Partida Rol por web

Después de prepararte para la misión te diriges al despacho del teniente pero este no se encuentra en el. Un cabo primero te facilita un dosier con la información de la misión, mapas del terreno para llegar hasta el lugar y algunas fotos de los depósitos pero poco útiles ya que no se ve prácticamente nada más que los depósitos. Los tres depósitos están uno al lado de otro a menos de un metro de separación entre ellos.

Tras los 15 minutos que dio el sargento estáis todos preparados a la entrada del barracón. Disponéis de vuestro equipo y munición designada. Preparados para vuestra caminata de cinco días hacia territorio orco.

El sargento llega llevando un dosier con documentos y os ponéis en marcha en dirección a la salida de la base. Después de comprobar vuestros documentos y órdenes os abren una de las puertas traseras de la base muy poco frecuentada. Os encontráis en los márgenes del bosque y vuestra misión está a punto de comenzar.

Puntual como siempre se dispuso a mantener una distancia prudencial al sargento. Como él iba a ser quien estuviera al mando en la misión se requería de que el vocooperador se situara cerca de él para transmitir cualquier orden proveniente de los altos cargos.

Como una rutina se puso a revisar su equipo, como una manía. Aunque lo llevara todo, siempre sentía que le faltaba algo. Unas cuantas medallas más. - Pensó en su arrogancia pero mantuvo dentro de su disciplinada bocaza.

Un rifle Minerva-Aegis desgastado pendía de su correaje, deseando ser disparado. Aunque viejo, era fiable, las armas de este tipo destacaban por este motivo. La pistola "Hijo del trueno" que ya había usado en alguna ocasión le ayudaba a sentirse confiado aun a pesar de llevar armas mejores. Y si todo fallaba, el cuchillo de combate estaba en su sitio.

El vocotrasmisor le hacía peso y le dificultaba el movimiento, pero era un honor desempeñar aquel papel en la Guardia, al fin y al cabo. En sus manos sotenía un auspex del que trataba continuamente de hacerse el control, como le habían enseñado en los pequeños entrenamientos de especialización. El resto de equipo, que no era de uso necesario- aún - lo llevaba en una enorme mochila a su espalda, con la que había aprendido a cargar después de un tiempo en el ejército.

- Estableciendo prueba de comunicación con base, cambio. - Lo primero era comprobar que funcionaba su aparato, o eso ponía en el manual.

Al contrario de lo que se podría esperar, llego a tiempo a la formación. Una cosa era hablar más de la cuenta y otra  muy distinta llegar tarde a una formación para el combate, pues en esa ocasión, un mando podía acusar de cobardía, deserción o algo similar y el castigo en ese caso no era muy agradable (cosa que había experimentado ya).

Teniendo resueltas ya las tareas importantes de antes de partir y con el equipo bien ajustado me dispongo a tomar mi posición de marcha. Atravesar un bosque siempre es algo tenso, aunque por suerte estamos más cerca de los nuestros que de los orkos, así que eso da cierta tranquilidad. 

Me cuelgo el rifle a la espalda y preparo la pistola. Nunca hay mucha munición para el rifle y prefiero reservarla

-Eh sargento ¿le ha dicho el teniente cuantos jodidos pielesverdes habrá por la zona? pregunto para ir haciéndome una idea de lo complicada que será la misión.

Habia enviado a mi hermano por el cañon, lo que me dejaba algo de tiempo libre, ya que solo debia ir a por las municiones. Esperaba que la asignacion de municion esta vez fuera mas generosa que las ultimas veces, y poder dejar apretado el gatillo un buen rato, disfrutando del retroceso, el fogonazo y el estruendo de un arma de aquel calibre disparando. No entenderia jamas como otros podian conformarse con las linteras que llamaban "Rifles Laser Reglamentarios".

Tras un corte de mangas a mi hermano cuando me dice que solo tiene esa varita de lo -mentiroso, yo le habia visto al menos otra mas- me acerco al cafe abandonado por Korlo, llevandomelo y tomandome un par de tazas mientras camino hacia las letrinas. No habia nada como una buena meada en las letrinas antes de una mision importante. Esas cosas daban suerte. Tiro el termo con lo que quedaba de cafe en la letrina, encojiendome de hombros, esperando que Korlo no se hubiera comprometido a devolverlo. Vuelve a encojerse de hombros, no era su problema.

Finalmente, acaba por dirigirse a la armeria, donde habla con intendencia, para pedirle las municiones correspondientes a su hermano y a él mismo. La respuesta, es una mochila de campaña con varias cajas de municiones, la mochila pesa al menos tanto como el cañon, y es bastante mas aparatoso. Se queda con la boca abierta, alzando ligeramente las cejas en un claro gesto de sorpresa. Acto seguido, frunce el ceño, cabreado, cogiendo la mochila y cargandosela al hombro.

