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Metro 2030: Por un Puñado de Balas

Parte III: El avión

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28/05/2019, 09:14
Director

El subsuelo los recibió de igual manera que otras veces antes. A medida que descendían por la escalera de emergencia, la oscuridad los fue envolviendo una vez más, hasta que las linternas que portaban la hicieron alejarse. El aire estaba más viciado que en el exterior, pero lo que sintieron fue alivio al poder quitarse las imprescindibles pero incómodas máscaras de gas y poder respirar sin ayuda externa. Y sobretodo, al verse libres del constante peligro que suponía un ambiente radioactivo.

La herrumbrosa escalera debía de llevar bastante tiempo sin usarse, pero los llevó hasta la puerta metálica que daba al túnel de mantenimiento. Este no estaba en mucho mejor estado, había escombros, suciedad y telarañas por todas partes, pero al menos estaba vacío, y pudieron recorrerlo con tranquilidad. Tras un rato moviéndose a través del estrecho camino, alcanzaron su final, en forma de una puerta blindada del tamaño de una persona. Por las rendijas podía verse que había luz detrás, y se escuchaba un ruido muy amortiguado.

No se veía forma alguna de abrirla, pero era evidente que al otro lado tenía que haber alguien, la Rischskaja era una estación habitada que se había mantenido en pie desde el inicio de la nueva vida bajo tierra. Por lo que la solución debía de ser tan simple como llamar a la puerta, ¿No?

Tres golpes sobre la superfície metálica bastaron. A los pocos segundos, una rendija oculta en la puerta se abrió, aunque no pudieron ver que había al otro lado ya que una rejilla de finos agujeros tapaba la visión de fuera a dentro. La rendija volvió a cerrarse, y no tardaron en escuchar el sonido que hacían varios cerrojos al abrirse, seguidos del chirrido de la puerta.

La luz y el calor los cegaron momentánemanete, y fueron los primeros en darles la bienvenida a la Rischskaja. Los segundos fueron un par de guardias que dejaron sus Kalashnikovs a un lado y los saludaron de manera escueta al reconocerlos como stalkers del exterior, quizás comerciantes, algo que nunca venía mal a cualquier estación. A una mala, al menos traerían noticias de fuera.

Sorteados los guardias sin muchos más problemas que identificarse, pudieron adentrarse en la estación. Luz eléctrica de bombillas que colgaban de columnas y paredes, así como fuegos de antorchas y braseros repartidos por la estación hacían que el ambiente fuera cálido y agradable. El calor humano también se notaba, a simple vista debía de haber alrededor de unas doscientas personas. La gente iba de un lado a otro, hacía sus tareas diarias como correr en bicis estáticas para generar electricidad o cultivar setas, se paraba en los distintos puestos de comercio o simplemente se reunía alrededor de las llamas a comer, contar historias o pasar el rato con los suyos. Al contrario que en otras estaciones en las que habían estado, en la Rischskaja no se habían formado habitáculos con restos o piezas de los vagones, sino que la gente vivía en tiendas de campaña que cubrían casi todo el suelo de lo que antes eran los andenes.

Era un contraste bastante fuerte con aquello que habían vivido apenas  unos cientos de metros, en la superfície. Allí se respiraba calma, y casi daba la impresión de que se podía llevar una vida normal. Pero, tal y como les había recordado Jorji, aquello no lo era.

Tenían que descansar, reabastecerse como pudieran, y continuar con su misión.

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29/05/2019, 09:25
Marek Viktor Tarasovich

Marek había visto morir al que había sido su Angel de la Guarda por un breve lapso con una mirada de resignación. Incluso en la muerte, Jorji había sacado fuerzas para ayudarles a conseguir una vida mejor, dándoles las coordenadas del lugar del accidente de avión. Con la fría serenidad que podía permitirse, dejó el abrazo de Anna y se arrodilló, pasando su mano lentamente por la cara del viejo stalker mientras en su cabeza recitaba una pequeña letanía, pronunciada por los caídos tantas veces en el pasado. Con cuidadoso respeto retiró sus pertenencias que aún podían ser usadas junto a una de las pulseras que adornaban la muñeca del camarada caído, la cual anudó en la suya. Una parte del viejo Jorji iría con él hasta el final, para honrarle. En su lugar, enterró en el bolsillo de éste una de sus viejas medallas como muestra de respeto y reciprocidad. Le enterraron con honor y respeto, bebieron y dijeron palabras de agradecimiento. Finalmente, el guerrero se arrodilló junto al montón de posesiones de Jorji y escribió una nota improvisada antes de coger su rifle y cambiarlo por su bastarda. Un arma como la de Jorji sería bien usada en sus manos, mientras que era una forma poética de que Jorji llegase al fin de la aventura. En su lugar, su bastarda bien modificada sería un digno compañero para un stalker en necesidad de potencia de fuego. Instó a Anna a recoger la escopeta de Jorji y dejar la suya por las mismas razones. Tras eso dejaron la zona sin mirar atrás con la nota bien sujeta al montón de objetos junto a la tumba.

Tras un corto periplo llegaron a otra estación, pero Marek sabía que el tiempo ya no daba respiros largos. El enemigo avanzaba a ese avión y no podían permitirlo. Por el grandullón, por Andrey y su hermana, por Jorji y por tantos en necesidad en ese metro.

- Sugiero que descansemos lo justo para retomar la marcha. Tenemos el tiempo en contra y no pienso permitir que Jorji haya caído en vano. Esto es por él y la promesa de un metro mejor.

