Partida Rol por web

Mass Effect: Destino

[Prólogo] La Gata sobre el Tejado de Zinc

Cargando editor
31/08/2011, 12:28
Violín

Los camerinos de La Gata sobre el Tejado de Zinc están en una pequeña habitación en la trastienda del local. La actuación de hoy ha sido bastante peor de lo habitual y te has retirado rápidamente sin pararte a agradecer los pocos aplausos que se escuchaban entre el público.

Candy y Violin llegan unos segundos después. La asari lleva el instrumento del cual toma su apodo, pero Candy ha dejado el contrabajo en el escenario. Entran en los camerinos sin demasiado ánimo y la humana enciende un cigarro mientras empieza a cambiarse de ropa.

Violín deja el instrumento con cuidado en su taquilla antes de volverse hacia ti.

- ¿Qué ocurre, cariño? - Te pregunta con gesto preocupado. - ¿Dónde estabas mientras cantabas? Normalmente pones tu alma en la canción, pero hoy...

Tiene razón, por supuesto. La actuación ha sido un desastre porque no conseguías centrarte en la música. Los recuerdos de la noche anterior aún están demasiado vívidos en tu memoria y una y otra vez revives la imagen de la tarjeta de Kane cayendo en la caja de Esfinge.

Alzas la vista para encontrarte con la mirada comprensiva de Violin. Unos metros detrás de ella, Candy se ha quitado ya la blusa que ha utilizado durante la actuación y, cubierta tan solo por un sujetador, te mira con un gesto más severo mientras espera una respuesta.

Violín sonríe antes de que puedas contestar y se gira para mirar a Candy. El rostro serio de la humana se convierte en una sonrisa de complicidad ante el expresivo rostro de la asari. Cuando vuelve a girarse hacia ti, ves un brillo pícaro en su mirada.

- Es por ese chico, ¿verdad? - Se sienta a tu lado. - Ayer era la gran cita... ¡Dinos, qué tal fue todo!

Candy se acerca a vosotras y el humo de su cigarro os rodea mientras ambas te miran intrigadas. La actuación ya no es importante, habrá otras que compensen tu falta de acierto, pero por primera vez saben que has acudido a una cita y tus compañeras están ansiosas por que les narres lo ocurrido.

Cargando editor
31/08/2011, 22:59
Aornis

Me llevo las manos a la cabeza. Zorrillas cotillas, pienso divertida, pero no puedo evitar sentir un ramalazo de complicidad, de dulzura por su interés. Puede que tenga que mantener las piernas cerradas, pero puedo tener amigos, ¿no?  Es tan maravilloso sentirse querida, apreciada... cuánto lamento que Esfinge jamás haya disfrutado de ningún cariño a parte del de su familia. No le gustaba demasiado la gente, no sé porqué. En eso no me parezco nada a ella.

- No era una cita -recalco, que quede bien clarito-. No era una cita, era una... una des-cita. Acepté pasar la tarde con él para que dejara de perseguirme. Así que no fue una cita, ¿estamos? -pongo morritos, divertida.- Y fue bien.  Fuimos a cenar -pongo los ojos en blanco, tratando de disimular que la cita con Kane ha sido lo más absoltuamente emocionante que me ha pasado en meses-. A ese sitio tan chulo, ya sabes, donde vieron la semana pasada a la Consorte. No sé, ha debido de salirle por una pasta -añado, pensativamente.

Y es cierto. Kane cuidó hasta el último detalle, hasta yo pude notarlo. Y ahora tengo que decirle que me deje en paz... Joder, si todavía se me caen las bragas cuando me acuerdo del tacto de sus dedos. ¡Estúpido Mendel y tu estúpida genética!

- Después... bueno, fuimos a tomar una copa. Ni recuerdo los nombres de los sitios. Sé que no fuimos al Flux, detesto ese antro -río, y me doy cuenta de que no recuerdo muchas cosas superfluas porque estaba en una puñetera nube de éxtasis. Será mejor que este par no se den cuenta de hasta qué punto me encandiló Kane o se van a estar riendo de mí meses-. Unas cuantas copas, bailamos un poco y me acompañó a casa. 

Miro al suelo, nerviosa, y les dedico una sonrisa temblorosa.

- Hubo... hm. Mmm... me besó- confieso eso en voz muy baja y rápidamente termino la frase- y cada uno a su casa. Fin del asunto. Teníamos un trato y ya está. Una cita y ahora él se va a ir a lo suyo, ¡a conquistar -fuerzo la carcajada burlona, mejor eso que empezar a pensar hasta qué punto deseo volver a verle- otros panderos azules!

Cargando editor
01/09/2011, 15:55
Candy

El humo del cigarro de la humana te rodea cuando exhala su última calada.

- ¿Des-cita? - dice repitiendo tus palabras - ¿Fin del asunto? ¡Por dios, chiquilla! ¡Creí que las asari tenían sangre en las venas! - Agita la cabeza, como si no pudiera creerse lo que le has contado y se levanta para volver a su taquilla. - Si yo tengo una cita con un hombre como ese y me acompaña hasta mi casa - añade mientras se pone una blusa - le subo a mi habitación y te aseguro que le dejo completamente seco.

