, en medio de ellos dos me veo a mi de niño, vestido con una armadura que me queda grande y sobre mi hombro se posa la mano de la bella señora, mi rostro es serio y sumiso pero no mira al frente sino al hombre.

Paso unos minutos observando el cuadro y decido que es momento de darme una ducha, me quito el pijama y la ropa interior doblándola con cuidado y guardándola en su sitio apelmazandola para que quede bien puesta y quitando hasta la mas minima arruga, después me voy a la ducha totalmente desnudo pues no hay nadie mas que yo en casa y puedo pasearme tranquilamente al baño que tengo al lado de mi habitación, me meto en esta y dedico un buen tiempo a esta disfrutando del agua caliente caer y recorrer mi rostro y mi cuerpo, me pongo un albornoz azul oscuro al salir y me dirijo a vestirme con mesura y cuidado mientras mis ojos se vuelven a ir al espejo de cuerpo entero del armario.

Una vez estoy vestido vuelvo al cuarto de baño recogiendo el albornoz y poniéndolo en su sitio, seco el agua que ha escapado de la bañera al suelo con una fregona y yendo a hacer la cama con tranquilidad.

Cuando por fin termino de hacer la cama sin dejar una sola arruga, salgo al salón y pongo la televisión pues hoy no me apetece salir y espero la llamada de mi agente de bolsa para ver si ha comprado las acciones que le pedí, pongo las noticias primero para luego pasar a buscar alguna vieja película donde salga un sol luminoso y perfecto.

Las noticias no parecen anunciar nada realmente relevante o que llame tu atención, tan sólo más de lo mismo... de hecho la televisión inglesa resulta más seria y aburrida de lo que estás acostumbrado a ver normalmente, pero para éso existen multitud de canales internacionales dónde encontrar las bazofias de siempre.
Te detienes cuando ves que están reponiendo una película que en realidad podrías recitar casi de memoria pero aún así vuelves a dejarla, "Lawrence de Arabia".

Cuando empiezas a sentirte bastante abstraído, el teléfono suena sacándote de tu ensimismamiento.
Cómo ya imaginabas se trata de Richard, tu agente, que te informa de que todo ha salido según lo previsto y sin contratiempos.
Recibes toda la información pertinente respecto al transcurso y evolución de las acciones que posees en tu ordenador portátil mientras al otro lado del auricular tu agente espera nuevas instrucciones después de explicarte la situación actual.

Mientars ésto sucede, en tu pantalla aparece el típico mensaje de que acabas de recibir un mensaje nuevo, así que pulsas ya que debe de ser información de Richard, sin embargo cuando lees el mail del contacto algo no cuadra pues no lo conoces pero apenas te da tiempo de memorizarlo cuando todo se torna negro y empieza a salir un extraño código cifrado que no se detiene por mucho que pulses letras....

Te llamo mañana, digo serio mientras cuelgo de un solo movimiento rápido sin dar tiempo a Richard a que me conteste sin apartar la vista del ordenador imprimiendo pantalla y luego imprimiendo el mensaje que sale una y otra vez para poder analizarlo con tranquilidad.

Compruebo que el antivirus del ordenador no lo detecta como virus y apago este quitándolo de la red eléctrica y la batería de un tirón que es la manera mas rápida auque se que puedo perder formación en el proceso.

Vuelvo a encender el ordenador y observo si todo está en orden o si ha habido algún problema mas, si es o era un virus y leo detenidamente el e-mail, copio el usuario que me lo envía en un papel y caigo en la cuenta que desde hace algún tiempo no me sentía tan vivo, es lo que mi cuerpo necesitaba un poco de acción para despertar de este sopor en vida que últimamente sentía en mi alma, lo que hace que una sonrisa se dibuje en mi rostro pensando, te voy a coger y entonces nos vamos a reír.

En la pantalla no se ve nada más excepto el código extraño que no cesa de salir... intentar imprimir la pantalla resulta inútil y acceder al sistema operativo imposible.
Desconectas los cables de alimentación pero sigue en marcha así que te ves obligado a retirar también la batería, tras lo cuál el ordenador se apaga.
Tras unos instantes lo enciendes y nuevamente sucede lo mismo, el código vuelve a salir nada más recupera la energía, ni siquiera tiene tiempo de cargar el sistema operativo y demás información.

Vuelvo a observar el código y aunque mi informática no es muy ducha y llevo poco aprendiéndola intento concentrarme en ver que puede ser ese... "virus informático" y si puedo pararlo de alguna manera.

Mis manos se mueven diestras por el teclado a pesar de no estar muy seguro de que es lo que estoy haciendo, no sin antes quitar el cable de red o la tarjeta o desconectar el moden, sea como sea mi intención es que si es un virus, no pueda enviar información a nadie sin antes ver si puedo rastrear dicha información y como es el virus.