Se preguntó si de verdad conseguirían cambiar tantas vidas a mejor, pero no podía permitirse creer en algo distinto.

Notas de juego

Master, cambio mi bastarda por el rifle de Jorji y 1/4 de la munición.

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01/06/2019, 12:15
Svetlana Záitseva

Svet pasó el resto del camino con los ojos llorosos, luchando por contener las lágrimas. Jorji había muerto por su culpa. Nadie lo había dicho, pero estaba segura de que todos lo sabían. También estaba segura de que el Stalker habría hecho lo mismo por cualquiera de ellos, pero había sido ella la que no había sido capaz de seguir el ritmo. Primero Andrew, ahora Jorji... No puedo dejar que me defiendan más. 

La vuelta a los túneles fue un alivio para la doctora. Era el único lugar en el que podía ser útil y no causar más problemas. Pero aún así... Siguió al grupo al interior de la estación y miró a los habitantes de allí, con comprensión y lástima. Habiendo todo lo que había fuera, allí estaban seguros. ¿Pero a qué precio? El hueco de la estación no era nada comparado con las enormes calles que habían atravesado en la superficie. Aunque era el sueño de Jorji, dudaba que un montón de balas pudieran devolverle a la humanidad lo que era suyo. Pero se lo había prometido.

Asintió a las palabras de Marek, secándose los ojos con el dorso de la mano e intentando mirar a nadie en particular. 

- Me quedan algunas BGM si necesitáis reponer munición o lo que sea. Pero ya... mañana. - asintió. No quería pensar en nada en ese momento, sólo quería que pasase el día y dejar de oír por un rato los chillidos de los Demonios. 

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02/06/2019, 12:44
Anna Kuznetsova

La pérdida de Jorji era irremplazable, y para la joven Stalker, un duro golpe difícil de asimilar. Si alguien tan experimentado como él no lo había conseguido, ¿qué opciones tenía un pequeño grupo como lo eran ellos? Anna estaba más afligida y melancólica de lo que solía ser habitual en ella, siempre con más alegria que el resto y rebosante de energía por todos sus poros.

Anna había estado en el improvisado funeral conteniendo las lágrimas a duras penas, y al final se había quedado con la AK-47 del Stalker, dejando su pneumática silenciosa al lado de la tumba. Jorji siempre había dejado botiquines, munición o algún arma por donde había ido para ayudar a posibles Stalker en apuros, y en su memoria, dejar la pneumática con los pocos tornillos que quedaban era un buen tributo, eso sí, se quedaría con la mira de precisión que tan bien les vendría para completar su promesa. Siempre permanecería en su corazón.

Jorji, fuiste alguien increíble y al que siempre recordaré con mucho cariño... Por supuesto que volveremos a respirar aire puro, y no solo una vez... Yo seguiré tus pasos, seré para siempre una Stalker errante que ayudará a aquellos que lo necesiten y que tratará de hacer de la superficie un lugar habitable, un lugar mejor que el triste metro... Lo prometo... - Terminó por susurrar antes de despedirse del lugar.

La llegada a la nueva estación fue tranquila y para nada problemática, lo que fue de agradecer. Y sin pensarlo mucho, Anna tenía claro que es lo primero que haría... Encontrar un cubículo donde poder darse una buena ducha y descansar a pierna suelta. En todo el trayecto no dejo de mirar su nueva arma con tristeza, a la que le había incorporado la nueva mirilla, sin poder dejar de pensar en el Stalker. ¿Cuántas vidas habría salvado Jorji con ella? ¿Seria capaz de hacer lo mismo desde entonces?

- Si, nos conviene descansar y recuperar fuerzas. Yo necesito urgentemente una buena ducha, y había pensado vender mañana la mira que tenía Jorji incorporada a este arma, para comprar algunos explosivos...a no ser que a alguno de vosotros le venga bien, que sin problema os la cederé...

Finalmente le dedicó una mirada a Marek que dejaba entre ver más de lo que parecía. Anna era muy directa, no se andaba con rodeos, y vivía la vida como si fuese el último día. Al acercarse a su posición le susurró al oído sin temor de lo que pudiesen pensar el resto...

- ¿Duermes conmigo esta noche? La puerta de mi cubículo estará abierta...

 

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Superada la tirada de pericias, incorporo la mirilla de precisión que tenía mi antigua pneumática a la Ak-47. He dejado la pneumática al lado de la tumba, apoyada sobre la cruz y el casco.

Quién precise de una mira holográfica, yo le cedo la que llevaba sin problema, y si nadie la necesita, la venderé para conseguir algún botiquín o explosivos.

Máster, lo dejo todo anotado en la ficha de mi personaje.

 

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04/06/2019, 00:49
Director

La noche fue dura para los cuatro. La gente les había cedido un par de tiendas durante aquella víspera, al creérlos stalkers de pleno derecho y acción, por el respeto que se les tenía en todo el Metro. Pero el haber perdido a Andrey, y el ahora perder también a Jorji, tan cerca del final, supuso un duro golpe para la moral del grupo.

Aun así, todavía estaban lejos de desfallecer. Habían podido dormir por fin en un lugar cálido, sobre colchones mullidos, o todo lo que podían serlo en su situación, y a pesar de la pérdida, sentían que el final, el premio, estaba cerca, lo que les revigorizaba los ánimos al saber que el viaje no habría sido en vano, y que pronto todo acabaría.