La burda expresión de la contrabajista hace que los recuerdos te abrumen por un momento. La imagen de tu hermana levantándose de la cama mientras dejaba tumbado en ella el cadaver desnudo de un humano se perfila claramente en tu mente.

La mano de Violín se apoya en tu hombro, apretándolo suavemente en un gesto consolador. Cuando la miras, sacude levemente la cabeza para decirte que no hagas caso a Candy. La humana termina de cambiarse y os mira, aún con la ropa del concierto.

- Pero, ¿aún estáis así? - dice sin darse cuenta del efecto que han tenido sus palabras. - ¡Venga, os espero fuera! Tengo tanta sed que emborracharía a un Krogan. - Sale de los camerinos y escucháis sus pasos alejarse en dirección al bar. Al ritmo al que camina, probablemente ya esté pidiéndole una copa a Daniel.

Te quedas a solas con Violín, que te mira con una sonrisa comprensiva antes de levantarse para empezar a cambiarse ella misma. De alguna forma, su cálida mirada te anima a desahogarte, aunque la conoces lo suficiente para saber que no te preguntará nada si tú no le das pie a ello.

Cargando editor
01/09/2011, 16:25
Aornis

Candy es más basta que cagar en un altar, pero no lo hace a malas. Lo sé perfectamente, así que aunque sus palabras me hieran, no me ofenden. Además, tiene razón. Si yo fuera Candy también habría subido a casa con Kane. Pero no lo soy. Soy un jodido peligro biológico, no sé porqué no me tatúo Biohazard en la frente.

Me pregunto cómo me tratarían Candy y Violín si supieran lo que he visto... lo que yo tal vez pueda hacer. Si supieran que cuando hay tormenta duermo en un diván porque la cama me da miedo, de tantas veces que he visto sábanas envolviendo cadáveres aún calientes. Si supieran que me siento como una mantis religiosa, a punto de comerme la cabeza de Kane mientras me acuesto con él. La genética es una zorra cruel.

Me quito el empalagoso vestido de noche que llevo para las actuaciones y lo cuelgo en una percha, junto a sus hermanos de tela. Daniel tiene un gusto taaaan fetichista..., pero el local es suyo. Paga bien y es un encanto, así que si quiere que me vista de terciopelo pues lo haré. Es bastante mejor que vestirse de látex y cuero, ¿no? Me visto con unos pantalones y una blusa negra a juego con el resto de camareras del local. Comedido, sobrio y cómodo.  Me encanta este local.

Le dedico una sonrisa temblorosa a Violín. Ojalá pudiera contárselo, ojalá pudiera explicarle, ojalá tuviera alguien capaz de entender qué es lo que me ocurre y de no huir espantada por ello. Necesito un hombro en el que llorar. Pero lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible, como dice la canción. Violín es una asari, y si se entera de que yo tal vez sea una Ardat me bañará en vodka y me echará una cerilla. Y tal vez haría lo correcto.

- Con lo que bebe y lo que fuma, algún día va a prender fuego a todo el alcohol que lleva dentro y tendremos que despegar trocitos de Candy de las paredes... -intento bromear. La sonrisa se marchita en mis labios. No quiero que Violín piense que no confío en ella, pero es que no puedo hablar-. Me alegro de conoceros -le digo, tratando de que se de cuenta de lo importante que es para mí-. Me alegro mucho. Soy muy afortunada por teneros cerca -añado, y realmente lo pienso. Esfinge siempre estaba sola, salvo por mí.

Tengo aproximadamente media hora antes de que empiece mi turno de servir mesas. Me siento tan culpable, me pesa tanto el alma que no puedo evitar empezar a hablar...

- Ojalá fuera todo más sencillo -suspiro-. Pero no lo es. Si pudiera... joder, si pudiera, pero no puedo. No es culpa mía, pero no puedo. Me gusta, ¿sabes? -la miro-. Es un tío genial. No es el típico humano "oh-mira-un-culo-asari-ven-p'acá-nena", ¿vale? Es muy divertido, y tan encantador, y es que...

Termino por callarme. No sé qué decir.

 

Cargando editor
03/09/2011, 12:12
Violín

Violín te pasa la mano por el hombro y lo aprieta levemente en un gesto protector.

- No te preocupes, chiquilla. Todas hemos pasado por eso la primera vez. - Dice con tono tranquilizador. Por supuesto, malinterpreta tus dudas, pero ¿cómo podría no hacerlo? Al fin y al cabo es una asari y si supiera la verdad lo más probable es que llamase a las autoridades para que te encerrasen en el monasterio Ardat... sí es que realmente tú sufres la disfunción nerviosa severa.

- Venga, tomemos una copa ahora si no queremos que Candy termine con toda la ginebra de Daniel antes de que salgamos. -  Bromea para intentar animarte mientas te acompaña al bar.