Cuando creo tener controlado este me pongo a buscar en todas las carpetas y subcarpetas que tengo para buscar donde puede estar y eso contando con que me permita este entrar en el sistema operativo.

Tras apagar el ordenador desconectas la opción wifi, aunque al estar integrada en el portátil no se puede decir que estés completamente seguro de que la tarjeta de red vaya a estar totalmente desconectada.
Aún así y tras presionar varias combinaciones de teclas que te parecen adecuadas para abortar, cancelar y congelar procesos, consigues que el código se detenga en y la pantalla se pone en negro, mostrándote un mensaje que te indica que el sistema operativo se encuentra dañado y no puede iniciarse, así que al parecer el virus acaba de dejar inutilizado el ordenador y toda la posible información que tenías guardado en él, deberás formatear e instalarlo todo de nuevo así que decides vestirte y marcharte a algún cibercafé cercano para indagar en el asunto.

Encuentras uno a unos quince minutos de tu casa, en una ciudad cómo Londres de hecho no resulta en absoluto difícil encontrarlos y están abiertos hasta media noche, todavía tienes varias horas antes de que cierren el local...

Entro en el ciber café y observo si hay mucha o poca gente en el, me dirijo al mostrador observo si es chico o chica quien me atiende mientras pongo una cordial sonrisa y digo con voz calmada, me gustaría un ordenador y una coca cola por favor.

Espero que me de asiento en uno de los ordenadores y me dedico a buscar el nombre o el tipo de virus que es el que tiene mi ordenador y si hay alguna manera de reparar el estropicio.

Mientras hago eso observo a la gente entrar y salir o pedir algo de beber pero solo para cerciorarme que no hay a la vista otro de los míos cerca, mis movimientos son pausados y tranquilos manteniendo la clama, pero por dentro me siento molesto pues he podido perder mucha información y necesito recuperarla.

Mientras busco la información miro también mi correo y observo si el e-mail que me enviaron está todavía en este pero no le doy a abrir ni nada solo para mirar el nombre del usuario que me lo ha mandado.

El encargado del piso superior dónde se encuentran los ordenadores es un hombre maduro de unos cuarenta y algo, algo barrigudo y con una extensa barba que enseguida te tiende la bebida y te indica el ordenador en cuestión con sonrisa afable.
Ésa zona está bastante vacía dado que el pub se encuentra en el piso de abajo lo suficientemente silenciado para que el ruido no moleste. Tan sólo un grupo de tres chicos jóvenes jugando en red a algún videojuego que probablementes ea Counter Strike, una mujer que tiene al encargado junto a ella a menudo para preguntarle dudas y una muchacha más joven que el resto con cara de estar tremendamente aburrida, probablemente debido a que esté haciendo algún trabajo. Llama la atención su forma de vestir con colores muy llamativos y prendas algo dispares pero ninguno de ellos parece suponer una amenaza.

Empiezas a navegar pues, buscando información al respecto del posible virus, y de hecho encuentras varios troyanos de funcionamiento parecido, pero ninguno que escriba código en pantalla y deje inutilizado todo el ordenador tras apenas unos minutos de funcionamiento así que debe de tratarse de algo potente.
Consultas tu bandeja de correo y lees que te lo ha enviado un tal "Santiago", sin asunto en el título.

Oyes algo de ajetreo cerca tuyo cuando los chicos se apiñan para hacerse unas fotos con sus teléfonos móviles, pero cuando ya llevan varias el que sujeta la cámara pone cara de perplejidad mirándote a ti alternativamente mientras te enfoca directamente, muy sorprendido y llamando al resto de sus compañeros que empiezan a cuchichear sin dar crédito a lo que ven. O mejor dicho a lo que no ven...
La niña se levanta entonces precipitadamente y sale corriendo piso abajo mientras el dueño la mira con poco interés dejándola marchar.

Meto la mano en mi chaqueta y saco una billetera, extraigo un billete y me levanto pensando, con esto estará bien por ahora, luego me dirijo hacia los chicos y poniéndome delante del que tiene el móvil digo a este, creo que debes darme el teléfono ahora, así que dámelo, mi mano se adelanta para que el lo suelte en ella.

Me quedo mirando a sus ojos esperando que me de el teléfono, intentando discernir si me ha salido bien o no la dominación en el humano.

El chico se queda mirándo la mano y tu cara alternativamente un par de veces antes de estallar en risas junto con sus dos amigos que se lo toman totalmente a cachondeo, sin embargo uno de ellos se te acerca un poco.
-Eh, eh, tío, ¿cómo haces...? En fin, ¿porque no sales en la cámara del móvil?- pregunta preso de la curiosidad mientras estira la mano hasta palparte el jersey, cómo si quisiera asegurarse de que realmente eres tangible y estás ahí.