El principal problema para continuar era que iban algo escasos de suministros, en especial balas de calidad militar. Adquirir alguna mejora para sus armas o incluso alguna nueva no sería una mala idea, aunque tendrían que conseguir más de aquellos casquillos dorados para poder hacerlo, ya fuera vendiendo algo que no necesitaran o realizando algún trabajo. Ganarse la paga a base de cultivar setas, pedalear en las bicis o con cualquier otra tarea del día a día de la estación les daría un ingreso seguro, pero les llevaría demasiado tiempo, y quién sabía cuando aparecería otro grupo en mejores condiciones que ellos listos para adelantárseles.

Por suerte, un habitante de la Rischskaja les vio en aquella tesitura y les habló de una pequeña caravana que se disponía a partir hacia la VDNJ, y cuyo propietario estaba buscando una escolta que lo cubriera por los túneles. Les señaló por dónde quedaba, en dirección a las vías, y les deseó buena suerte.

Notas de juego

Le doy el AK a Anna y Marek se queda como estaba entonces

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04/06/2019, 00:50
Mercader de la Hansa

El grupo se dirigió hacia allí, para encontrar una pequeña dresina manual, como la que habían utilizado en el pasado, con un remolque acoplado y cargado de bultos y cajas. Había una pequeña cola de hombres que esperaban su turno para ser entrevistados por el dueño, por lo que tuvieron que aguardar a que este los fuera aceptando o rechazando. Solo un par subieron a la dresina, ambos no iban escasos de músculos y era evidente que los habían elegido para darle sin cesar a la palanca que accionaba el vehículo de raíles.

Cuando les llegó su turno, la sorpresa fue mayúscula, al menos para Gregori y Svetlana, que reconocieron al dueño de la caravana, lo mismo que él a ellos. Era aquél tipo de la Hansa, el mercader que los había ayudado a cruzar la entrada de la estación Pawelezkaja... por un "módico" precio, claro estaba.

- ¡Vosotros! - exclamó al ver a la pareja de jóvenes, sin poder creérselo - Pero... ¿Cómo habéis llegado hasta aquí? ¿Lo habéis logrado vosotros solos? - dijo, mirando ahora a los cuatro aventureros - ¡Increíble! - entonces se acercó a ellos para decirles algo en voz baja - ¿Seguís en busca de ese avión? Se ha corrido la voz de lo de Semenovich y ahora todo el mundo está como loco buscándolo. Pero pocos saben dónde está realmente. ¿Conseguisteis que os lo dijera? ¿Dónde és? ¿Al norte de aquí, por eso vais hacia allí? Estaba ofreciendo veinte balas por cabeza por llevar mi mercancía a salvo hasta la NVDJ, aunque no he encontrado a casi nadie que valga la pena. Pero vosotros... si os las habéis apañado para cruzar el Metro, estaréis más que curtidos. ¿Qué me decís, nos asociamos otra vez?

Notas de juego

Podéis tirar Carisma para ver si os sube la paga, o lo que queráis.

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04/06/2019, 16:02
Marek Viktor Tarasovich

El viaje a la estación había sido triste, la pérdida de otro miembro más era algo doloroso. Tenían que llegar al final de su misión por los caídos y por tantos otros a los que podían ayudar con el tesoro del avión. Cuando Anna se acercó a su oído para proponerle una noche juntos simplemente asintió lentamente, pensaba que un momento así debía quedar entre ellos dos. El día paso sin mucho incidente, la mayor parte del tiempo estuvo preparándose para lo que tenía que venir al día siguiente y meditando sobre las palabras de Anna. Marek siempre la había visto como una muchacha prometedora y una compañera de armas capaz a la que enseñar algunos trucos que él mismo había recibido de sus instructores y la cruel experiencia de una juventud de guerra. Pensar en ella en un sentido físico era algo nuevo, pero que ciertamente le atraía de una manera evidente. Y en estos pensamientos iba mientras la acompañaba en su paseo por el metro hasta que cayó la noche. Tras organizar su escaso equipo, se dirigió a la puerta de ésta para sugerirle una ducha juntos, ya que compartir habitación era más práctico que pagar dos para usar solo una. Maldito pragmatismo el suyo, que le hizo reír al pensar en ello a la mañana siguiente. Durante la ducha con Marek, entre otras cosas Anna pudo observar las diferentes marcas de una vida de enfrentamiento en forma de varias cicatrices y tatuajes tribales recuerdo de su etapa guerrera como homenaje a dioses tiempo atrás muertos; mientras, él observaba a la joven con una mezcla entre la curiosidad del que estudia una obra de arte y el deseo sin malicia pero cargado de deseo. Tras la ducha, se cambio antes de sentarse en la cama junto a ella. No podía saber que rondaba la cabeza de la joven, pero imaginaba que era similar a todo lo que rondaba la suya, así que sacó la petaca con vodka de setas con la que brindaron en lo que parecía una eternidad atrás y le ofreció un trago "Hoy brindamos por los caídos, mañana lucharemos por los que aún viven". Una vez acabaron yendose a dormir la abrazó y le beso en la cabeza, deseando que el viaje no se cobrase más vidas de sus compañeros. Un pensamiento que lo arrastró a la oscuridad de sus sueños y sus tormentos.

Notas de juego

he hecho un parco fundido en negro de la escena xD

Cuando Anna responda pongo el post mio para el mercader.

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05/06/2019, 22:23
Gregori "Ratón" Lavson

La pesadumbre por la pérdida de Jorji aún cubría los ánimos del grupo. Aunque la llegada de nuevo al "maravilloso mundo del Metro" los liberó de aquella incómoda máscara, los transportó de nuevo a un mundo donde la desesperanza era constante. Qué tipo de vida podían esperar de un lugar donde tu destino se forjaba a base de pedaleos para obtener energía, setas insulsas y un deambular de las horas sin sentido alguno.