Terminado el concierto, la música ambiental se escucha por todo el salón. En la zona de baile el volumen es bastante elevado, pero se modula de forma diferente por las distintas areas del bar, de forma que en los sillones de la zona de reservados tan solo se escucha como música de fondo que permite mantener una conversación.

Os acercáis a la barra, que ocupa toda la parte central del local. En otros pubs de la ciudadela, como el Antro de Chora, hay bailarinas asari en una plataforma sobre la barra, pero Daniel no comparte esos gustos, lo que por otro lado permite que La Gata se diferencie del resto de los locales de la competencia.

Candy os espera, con una copa en la mano prácticamente terminada y un nuevo cigarro humeando entre sus dedos. Os mira con una sonrisa mientras os acercáis. Al llegar a la barra, el barman te sirve un gin tonic antes de preguntarte nada.

- De parte de tu amigo - dice señalando en la dirección de la mesa de Kane. - Parece que ha decidido volver a añadirle bebida a tus copas.

Cargando editor
03/09/2011, 14:17
Aornis

Mierda.

Mierda, mierda, mierda.

Vamos, que también yo, ¿qué esperaba? ¿Que Kane fuera a desaparecer del bar y de mi vida tal y como prometió? Pues no, claro. Y tampoco quiero que ocurra...  No, no puedo pensar eso. A ver, centrémonos. Repite conmigo, Aornis: no voy a salir con Kane. NO voy a salir con Kane. Lo que voy a hacer es acercarme a él y dejarle claro que el trato era que ahora pasaría de mi culo azul. 

Miro la copa que Daniel ha puesto ante mí. Beberse a Kane como si fuera un gin-tonic. Recuerdo  el tacto de sus dedos sobre los míos, y tengo que sentarme para no tambalearme.

Venga, que no. Esto se me está yendo de las manos. Soy una asari, la raza más digna, sabia, fabulosa, completamente azul y demás gilipolleces de toda la jodida galaxia, y NO existe ninguna razón por la cual un mono bajado del árbol hace un par de vidas asari que apenas controla todavía su propio cerebro me desmonte de esta manera.

¡Ay! Pero es que es tan encantador...

Me bebería el gin-tonic de un solo trago, pero necesito estar perfectamente espabilada para no hablar de más. Voy a acabar con esto aquí y ahora. Como dice Candy, voy a agarrar la vida por los cojones y ponerla en su sitio. Qué basta es esta mujer.

Voy hacia la mesa de Kane, sin mirarle.  No quiero mirarle. Si le miro, mi seguridad se irá por el desagüe y volveré a sentirme una niña de piernas temblorosas perdiendo las bragas por el primer imbécil que se cruza en su camino. Así que hago acopio de autoestima  y camino hacia su mesa.

Me siento sin que me haya invitado y ahora sí tengo que mirarle. Cuando lo hago, lava candente me baja por la columna vertebral. Me obligo a mí misma a recitar mentalmente los nombres de las trece víctimas humanas de Esfinge, y eso enfría mi ánimo lo suficiente como para volver a la realidad.

- Buenas noches -saludo. Mis dedos empiezan a jugar entre sí, nerviosos, sin que yo les de ninguna orden-. Tenemos que hablar, pero supongo que eso ya lo sabes.

 

Cargando editor
04/09/2011, 21:16
Mark Kane

- Sí.

Su escueta respuesta te sorprende casi tanto como su tono roto. Reunes el valor para alzar la vista para ver cómo Mark termina su copa de un solo trago. Deja el vaso sobre la mesa y te mira armándose de valor.

- Sé lo que te prometí, una sola cita y, si después seguías pasando de mí, se acabó. Sin embargo, aunque de voz escuchaba que no querías saber nada tu mirada me decía todo lo contrario.

Sus bonitas palabras contrastan con un tono lacónico y desanimado. Hace una seña a uno de los camareros y tu compañero le trae rápidamente una nueva copa. Su comportamiento es sumamente extraño, pues rara vez le has visto beber tanto y tan deprisa en los meses que lleva frecuentando el local.

- Pero nada de eso importa ya... - dice cuando por fin le sirven su segundo whisky (que tú hayas visto). - Debo irme, "sólo Aornis" - recurre a vuestra antigua broma con una amarga sonrisa en el rostro. - He de abandonar la Ciudadela y ésta será mi última noche. La tarjeta que te di no servirá de nada a partir de mañana, pues no habrá forma de contactar conmigo... - Ves una profunda pena en su mirada y se bebe de nuevo la copa de un solo trago.

De repente, saca unos créditos del bolsillo y los deja sobre la mesa. Por la cantidad que dinero calculas que, o bien ha bebido más que Candy en una semana, o está dejando una más que generosa propina.

- Es igual, - dice levantándose. - De todas formas tampoco pensabas llamarme. - Se da bruscamente la vuelta y sonríe tristemente mientras te mira. El corazón te late más deprisa, cuando abre la boca dispuesto a decir algo más, pero deja de mirarte y emprende el camino hacia la salida.

