Partida Rol por web

Tu a mi también me has caído bien, digo antes de irse con voz afable y sonriente, ten cuidado por favor, no me da buena espina que vayas sola por un parque tan tarde.

La observo marchar y me doy media vuelta para irme por mi camino, pero algo me para, miro de reojo como se aleja, cierro las manos en un puño y frunzo el ceño mientras me digo a mi mismo, la estás jodiendo bien jodida Santi, por ultimo me vuelvo a dar media vuelta y la vuelvo a seguir para protegerla de cualquier insensato que decida que ella es presa fácil mientras cierro los puños y me mantengo pensativo, ¿joder pero te crees un vengador? Pero no puedo evitar sentir que no quiero que le suceda nada a esa niña tan simpática y tan valiente como para no tener nada de miedo de un extraño y menos después de saber que no me reflejo.

Me muevo con tanta cautela como puedo para no dar posibilidad a que se de cuenta de que la sigo, intentando mantener la mayor distancia posible entre ella y yo, observando si se cruza con alguien o si alguien la mira y la vigila, si alguien es tan estúpido como para creer que va sola e indefensa se va a llevar una gran sorpresa.

Empiezas a seguir a Lisa a unos metros de ella, ocultándote entre las sombras del parque lo cuál resulta realmente fácil a ésas horas de la noche, basta con alejarse del camino principal por el que ella ha dejado de correr, andando ahora a paso rápido mientras de vez en cuando mira alrededor, pero el sitio está desierto a excepción de un par de vagabundos algo bebidos tendidos por el césped que ni siquiera le prestan la menor atención.
La niña parece tener muy claro el sitio exacto al que tiene que ir, y tras desviarse hacia la derecha empieza a correr de nuevo, animadamente, hasta un banco dónde hay sentada una chica junto a otra que permanece de pie. Ambas la saludan empezando a hablar, lo cuál te lleva a deducir que alguna puede ser su "hermana", y cuando te acercas un poco más distingues sus caras.

Veo las caras de las "amigas" de la niña y mi sorpresa es mayusculas al ver a Yvette entre ellas lo que hace que un leve muy leve susurro escape de mis labios, yvi, ¿que haces aquí? Me pregunto para mi mientras me concentro en hacer que las sombras dancen en mi cuerpo dándome un aspecto mas peligroso pero también haciendo este mas ligero y sutil ocultándome mejor entre las sombras.

Cuando me encuentro mas ligero gracias al poder de las sombras, me acerco todo lo que puedo para poder escuchar que es lo que hablan pero quedándome a una distancia lo mas prudencial posible para no dar posibilidad a que me vean.

Las chicas hablan entre ellas, al parecer despreocupadamente, dejando el banco y empezando a andar sin prisa alguna mientras Yvette coge a la pequeña de una mano, sin embargo la mujer de pelo ondulado rosa y negro empieza a mirar alrededor inquisitivamente, incluyendo tu dirección pro lo cuál no puedes evitar sentirte observado ésos pocos segundos antes de empezar a andar a distancia prudencial tras ellas.

-Así que un vampiro sin reflejo... creo que lo más curioso de todo es que te propusiera pagarte el taxi sin arrancarte algo a cambio- ríe por lo bajo y Lisa arruga la nariz arqueando ambas cejas, algo sorprendida por la cruda verdad.

-Irina...- le increpa Yvette en tono de reprimenda aunque la otra se limita a sonreír de forma burlona así que niega con la cabeza.
-Quizá es que realmente no tenía del todo malas intenciones. Conozco a un Santi de ése tipo, aunque hace tiempo que no le veo. Años- desvía la mirada al cielo nocturno estrellado, pensativa y nostálgica por unos momentos antes de dar un pequeño brinco.

-Dejemos de hablar de hombres por ésta noche, vamos a casa de Irina a ver alguna película en su televisor de plasma...- propone ante el entusiasmo de la niña que mira a Irina suplicante pero ésta se detiene.

-De acuerdo... ¿y tú te apuntas?- pregunta la susodicha mirando en tu dirección, a ti.