Camina hacia la puerta trasera, con cara de pocos amigos y la cabeza agachada. En cuanto ve a su hermano, le vuelve a hacer un corte de mangas, y vuelve a demandarle varitas de Lho, a sabiendas de que con lo que tardo, paso por el barracon a por su reserva especial.

Saluda a los presentes con un gesto de la cabeza, un ligero cabeceo, a modo de saludo, esperando a que el Sargento les ordene ponerse en marcha.

Ya había preparado parte de mi equipo antes de la reunión con el teniente y solo faltaban un par de cosas, por eso soy de los primeros que salen a la entrada del barracón.

Mientras espero a que lleguen el resto de mis compañeros me relajo con una varita de Lho, no es que sea muy asiduo a ellas, pero formaba parte de un ritual. El descanso previo a la batalla. Quizas la última al igual que la varita.

Mientras me relajo, pienso en la misión y las posibilidades de volver. La verdad es que son escasas.

Poco a poco van llegando los demás compañeros a los que saludo con un cabeceo simplón.

Llego al despacho del Teniente y comenzamos a charlar un poco de la misión que tenemos entre manos. El Teniente "Cortacuellos" empieza a sacar papeles de uno dossier militar y los va colocando todos sobre una gran mesa. Comienzo a observar detenidamente cada una de las hojas que el Teniente pone sobre la mesa. Lo miro totalmente impresionado y con los ojos como platos no dudo en hacer un pequeño comentario - ¡Mi Teniente! no es por ofender ni nada por el estilo pero...... ¿¡quien coño hizo estas fotos!? Señor, ¿mandaron al soldado "Bisojo" a hacer estas fotos? ¡¡JODER!! con razón se ven así -

Durante unos minutos, me quedé mirando aquellos folios intentando descifrar algo positivo de allí..... pero fué inutil. Lo único que conseguir ver más o menos, fue la foto de los tres depósitos que debíamos destruir. - Mi teniente, con todos mis respetos... no me interesa ver los putos depósitos, lo que quiero es saber la situación y no veo que en ningúno de estos folios haya nada parecido...... -

A la vista de que el dossier que el teniente me había facilitado era una misera mierda, saludé al teniente - Mi teniente, el tiempo apremia y si no ordena nada más, me voy a por mis soldados y partiremos lo antes posible. Nos veremos en una semana mi teniente. - Con un cabreo de mil pares de cojones y maldiciendo al puñetero soldado "Bisojo" por el puto trabajo que ha hecho, me dirijo hacia el barracón donde estarán mis soldados listos junto al cabo para partir en una misión suicida.

Conforme llego a la formación de mis hombres, veo que ya están todos listos. - Soldados, descansen.... - me acerco al cabo Soneka y le comento la mierda de informes que el teniente me ha enseñado - Cabo, los informes que el teniente me ha enseñado no sirven para nada, solamente se ven borrones, asi que tendremos que hacer uso de nuestro sentido de la orientación para guiarnos por el camino de ida y de vuelta - Una vez he hablado con el cabo, me dirijo al resto de soldados. Me coloco ante ellos totalmente firme y con los brazos y manos a la espalda - Señores, se nos ha encomentado una misión de vital importancia para el imperio. Toda la información que el teniente me ha proporcionado, solo sirve para limpiarse el culo despues de cagar las habichuelas de anteayer. Nos dirijiremos YA hacia la parte trasera de la base, donde nos adentraremos en el bosque para comenzar nuestra misión. Quiero que agudiceis los sentidos, sobre todo el de la orientación, pues como ya os he dicho, los mapas del terreno no se ven una puta mierda y nos tendremos que guiar por nuestro instinto y brújulas. -

Dirijo la compañía hacia la parte trasera de la base. Al llegar entrego la documentación pertinente de la misión que tenemos entre manos y una vez verifican que todo está correcto, nos abren las puertas. Ante nosotros, se abre un gran bosque, el cual tendremos que atravesar rápidamente y haciendo el mínimo ruido posible - Chicos, no os quiero decir nada de como tendremos que ir, no sabemos cuantos enemigos habrá ahí fuera, no sabemos donde estarán... el teniente ha dicho que llevaran armamento ligero, pero yo no me fio, asi que habrá que estar atento a cualquier cosa y esperarnos en cualquier momento lo peor, asi que.... concentración.... seriedad.... y todo irá bien. Cada uno sabe hacer lo que tiene que hacer y espero que lo hagais bien. - Entramos en el bosque y empezamos a adentrarnos en él.