Cargando editor
04/09/2011, 21:57
Aornis

Noto los ojos llenarse de lágrimas, el pecho congestionarse, el corazón apretarse en un puño. Sin darme cuenta de que lo más fácil para mi objetivo es dejarle ir y que se busque la vida, salgo detrás de él como una imbécil, con ríos de agua salada resbalando por los pómulos. 

Estoy dando el espectáculo, pero no me doy cuenta. Si me diera cuenta, probablemente tampoco me importase. Probablemente el resto de camareros y clientela de La Gata van a estar meses cotilleando sobre esta tragedia cotidiana de desamor y soledad. Los seres conscientes somos así. Nos gustan las miserias ajenas. Supongo que nos ayudan a olvidarnos de las nuestras.

Esquivo clientes en la oscuridad y sigo a Kane, dándole alcance cuando está atravesando las puertas del local, y le sujeto del brazo con toda la fuerza que tengo. Necesito decir lo que tengo que decir, necesito que comprenda. No puedo dejarle marchar así. 

Y, dando muestra de una salvaje estupidez que habría anonadado a cualquier ser humano medio consciente, tiro de él hacia mí y le beso. Le beso como si no hubiera mañana, porque no lo hay. Aunque él no se fuera de la Ciudadela, no habría mañana para nosotros. Nunca hay mañana si implica a Aornis.

Nunca hay mañana si implica a Aornis.

Notas de juego

Ostia colega, me has dejado rotísima. Te juro que no esperaba que me salieras por ahí... me has puesto los pelos de punta. 

Cargando editor
05/09/2011, 00:16
Aornis

Notas de juego

Pregunta: en el ME2, Shepard tiene una dirección de mail donde recibe el correo de esa rata traidora de Kaidan; donde le envían felicitaciones, halagos, amenazas, etc... sabes a lo que me refiero, ¿no? Puesto que estamos en el mundo del mañaaaaaana, me parece razonable esperar que la gente tenga algo tipo e-mail, teléfono móvil o así, un sistema por el que puedan ser contactados dondequiera que estén. Tú me dirás si permites algo así o no; porque si lo permites evidentemente voy a intentar sacárselo a Kane. Aysch, Aornis es más cándida... ¬¬'

Cargando editor
06/09/2011, 14:32
Mark Kane

Kane te abraza y durante unos segundos os fundís en uno solo. Pese a no tratarse de una fusión asari, durante unos segundos sientes como se convierte en la persona que más cerca has de ti durante toda tu vida. El mundo se desvanece a tu alrededor y por un momento no existe La Gata, no hay preocupaciones, ni DNS, ni Esfinge, ni Escorpión. No hay mañana, pero por un breve instante, tampoco hay ayer. Tan solo estáis Kane y tú.

Cuando al fin os separáis sientes como si estuviesen arrancando un trozo de ti. Quieres seguir besándole, continuar entre sus brazos un momento más, un siglo más... para siempre. Pero el momento ha pasado y el humo del local vuelve a colarse entre vosotros.

Levantas la vista hacia él para encontrarte con su más radiante sonrisa. Tu atención se centra en los labios que acabas de besar cuando ves cómo una lágrima se desliza hasta ellos. Le miras a los ojos y ves que, a pesar de su sonrisa, está llorando.

- Me habría casado contigo, Aornis - dice con una profunda pena.

Notas de juego

Y lo dejo aquí, que me deprimo yo también. Además, ahora sí que necesito saber cómo vas a reaccionar para continuar en consecuencia.

Cargando editor
06/09/2011, 17:33
Aornis

No puedo evitar sonreír al oírle, a pesar de que la angustia me aprieta la tráquea como un puño de acero. Podría decirle la verdad, que soy una viuda negra en potencia, que ya le he dado todo lo que puedo darle sin quitarle la vida, pero antes me rajo las venas que estropear este momento. Con el dorso de la mano, suavemente, le limpio las lágrimas.

- Sé feliz, Mark Kane -le susurro-. Dondequiera que vayas.

No voy a preguntarle sobre su destino. No voy a hacerle preguntas que no pueda responderme. Sé lo que significa tener que negarse a dar respuestas, y voy a conservar este momento completamente impoluto, sin nada que lo estropee.

Me quito un anillo de plata del pulgar. Es una pieza lisa y sencilla con arabescos grabados; me gusta porque es simple y tiene un aire antiguo, pretérito. Lo deslizo en su meñique -a duras penas entra-, y me aparto.

- La vida es breve. Conocerte ha enriquecido la mía; no necesito más. Hay muchas cosas que no sabes de mi, Mark Kane, y por eso jamás comprenderás hasta qué punto me has hecho afortunada. Sólo puedo aspirar a lo efímero, y tú me has dado un recuerdo eterno.

Retrocedo un paso y le miro una vez más. Cojo la palma de su mano y la beso.