Sigo a las chicas con mucho cuidado durante un rato y sonrio ante lo que voy escuchando lo que me tienta para seguir escondido y seguir oyendo lo que tengan que decir tanto si es de mi como si es de otra persona, miro a la niña la cual no me pareció una vampira al principio pero puede que lo sea, de hecho Yvi no parece vampira y sin embargo lo es, de hecho ahora no parece ni mi anciana madre por las ropas que lleva.

Sigo andando ya sin esforzarme en seguir escondido y volviendo mis sombras a su sitio, esperando que me vean y digo a las chicas, vaya no pensé que te vería en Londres Yvi, mi sonrisa es clara y llena de felicidad por volver a ver a mi amada madre oscura tan bella como siempre, con ese deje de peligrosidad que podría llamarse aura a su alrededor, sabiendo que es capaz de partir a un hombre por la mitad enfurecida si tiene que luchar por lo que le importa y esperando que esta me espete por estar espiándolas, pero antes de que me diga nada digo de nuevo, lo cierto es que no pretendía arrancarle nada solo comportarme como un caballero con una señorita que ahora veo no tan desamparada.

Observo a la otra mujer mirándola a los ojos directamente y observando estos deteniéndome en ellos y en sus labios para luego seguir mirando a Yvette, ademas tu me conoces sabes que no hago daño gratuitamente, solo en defensa propia y en defensa de los que me importan.

Me acerco un poco y tendiendo la mano a Irina digo con voz tranquila, Santiago de la Torre, Ventrue, hijo un poco rebelde según mi padre, miro a Yvette y termino diciendo después de una pausa, y mi madre.

-¿Ventrue y rebelde? Parecen dos conceptos que no ligan...- comenta Irina sin tapujos mientras te devuelve la mirada con fijeza, parece muy segura de sí misma, cómo si no temiera el poder ser reprendida por sus palabras o actos. Al fin y al cabo sabes que las apariencias muy a menudo engañan.
-Yo soy Irina, Brujah- esboza una sonrisa ladeada y mira tu mano tan sólo unos pocos segundos antes de sujetarte a la altura del antebrazo y acercarte a ella con un repentino y fuerte estirón, "obligándote" a besarla cómo mínimo un instante antes de que seas capaz de apartarte.

Lisa observa la escena entreabriendo la boca y arqueando mucho las cejas debido a la sorpresa de que te presentes y de que Irina decida besarte sin aparente motivo.
Yvette carraspea un poco, haciendo un esfuerzo por contener una carcajada de incredulidad.
-Está bien, siento molestar pero...- niega con la cabeza y espera a que ambos se separen nuevamente para sonreír cariñosa y felizmente a Santiago.
-He estado aquí todo éste tiempo, ya sé que no le harías daño a una niña pero no sabíamos que se trataba de ti exactamente...- ríe por lo bajo y entonces le abraza fuertemente estrechándole contra ella.
-¿Dónde has estado metido todo éste tiempo? ¿Por qué has venido?-pregunta mirándole con interés antes de seguir -Cuantas preguntas, hace tanto tiempo que no te veía... pero nunca creces- comenta en tono de broma mientras coloca bien tu chaqueta tras el apretón.

La sorpresa del beso me llega totalmente de improvisto encontrándome instantes antes adelantando mi mano para unos pocos segundos después encontrarme besando sus labios unido a los míos, pero lejos de asustarme o dejar que la sorpresa me lleve muerdo su labio inferior probando unas gotas de las poderosa sangre brujah y antes de permitirme separarme de ella permito que ella pruebe unas pocas gotas de la mía mordiéndome mi labio inferior para separarme muy lentamente.

Ante las palabras de Yvette dirijo mi mirada a ella y sonriéndole digo a Irina, lo siento... ¿Irina? No eres mi tipo y mi corazón ya tiene dueño, intentando no mostrar las ganas que ese beso ha despertado en mi corazón por probar mas de su ser, luego mis palabras son dirigidas a mi madre oscura, se que tenemos mucho de lo que hablar por eso quiero invitarte a dar un paseo y aclararte todas las preguntas, callo sopesando los pros y los contras de comentar delante de nadie mas mis asuntos y termino diciendo, pero debes saber que... callo unos segundos no sabiendo muy bien si seguir con el comentario pero encontrándome con que no debo ocultarlo y menos a ella, Rodrigo me envía a abrir mercado o ese es su deseo pero con el permiso para quedarme yo con el pastel y así desvincularme así de sus negocios, mi sonrisa no cae ni un instante y de hecho cuando miro a Irina se vuelve un tanto picara para volver a ser la sonrisa cristalina y amable que suele colgar de mi semblante.