No, Gregori tenía muy claro que aquel no era lugar para vivir. Independientemente de si moría o no buscando el maldito avión, estaba convencido que antes salía al exterior y esperaría al próximo amanecer para quitarse la máscara y morir en auténtica libertad.

Descansaron aquella noche y, a la mañana siguiente, tuvo la sensación que la buena fortuna les sonreía de nuevo. Sin esperarlo para nada, se toparon con aquel mercader con el que habían tenido tratos anteriormente. Un hombre con el que la palabra "trato" tenía un significado abstracto según el momento. Y era el momento de llevar esa abstracción a su favor.

-Hombre, buen amigo, que alegría verte de nuevo! -dijo simulando una felicidad por el reencuentro - La verdad es que nuestra llegada hasta aquí ha sido demasiado "animada", por decirlo de una manera. Hemos pasado momentos peliagudos, pero por suerte estamos con vida. Y eso ya es mucho! Ha, ha, ha, ha... -"Momento de tirar la caña", pensó ratón - El avión? No, no, no... después de comprobar que la cosa era más complicada de lo esperado, decidimos dejar el tema para otros con menos cabeza. Su localización? Desconocida...nada de nada. Puede que sea una leyenda más del Metro.

Gregori se situó junto a sus compañeros y continuó:

-Así que, si necesitas personal para acompañar tu mercancía, estamos libres. Y tras nuestro viaje, podemos decir que "curtidos" es poco para definirnos...y que veinte balas no vale para contratarnos! 30 por cabeza y te llevas un militar que los tiene bien puestos, una doctora cura-pupas, una buena exploradora que no se le escapa de nada y un charlatán como yo, que sabe qué te conviene. Qué me dices?

- Tiradas (1)
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09/06/2019, 20:18
Anna Kuznetsova

Anna pasó el resto de la tarde acompañando a Marek después de su propuesta. Al principio dudó si aceptaría tal atrevimiento por su parte, tenía la sensación de que la había visto todo este tiempo como una muchacha, y a decir verdad, en comparación con Svet, que era sumamente atractiva de cara y sus ropas definían mejor sus curvas, Anna vestía ropas más versátiles, holgadas y menos femeninas, y puede que no pudiese rivalizar c en atractivo con la pelirroja rusa, pero consideraba que no estaba nada mal.

En uno de los tenderetes de armas, Anna observó un silenciador que le recordó que siempre había estado junto a "silenciosa". Habiendo logrado aplicar la mira de precisión a la AK con éxito, ¿Qué le impedía hacerse con un silenciador que tan útil podría resultarles? Disponía de una mirilla láser, la que había logrado retirar con éxito y que nadie había demandado, por lo que creyó oportuno realizar el intercambio con el mercader.

A medida que se acercaba la noche, la joven Stalker se iba sintiendo más nerviosa por lo que estaba por venir, pero para nada se planteaba en la mente revocar su proposición. La idea de Marek de compartir un cubículo le hizo sonreír y le dio confianza en sí misma, el hombre reafirmaba lo dicho anteriormente y por su mirada en reiteradas ocasiones, vislumbraba que realmente empezaba a verla de forma distinta, y Anna se sentía deseada.

La ducha impactó a ambos por igual, Anna no esperaba ver un cuerpo tan castigado y lleno de cicatrices, pero lejos de causar en ella rechazo, sintió respeto, tomándose su tiempo para lavarll por completo y excitarme en el proceso. Una vez Anna se retiró sus ropas, dejó entre ver una figura mucho más atractiva de lo esperado con sus habituales ropas, y una vez el agua limpió sus cuerpos, la joven se abrazó y buscó la íntima unión entre ambos, la cual no tardó en producirse para satisfacción de ambos, rozando lo salvaje y desenfrenado por el ansia acumulada. También en la cama tuvieron otro encuentro, mucho más romántico y duradero, que acabó con una Anna satisfecha y entregada a la protección y cariño que ofreció Marek, recayendo en un placentero descanso tan necesario después de las duras jornadas.

Al día siguiente, debían volver a ponerse en marcha, el tiempo corría en su contra y era menester seguir adelante para cumplir el objetivo, por lo que se alegró al encontrar un mercader que siguiese la misma ruta. Seria más fácil no levantar sospechas si parecía que aceptaban un trabajo, que no se iban solo siguiendo un rumbo preestablecido. Svet y Gregori parecían reconocerle...¿Seria el tipo que aceptó por un "módico" precio garantizar la entrada de Andrey al círculo de la Hansa? Esperaba que ratón lograse una buena suma de balas por cabeza, aquel hombre se lo debía, por lo que se mantuvo atenta y en silencio. Anna dedicó una sonrisa cómplice a Marek, lo que había sucedido entre ambos no iba cambiar las cosas, pero el roce hace el cariño, y aunque improbable, la posibilidad de acabar juntos si todo salía bien rondaba la mente de la muchacha. ¿Y por qué no?

Notas de juego

Intercambio la mirilla láser (20BGM) por un silenciador (15BGM) y 50 balas de fusil de asalto (5BGM)

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10/06/2019, 23:45
Mercader de la Hansa

Las medias verdades y mentiras de Gregori parecieron colar en el mercader, o al menos sonaban lo suficientemente convincentes para que este no tratara de indagar mucho más sobre su periplo a través del Metro y la superfícice - Vaya, es una pena - dijo con sincero lamento al escuchar que habían dejado de lado la búsqueda de aquél avión que estaba trayendo locos a todos los buscafortunas de los túneles.

