Partida Rol por web

Puedo ver como mi padre puede leer mis pensamientos al mirar el aguijón y le lanzo una tímida sonrisa. Luego, él y mamá se ponen cerca de esa cosa mientras papá da vueltas, mamá parece que va a hacer algo. Me encojo al lado de Alex cuando papá dice que tengamos cuidado.

-¿Cómo vamos a salir de aquí?-pregunto más para mi que para el resto sin apartar los ojos de mi madre y mi padre, atenta a lo que pueda ocurrir.

Aquella cosa me tenia intrigada, estaba luchando entre la curiosidad y el miedo, sin tener claro si debiera o no tocarla, pero al alzar la cabeza y ver como mi marido asentía ligeramente, como las niñas observaban con atención y como mi hijo me daba un consejo de como hacerlo, no tuve dudas.

-Gracias cariño, lo intentare. -Quise devolverle el favor a Alex, demostrándole que pese a mi actitud, también estoy allí para él si lo necesitara. El consejo aun así era un tanto raro, trillado, no comprendí la palabra que dijo, pero si que pensara en un mapa del lugar o algo parecido y así lo hice, recordaba aquel momento cuando llegamos a esta locura, al agujero y sus plantas, a como acabábamos de llegar al piso superior y como temía el ruido del inferior. Y entonces apoye mis manos sobre ello.

Tu mente se ve atrapada por una avalancha de información. Te sientes como cuando hacías una excursión del colegio en la infancia y visitasteis la Biblioteca del Congreso, abrumada por la cantidad de información donde tus diez años no sólo te hicieron sentir niña, sino que cavó un foso insalvable entre tu ignorancia y toda aquella cantidad de datos. No fuiste capaz de comprender cómo el ser humano era capaz de recopilar todo aquello. Ahora, tu sensación es la misma pero elevada al cubo. Cantidades ingentes de conceptos biológicos y matemáticos deambulan por los rincones de tu consciencia. No eres capaz de entenderlos. Lo único que parece presentarse de manera legible en tu mente es una opción. El cubo negro te permite activar con sólo desearlo un sistema de seguridad que aísla esta planta del resto y dispara una bomba térmica en las otras tres capaz de destruir toda forma de vida que haya en ellas. Posteriormente, el paso entre plantas se reabrirá.

¿Activas la bomba?

Joanna posa sus delicadas manos sobre el cubo, momento que Ted aprovecha para fijarse en el anillo de compromiso que lleva su esposa, y en consecuencia, darle unas vueltas disimuladamente al que él mismo lleva en su dedo.

Alex, Stacy y Dorothy se sitúan al otro lado del pedestal, esperando ver qué ocurre. Dorothy muestra cara de fastidio, como si pensase en voz alta "No va a ocurrir nada".

Joanna mantiene los ojos abiertos mientras está en contacto con la superficie oscura. El destino final de su mirada no es lo que tiene enfrente, sino que parece perdida. Muy lejos de donde estáis ahora. Sus labios se separan ligeramente, como cuando alguien exhausto se relaja y comienza a dormirse, pero advertís que pronto empiezas a hacer pequeños movimientos, como si susurrasen a toda velocidad cosas ininteligibles.

No sé por qué, pero siento un nudo en la garganta al ver a mi madre decidida a tocar aquel cubo. Instintivamente agarro la manos que tengo más cerca, la de Alex y la de Dorothy. Siento mi corazón latir fuerte en mis oídos como si esperara que pasara algo grabe. Pero esa explosión o suceso que esperaba no pareció llegar salvo por un pequeño detalle. Mi madre movía los labios rápido, como susurrando.

Solté las manos de mis hermanos instintivamente y me acerqué a ella para poder escuchar lo que susurraba.

No tenía ni idea qué narices pretendía hacer mi madre. ¿Acaso pensaba que por tocar aquel cubo íbamos a aparecer de nuevo en nuestra casa? Era bien tonta si creía eso pero, a pesar de mis pensamientos negativos, me mantuve expectante ante lo que fuera a ocurrir. Tan centrada estaba en no perder detalle de las manos de mi madre sobre el cubo y de su boca que parecía estar murmurando a saber qué, que ni siquiera desprecié el contacto de mi hermana cuando su mano se unió a la mía. En esos momentos era algo a lo que no le daba ninguna importancia.

De acuerdo que estaba convencida que aquello no iba a funcionar, y si lo hacía sólo conseguiría atraer un nuevo problema hasta nosotros, pero aún así no pude más que tensarme al comprobar cómo mi madre parecía ida, como si ya no estuviese junto a nosotros y hubiera conseguido alejarse sin esperarnos. Seguía los movimientos de sus labios hipnotizada, sin entender ni una palabra de lo que pudieran estar diciendo y, al igual que no le había dado importancia al apretón de Stacy, tampoco lo hice cuando me soltó la mano y, desde luego, ni siquiera intenté detener a mi hermana cuando se acercó a mamá.

