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Media Luna

Moana Smith: En casa

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04/11/2013, 13:01
Máster

Lunes 4, Noviembre de 2013

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04/11/2013, 13:05
Máster

Se había pasado lloviendo toda la tarde. Había sido un día de esos en los que no apetecía salir del sofá, con aquella manta típica de cuadros rojos y negros mirando estúpidas películas de sobremesa. No obstante, para tí era como cualquier otro día, pues casi todo el año solía estar así en tu ciudad.

Te habías instalado en una cómoda residencia de gama media. Habías encontrado un trabajo estable y te podías permitir un cambio de residencia. Aunque no ibas muy sobrada tampoco. Tu jefe, días atrás te había hecho varios ademanes de mandarte a la calle con frases que debe de soltar a diario el muy cerdo, o eso pensabas. Tampoco querías darle muchas vueltas a la cabeza.

Despertaste sobresaltada en el sofá. Te habías quedado dormida por culpa de una ruidosa lluvia y las pelis tan nefastas que hacían. 

Sobre la mesita, enfrente de ti descansaba un informe que ya habías leído previamente. Decía que una compañía de vuelo estaba interesada en contratarte como azafata.

No tenías muy buenas esperanzas, pero por probar no perdías nada. Al lado de esa misma carta había una tarjeta con un número de teléfono adjunto:, en el que aún no te habías fijado atentamente.

  • Srta. Adriana Silverstone
  • Directora de Aer Lingus
  • Teléfono: BO-2336

 

La carta, que te había llegado aquella misma mañana, finalizaba con un " Hable con mi secretaria en el número que le adjunto ".

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05/11/2013, 00:18
Moana Smith

Moana tardó un instante en situarse y darse cuenta de que solo había estado dormida unos pocos minutos. En la televisión estaba la misma película, aunque según recordaba se había perdido una de las pocas escenas que valían la pena, seguía escuchando la lluvia chocar contra los cristales de la cristalera de la pequeña terraza y aun se escuchaba ruido en la calle. Se estiró, perezosa, en el sofá en el que estaba tumbada mientras alargaba la mano en busca del mando a distancia. No tardó en localizarlo y bajar el volumen de la televisión, simplemente para dejar que el sonido la acompañara, pero sin pretender más.

Se levantó y se dirigió a la pequeña cocina. Quedarse dormida de aquella manera la había hecho sentir frio y le apetecía urgentemente algo caliente. Para mitigar aquella sensación de frio, sí, pero también para ayudarla a pensar. A los pocos minutos tenía entre sus manos una taza llena de una humeante infusión que despedía un aroma dulzón que podría recordar a una mezcla de frutas exóticas con algo de canela, pero en la que la composición de frutas era casi imposible de identificar por alguien de la fría y húmeda Londres.

Abrazando la taza entre sus manos y respirando aquel aroma que la trasladaba automáticamente a casa de su abuela y a la tranquilidad de una puesta de sol escuchando el romper pausado de las olas en la blanca arena de su querida isla materna, Moana se sentó de nuevo en el sofá en el que había despertado hacia escasos minutos. Delante de aquel sofá, sobre la mesa que había delante, un sobre, una carta y su ordenador portátil, se distribuían sin orden aparente, como dejados de cualquier forma allí, olvidados por su dueña. Pero nada más lejos de la realidad. Todo lo que había en aquella mesa estaba suponiendo un pequeño, o no tan pequeño, dilema para Moana.

Hacia semanas, o meses, que el pensamiento de cambiar de trabajo rondaba su cabeza. Lo que inicialmente había sido un trabajo magnífico en la compañía aérea bandera de su ciudad, hacía meses que se estaba viendo empañado por el comportamiento de su jefe hacia ella. ¿Qué había hecho mal? ¿Qué no le gustaba de ella? ¿Tenía algo que ver aquel ERE encubierto que los sindicatos venían comentando desde hacia semanas y aquello era solo una forma de empujarla a tomar una decisión que le saliera rentable a la empresa? Moana no tenía forma de saberlo, solo contaba con los comentarios de personas ajenas por completo a su problema y, sobre todo, con sus sentimientos. Y su sentimientos no eran muy positivos que pudiera decirse. Quería volar, sentirse libre, sentirse feliz, pero ahora solo lo conseguía conforme cerraba la puerta del avión y la luz de cámara presurizada se encendía. En tierra aparecía él, sus comentarios, sus decisiones, sus cambios de humor y los cambios de turnos y trayectos que la estaban volviendo loca...y eso no le gustaba, y muchos menos sus comentarios amenazantes. No se podía vivir así indefinidamente, sin saber las causas o el resultado de todo aquello.