Dejando aquél asunto por imposible, tocó el momento de tratar otros más fiables y de ganancia segura, de la que dejaba casquillos dorados y calentitos en la mano. El argumento del Ratón sobre el viaje y la experiencia que les había hecho ganar era bueno, y casi convenció al mercader... pero este era perro viejo, había medrado en la Hansa donde el comercio lo es todo, y este en su definición más amplia incluía también el engaño y hasta el sabotaje - Hmm... Treinta a cada uno es demasiado, pero es verdad que parecéis competentes, y con esas habilidades, resultaréis útiles en cualquier ocasión. Lo dejamos en veinticinco balas por cabeza, y tenemos un trato, ¿Hecho?

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11/06/2019, 00:28
Director

Aquella era probablemente la mejor oferta que podian conseguir dadas las circunstancias. A pesar de la mentira, a ellos también les convenía llegar cuanto antes a la VDNJ y esa caravana era una oportunidad que no podían desaprovechar, por lo que se subieron a la misma una vez aceptado el pago. Los otros dos hombres se dedicaron a darle a la manivela, mientras que el mercader se recostó entre unos de sus fardos y sacó una baraja de cartas para entretenerse por el camino.

La dresina y su abultado remolque salieron sin problemas de la Rischskaja, adentrándose una vez más en los túneles del Metro, unos que en teoría debían de ser seguros. El viaje transcurrió al principio con normalidad, entre la monotonía del chirriar de la manivela, los resoplidos de esfuerzo del par de operarios, y el gris pétreo de las paredes y el techo, siempre medio ocultos por la oscuridad del túnel hasta que se acercaba el vehículo y las bombillas y faros que llevaba instalados.

En un momento de la travesía, el túnel empezó a oler a gas. Algunos fueron capaces de notarlo, pero para cuando lo hicieron, ya era demasiado tarde. Todos sintieron como poco a poco se iban aletargando, hasta que acabaron por perder el sentido. No fue hasta casi una hora después cuando lo recuperaron, lentamente volviendo en ellos mismos. El primero en hacerlo fue el mercader de la Hansa, su patrón temporal, que había quedado desmayado sobre los fardos entre los que se había sentado.

Al recuperar la consciencia y poder ver los alrededores, empezó a ponerse nervioso y a tratar de levantarse mientras iba diciendo cada vez más alto - No, no, nononono ¡No, No! - el túnel se diferenciaba poco, pero había matices sutiles que dejaban ver que no estaban donde tenían que estar. El suelo estaba lleno de heces antiguas y frecas, había agujeros por las paredes, el aire estaba viciado y en general parecía que por allí no había pasado nadie en muchos años. Al quedar inconscientes no habían podido hacer el cambio de vías y habían acabado metiéndose en un túnel de los marcados como no seguro.

- ¡Despertad! - les gritaba - ¡Despertaad! - los gritos ayudaron, desde luego. Pero lo que terminó de despejar a todo el mundo, fue escuchar el inconfundible sonido de las garras de los nosalis al moverse por las vías y las paredes, corriendo hacia ellos.

Notas de juego

Todos, una tirada de Resistencia, y si la falláis, todas vuestras acciones durante 1 (2 si sacáis pifia) turno tendrán un -2 en las tiradas. Tenéis a los nosalis encima y son un prrón así que podéis dispararles sin más ya en este turno (aplicando el modificador si no pasáis la tirada de Resistencia)

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11/06/2019, 01:41
Marek Viktor Tarasovich

Marek sonrió a la joven y asintió lentamente mientras Ratón hablaba con el mercader. Tras esto. Se sentó junto a la joven y poco a poco se durmió perdido en sus pensamientos. El horror, viejo compañero de fatigas, lo trajo de vuelta como un bofetón: El enemigo estaba por todas partes. Aún algo adormecido se puso rodilla en vagoneta a disparar como si no hubiese un mañana. La primera tanda no consiguió conectar con los movimientos de las bestias, pero la segunda si acertó, dejando un rastro de agujeros de bala en sus enemigos. Tras cambiar el cargador intentó despertar a la joven con una mano:

- ¡Anna levanta, están por todas partes! Vamos a dar fuego a estos cabrones.

Quiso decir algo más, pero su cabeza iba a mil por hora, haciendo imposible que se coordinase incluso a si mismo.

- Tiradas (5)

Notas de juego

21 + 11 balas gastadas, 1 éxito y un cargador a paseo.

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12/06/2019, 21:19
Anna Kuznetsova

Resultaba evidente que el mercader de la Hansa era un estirado y que iba a resultar prácticamente imposible sacarle una mejor oferta que las 25 balas de grado militar que ofrecía por cerrar el trato. Puede que forzar las 30 balas militares por cabeza fuese demasiado pedir y que terminase por rechazar sus servicios por lo que Anna decidió no intervenir, pero comprobando sus mercancías y viendo que transportaba consigo suministros médicos y algo de armamento, creyó posible otro tipo de negocio, una vez estuviesen ya en marcha, por intentarlo no perdían nada, así que una vez subieron al transporte, la joven realizó su movimiento.