Miro a la niña y digo a esta sonriente, vaya parece que la niña de colorines no está tan desamparada como parecía en un principio, guiño uno de los ojos y digo sin apartar mis ojos y sonrisa de ella, y yo preocupado por que pudiera sucederte algo o que algún insensato pensara que eras una débil e indefensa niña... debí ver mi error en esos pensamientos.

Me vuelvo otra vez a Yvette y sigo comentando, pero como ya me conoces esas son solo las razones de mi padre que no las mías, hago un ademán con la mano para quitar hierro al asunto y termino diciendo, lo cierto es que la vida en su palacio de naipes me cansa y tengo ganas de, miro a Irina ahora y sigo diciendo, probar experiencias nuevas por lo que esta excusa es la mejor que se me ocurrió para alejarme un tiempo de el.

Irina deja que pruebes unas pocas de sus gotas, y su sabor es tan ardiente y enérgico que sientes hervir todo tu ser con un pequeño espasmo apenas perceptible excepto para ti, produciendo que al separarte sientas necesidad de más pero el efecto cesa enseguida.
-¿Y tu cuerpo también tiene dueño? Hmm... lástima- comenta en tono despreocupado y algo travieso mientras enrosca distraidamente uno de sus ondulados y perfectos rizos en su dedo índice, mirándote con una sonrisa mientras de reojo contempla a la pequeña e Yvette según explicas, al parecer bastante interesada o al menos curiosa.

Lisa ríe cuando te diriges a ella y niega con la cabeza.
-Yo no soy tan fuerte, la verdad es que sí podría sucederme algo... Por éso Irina siempre me riñe. Pero no iba a pasarme nada aquí, con ellas- se encoge de hombros y se sujeta a la mano de la Brujah tranquilamente mientras ésta asiente a sus palabras.

-Ahh... experiencias nuevas, que lástima que tengas dueño- Irina compone una sonrisa ladeada traviesa y seductora antes de levantar a Lisa con total facilidad sentándola sobre sus hombros -Será mejor que os dejemos solos, seguro que tenéis mucho de que hablar... Buenas noches- le hace un gesto con la cabeza a Yvette a modo de despedida amistosa y entonces se da la vuelta alejándose por el sendero mientras se oye de fondo la aguda voz de la niña empezando a hablar.

Yvette saluda a ambas con la mano cuando se marchan y después carraspea.
-Espero que no te haya molestado demasiado, Irina es así, más impetuosa y desvergonzada que yo. Supongo que es por el hecho de ser más joven...- te sonríe cariñosamente y se sujeta a tu brazo mientras empieza a andar calmadamente en otra dirección.
-Lo cierto es que a mí también me aburrían en exceso su continua interés por tenerlo todo demasiado planificado y....-entorna los ojos y decide callarse ya que no le apetece demasiado hablar de él en realidad.
-Prefiero que me cuentes más de ti, ¿a qué mercado te refieres exactamente? Apuesto a que es algo de lo que no entenderé ni la mitad...¿y quién es ése dueño?- pregunta dándote un pequeño codazo mientras arquea mucho una de sus cejas con expresión curiosa y más interesada en ése factor que en el primero.

Cuando se van mis ojos siguen el torso de Irina alejarse mientras observo como habla con su hermanita, noto el aire fresco de Londres entre mis cabellos mesándolos mientras me vuelvo a Yvette que me habla y pregunta, le sonrío mientras llevo mi mano derecha a su mejilla y la acaricio con dulzura recordando tiempos ya muy lejanos en los que era ella con su mirada entristecida la que me acariciaba a mi la mía y comento, madre para ti no tengo secretos ya lo sabes.