Su mirada volvió a leer por enésima vez el membrete del sobre que descansaba sobre la mesa. Air Lingus.

Llevaba toda la tarde buscando en internet información que desconociera sobre esa compañía: su actual posición en el vasto mundo de la navegación aérea, su situación económica, sus trayectos y destinos, las opiniones de los viajeros, información técnica de sus modelos de avión... todo lo que fuera posible averiguar gracias a internet.

El resultado rozaba el seis, pero tal vez un cambio no le vendría mal. Por lo que había podido ver, la compañía se centraba principalmente en EEUU y Europa, aunque añadía unos destinos que aún no conocía: dos ciudades en Indonesia que había visitado poco y cuatro en Australia, isla en la que no había recalado aún. Aquello suponía un par de buenos alicientes, tal vez los únicos, a aquel cambio de compañía. Air Lingus no tenía nada que ver con British Airways... pero parecían interesados en ella y si pudiera conseguir uno de aquellos dos destinos y aprovechar para sacarse un dinero extra y conocerlo en profundidad, tal vez mereciera la pena probar. Y eso sin tener en cuenta los multiples destinos en EEUU...

Cogió entre sus dedos la tarjeta con los datos del contacto al que tenía que llamar para concertar una entrevista y bebió de su infusión, saboreando el amplio espectro de sabores que contenía podría decirse que casi con cariño. Solo entonces se dio cuenta del extraño número que aparecía en la tarjeta. ¿Una extensión tal vez? Miró de nuevo en internet la pagina de la compañía aérea buscando la zona en la que venía la información de contacto. Había un teléfono, sí, pero ¿llamando a aquel teléfono la podrían pasar con aquella extensión tan extraña o directamente con la secretaria de la directora de la compañía?

¿Pero con la directora? ¿La directora me envía directamente esta carta?

Llevaba preguntándose aquello desde que había leído la carta por primera vez. ¿Por qué ella y no el departamento de personal era el que se ponía en contacto con ella?

Supongo que solo hay una forma de salir de dudas... y averiguar si esto es el cambio que llevo tantas semanas pensando en hacer. Aunque solo sea por conocer esos destinos y sacarme ese dinero extra. Después ya buscaré algo que me convenza más... seguro que no va a ser Air Lingus la única compañía que necesita una nueva azafata.

Bebió un poco más de la taza mientras se levantaba a coger el móvil que tenía en la pequeña estantería llena de libros que tenía junto a la televisión. Llamaría con su móvil, llamar con el fijo de casa era un problema sabiendo lo poco que estaba allí y sus horarios que eran de todo menos fijos y predecibles últimamente. De vuelta al sofá, marcó el número que había en la página... y esperó la contestación al otro lado de la línea.

No pierdo nada y tal vez pueda ganar mucho...

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06/11/2013, 12:22
Máster

Mientras tus dedos jugaban sobre el borde la mesa, esperando algún tipo de contestación te diste cuenta de la hora que era;  20: 45. Quizá era algo tarde para llamar, pero el tono de llamada ya penetraba por uno de tus oídos sonando. Por suerte no se había puesto ningún estúpido y molesto contestador automático.

En cuanto menos los esperaste una mujer respondió al otro lado del teléfono.

La mujer del otro lado tenía una agradable voz. Aunque principalmente ese detalle no hacía hincapié por ningún lado, simplemente te sorprendió la naturalidad de la voz de la muchacha. Empezó con una breve presentación antes de interesarse por tu llamada.

-Buenas noches. Habla con la secretaria de Aer Lingus. Si llama para pedir cita puedo buscarle un hueco con nuestra Directora. En caso contrario, ¿con quién tengo la amabilidad de poder hablar?-

Preguntó mientras escuchabas el sonido del teclado de una máquina de escribir al otro lado. Parecía muy ajetreada la muchacha.