- Sé feliz -repito, como si mi deseo fuera a transformarlo en realidad-. Gracias por todo.

Sin mirar atrás, porque si miro atrás no podré dejarle ir, vuelvo a entrar en el local y me dirijo hacia la barra. En completo silencio me bebo ese gin-tonic. No sé porqué, pero sospecho que a partir de ahora siempre adoraré los gintonics. Aunque ahora mismo me da igual, sólo quiero ahogar mi consciencia en alcohol hasta que se me olvide mi nombre.

Notas de juego

Jo, todo es tan triste... me voy a buscar a alguien para abrazarle y que me de mimos. Estoy toda congestionada, ¡qué pena más grande!


Como me dijiste que anteayer te empané con mi respuesta, para la próxima, te digo: si en algún momento te jode la idea que tenías alguno de mis post, te desconcierta, no te convence qu mi  pj haga tal o cual cosa... sin ningún problema me lo dices y lo cambio, de verdad de la buena.

Cargando editor
10/09/2011, 10:27
Candy

Durante un rato bebes el gintonic en la barra, rodeada de gente, pero completamente sola. Te quedas sumida en tus pensamientos y cuando acabas la copa pides otra más, pero no dejas que retiren el vaso anterior. Te has despedido de Kane, probablemente para siempre y ese vaso es ahora lo último que te une a él. Te llevas la aceituna a la boca y miras el palillo de plástico en la que estaba clavada. Sin darte cuenta lo guardas en el bolsillo, para que acompañe su tarjeta en la caja del Escorpión.

Sin embargo, cuando empiezas a sumirte en la melancolía, notas un fuerte olor a tabaco. Te vuelves para encontrarte con Candy y Violín. Tus compañeras se han mantenido alejadas durate un rato, dejándote un tiempo para pensar, intuyendo que necesitabas estar sola y rehurías su compañía. Pero, pasado un tiempo prudencial se acercan a ti, dispuestas a levantar tu ánimo. La asari pone la mano sobre tu hombro, sentándose a tu lado y pidiendo una bebida sin alcohol para ella misma.

- ¡Alegra esa cara, muchacha! - dice Candy soltando una humareda a tu alrededor. - Hay muchos peces en el mar, y con ese cuerpazo que teneis las asari no tardarás en econtrar alguno mejor que ese. - Coje tu segunda copa y le da un largo trago, dispuesta a no dejarte beber más de lo debido. Cuando la deja, te frota suavemente la espalda para consolarte.

- Además, ¡eres joven! - La palabra suena rara en sus labios, pues Candy tiene varios años menos que tú. - Jodidamente joven para una asari - añade sujetándote el brazo un momento. Le da una última calada a su cigarro antes de apagarlo en un cenicero. - Vete a casa chiquilla. Tómate la noche libre y descansa. Yo cubriré tu turno y a Daniel seguro que no le importará. Además, seguro que agradece que dejes de espantarle la clientela con ese ánimo que desbordas.

Sus palabras muestran su habitual falta de tacto, pero sabes que lo dice porque está preocupada por ti. Te vuelves hacia Violín y ves que secunda la propuesta de Candy, haciendo un gesto afirmativo con una cálida sonrisa.

Cargando editor
10/09/2011, 12:29
Aornis

- Gracias. Os debo una -respondo escuetamente. No quiero dar más conversación. Ésta no es mi noche.

Me inclino sobre la barra, más o menos donde calculo que están guardadas las botellas de reserva, y tanteo por la parte de dentro sin ver. Saco una. El viejo Johnny Walker. No, esa no; Johnny no es mi tipo. La vuelvo a poner donde estaba. Tanteando un poco más, termino por reconocer el cuerpo de cristal de una botella de Citadelle (*), y me la llevo.

- Decidle a Daniel que me la descuente del sueldo-añado. No puedo evitar sonreír ante la idea de Candy tratando con mis clientes, unos clientes acostumbradísimos ya a mis modales delicados, mi voz comedida, mi carácter tranquilo. Esta noche van a recibir una patada kármika en toda la boca.

Les dedico un par de besos en las mejillas, breves, pero suficientes para recordarme que estoy rodeada de personas, que hay gente a mi alrededor, que el mundo sigue. Porque el mundo sigue. Recojo mis cosas y salgo por la puerta de atrás, en dirección a mi casa. Quiero llegar allí y beberme la Citadelle, que seguro que es una metáfora de algo pero ahora mismo estoy demasiado abrumada para llegar a hacer razonamientos complejos.

Mientras camino por la noche luminosa de neones y música, por las calles artificiales de esta urbe inventada en mitad del espacio, pienso que en realidad las cosas han sido perfectas. No volveremos a vernos, y ambos guardaremos un recuerdo imborrable y extraordinario. Ninguno de los dos tendrá que conocer nunca la parte sucia del otro, y yo tengo tanta parte sucia que Mark Kane no sabe hasta qué punto es afortunado. Conservo un beso, una mirada, el tacto de sus manos, el olor de su piel, el sabor de su aliento. Y él jamás tendrá que escuchar que llevo la muerte en las venas, jamás se verá completamente horrorizado al descubrir mi auténtica naturaleza.