- Veo que la carga que transporta son en su mayoría suministros médicos y algo de armamento, explosivos me atrevería a aventurar. Entre tú y yo, ahora que estamos ya en marcha y que hemos dejado atrás la estación. ¿No crees que te sería rentable proporcionarnos una granada a cada uno y un botiquín extra para la doctora del grupo? De llegar sin inconvenientes te devolveremos las granadas, tienes mi palabra y la del resto. - comentó mirando a sus compañeros buscando su asentimiento. Pero de necesitarlas, mejor que tengamos como protegerte más eficientemente, ¿No crees?*

El viaje parecía transcurrir sin inconvenientes, siendo dos tipos ajenos al grupo los que movilizaban el vehículo de raíles, pero en cierto punto el sueño invadió a los presentes, y no fue hasta que los gritos y disparos se sucedían, que Anna no recobró la consciencia y supo determinar que ocurría.

- ¿Pero que...? ¿Dónde estamos? - preguntó Anna incorporándose de inmediato y buscando un buen ángulo para disparar a las criaturas que empezaban a acecharles. Aunque en un primer momento se sintió adormecida, tenía una gran capacidad para concentrarse y mantenerse alerta. Era una superviviente innata y nueva guía del grupo, así que no tardó en espabilarse y abrir fuego en cuanto tuvo oportunidad.

Anna disparó su primera ráfaga impactando de lleno a uno de los Nosalis más cercanos, y en cuanto Marek necesito recargar, lo cubrió disparando una segunda ráfaga certera contra una segunda criatura. Poco a poco empezaba el grupo a tener sinergia y confianza los unos con los otros.

- Tiradas (6)

Notas de juego

* Tu eres el máster, si consideras lícita la propuesta, doy por hecho que aceptó y que llevamos una granada en el inventario cada uno :)

He realizado dos tiradas por acelerar el combate, al ver a Marek hacer lo propio. Si solo hay que realizar una acción, lo tengo en cuenta para el próximo turno o directamente descarta la tirada, lo que consideres, Kylar.

¡Alta tensión! Jajaja ¡Mola, mola!

 

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15/06/2019, 16:49
Svetlana Záitseva

Svet estaba tan derrotada por todo el viaje en la superficie que la oscuridad del metro dejó que se sumiera en un sueño pesado, profundo, sin pesadillas ni otros recuerdos que no fueran el de haberse acurrucado en un rincón de la cama. El mercader con el que se encontraron le resultaba familiar, aunque no fue capaz de ponerle cara ni saber cómo responderle exactamente. Por suerte para ella, Ratón se encargó de conseguirles un precio mejor de la forma más amigable que pudo, mientras se quedaba en un segundo plano y le saludaba con una pequeña sonrisa, intentando parecer tan confiable como sus compañeros. La única que se ha curado pupas de momento soy yo. Y los otros que las han sufrido ya no están...

Intentando no pensar en ello, se subió a la dresina con los demás, atenta al interior del túnel con la bastarda entre sus manos y sonriendo sutílmente ante el negocio de Anna. Estaba claro que no iban a desaprovechar el viaje. Parecía que iba a ser tranquilo, aunque al cabo de un rato un olor extraño le llegó a la nariz. Tardó unos segundos en identificarlo, pero cuando lo hizo ya estaba cayendo en otro sueño, más repentino que el que esa noche y, afortunadamente, más ligero.

Svet fue de las primeras en despertarse, oyendo a su patrón, cada vez más nervioso, mientras ella misma se incorporaba para ver dónde estaban. Rápidamente comprobó el pulso de los demás, suspirando con alivio al ver que sólo estaban inconscientes. Sin embargo, estaba claro que el saber dónde estaban y haber sufrido una pequeña siesta iban a ser el menor de sus problemas cuando oyó el ruido de garras moviéndose por el túnel.

Por puro instinto, alzó la bastarda y disparó contra el que sonaba más cercano, convirtiendo sus pasos en un chillido y un chapoteo asqueroso contra el suelo. La segunda tanda no fue tan perfecta como esa, provocando que la doctora chasqueara la lengua y se girase hacia el mercader, haciéndose oír por encima del sonido de las balas.

- ¡¿Hay alguna forma de salir de aquí?! 

- Tiradas (5)
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16/06/2019, 19:06
Gregori "Ratón" Lavson

La jugada de conseguir más beneficios a cambio de la protección de aquella caravana, no había salido como deseaba. Pero tampoco había ido del todo mal, ya que había conseguido algo más de lo que ofrecía el mercader. "Mejor eso que nada!" pensó Ratón.

Iniciaron el viaje sin mucho más que conversaciones sobre sus aventuras, que en algún momento tuvieron que maquillar para evitar ser descubiertos sobre su objetivo real, y momentos de silencio que dejaban que sus mentes recordaran a los compañeros dejados atrás o perdidos durante el camino.

Gregori le hubiera gustado tener a Jorji entre ellos. Seguro que hubiera sacado alguna frase divertida o alguna anécdota interesante sobre su vida como stalker. 

Puede que por el cansancio o por aquellos momentos de silencio, los párpados de los componentes del grupo se fueron cerrando como si estuvieran hechos de pesado plomo. Fueron pocos los que detectaron que el efecto somnoliento no era cosa del agotamiento, sino del gas que parecía colarse por alguna fisura de las tuberías. Pero no dio tiempo a dar la voz de alarma. Todos cayeron inconscientes y dejados a la mano de la dichosa fortuna.

Gregori se despertó sobresaltado, a causa de los gritos y los disparos que escuchó. Algo los estaba atacando y Ratón no estaba del todo en este mundo para poder analizar qué era o de donde había salido. Se asomó por uno de los laterales de la caravana y observó como una manada de aquellas criaturas se abalanzaba contra ellos.

-Qué cojones ha pasado? Acabad con ellos!