Notas de juego

Normalmente, suelo hace descripción y poner un avatar si habla alguien, pero en esta ocasión como es una llamada por teléfono me lo ahorro por que no lo ves en persona.

Y lo del número de teléfono no te ralles. No he querido poner un número normal por si da la casualidad de que es de alguien de verdad xD. Así que es inventado, perdón por no aclararte ese detalle.

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06/11/2013, 23:26
Moana Smith

Estuvo a punto de colgar cuando vio la hora en el reloj que tenía en la pared, pero el impulso fue cortado de raiz al escuchar una voz cantarina de mujer al otro lado de la línea. Escuchó atenta, sorprendida de que alguien estuviera trabajando a aquellas horas en la compañía aérea, detalle que le agradó sobremanera pues implicaba que tenían trabajo para tener a una mujer hasta aquellas horas.

O son unos esclavistas...es otra opción pensó justo antes de que se hiciera el silencio y le tocara hablar.

-Me llamo Moana Smith. Recibí una carta de su compañía informándome de que les gustaría hablar conmigo porque parece que les intereso para trabajar con ustedes, como azafata. En la carta que recibí indicaba que hablara con la secretaría de la directora...no sé si es usted o usted puede pasarme con la persona correcta-contestó mientras se reclinaba en el sofá, mirando la taza humeante que se enfriaba poco a poco dejada de lado sobre la mesa, pero con la curiosidad de saber la contestación de aquella voz femenina.

Notas de juego

Sin ningún problema por lo del tlf ;)

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09/11/2013, 18:51
Máster

La mujer secretaria hizo una pausa, como si estuviera visualizando de manera agilizada una pequeña agenda sobre su mesa.

 -Un momento. Déjeme revisar... Al poco tiempo y tras la escucha de una de esas absurdas y repetitivas canciones telefónicas la voz de la mujer volvió a ponerse al celular. Disculpe la espera. En efecto, soy la secretaria de la Srta. Silverstone. Mi nombre es Alejandra Scott, será un placer guiarla y concederle una cita.

Antes de confirmarla, la Srta. Silversonte me dijo si podía eh... bueno si podía pasarse esta noche a las 21:45 y hablar con ella en privado. Al parece se le notaba muy interesada en contratarla.

En fin, quizá le parezca un poco tarde pero le aconsejo que no deje pasar esta oportunidad. Si pudieras ver la cara de la mujer, seguramente tendría una sonrisa de esas agradables por saber que estaba haciendo bien su tarea. 

¿Estaría disponible para esa hora?- Preguntó sin pestañear.

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10/11/2013, 18:54
Moana Smith

Moana se quedó en silencio, con la mirada fija en el reloj de la pared. A las diez menos cuarto. Y ella que pensaba que estaba llamando demasiado tarde a aquel teléfono.

-Esta misma noche...a las 21:45... -aun no podía creérselo. Era todo tan rápido que empezó a dudar de si era o no era correcto asistir a aquella entrevista. ¿Y si su jefe se enteraba? Eso implicaría su despido fulminante, como si lo estuviera viendo. Y si estaba tan interesada en ella aquella mujer y las condiciones eran buenas...¿tendría que aceptar o rechazarlo todo sobre la marcha?¿Le daría tiempo para pensar en lo que le ofrecian? Suponía que sí, ¿por qué no? No tendría que hacerlo. Una entrevista era una entrevista y solían consistir en recabar informacion de la persona que optaba al puesto, en raras ocasiones había más.

-Sí, sin problema. Allí estaré-se sorprendió al escucharse hablar aceptando la cita-Si me da la dirección a la que tengo que ir le estaría agradecida, es todo tan rápido que no he tenido tiempo de ver donde tienen las oficinas centrales.

¿Le daría tiempo? Miró el reloj comprobando la hora que era. Si la oficina no estaba en la otra punta de la ciudad llegaría sin problema, a aquellas horas no había apenas tráfico. ¿Tenía todo en orden? Sí, tenía un traje sin estrenar en el armario y una blusa recién planchada. Servirían ambas cosas. Y esos zapatos de medio tacón, cómodos pero elegantes irían de maravilla con el traje.