Me pongo en movimiento sin rumbo fijo por el parque esperando que me siga en el caminar mientras sigo comentando, Yvi lo realmente cierto en todo es que necesito alejarme de el una temporada y no hace mucho conocí a una mujer... una neonata de la cual me encuentro enamorado, sigo andando mirando de solayo su rostro, la encontré recién abrazada y es Caitiff, fue en París estando de visita y mensajero de las empresas TCorp. una de las filiares de el, callo pensativo recordando y sigo comentando, la encontré vagando por las calles hambrienta y sin hogar, alimentándose de mendigos y en estado de locura, pero pude ver su belleza, pude ver que me recordaba a ti, sigo andando mientras la miro otra vez esperando algún tipo de gesto de reproche o de aprobación mas bien lo segundo conociéndola como la conocía, al igual que de mi padre esperaba lo primero.

El caso es que he decido crear nuevas empresas aquí para no tener que subsistir de la herencia de Alba y así no tener que dar explicaciones a nadie, callo de nuevo, no te voy a contar los detalles porque son demasiado aburridos pero la idea es que cuando tenga poder empresarial volveré a buscar a mi joven Hanna y la traeré aquí donde el no tiene aparentemente poder.

-Éso fue muy gentil por tu parte... pero espero que no te enamoraras sólo porque te recordaba a mí- ríe despreocupadamente mientras camina junto a ti atravesando e parque con tranquilidad a pesar de encontraros rodeados de vegetación y árboles que te provocan malas vibraciones y escalofríos de vez en cuando, cómo si hubiera alguien o algo observando, pero ésa sensación desaparece cuando salís del susodicho.

Paseáis largo rato, hablando de cosas triviales cómo sólo puede hacerse con alguien de confianza, explicándoos algunas cosas que os han sucedido los últimos años con lo cuál averiguas que ahora es la primogénita gangrel de la ciudad y que espera verte en la fiesta que se celebrará en el Elíseo aunque a ella misma no le apetece demasiado asistir...
Finalmente os tenéis que despedir puesto que ella debe reunirse con algunos de su "manada" y llegas a casa cuándo apenas faltan un par d ehoras para que empiece a amanecer.

Al abrir la puerta y entrar al recibidor, aprecias sin duda alguna que algo extraño sucede puesto que pisas agua que abarca todo el suelo, sin embargo en el baño del piso de abajo los grifos siguen cerrados y el superior ni siquiera se ha "inundado".
Cuando pasas por el comedor un tipo que no conoces de nada pero luce bastante pálido se levanta del sillón desde el cuál miraba tu portátil cerrado.

-Por fin llegó, hace horas que le espero... Sabrá el porqué, ¿cierto?- pregunta mirando de nuevo el ordenador de reojo y después a ti haciendo un gesto con el dedo para que te acerques, tras el cuál te ves empujado hacia él por una "fuerza" que desconoces, cayendo cerca de él y empapándote con el agua que cubre el suelo evitando los pies del extraño sujeto, los cuáles permanecen secos.

Una sonrisilla tonta de felicidad marca mi rostro de oreja a oreja después de haber visto a mi madre oscura y comprobar que todo le está yendo bien, pues quedé muy triste cuando se separó de mi padre y es algo que nunca le perdonaré que la dejar a escapar, aún recuerdo sus palabras, ella es libre, ¿pero a que libertad se refería?

Cuando llego a casa miro el ciber recordando a los chicos de antes suponiendo que estarán dormidos ahora en sus respectivas casas, tranquilos, ajenos al mundo de la noche que envuelve toda la tierra llena de maldad y egoísmo, pero también de amor y gratitud hacia los seres queridos, entro dispuesto a encender la tele para volver a ver Lawrence de Arabia y recordar como era el sol cuando calentaba mi cuerpo un día primaveral al lado de los lagos del serrano en la sierra de lo que hoy se conoce como sierra sevillana, cuando encuentro esta totalmente inundada, miro el agua y veo como alguien se levanta del sillón y me obliga con una extraña fuerza a acercarme a el cayendo a su lado y humedeciendo mis ropas.

Miro el agua del suelo y digo con tono prepotente, vale ya has intentado impresionarme, pero no veo porqué tenías que mojar el suelo de mi casa, me levanto y me quedo mirándolo a los ojos sin temor alguno, ¿y bien a qué se debe esta ingrata visita? y lo mas importante ¿Quién coño te crees que eres para entrar en mi casa sin permiso rompiendo así una de las tradiciones de la mascarada?