Lo primero que hizo Gregori fue lanzar la granada de fragmentación hacia el lugar donde se encontraban más nosalis, sin poner en peligro a ningún miembro del grupo. Puede que de aquella manera, frenaran un poco su avance.

- Tiradas (4)
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17/06/2019, 23:23
Director

Anna fue la primera en lograr que su mente se aclarara, su cuerpo combatió los efectos abotargantes del gas, y una vez vio la amenaza que se les cernía encima, no tardó en empuñar su nuevo Kalashnikov, el de Jorji, y empezar a disparar hacia la negra boca del túnel, por donde se acercaban los mutantes. Con tiros precisos y ráfagas calculadas, media docena de nosalis que se habían adelantado demasiado acabaron muertos, los cuerpos desplomándose sobre las vías como fardos.

Svetlana tampoco perdió demasiado tiempo. Tras comprobar que sus compañeros y los dos porteadores estaban bien, solo un tanto desorientados pero recuperándose, rápidamente cogió su bastarda en cuanto escuchó al fusil de Anna escupir sus balas contra los que les perseguían. El arma de la médico se unió a la otra, el cargador de la bastarda se escoró hacia el lateral a medida que las balas salían disparadas. Algunas se perideron y otras aunque dañaron a algunos mutantes no impidieron que siguieran adelante, pero Svetlana consiguió que tres de los que corrían por las paredes no volvieran a levantarse nunca más antes de tener que cambiar de cargador.

Gregori tampoco tardó mucho en desembotar su cabeza al ver lo que sucedía. A pesar del esfuerzo de sus compañeras, los mutantes les ganaban terreno ya que la dresina había perdido impulso cuando los dos hombres que la movían habían quedado también inconscientes. Ahora estos volvían a ocuparse lentamente de la manivela, pero tenían a los nosalis casi encima, por lo que con que se puso a disparar también, derribando a dos más de las criaturas.

Algo afectado por el gas, Marek reaccionó algo más lento de lo habitual. Se sentía mareado y tenía que esforzarse por mantener los ojos abiertos, pero cuando empezaron los disparos y apretó el gatillo, consiguió despejarse. Desperdiciada la primera ráfaga, corrigió el tiro, y con la segunda derribó a tres nosalis que habían saltado sobre el remolque, aunque tendría que cambiar de cargador. A su alrededor, la dresina se había vuelto un caos, una mezcla cacofonica entre gritos, disparos, el chirriar de la manivela y el creciente rugido de la multitud de mutantes.

Poco a poco iban cogiendo velocidad de nuevo, pero los nosalis ya empezaban a subirse a la caravana. El mercader disparaba con un viejo revólver mientras lanzaba insultos a diestro y siniestro, pero a pesar de las bajas, las criaturas no desistían de su ataque. Por suerte, Gregori echó mano de la granada que le quedaba. Su brazo lanzó el explosivo, que recorrió todo el remolque, hasta caer justo detrás de este, allí donde los nosalis se amontonaban y se empujaban unos a otros para subir primero.

La explosión hizo retumbar la dresina entera, incluso el remolque se alzó de las vías unos centímetros para caer luego de nuevo sobre ellas con un bandazo. Pero había logrado su objetivo, el montón de nosalis había desaparecido, enterrado en escombros y metralla, y los que habían escapado al estallido dejaron de correr tras ellos, limitándose a chillarles desde la distancia hasta que se dieron la vuelta y huyeron en busca de una presa más fácil.

La dresina siguió moviéndose hacia la VDNJ, ya a una velocidad estable. Salvo por el chirrido de la manivela al accionarse y el correr del vehículo sobre los raíles, el silencio invadió el túnel, a medida que los viajeros recuperaban el aliento y se calmaba su ritmo cardíaco. Estaban en calma por el momento, pudiendo recargar sus armas, aunque era poco probable que se encontraran otro peligro antes de llegar a la estación objetivo. El mercader lanzó un suspiro de alivio, dejándose caer entre un par de fardos - ¡Fiuu! ¡Bien valéis esas veinticinco balas!

Notas de juego

* Tu eres el máster, si consideras lícita la propuesta, doy por hecho que aceptó y que llevamos una granada en el inventario cada uno :)

Hombre, para conseguir eso, igual que las 30 balas que pedía Gregori, habría que haber conseguido un 10, que el tío es un agarrao xD Así que 25 balas y arreando.

La mirilla de precisión solo aplica a grandes distancias, no en todas las situaciones. En un túnel oscuro y con los nosalis encima no aplicaría, además de que con un +6 directamente es imposible fallar xD (Aunque la tirada la pasas igual)

Descontada munición y explosivos.

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22/06/2019, 18:52
Anna Kuznetsova

La lucha encarnizada contra los Nosalis fue frenética, y por poco no lo contaron, ya podían dar gracias de haberse recuperado de los efectos del gss a tiempo y haber podido defenderse. La granada de Ratón había sido clave, y estaba convencida que de no haberla lanzado, ahora mismo la situación difería en demasía.

- Uff Gregory... Esa granada ha sido clave para salvarnos a todos... Gracias... - mencionó la joven Stalker en agradecimiento, para después mirar con rudeza al comerciante, que había suspirado aliviado diciendo que bien valían 25 balas de calibre militar. Eres un tacaño desagradecido, que lo sepas. Perfectamente podrías proporcionarnos algunos explosivos más, y sin embargo parece que poco te importa tu vida... Si no llega a ser porque mi compañero tenía una última granada, ahora mismo estaríamos todos muertos. Tú el primero. ¿Qué te cuesta darnos un par de granadas para el grupo? Me cuesta creerlo...