Pensé que si aquello funcionaba, cosa que dudaba bastante, y aquel estúpido intento de mi madre nos llevaba de vuelta a nuestra casa y a nuestra realidad, prometía comportarme mejor, quizás no como antes pero sí mejor de lo que me había comportado los últimos meses.

-Esto... esto es muy raro, las imágenes vienen a mi. -Era consciente que lo que decía no tenia apenas sentido para el resto de mi familia, tal vez si para mi hijo quien me sugirió lo de imaginar. Pero lo cierto era que entre toda esa información que pasaba por mi mente sin apenas entender nada, tenia claro una cosa y era algo tan importante como peligroso. Tal era el caso que ni siquiera me atreví a mover las manos del lugar, solamente la cabeza para que vieran en mi rostro la preocupación de lo que acababa de encontrar.

-Esto es como una enciclopedia, es la uncia forma que tengo de explicarlo... Incompresible en su mayoría, llena de información biológica y matemáticas que son... incomprensibles. -Sabia que contar todo aquello no servia de nada, pero quería prepararles para lo único que si entendía de aquella amalgama de información, algo que tal vez las niñas o ni siquiera mi hijo deberían escuchar, pero por el bien de la familia, de mantenernos juntos y seguir adelante, no debía esconder semejante hallazgo.

-Pero al parecer también se puedan hacer cosas con esto. Puede... puedo activar la seguridad de esta sala y... -Ni siquiera sabia como decirlo. -Y que lance una bomba al resto de las estancias, para acabar con la posible vida que halla en ellas.

Me detuve unos segundos para atender a sus reacciones, centrada sobretodo en las caras de mis dos pequeñas quienes tenían que darse cuenta de la crueldad de la vida mucho antes de lo que me gustaría.
-¿Que hago cariño? Que pensáis. No sabemos si mas gente esta atrapada aquí con nosotros, si hago esto... Estaremos solos pero... ¿Pero y si hay alguien mas como nosotros atrapados y perdidos? -No quise decir la palabra que me rondaba la cabeza, simplemente deje de hablar y espere a escuchar las reacciones de cada uno.

Ted tragó saliva. Miró de reojo otros artilugios extraños de la sala, en particular aquella esfera que se descomponía y recomponía. No estaba seguro de lo que debían hacer.

-Alguien como nosotros por aquí, es improbable... -pensó en voz alta. -Me preocupa más llamar la atención de... de quien quiera que "gestione" esto. Porque si te he entendido bien, podrías intentar acabar con todas esas aberraciones que hay en las salas que hemos visto, o como esa -señaló a la bestia que acababan de abatir- , y no me da ninguna pena, pero eso no significa que este odioso laberinto se quede vacío. Ni que tengamos más idea de por dónde salir. Ni a dónde.

Parecía que todo aquello era una especie de laboratorio gigante con creaciones alternativas a aquellas por las que la Naturaleza se había decantado en su lucha evolutiva. Pero quién había detrás y qué pintaban ellos allí seguía siendo un misterio. En cualquier caso, Ted parecía cansado de todo aquello.

Fuego al agujero -dijo con voz cansada, asintiendo.

Escuchaba a mi madre pero no entendía bien lo que quería decir. Hablaba de matemáticas, biología, enciclopedias,... cosas que no parecían tener ningún sentido dichas en aquella sala y en aquellas circunstancias, o por lo menos para mí eran incomprensibles. Lo único de todo lo que dijo que llegó claramente a mi cabeza, fue saber que aquello que mi madre estaba manipulando podía hacer volar por los aires las cosas horribles que habíamos visto desde que entramos en ese lugar.

Apreté los puños ante las dudas que planteaba mi madre. No entendía tampoco porqué dudaba, porqué no apretaba simplemente el botón en lugar de buscar el apoyo de mi padre. Deseaba que todo saltara por los aires, que todo acabara de una vez por todas. ¿Y si había alguien más...? Esa había sido la principal duda de su madre pero ¿quién coño iba a haber allí? En ningún momento habían visto vida humana, sólo asquerosos animales y bestias que se escapaban de la comprensión humana.

—Hazlo máma, venga... Hazlo. —Por una vez en mucho tiempo estuve de acuerdo con mi padre.

Así lo dijo su viejo y así pensaba él que también debía ser, ciertamente. Dothy concordaba incluso, sin embargo algo estaba mal, gato había encerrado aquí. ¿Encerrado? Alex pensó entonces y tuvo de la nada un intento de realización, un momento de iluminación que creía él no era un mero solipsismo. Sus ojos se abrieron ampliamente y entonces golpeó su mano abierta con el puño de la otra, justo después de que Stacy se fuese hacia con su madre. ¿Antes no habían visto...? Mierda.