Era curioso, pero se sentía animada, inquieta, importante y como si fuera su primera entrevista de trabajo. Tal vez era fruto de la rápidez con la que se estaba desarrollando todo y lo imprevisto que había sido, pero de repente el sueño y la morriña que la habían invadido durante la tarde habían desaparecido y una creciente emoción la estaba embargando. Sus ganas de hacerlo bien, de agradar en la entrevista y de cumplir las espectativas crecian por momentos.

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11/11/2013, 18:02
Máster

La mujer se vino arriba al escuchar que le preguntabas sobre la dirección del lugar. Por su alegría no te costo mucho deducir que podría ser su primera de trabajo o algo parecido. Finalmente te dio la dirección dónde se encontraba el edificio; Avennue Jhonstow.... s/n.

Rápidamente, y antes de descolgar por tu cabeza trataste de memorizar la avenida y supiste que tendrías que coger un transporte. No te gustaba demasiado hacer ese tipo de cosas por las noches, no obstante una entrevista a esas horas te picaba la curiosidad con el añadido de que debía de ser algo tremendamente importante. Coger tu propio coche no parecía las mejores de las ideas ya que podrías tardar demasiado en buscar un sitio para aparcarlo. Sin olvidar las últimas palabras de la secretaria que no fueron otras que fueras rauda.

Cogiste lo fundamental, y te arreglastete lo suficiente como para no parecer una leona y al mismo tiempo agradable para los ojos de cualquier persona.

Ya en la calle, avisaste a un taxi con un ligero movimiento de mano y te introduciste en el coche. El hombre te dio las buenas noches. Iba vestido con ropas oscuras y una gorra que ocultaba su cabello engrasado y sucio. Su barba era descuidada y de vez en cuando te echaba miradas sospechosas por el retrovisor interior.

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11/11/2013, 21:07
Moana Smith

¡Maldita sea mi suerte! Para una vez que cojo un taxi...

No podía ser menos, a aquellas horas y sola en un coche con aquel tipo. No le gustaba en absoluto, pero con un poco de suerte llegarían en breves minutos a la calle que le había comentado la secretaria y listo, nada más que hablar.

Realmente pensaba en aquello para tranquilizarse y decirse que aquellas miradas solo eran porque se había arreglado bien y llamaba la atención a aquellas horas en un día laborable...pero aún así evitaba mirar el retrovisor porque no le agradaba ver aquellos ojos buscándola a través del cristal. Aquel tipo estaba consiguiendo que se pusiera nerviosa, todo lo nerviosa que no había estado al salir de casa para enfrentarse con aquella entrevista fulminante.

Guardó silencio durante el recorrido, lo último que le apetecía era cruzar una palabra con aquel tipo, y dejó que su mirada se fuera perdiendo en el paisaje exterior, las calles, casi desiertas a aquella hora, de un londres en el que le encantaba vivir aún a pesar de aquella lluvia que no paraba de caer día tras día. Levantó la mano y fue a limpiar el cristal que se estaba empañando por efecto de la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior, pero su gesto murió antes de llegar su mano a tocar el cristal. No le apetecía tocar nada de aquel coche... a saber desde cuando no limpiaba las ventanas aquel tipo.

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13/11/2013, 12:19
Taxista

Los edificios de alrededor te indicaban que la Avenida de Jhonstow -un barrio rico residencial- ya lo habíass cruzado buen tramo, hasta llegar afuera de la ciudad. Los letreros de advertencia te indicaban el camino a una granja, ya solo será cuestión de poco tiempo para llegar. El hombre tardó poco tiempo en decir que tenía que parar un momento a su casa. Pasados ese tiempo percibiste como los pestillos del coche se bajaron. Tu corazón empezó a acelerarse estrepitosamente, y empezaste a sentir las convulsiones que te llevaron a temblar de pánico. 

