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Metro 2030: Por un Puñado de Balas

Parte III: El avión

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12/09/2019, 21:46
Svetlana Záitseva

Al estar frente al avión, Svet empezó a pensar que tal vez aquello sólo era una mentira, un sueño imposible o una esperanza de dos Stalkers que sabían que no iban a vivir mucho más en ese mundo derruido. Pero al entrar y ver esas balas doradas, apenas tocadas por la mugre del metro o el polvo de la intemperie, la pelirroja se echó a llorar. Fue un único sollozo antes de que se estallara de la emoción, comprobando por encima el contenido de las cajas y casi sin atreverse a tocarlo, por miedo a que aquel espejismo desapareciera. 

Se quedó atónita mientras les escuchaba. ¿Volarlo? Todo esto daría para alimentar a todo el metro durante meses. Se tranquilizó al ver que sólo se referían a una parte, pero tuvo sentimientos encontrados, al igual que Ratón. Se quedó mirando a unos y otros y esperó preparada por si surgía otro peligro mientras Ratón se marchaba a buscar un escondite rápidamente. En cuanto volvió y comenzaron a prepararse para llevar las cajas, una duda asaltó su mente, una cuya respuesta desconocía y temía.

- ¿Y luego qué haremos con las balas en el metro? - preguntó. Dándose cuenta de que tampoco quería influenciar a nadie, se apresuró a añadir para disimular - Tampoco podemos repartirlas sin ton ni son ni gastarlas todas a la vez... ¿verdad?

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17/09/2019, 23:00
Director

Tras la sorpresa y alegría iniciales, tocó ponerse a trabajar. Allí había muchas balas que tranportar, y aunque la entrada al Metro no estaba demasiado lejos, sería mejor no quedarse demasiado tiempo fuera una vez se hiciera de noche, ya que no solo la oscuridad jugaría en su contra, sino que aquella era la hora en la que los mutantes más peligrosos salían de sus madrigueras.

La decisión tomada fue inteligente. Era físicamente imposible que pudieran rescatar toda la munición que había allí almacenada. Cualquier cosa que no se llevaran ahora, seguramente no volvieran a encontrarla. La existencia del avión era lo sufcientemente creída como para que equipos de todo el Metro hubieran sido despachados en su busca, y si ellos lo habían logrado, nada impediría que otros con más medios lo hicieran también.

Por lo tanto, llevarse todo lo posible, esconder la mayor parte y hacer estallar el resto para hacer ver a cualquier que llegara detrás de ellos que, si el rumor de avión había sido cierto, hacía ya mucho que había dejado de serlo. Algún rayo, algún accidente... cualquier explicación valdría para disuadir los intentos de buscar el botín una vez se viera el interior del avión después de la planeada explosión.

De modo que se pusieron manos a la obra. Gregory y Anna encontraron un buen lugar que usar como escondite mientras Marek y Svetlana empezaban a desempacar las cajas más grandes e iban sacando cajones y cajones de balas en el exterior. Las horas pasaron mientras transportaban la preciada munición del avión al escondite, demasiada como para contarla, pero suficiente como para no tener que preocuparse por nada en la vida si se podía solucionar con dinero.

La lluvía seguía cayendo sobre ellos, pero perdiendo fuerza a medida que el sol se iba ocultando para dejar paso a la noche. Habían logrado cambiar de lugar aproximadamente la mitad del cargamento, cuando algo les interrumpió. Escucharon un fuerte sonido metálico, como unos pesados pasos caminando lentamente sobre planchas de metal. No tardaron mucho en averiguar el origen del sonido.

Sobre el avión, asomado al borde del fuselaje superior, había una criatura gigantesca, la más enorme que jamás habían visto en sus días. Por la forma, era fácil reconocer a uno de aquellos grandes osos pardos que antaño habían plagado las estepas rusas. Y ahora, debían de encontrarse frente a uno de sus mutados descendientes. El oso cogió impulso, y dio un salto desde donde estaba, aterrizando en medio del cráter, cerca de donde estaban los aventureros, girándose hacia ellos.

De cerca, la criatura era aún más monstruosa. Era una titánica masa de músculos, garras y colmillos, mucho más grande que lo que los antiguos osos habían sido. Un solo golpe por parte de aquellas zarpas debía de ser capaz de acabar con un hombre como si estuviera hecho de papel, y los afilados dientes parecían capaces de atravesar los trajes y cuerpos de los stalkers como si nada.

Seguramente había acudido al nido de Vigilantes a alimentarse de los mismos, pero lo había encontrado vacío de sus presas habituales. Por desgracia, parecía que no haría distinción alguna entre otros mutantes y humanos. Tenía hambre, y arrasaría con lo que encontrara hasta saciarla.

El oso abrió la boca todo lo que pudo, y lanzó un sonoro rugido que se debió escuchar en kilómetros a la redonda. Los cuatro aventureros entendieron que, incluso con todo lo vivido, aquella sería la pelea de sus vidas.