- No. -Pausó, mirando a Dorothy y a Stacy, incluso, a su padre y a mamá.- No, no, nada de eso. -Casi estaba hablando solo, como si fuese esquizofrénico o algo.- Clones. -Agregó. ¿Qué?- Sí, clones, clones. ¿Stacy, tú viste uno en ese lugar, no? Y yo ví uno en mi sueño... Mío.

Tragó entonces para confesar, con un gesto amargo y semejantemente cansado, cabreado como el de su padre al cual mentó "viejo" por momentos, su fachada tanto interna como externa del sujeto y estudiante modelo estadounidense trizándose cada vez más y más. Al ver las heridas de su padre, aún si tratadas por su madre, producto de la pelea de antes, le quedó claro. Valentía y desgaste a la vez.

- No fue mamá la que estaba en el sueño. Fue Stacy. -No quiso mirarla, no pudo, su voz era seria sin embargo.- Si depositamos la bomba podríamos estar... Podríamos estar cayendo en la trampa que buscan. ¿Y si no somos nosotros mismos? ¿Y si estamos perdidos? ¿Qué más te dice esa cosa, mamá?

Preguntó. Sonaba como un loco pero esencialmente su idea era la misma que dedujo hace poco, de que estaban en algo así como "La invasión de los ladrones de cuerpos" en donde tenían clones que no eran ellos pero sí lo eran. No quiso extrapolar el pensamiento tampoco, pero por el momento, eso era. Miró a su madre a los ojos superando su temor hacia ella y su rechazo para saber. Estaba más que hasta la coronilla y quería acabar con todo esto, pero no quería hacerlo mal tampoco. Decisiones, decisiones.

Indecisiones, más bien.

Cuando Alex dice que fui yo quién estaba en su sueño me entran ganas de llorar. Yo jamás haría nada malo a ninguno de mi familia, ni siquiera a Dorothy. Instintivamente me giro a mirar a uno por uno esperando ver las reacciones a ese comentario de Alex. 

"Sólo era un sueño, Stacy. ¿O acaso tú piensas que Darek te haría lo que te hizo en el sueño?" me autodigo tratando de tranquilizarme para no dejar escapar esas lágrimas que amenazan con salir más por tensión que por tristeza.

Luego, comienza a hablar de clones, de cosas raras que yo no entiendo y dudo que ninguno tengamos mucha idea de nada de lo que está ocurriendo aquí. Así que sin más, me quedo en silencio esperando a que mamá tome una decisión.

No ves nada extraño en tu hermana Stacy. Estás seguro que es la misma de siempre.

Esos segundos en los que la mano de Joanna tocaba la superficie oscura eran como un dedo sobre un botón rojo, a punto de desencadenar un desastre mundial. La afirmación de eliminar cualquier rastro vivo del resto de plantas tendría unas consecuencias desconocidas. Quizá Joanna se comportase como un dios arrogante que acaba con la vida de un plumazo, como quien pulsa un botón, o quizá no fuese tan mala idea, si había más bestias peligrosas como las que habíais logrado vencer hacía tan solo unos instantes. Eso les permitiría explorar el resto de plastas con total tranquilidad.

De lo que estaban seguros era de otras cosas. Stacy estaba siendo arrancada de su inocencia. Dorothy comprendía a la fuerza que no está sola ni nunca lo estaría, y eso, en el fondo, la reconfortaba. Alex, a veces confundido con la realidad que le rodeaba en el Dakota, este ambiente extraño y desconocido en el que no estaba solo le hacía sentirse más seguro de sí mismo. Ted, que sus últimos años se habían convertido en una vorágine de rutina en los que la vida se le escapaba entre los dedos y viendo como sus recuerdos acumulados de la última década no sumaban más de una semana, estaba viviendo con intensidad estas horas, y suponía un punto de ruptura en su vida. Y Joanna... Joanna tenía que tomar una decisión sobre la vida de un número indeterminado de vidas o la seguridada de su familia. ¿Activaría la bomba?

No entendía nada de lo que Álex estaba diciendo. Para mí eran palabras sin sentido producto seguramente de la tensión del momento, de todas formas de lo único de lo que podía estar pendiente era de mi madre. Hazlo mamá, hazlo, era en lo que podía pensar. Deseaba que apretara el botón, que acabara de una vez con aquellas bestias como la que nos había atacado hacía unos minutos y que a punto había estado de acabar con papá y con Álex, porque esas bestias existían en cambio no teníamos ni idea de que hubiera más gente como nosotros allí encerrados. Me había dado cuenta que no quería perder a mi familia, los necesitaba y no soportaría que les pasara algo malo.

Si salíamos de allí teníamos que hacerlo todos juntos.

—Hazlo mamá, aprieta el botón —susurré más para mí que para que me oyera ella. Sólo esperaba que se atreviera a hacerlo aunque en el fondo sabía que no me haría caso. Hacía mucho tiempo que nadie me hacía caso.