-Esto parece sacado de una peli de ciencia ficción, cómo cuando en "La Señal" se deformaban los caretos de la gente...- comenta otro de ellos con la aprobación de sus compañeros que siguen observándote cómo si de un extraterrestre se tratara.

Me giro y cierro todo lo que estaba haciendo para volver a girarme y mirar a los chavales, soy mago, digo con voz tranquila mientras dirijo mis pasos al mostrador soltando el billete y salgo apresurado en busca de la chica de llamativos colores a la calle ignorando a los chicos y al tipo de mostrador.

Cuando salgo miro alrededor mía buscando a esta o algún movimiento extraño de algún transeúnte que me haga indicar en que dirección ha salido corriendo, mi mano derecha me la llevo al pelo pasándomela por este mientras busco algún indicio de lo que busco y mi cara está ceñuda y enfadada por la estupidez de permitirme que me vieran de esta manera unos humanos.

Soy un estúpido joder, vaya nochecita primero el ordenador y ahora esto, pienso para mi sin dejar de moverme por la calle buscando a la chica en cuestión.

Dejas a los chicos con la palabra en la boca mientras siguen debatiendo entre ellos sobre lo sucedido, conspirando con sus propias teorías cómo si de hecho tú mismo hubieras empezado a pasar a segundo plano...
Pagas y sales del local a toda prisa, distinguiendo los llamativos colores de la niña al final de la calle, así que la sigues todo lo rápido que tus músculos te permiten, pues es bastante rápida a pesar de las apariencias...

Finalmente se detiene al llegar a uno de los varios parques de la ciudad y una vez dentro se gira hacia ti sin ápice de temor, en realidad todo lo contrario puesto que sonríe ampliamente.
-¿Me estás siguiendo chico sin reflejo?- pregunta cómo si le resultara divertido.

Puede chica de colorines, respondo sonriente, es solo que soy nuevo en esta ciudad y tu parecías saber lo que te hacías en el ordenador y luego cuando escuchaste las tonterías que decían los niños esos supuse que te habías asustado así que solo quiero pedir perdón si te he asustado de alguna manera, mi voz es tierna y suave así como melodiosa.

Miro donde estoy viendo que es un parque y digo ¿no es muy tarde para que andes por estos sitios? ¿Quieres que te pague un taxi? Sonrío cordialmente y sin intención de hacer nada ni de acercarme a ella para no asustarla, entiendo que viniendo de un extraño te niegues así que no lo dudes y si prefieres que no te pague el taxi solo dilo y me marcharé por donde he venido.

La muchacha se te queda mirando inquisitivamente de arriba a abajo, aunque no pierde una sonrisa feliz en su rostro según lo hace.
Mira un momento detrás de ella, donde la oscuridad del parque da una imagen algo tétrica al mismo pero ella se limita a encogerse de hombros, no parece muy asustada.

-La verdad es que mi hermana siempre me riñe por ésto, me dice que no debería tratar con desconocidos ni salir de casa tan tarde....- entorna los ojos dejando la frase en el aire y entonces se acerca un par de pasos extendiendo el brazo y la mano:- Vivo en Bristol, éso está muy lejos...-su sonrisa ahora resulta traviesa, mientras espera a que le "abones" el taxi.

No cuela niña de colorines, digo sonriente y afable con voz dulce y alegre, si quieres que te pague el taxi vamos a cogerlo y le doy el dinero al conductor, después te irás a casa y así tu hermana no se enfadará contigo, me toco la barbilla y la miro, noto el aire humedo pero templado de londres en esta época en mi rostro y miro tras de ella.

Después de observarla unos segundos comento, bueno mi nombre es Santiago de La Torre, tiendo mi mano en su dirección para que ella la coja si quiere y sigo diciendo, pero mis amigos me llaman Santi, me quedo mirándola esperando que me de la mano y sigo diciendo por ultimo, ahora si de verdad quieres que tu hermana no te riña vamos a la parada de taxi que seguro es mejor que un parque de aspecto tan tétrico como este.

-Vaya...tenía que intentarlo, ¿no?- comenta encogiéndose de hombros para enseguida volver a cruzar los brazos, mirándote tranquilamente según te presentas.
Mira tu mano de reojo y dubitativa pero finalmente hace caso omiso de ella y no la estrecha.
-Yo soy Lisa...¿Crees que tiene aspecto tétrico? Sí, supongo que éso es lo mejor para las historias de miedo, hoy hay reunión de chicas- comenta con una risa tras lo cuál se mira el reloj y ahoga una exclamación -¡Y llego tarde! Gracias por el intento Santi, ¡me has caído bien!-exclama animadamente mientras se da la vuelta y empieza a correr nuevamente, hacia el interior del oscuro parque sin aparentar nada de miedo. Extraño, te recuerda a ése conejo de un cuento que no paraba de correr...