Empezáis a avanzar por el bosque, sabéis que no estáis avanzando precisamente hacia el frente donde se están produciendo los mayores combates, pero aun así sabéis que el combate os espera más adelante. Podéis escuchar la artillería disparando de forma rítmica en una serenata de muerte que parece no acabar nunca y el olor a pólvora y explosivos lo impregna todo, incluso en el bosque, claro que ha vivido tiempos mejores, cuando era el antojo del gobernador planetario y no tenia que preocuparse por un guerra a escala global.

Una vez he pasado por la capilla y recogido mis pertenencias, me coloco en el exterior de los barracones a la espera de que llegue el sargento. Uno tras otro los miembros de la escuadra van formando una linea, bromeando entre ellos o estando parados sin mas. Cuando el sargento llega y nos da la orden de marcha partimos para abandonar la base.

Dejamos tras nosotros los puestos de observación, los pozos del tirador y nos internamos en "ese bosque" plagado de orkos. Su comentario sobre los mapas no hace otra cosa que aumentar las malas sensaciones que da esta misión.

- Ya sabe señor que los mandos superiores solo se preocupan de una buena realización del trabajo si su vida corre peligro, de lo contrario sale esa mierda de mapas.

Quito el seguro del rifle y lo dejo con la correa lo suficientemente holgada como para empuñarlo sin problemas.  

- Soldado Callidon. ¿Ves algo raro en el auspex?

Malhumorado, aunque mas tranquilo, despues de darle UNA cajetilla de Lho entera a su hermano, (el lleva 5 mas, guardadas en diferentes bolsillos, entre ellas la de regaliz) avanza tras el sargento, junto a su hermano, saliendo de la base, con su cañon automatico a la espalda, deseando freir a tiros a esos mal nacidos pieles verdes.

Aunque por otro lado le daba mala sensacion dejar atras los muros de la base, la seguridad de su amada Colmena, culla produccion no termine nunca, para mayor gloria del emperador. Esa sensacion le da cierto grado de inseguridad, como un crio que sale de su casa tras mucho tiempo sin salir.

Mantiene la formacion dicha por el sargento, alerta a su alrededor, tras echar una rapida mirada a los cada vez mas lejanos muros de la base.

La diarrea verbal del Sargento me parecia, una vez mas, la mierda de siempre con la seriedad, la concentracion y toda esa puta basura. Al final pasaría tambien lo de siempre. Todo saldría mal. Se aparecería el Emperador, y por deseo divino acabaríamos haciendo las cosas bien, por los pelos.

Eso se merecia un poco de Lho.

Comienzo a avanzar por el bosque, junto ami hermano mientras saco de uno de los bolsillos una varita de Lho, llevandomela ala boca y prendiendola. No habia nada como fumar de buena mañana. Era su segundo favorito. Todos tenian muchas preguntas, a mi parecer, estupidas. Solo habia una que importara, asi que golpeo a mi hermano con el dorso de la mano para que me mire.

Acto seguido, levanto un dedo de la mano, y luego señalo a nuestros compañeros, y señalo hacia adelante. Y espero a que haga la pregunta al Sargento, donde apuesta que soltara alguna de sus perlas.

Korlo caminaba pensando en sus cosas, para varían, mientras no dijeran nada interesante no prestaría atención.

De primeras, caminata por el bosque hasta llegar al puente si mal no recuerdo. Estoy deseando encontrarme con uno de esos monstruos estúpidos. Lo mejor de todo es cuando revientan en miles de pedazos sin saber que estaban pisando una granada. Todavía no entiendo como se metieron en este planta sin destruirse entre ellos.

Al recibir el codazo de su hermano, presta atencion a sus señas, no sin antes pedirle fuego, encendiendose el tambien la varita de Lho y dandole una buena calada. oh...esto lo mejora todo... piensa, antes de mirar al sargento, unos metros por delante de ellos.

Sargento...no es por fastidiar... esto esta siendo un bonito paseo, pero vaya, a quien le toca ir primero? si no puede decidirlo usted porque nos quiere mucho...puedo hacer un sorteo, con las debidas apuestas, eso seguro que le alegrara a mas de uno!

Termina, sonriendo, mirando al resto de la escuadra, mientras juguetea con la cinta votiva que lleva en la mano, esperando que el emperador escuchara sus rezos.

El sargento os va llevando por el bosque aunque parece que le cuesta un poco orientarse por el mismo, por desgracia no hay ningún camino que seguir así que tiene que confiar únicamente en sus capacidades y su fiel brújula.

El bosque es bastante frondoso y de vez en cuando os cuesta avanzar por él, aun así conseguís llevar un buen ritmo y creéis que podréis cumplir con los plazos iniciales.