-Lamento lo del agua, pero debes comprender que debía tomar precauciones, no voy a bajar la guardia con alguien que ha tomado la iniciativa de atacar a nuestro Príncipe, aunque sea virtualmente- ladea una sonrisa un instante para enseguida volver a adoptar una expresión seria y severa.
-Paul Johnson, sheriff de ésta ciudad, así que te recomiendo moderarte un poco ahora que ya sabes quién soy y porque estoy aquí- mete la mano en un bolsillo trasero de su pantalón y te muestra un pequeño disco duro externo plateado que enseguida te tiende.
-Vas a copiar aquí el virus enviado, toda la información y código que lo compone así cómo el método para neutralizarlo. ¿He sido claro, Santiago de la Torre?- pregunta cómo si en realidad poco le importara tu opinión puesto que no es una sugerencia y no se admiten discusiones al respecto.

Bueno no te preocupes, hago un ademán con la mano quitando hierro al asunto, le mandaré la factura de la limpieza al príncipe digo después de haber escuchado hablar al sheriff mientras se dibujaba una sonrisilla en mi rostro, pero lo cierto es que te has caído con todos los aparejos como se dice en mi país, bueno la traducción es que te has pasado de listo, me muevo con tranquilidad hasta sentarme en una silla, pues al no ser yo el culpable no tengo que temer un castigo, dile a nuestro amado príncipe que no he sido yo y que si conociera bien a todos sus protegidos hijos en esta ciudad sabría que yo no tengo ni la tecnología ni el nivel necesario informaticamente hablando para poder hacer ese tipo de jugarretas, callo unos segundos y lo miro a los ojos, es mas, ese no es mi estilo de juego y no soy tan sumamente estúpido para atacar a un príncipe y menos viviendo en su ciudad.

Miro el agua del suelo y sigo comentando, si quieres enciende mi ordenador y comprobarás que a mi me ha entrado el mismo virus, de hecho he estado intentando encontrar al gilipollas que me a hecho esto para tener... unas palabras con el, vuelvo a mirar a Paul y digo, además dile a nuestro apreciado príncipe que si al final averigua quien ha sido me gustaría tener el privilegio de ser informado para poder ajustar cuentas yo también.

Paul te mira inquisitivamente, sin demostrar la sorpresa que le causa lo increíblemente insensato y estúpido que resulta por tu parte hablarle cómo si fuera un simple humano o un vástago que estuviera a tu altura. Bueno si el chico quería cavar su propia tumba definitiva por él genial, siempre era un placer ejercitar los músculos.
Una sonrisa ladeada y algo macabra se dibuja en su rostro mientras de fondo sigue sonando la perorata del chico que pretende resultar ofendido. Cómo si le importara...

-¿En qué momento de la vista has creído que puedes dirigirte a mí cómo si de un igual se tratara? Ventrue, ¿verdad? Quizá éso explica una parte de tu prepotente comportamiento, la verdad es que ahora ya me da igual que no hayas sido tú, porque acabas de ganarte un enemigo y voy a averiguarlo TODO sobre ti. ¿Cuántos secretos oscuros puedes albergar? Tranquilo, los descubriré todos- te sonríe y entonces golpea la mesa sonoramente, dejando una marca en ella y astillándola.
-Enciéndelo- ordena empezando a fruncir el ceño, dejando bien claro que la paciencia no es su virtud.

Mis secretos, digo con voz tranquila y uniforme, no son mas que eso secretos, susurros en la noche que no sirven para mucho mas que para eso, para susurrarlos y que no me importa que sean desvelados, pero todos tenemos secretos no solo yo, comento mirando sin temor y fijamente al Sheriff, pero creo que tu puesto te dicta trabajos mas importantes que el desentrañar los secretos de alguien de poca importancia como yo, así que te pregunto ¿Estás dispuesto a dejar de lado tus menesteres solo para desentrañar mis secretos?

Me muevo hacia el ordenador y comienzo a poner la batería que le quité en su momento, mis movimientos son tranquilos y seguros, conecto la red electrica del ordenador y lo enciendo esperando ver el virus, y mirando el rostro del Sheriff de la ciudad.