Anna estaba contrariada. Le costaba entender cómo ese comerciante de la Hansa no valoraba más su vida y la de la gente que estaba con él, pero ya no abrió más la boca. Simplemente se limitó a cargar nuevamente su arma, comprobar que sus compañeros estaban todos bien y vigilar el entorno por si hubiese más amenazas. Esperaba que ya no tuviesen más contratiempos hasta llegar a la estación de VDNJ, aunque tampoco podía asegurarlo. Definitivamente Anna amaba la superficie y en cuanto tuviese oportunidad, esperaba regresar allí.

- Tiradas (1)
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23/06/2019, 16:35
Gregori "Ratón" Lavson

Algo de orgullo nació en el interior de Gregori al comprobar que su acción con el explosivo había finiquitado el ataque de aquellas criaturas. Algunos miembros del comboy lo felicitaron, inflando el ego del superviviente. Pero fueron las palabras de Anna las que realmente sintió como importantes. Solo el hecho de haber vivido conjuntamente situaciones extremas de vida o muerte, hacían que las personas tuvieran un "feeling" real. Y los miembros del grupo, tenían ese tipo de unión.

-Gracias Anna... todos bien?- preguntó mirando al resto del grupo. -Marek, Svet?

Mientras recargaba de nuevo su arma, escuchó como la stalker recriminaba al mercader el poco tacto con el sueldo que recibirían por la protección de la caravana. Eran palabras duras que salían del interior, de volver a toparse cara a cara con la muerte, con el recuerdo de la pérdida de compañeros...

-Tranquila Anna... -y mirando al mercader, apoyó las palabras de su amiga, solo que utilizando un discurso algo más tranquilo y diplamático -Verás, lo que ha pasado hace unos minutos, podría haber acabado no solo con tu negocio, sino también con tu vida. Puedes decir lo que quieras, pero nunca antes te habías topado con tantas putas criaturas como esas. Y has salido con el culo de una pieza gracias a nosotros. Cierto: 25 monedas es un buen sueldo para un trabajo de protección normal y corriente... Pero lo de hoy, no es normal. Y lo sabes. Seguro que en estas cajas tienes explosivos, botiquines, munición... algo con lo que puedas aportar un "plus" a nuestra colaboración a tu negocio. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Creo que esta vez, no le convenzo para nada... omaigot!

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23/06/2019, 23:47
Svetlana Záitseva

El efecto de la granada fue crucial para poder dejar atrás a los nosalis, o al menos esa fue la impresión de Svetlana que no dudó en darle un breve abrazo a Ratón como agradecimiento en cuanto estuvieron a salvo. La dresina había conseguido avanzar y la médico se preocupó por ver que los demás estaban bien también, asintiendo con un gesto a Gregori cuando le preguntó. 

Algo más tranquila, se sentó a recargar su bastarda, por si acaso alguna de esas alimañas aparecía de nuevo en los túneles. Pero el peligro en ese momento le parecía otro. Tal vez fuera por la forma en que Anna había saltado contra su benefactor o por el leve deje de superioridad de las palabras de Ratón, pero la pelirroja tuvo por un momento la sensación de que aquel hombre podría decidir prescindir de sus servicios en cualquier momento. 

- Todos hemos salido de una pieza gracias a ti, Ratón, no seas tan duro. - le sonrió, intentando relajar un poco la situación y la presión de los demás - Realmente hemos tenido suerte de que nos quedara una granada y al fin y al cabo es nuestro trabajo protegerle. - se encogió de hombros dirigiéndose luego hacia el comerciante - Aunque es cierto que esto no entraba en el plan ni en la ruta para nada y no nos vendría mal reabastecernos por ello. Un plus de peligrosidad. - sonrió medio riéndose, intentando quitarle hierro al asunto pero dejando claro con su mirada que no iba tan en broma. Se quedó mirando al mercader con curiosidad, incluso una pizca de inocencia mientras mantenía su sonrisa encantadora, intentando cambiar el tema de conversación - ¿Cómo puede ser que hayamos acabado en un lugar así sin querer? Qué fallo más tonto...

- Tiradas (1)
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24/06/2019, 03:23
Marek Viktor Tarasovich

Marek había conseguido despejarse más del efecto del gas, aunque no se engañaba: Tenía suerte de seguir con vida. Cuando fue plenamente consciente de esto miró de reojo a Anna, sintiéndose afortunado de seguir con vida en parte gracias a la habilidad de esta y del resto de compañeros. Se mantuvo en silencio escuchando a estos debatir con el mercader, quien ciertamente había hecho un buen negocio pagandoles esa cantidad habida cuenta de lo sucedido. Asintió en silencio antes de dirigirse a Ratón:

- Sabía que bajo esa fachada de temeroso había un guerrero esperando salir. Hahaha por favor, saca esa fachada a pasear más a menudo, ha sido una verdadera delicia de contemplar amigo. Espero que nadie tenga la resaca que me va a quedar a mi; hahaha pienso hacer sangre a la próxima cama donde deje caer mi calavera.

Se dedicó mientras la situación se hablaba a revisar la bastarda y ponerla a punto para lo que pudiese pasar. Al fin y al cabo, quedaba mucho menos de lo que podían esperar para el gran momento de asaltar ese avión. Cuando todo acabase buscaría un sitio sin radiación donde vivir en libertad, lejos de las guerras absurdas y el hacinamiento del metro. Aunque una parte de él tenía una mezcla de sensaciones funestas rondando sus esperanzas.

Notas de juego