Hemos tenido la extraordinaria oportunidad de disfrutar de un momento perfecto, de hacer y decir todas las absurdeces maravillosas que deseábamos y que jamás nadie en su sano juicio haría si supiera que hay un mañana. Él nunca hubiera dicho "Me hubiera casado contigo" si supiera que mañana tendría que mirarme a los ojos o enfrentarse a una negativa. Yo jamás me hubiera atrevido a besarle así si supiera que mañana tendría que explicarle porqué mis bragas se quedan donde están, gracias. Ha sido un momento perfecto. Somos afortunados.

Decididamente, las cosas han salido bien. Y aunque sigo necesitando convertir mi consciencia en soufflé, debajo de toda la amargura puedo decir que me siento feliz.

 

Notas de juego

(*) Marca real de ginebra vista en la wikipedia. ¿Casualidad? No lo creo. (Mirada aviesa)

Cargando editor
11/09/2011, 23:03
Director

Abres la botella y te sirves una primera copa de ginebra en un vaso. Bebes un cortro trago para probarla, es excelente. Melancólica, pones algo de música y coges la caja de Escorpión. La miras sin atreverte a abrirla y terminas la copa antes de reunir el valor para hacerlo.

Durante un rato miras cada uno de los objetos que contiene la caja. Miras los objetos y recuerdas nombres, caras, sonrisas y, sobre todo, decepciones. Decepciones ante tus negativas, ante tus súbitas partidas del sistema en el que estábais, ante tus desapariciones huyendo de ellos cuando parecía que la relación podía llegar a algo. Uno a uno, sabes que no llegaron a entenderte, pero ¿cómo podían hacerlo?

Bebes. Bebes por sus recuerdos, por que la vida haya sido más justa con ellos de lo que tú podías permitirte ser.

Sacas el palillo de la aceituna del gin-tonic que cogiste en La Gata e inebitablemente vuelves a pensar en Kane. Eso te anima, pues al menos su extraña partida ha impedido que le decepciones también a él. Sabes que es lo mejor que podía haber ocurrido, pero aún así se te hace un nudo en la boca del estómago.

Bebes por Kane, por que le vaya bien en lo que quiera que le haya sacado tan bruscamente de la Ciudadela. Pero, sobre todo, bebes por ti, para olvidar por un momento la posibilidad de ser una Ardat-Yakshi, para olvidar que has apartado de tu lado a todas y cada una de las personas que te han importado desde que te separaste de tu hermana, para olvidar todos los objetos de la caja de Esfinge de los que aún no has encontrado a la familia de su dueño. Bebes para recordarte que aún hay un mañana y vuelves a hacerlo para brindar por que sea un día mejor.

Te quedas dormida, con la botella de Citadelle prácticamente vacía al lado de tu cama.

Notas de juego

Y es un buen momento para dejarlo. Mañana despierto yo a Aornis, ¿ok?

Por cierto, te digo lo mismo que me has dicho tú. Si ves que algo de lo que escribo no cuadra con tu personaje, dímelo y lo cambiamos, que no tengo ningún problema en ello.

Cargando editor
12/09/2011, 00:03
Aornis

Notas de juego

No, no, estoy más que satisfecha con tu capacidad mastérica. Pero gracias de todos modos, si veo algo que me gustaría de otro modo te lo haré saber.

Duda fisiológica, he estado mirando en la wikio de ME y no me queda muy clara la relación entre sexo, unión asari y reproducción. Quiero decir, como no soy del Opus entiendo que sexo y reproducción no van obligatoriamente de la mano, pero no me queda claro si la unión asari es inherente e inevitable a uno o a ambos procesos. Pa que me entiendas: si se puede echar un kiki sin necesidad de unirse, Aornis tal vez podría planteárselo  alguna vez -si estuviera muy, muy borracha-. 

Aclárame mis profundas dudas cósmicas.

Cargando editor
12/09/2011, 08:05
Director

Te despiertas con la agradable sensación de un final feliz y un nuevo día. Desgraciadamente, esa sensación se esfuma en cuanto haces el amago de levantarte. El dolor de cabeza te recuerda los excesos de la noche anterior y vuelves a caer en la cama, cerrando los ojos para que no te moleste la luz.

Al cabo de un rato te levantas maldiciendo y te diriges a la cocina para preparar el remedio contra la resaca de Candy, esperando que funcione igual de bien en las asari de lo que ella siempre dice que lo hace en los humanos. Mezclas los ingredientes con dificultad, pensando que semejante mejunje no puede ser bueno. Cuando lo terminas lo miras con desconfianza antes de decidirte. "De un solo trago", recuerdas las palabras de Candy al darte la receta.