-No vamos a ese sitio muñeca... ejjejjejje. Su risa parecía que no podía mejorar debido a lo quemada que tenía la garganta por culpa del alcohol barato. Viste como alargó el brazo hacia el salpicadero para abrir una botella de whisky y a continuación saciarse de aquel licor. Al lado de dónde sacó la botella percibiste una escopeta. Es una preciosa noche para estar los dos juntos.- 

Ya te encontrabas en las afueras, en medio de un bosque de árboles muertos, dónde había una cabaña que a primera vista parecía no estar habitada. Era un ambiente sombrío, tanto, que parecía que el sol ni siquiera intentaba brillar en aquel lugar.

El hombre de pronto detuvo el taxi. Instantes después rompió a carcajadas burlonas  y después continuo con aquella tos seca antes de bajarse del coche. Cogió su escopeta y la botella de whiski decidió dejarla sobre el salpicadero. Asustada desde el interior, el hombre fué hacia el maletero pasando cercano a tu ventana. Lo abrió, revolvió algo hasta que dió con lo que quería.

-¡VAMOS BAJA!- Te gritó al abrir la puerta.

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14/11/2013, 00:20
Moana Smith

Aquello no le podía estar pasando, no a ella, no precisamente aquella noche...

Había intentado abrir la puerta del coche cuando vio bajar el pestillo, pero sin resultado. Un vistazo a la otra puerta le había bastado para ver que tenía el mismo sistema de cierre y que tampoco tendría salida por allí.

La sangre se le había helado en las venas cuando vio la escopeta acompañada de la botella de whisky, aquella combinación explosiva no auguraba nada que mejorara la situación actual y sí que podía complicarla mucho más de lo que ya estaba. Tenía la boca seca y el corazón desbocado, nunca se había visto en una situación como aquella y las manos le temblaban tanto que no le respondían y no podía pensar bien, no podía hilar nada coherente mientras se veía perdida en mitad de la oscuridad y la nada sin ninguna posibilidad de salir de aquel vehículo.

Hasta que cayó en la cuenta de algo...

Echó mano de su bolso maldiciéndose en voz baja, casi inaudible incluso para ella, justo en el momento en el que aquel tipo se bajó del coche. Tardó solo unos segundos en localizar lo que buscaba y, luchando con sus dedos temblorosos y su pulso inseguro, marcó en su teléfono móvil el número de la policia.

Aterrada sintió más que vió como aquel tipo terminaba de buscar algo en el interior del coche y cerraba el maletero acercándose a la puerta en la que ella estaba. De un salto se fue hacia el otro lado del asiento, mientras escondía el móvil de la vista de aquel tipo e intentaba escuchar la voz lejana del policia de turno contestando la llamada...

Cuando aquel tipo abrió la puerta, Moana escondió tras su cuerpo el móvil, y ella misma se pegó contra la puerta contraria a la que ahora estaba aquel tipo.

Temblaba, sudaba, estaba aterrorizada. Y el aire frio que entraba por la puerta abierta del taxi, solo contribuyó a helar más su alma. ¿Qué hacer contra un hombre borracho y armado?

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16/11/2013, 18:17
Taxista

La situación era siniestra, cómo varias sensaciones mezcladas con odio, de temor y un toque diabólico a decir verdad. Aún así, te dejaste guiar por ti misma y diste los pasos necesarios hasta lograr atrapar el móvil. Te dio tiempo a marcar el número de la policía aunque no el tiempo necesario. La precisión de tus dedos al marcar el número te abandonó en el momento más inoportuno.

El hombre comenzó a romper a carcajadas burlonas al verte retroceder hasta el otro lado del coche. No tardó en tirarte del pelo con tanta fuerza que tropezaste en el suelo, saliendo por la puerta. La fortuna de nuevo parecía abandonarte y acabaste en el suelo, notando como todo el barro manchaba la camiseta que tenías puesta. Sentías todo el frío tacto del barro en el estómago, además de en la zona del pecho. Por si fuera poco, aprovechando ese pequeño momento en el que testabas completamente indefensa se arrodilló y te ató ambas manos con un cuerda.

-Vas a hacerle disfrutar a mi sobrino, verás como te va a gustar.- El borracho te apuntó con la cañón de la escopeta en la cabeza, con un ligero movimiento del arma te ordenó que empezaras a moverte hacia la cabaña.