El brebaje parece despejarte la cabeza, pero te sienta como una patada en el estómago. Rápidamente, corres al servicio y te inclinas sobre la taza del wáter. "Hija de puta", piensas acordándote de la familia de la humana, "si lo que quería darme era un vomitivo no hacía falta una receta tan complicada". Sin embargo al volver a la sala principal del apartamento parece que te sientes un poco mejor.

El parpadeo de una consola te indica que has recibido un mensaje importante. Tecleas algo en tu omniherramienta para que el mensaje se proyecte sobre una terminal. Lo primero que te sorprende es que vaya dirigido a ti, con nombre y apellido, así que lo lees rápidamente.

[Señorita...] Saltas rápidamente la cabecera, formalmente escrita con frases hechas que todo el mundo sabe de memoria. [Le informamos de Seguridad de la Ciudadela ha retenido en Aduanas un paquete destinado a usted. Debe pasar a recogerlo antes de...] Lees la fecha y maldices. ¡Hoy! Sorprendida, miras la fecha del mensaje. Llegó hace dos días, pero con todo lo ocurrido con Kane ni siquiera habías recordado mirar tu correo. [En caso de no personarse antes de la fecha señalada en la central de Seguridad de la Ciudadela se procederá a...] "Bla, bla, bla", piensas omitiendo el resto del mensaje. De todas formas, parece que no te queda más remedio que ir a buscar ese paquete. Pero... ¿quién demonios te ha enviado algo que tenga que pasar por Aduanas y cómo te han localizado?

Notas de juego

Aclárame mis profundas dudas cósmicas.

Si yo lo he entendido bien, la fusión (o unión, no recuerdo cómo traducen "melding") es inherente a la actividad sexual ya que las asari juntan su sistema nervioso con el de su amante. Aunque ese proceso, o uno similar, pueda realizarse sin que haya sexo de por medio (como lo que hacen Shaila y Liara para aclararle a Shepard las visiones de la baliza proteana), entiendo que las Ardat no pueden fusionarse sin acabar con su compañero, sea durante un acto sexual o no.

Por otro lado, la reprodución es independiente de la fusión. Aunque para tener descendencia deban fusionarse con alguien más para poder extraer la información necesaria de sus genes, creo que la reproducción es un proceso más voluntario en las asari que en los humanos, ya que tienen que coger esa información e incorporarla a su propio código genético. De otra forma, todos los sangre pura tendrían un hermano cuasi-gemelo de la otra madre.

Cargando editor
12/09/2011, 10:40
Aornis

Rápidamente, sin todavía ser capaz de pensar en las implicaciones que ese mensaje puede tener, me arrastro renqueando hasta la ducha y dejo que el agua caliente ponga un poco más de sosiego en la mousse de mantequilla a la que llamo cerebro. Salgo del baño y engullo como un pavo dos analgésicos y un protector estomacal. Gracias a Candy ahora estoy jodida del estómago y de la cabeza.  Bastarda.

Mientras me visto, pienso en quién puede escribirme a mí, y mucho menos enviarme un paquete. La respuesta se perfila ella sola en mi mente, blanco sobre negro: Esfinge.

No me jodas. Seguro que esto es un paquete lleno de actualizaciones de sus neutralizaciones. Un paquete lleno de todos los recuerdos que ha ido atesorando estas décadas. Ohdiosmio-ohdiosmio-ohdiosmio. ¿Cómo ha podido encontrarme? ¿CÓMO HA PODIDO ENCONTRARME? Venga, relájate, Aornis. No lo sabes. Puede ser... no sé, Hacienda. Un fan -sí, claro-. ¿Quizá he comprado algo on-line y no lo recuerdo? ¿Tal vez soy traficante de cocaína? Por favor, que sean drogas, que sean drogas. Algo con lo que pueda bregar.

Seg-C ha retenido el puto paquete. Tengo que ir a recogerlo o lo abrirán ellos, y habrá más problemas y mi vida será aún más desastrosamente caótica. O igual ya saben lo que es y en cuanto aparezca saltarán sobre mí como una horda de hienas y me pasaré los próximos seis siglos en alguna prisión de alta seguridad por un crimen que no he cometido, y mi compañera de celda será una lesbiana violenta que ha matado a un tío con un destornillador y me dará palizas en las duchas, y habrá una mafia horrible en el patio donde se intercambiarán cantidades exorbitantes de créditos por tenedores afilados para cargarse a los seguratas, y... coño ya, relájate, Aornis. Te estás poniendo histérica. Piensa con claridad, hazme el favor.

Me visto con un vestido largo azul oscuro, lo más discreta posible. Venga, estoy acostumbrada a bregar con clientes snobs que piensan que insistir en beberse un san Francisco en el ombligo de la camarera es elegante. Seguro que puedo tratar perfectamente con uno de esos capullos pagados de sí mismos de Seg C. O igual hasta me toca uno majo, algún chaval que no se haya levantado por la mañana pensando "¿A quién voy a joder hoy?"

A pesar de que no son el complemento más recomendado para parecer inofensiva, me pongo unas gafas de sol. La luz me mata, y oscurecer mi campo visual se convierte en un alivio. Cojo llaves, identificación, algo de dinero -suficiente para hacer una llamada a mi abogado desde una cabina, ja, ja-; meto todo eso en una pequeña mochila de vinilo negro de algún diseñador cuyo nombre no conozco-regalo de Daniel, yo jamás habría comprado algo tan jodidamente chic- y enfilo directa hacia Seg C.

Venga, sólo es un paquete. ¿Qué problema puede suponer?

Notas de juego

Excelente. Es que me chocaba precisamente lo que comentas, lo de Liara fundiéndose con Shepard; y pensé que igual era un algo independiente.

Cargando editor
13/09/2011, 12:29
Oficial de Aduanas

Sales de tu apartamento y te diriges a la estación de RapidTrans más cercana. Una vez allí no tardas demasiado en llegar a la central de aduanas del distrito en el que te encuentras.

En la entrada del edificio hay un turiano que te solicita que pongas la mano sobre un escáner. Cuando lo haces ves tu ficha completa en una pantalla. El guardia mira alternativamente a la pantalla y a ti misma y te permite el paso con lo que te parece una sonrisa.

Entras en el edificio y te sorprende la cantidad de gente que puede haber aquí dentro. Rápidamente te diriges a un mostrador de información en el que te indican dónde te pueden atender. Maldices al perder un ascensor mientras se cierran las puertas y decides subir los dos pisos andando. Por fin llegas a la zona que te han indicado y te paras a leer los carteles. Departamento de importaciónes.

Una humana con aspecto aburrido está en el mostrador de atención al público. Se endereza cuando te acercas y, antes de que le puedas decir nada, pregunta con voz lacónica.

- Nombre... - Sorprendida por su brusquedad y algo atontada aún por la resaca, le dices tu nombre incluso antes de poder plantearte una queja coherente. La mujer teclea rápidamente en su ordenador.

- ¡Ah! Señorita Aornis. Debería usted saber que la importación de armas por paquetería ordinaria está restringida en la ciudadela. - Te dice con los aires de superioridad típicos de un funcionario de la Ciudadela. Por su tono, parece estar asumiendo que conoces el motivo de tu citación.

Cargando editor
13/09/2011, 13:57
Aornis

Para empezar, el turiano y su sonrisita me ha puesto los pelos de punta. Vale, sí, estoy paranóica, seguramente sólo fuera un sonrisa de "Hola, buenos días, pase" o en el peor de los casos de "Hola chorba, te pegaba un bocao"; pero nada más allá. No hay ninguna razón para pensar que fuera una sonrisa de "Hola, has caído en nuestra trampa, háblanos de este paquete lleno de objetos de fiambres, bwahahahaha". 

Necesito unas vacaciones.

La tipa del mostrador no mejora la situación.

- ¿Importación de armas? - realmente me sorprendo, tanto que me quito las gafas como si fueran a permitirme entender mejor-. Creo que debe haber un error. Yo no he comprado ninguna arma, ni dentro ni fuera de la Ciudadela.

Me muerdo los labios.

- ¿Quién es el remitente? -pregunto, intentando que mi nerviosismo no sea tan transparente como a mí me parece. Despliego todo mi encanto de camarera, con una amplia sonrisa y un gesto amable, un tono de voz tranquilizador y una actitud atenta.

¿ARMAS? ¿Cómo que armas? ¡Pero si lo más bélico que sé usar es un rizador de pestañas!

Bueno, rogué algo con lo que pudiera bregar. Drogas, si mal no recuerdo. He obtenido armas. Así que por ahora, tengo lo que deseaba. Gracias, karma.

Cargando editor
14/09/2011, 16:15
Oficial de Aduanas

La mujer levanta la vista de la pantalla y te mira directamente.

- Yo no he dicho que la haya comprado, sino que se la han enviado... Si desea comprar armas hay multitud de tiendas en la Ciudadela en las que los civiles pueden conseguir armas cortas. - Informa con tono de obviedad, recalcando una evidencia. - Pero para recibir una por correo debe tener una licencia para ello o abonar el 80% de su precio en concepto de tasas.

Teclea rápidamente algo en su terminal y lee la información que le aparece en la pantalla.

- El paquete no tiene remitente, pero ha sido enviado desde Illium. - Informa. - Aparentemente allí llegó redirigido desde algún otro sistema. - Te mira con severidad y vuelve a teclear algo, frunciendo el ceño. Lee la información con gesto de extrañeza y, finalmente se encoge de hombros volviendo a dirigirse hacia ti. - Al parecer quien lo envió costeó el transporte a través de media galaxia. Seguramente el envío le habrá costado mucho más que el propio contenido del paquete.

El gesto aburrido de la oficial parece haberse disipado. Al parecer no todos los días entrega un paquete sin remitente que ha viajado por más sistemas de los que presumiblemente ella conoce, lo que hace que tu caso tenga un interés especial en su monótono trabajo.