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17/11/2013, 01:39
Moana Smith

Solo sintió dolor, dolor e impotencia cuando aquel tipo la agarró del pelo y tiró de ella hasta sacarla del coche y tirarla en el suelo embarrado. Perdió el movil, en algún lugar que no supo cual era pues no recordaba haberlo soltado en ningún momento, pero cuando quiso incorporarse, alejarse de aquel suelo embarrado, descubrió sus dos manos libres, sin nada. El móvil había desaparecido.

Solo tuvo aquel segundo. Una fuerza contra la que no pudo resistirse la lanzó de nuevo contra el barro y antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba pasando se encontró con las manos atadas a la espalda.

Cuando la presión en su espalda disminuyó y pudo moverse deseó no haberlo hecho. A escasos centímetros de su cara brillaba el cañón de la escopeta. Lo miró, aterrada, para levantar su mirada hacia el hombre que lo sujetaba un instante después.

-Deje que me vaya, no diré nada a nadie de esto...lo prometo... -suplicó mientras se levantaba y comenzaba a andar, dirigida por aquella escopeta que no dejaba de apuntarla.

Sintió la húmedad en su cara, las lágrimas correr por sus mejillas y la frialdad del barro en su cuerpo como algo lejano, ajeno a ella. Solo era capaz de sentir pánico, un pánico irracional y la sensación de que allí delante, en aquella casa hacia la que la estaba dirigiendo aquel sicópata, le esperaba algo para lo que no estaba preparada. Para lo que nadie lo estaba.

De repente, llevada por el miedo, se volvió hacia el hombre- Por favor... por favor... no me haga daño...

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19/11/2013, 21:14
Máster

El interior de la cabaña se encontraba casi vacío, tan sólo la amueblaban una mesa, una silla y una cocina que estaba en decadente estado. No había luces, a excepción de un triste foco que se encontraba apagado; sin embargo, el interior de la cabaña se iluminaba por la poca luz del exterior que se filtraba hacia dentro a través de las ventanas.

Y ahí, de espaldas, se encontraba un hombre, la luz de la ventana se derramaba sobre él dejando entrever su silueta, su grotesca silueta; era un hombre muy desproporcionado y casi deforme, sus brazos y piernas eran largas y delgadas en contraste con su cabeza y torso que eran muy gruesos.

Olfateó el aire al notar que en el ambiente había una mujer. Con gestos entre tímidos y furiosos dudaba entre acercarse o no a ti. El taxista animaba a su sobrino a que te metiera mano con frases como " venga Jimmy no tengas vergüenza, además es preciosa ". El borracho con fuerza te rompió un poco la parte superior de la blusa para terminar de animarle.

El deformado pareció responder... aunque parecía demasiado vergonzoso y no se atrevía a acercarse la situación era espeluznante, llena de un ambiente oscuro y terrorífico que solo podía producirte más y más miedo, llegando incluso a notar como el corazón te apretaba contra el pecho como si quisiera ser él el primero en escapar de aquella situación.

Notaste como se acercaba tu boca, te paseó su sucia lengua ensangrentada por tu rostro, colocó sus manos en tus caderas mientras hacia gestos torpes y grotescos...

Entre los gemidos de él y la risa del borracho taxista... tus lágrimas trataron de aliarse contigo como si quisieran ocultarte la escena. Poco a poco se volvió todo más borroso, como si se produjera eco a tu alrededor.

El teléfono te despertó. Sobre tu mesa se encontraba una carta que ya habías debido de leer previamente y al lado una pequeña tarjeta con datos. El teléfono no dejaba de sonar. Estabas en casa.

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20/11/2013, 22:55
Moana Smith

De repente todo se llenó de luz y aquella habitación oscura, aquel tipo deforme y obsceno junto con su tio borracho, desaparecieron de su vista.

Parpadeó varias veces, deslumbrada, descolocada. Reconoció su salón... pero estaba totalmente deshubicada. El pecho le dolía profundamente mientras su corazón trabajaba al doscientos por cien. Lo sentía latir bajo su piel, casi podría jurar que lo escuchaba dentro de ella. Estaba sudando, respirando agitadamente y temblando como nunca recordaba haberlo hecho.

¿Un sueño? ¿Todo había sido un maldito sueño? Pero... era tan real... Se llevó la mano a sus labios esperando encontrar algún resto de aquella sangre húmeda, bajó la vista a su blusa esperando verla rota aunque sabía que debería ser imposible. Se sentía como si todo aquello hubiera pasado en realidad, como si no hubiera sido un sueño. Deseó darse un baño largo y caliente de una forma totalmente urgente, se sentía sucia.

Pero de repente, desde lo más profundo de su consciencia, se dio cuenta de que su teléfono estaba sonando. Miró alrededor buscándolo, y vio la tarjeta de la directora de Airlingus, vio la carta. ¿En que momento había mezclado ambas cosas y por qué demonios había soñado con aquello? Aún temblando, y en un alarde de consciencia, alargó su mano hacia al móvil y descolgó sin tan siquiera mirar quien era. Necesitaba hablar con alguien que la devolviera rápidamente a la realidad y alejar de ella aquellas escenas tan vívidas como nunca antes había tenido se disolvieran en la rutia y en el mundo real.

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25/11/2013, 17:40
Máster

Con el corazón a mil por hora cogiste el teléfono con torpeza, completamente desorientada. En tu mente aparecían las imágenes del terrible sueño, el taxista borracho, el hombre deforme... Sentiste un inmenso alivio de haber despertado, e intentaste concentrarte en tu casa. Estabas a salvo.

Al otro lado contestó una mujer con una voz extremadamente aguda, que sin duda ayudó a despejarte un poco de la pesadilla. No obstante la joven muchacha que estaba al otro lado te resultaba familiar, quizá antes de que te quedaras dormida.

-Buenas noches señorita Smith Le confirmamos que podemos enviarle un taxi a su domicilio. No se moleste, ya se lo agradecerá a la Srta. Silvertone, ha sido idea suya.

Llegará en cinco minutos a su casa. Espero que esté lista.-

Se quedó sin colgar el teléfono por si querías añadir alguna cosa en cuestión, en caso contrario cortaría la llamada.

Notas de juego

Son las 21:10

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26/11/2013, 00:06
Moana Smith

Sintió un frio terrible cuando escuchó aquellas palabras al otro lado de la línea. Quiso responder, pero se quedó en blanco. Se esperaba de todo menos aquel comentario.

-De...de acuerdo... -atinó a decir cuando la mujer guardó silencio- Estaré lista... si... Gracias...

Mientras hablaba levantó la vista hacia el reloj. Las 21:10 solamente. Parpadeó sorprendida, no entendia que había sucedido. ¿Había tenido lugar realmente la primera conversación con la secretaria de la compañia aérea? ¿No había sido todo un sueño? Miró a su alrededor y allí estaba la carta, la tarjeta, todo como lo recordaba haber dejado en el sueño.

Pero no me he dormido... no he tenido tiempo de hacerlo, recuerdo haber llamado a las 20:45 ¿o lo soñé? No, no pude haberlo soñado porque si no esta llamada no tendría sentido ¡He hablado con la secretaría realmente! ¡Eso no lo hice soñando! Y solo he tenido que estar dormida...¿diez? ¿quince minutos?

Le resultaba un sueño tan largo y aterrador...

Moana volvió a temblar y se llevó una mano a la sien, intentando poner en orden sus pensamientos, intentando encontrar en su mente el momento en el que pasó de la realidad al sueño. Nunca había tenido una pesadilla así y saber que se habia quedado dormida sin darse cuenta, que había enlazado de aquella forma realidad y sueño....la asustó. No era algo normal. Nunca le había pasado.

Se olvidó del teléfono mientras miraba alrededor, perdida aún y, lo que era peor, descubriendo que no le apetecía en absoluto coger ese dichoso taxi que acababan de mandar a recogerla.

Pero es una tonteria se regañó Ha sido solo un sueño... solo una mala y asquerosa pesadilla... No puedo perder esa oportunidad, esa entrevista puede ser algo bueno...

Se dijo a si misma mientras se ponía en pie y se daba cuenta de que aún tenía la ropa de andar por casa y que por lo tanto tenía menos de cinco minutos para arreglarse. Decidió dejar todo aquello a un lado, ir a la entrevista y reflexionar sobre todo aquello cuando estuviera de vuelta en casa, delante de una buena taza de té. Se fue directa a su dormitorio y se arregló rápidamente como pudo, pero lo hacía sin ánimo, con una sensación totalmente negativa en su cuerpo, con un malestar que nunca había sentido. Sus manos no dejaban de temblar aunque ahora lo hacían levemente y solo se daba cuenta cuando las dejaba quietas, pero aún así estuvo lista enseguida.

Bajó a la entrada a coger su bolso, metió el móvil dentro y se puso el abrigo, ojeando por la ventana si llegaba el taxi o no.

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27/11/2013, 12:02
Máster

Con la resaca de la pesadilla te apresuraste para terminar de cambiarte. Te miraste frente al espejo para darte a ti misma un pequeño aprobado antes de ver como el taxista acababa de aparcar frente a tu casa. Abriste las puerta y allí esperaba un taxi que a diferencia de otros vehículos este llevaba el logo de la empresa tatuado en las puertas con letras grandes y rojas, en definitiva modernas para la época que corría.

Tratabas de apartar el sueño de tu cabeza con forme te acercabas al taxi. El taxista era un hombre mayor, de unos cincuenta años de edad e iba vestido con un uniforme que podría llevar cualquier empleado de seguridad, y unos guantes blancos. La verdad que te daba bastante confianza.

Te dio las buenas noches y condujo hasta llegar a una amplia avenida bordeada de añejos olmos, un barrio rico residencial en el que muy pocas empresas tenían sede.

El edificio en sí era una enorme mole de hormigón armado y vigas de acero, de unos doce pisos en total y que contrastaba fuertemente con las antiguas mansiones coloniales que lo rodeaban, dándole aún mas si cabe el aspecto de un monstruo abyecto que se cernía sobre la ciudad.

Sobre la azotea del edificio un gran armazón de hierro sostenía las iniciales de la compañía, iluminadas desde abajo en un espectral efecto lumínico por tres pares de potentes focos. Una puerta rotatoria daba acceso al enorme hall.

-Hemos llegado- Dijo el taxista tras detener el vehículo.

Notas de juego

Puedes respirar tranquila... :P

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29/11/2013, 00:18
Moana Smith

El corazón se le aceleró cuando escucho al taxi detenerse en la puerta. Estuvo tentada de mandar a paseo aquella entrevista, dejarlo todo correr y meterse en la cama a leer un buen libro, pero al ver que aquel taxi tenia en la puerta serigrafiado el logo de la compañía aérea, le hizo cambiar de opinión y decidirse a subir al taxi, no sin comprobar antes, que el conductor no tenia nadaque ver con un borracho con un sombrero.

Aun así, todo el camino lo hizo mirando al taxista por el retrovisor, aaprendiéndose el camino por el que iban y prestando atención a todos los detalles que podía con tal de salir de allí a la primera duda.

Pero finalmente, el taxi se detuvo en la puerta de la compañía y Moana no pudo menos que respirar totalmente aliviada cuando se bajó y andó hacia la puerta de entrada de la mole de cemento y hierro que era aquel edificio oficial. Estaba allí y estaba bien. Cuando cruzó las puertas dejo afuera al taxi y a los miedos que le había provocado aquella inexplicable pesadilla.

Ahora la realidad se imponía y busco con la mirada el mostrador de recepción, esperando encontrar a alguien que le indicara a donde debía dirigirse.

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02/12/2013, 12:01
Guardia de Seguridad

Un hombre joven, cuerpo de seguridad del edificio, estaba frente a un boletín en el que debía de apuntar quién entraba y quién salía cada vez del edificio. Su profesionalidad era excelente y tenía una agradable voz en la que cualquier persona se sentiría agradecido por el recibimiento que ofrecía.

El joven observaba la hora de visitas concertadas, y efectivamente encontró el nombre de Moana Smith. O al menos eso pudiste deducir en cuanto el guardia de seguridad se acercó con un detector de metales que paseó por tu silueta. 

Tras el visto bueno apuntó algo en el papel y asintió, señalando dirección al ascensor.

-Sube por ese ascensor del fondo. Quinta planta, no tiene perdida.-