Notas de juego

¡Volvemos a la caargaa! Anotadas 150 BGMs a cada uno :)

El osito viene de regalo :P

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21/09/2019, 12:43
Gregori "Ratón" Lavson

Allí, en campo abierto, no tenían nada que hacer contra aquel enorme monstruo mutante. Gregori era consciente que enfrentarse de tú a tú a la criatura tendría un solo resultado seguro: la muerte. Y todo el esfuerzo se habría quedado en nada. Bueno: en ser el pic-nic de un maldito oso deformado.
Era momento de utilizar el entorno como su aliado. Si aprovechaban los escombros de la zona, sus estrecheces, sus escondites, sus obstáculos para evitar la libertad de movimiento de la criatura, podrían tener alguna posibilidad.

-Aprovechad las piedras para esconderos y atacar por varios flancos! -gritó Ratón mientras lanzaba la última de sus granadas de fragmentación.
Si realizaba un buen tiro, les daría tiempo distracción para esconderse y poder atacar desde lugares diferentes. Y así pareció ser: la granada cayó a escasos metros de la criatura y detonó con un estruendo sonido y salpicando metralla a su alrededor. El objetivo de Gregori parecía haber tenido éxito ya que algunos proyectiles alcanzaron el cuerpo del mutante, provocando feas heridas en su gruesa piel deforme.

-Vamos, corred!

- Tiradas (1)
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24/09/2019, 23:19
Director

El oso empezó a cargar justo en el momento en que Gregori sacaba una de las dos granadas que tenía el grupo, encendía la mecha y la arrojaba sobre el enorme mutante, que se lanzaba a por ellos. El explosivo detono justo al lado de la cabeza de la bestia, cegándolo momentáneamente y arrancándole un rugido de dolor cuando la metralla le aravesó el pelaje y la dura carne, dejando unas buenas heridas. Aun así, a pesar de que la sangre del oso empezó a manchar el suelo, aquello no sería ni mucho menos suficiente como para detenerlo o ahuyentarlo, no digamos ya acabar con él.

Pero al menos les consiguió tiempo a los demás para escapar al primer ataque, tiempo para poner algo de tierra de por medio, ni mucho menos la suficiente, ni siquiera para huir, ya que el mutante sin duda los acabaría alcanzando, pero sí para encontrar alguna manera de deshacerse del oso. Sin duda parecía realmente resistente a cualquier ataque físico, pero quizás el fuego o una explosión realmente grande fuera capaz de provocarle serios daños.

Notas de juego

Vamosss, que en nada tenemos liquidada la partida!

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25/09/2019, 13:29
Anna Kuznetsova

Anna no esperaba la súbita aparición de aquella colosal criatura y no pudo evitar es un brinco por la sorpresa. Habían logrado transportar a lugar seguro la inmensa mayoría del cargamento, pero de poco serviría si aquella bestia mutante les arrebataba la vida. A pesar del colosal tamaño, sus movimientos eran ágiles y en pocas zancadas ya estaba llegando al lugar donde se encontraban, pero la granada salvadora de Gregory detuvo momentáneamente el avance y le inflingió mucho dolor. Aún así, lejos de retirarse, la criatura se alzó imponente, dispuesta a volver a la carga.

La joven Stalker no se lo pensó dos veces y apuntó con su Shambler para tratar de reventarle las tripas a escopetazos. Si había una escopeta capaz de ocasionar destrozos graves, esa era "Sangrienta", y los disparos no tardaron en producirse, al grito sonoro de la superviviente nata.

- ¡Todos a una! ¡Disparad hasta abatirle! ¡Nuestras vidas dependen de ello! 

Era una situación crítica en la que debían ser uno como grupo, si no detenían su avance con toda probabilidad le daría un zarpazo a alguno de ellos, y difícilmente se volvería a levantar para contarlo. Pero justo en el momento crítico, Sangrienta se encasquilló y Anna no tuvo otra que saltar hacia un lado, no sin antes quitar la anilla de la granada y lanzársela a las fauces del oso que venían veloces hacia ella. ¿Se tragaría la granada aquella letal criatura? ¿Lograría evitar el zarpazo y la explosión?

- Tiradas (3)

Notas de juego

Madre mía, vaya pifias!

Me da a mí que acabo mi andadura justo al final, tan cerca de lograrlo. !¡Nooooooo!¡

F para Anna, chat

xDDD

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26/09/2019, 08:20
Svetlana Záitseva

En cuanto la granada de Gregori impactó, Svet salió de su ensimismamiento, observando a la enorme bestia que había aparecido frente a ellos, y echó a correr. El botín acababa de dejar de importar tanto como su propia vida y no se paró a pensar hasta que estuvo a cubierto tras un bloque de escombros. No son balas, esto no va a servir para si viene a buscarnos directamente. 

A la vez que se asomaba y oía la voz de Anna, su vista se quedó en el preciado avión y el resplandor que venía de su interior. Si la granada de Ratón ha conseguido distraerle así, una explosión mayor... Soltó un pequeño suspiro de desilusión y frunció los labios. Era lo que íbamos a hacer al fin y al cabo.

¡Dispersaos! ¡Si nos quedamos juntos nos matará a todos! - gritó asomándose y disparando luego contra aquel monstruo - ¡Hay que llevarlo al avión! ¡¿Nos quedan granadas?! 

Los disparos impactaron en la piel del oso, haciendo saltar salpicaduras de sangre. Si iba a por alguno concreto del grupo, eso debería bastar para distraerle, aunque ella tuviese que ser el siguiente objetivo. 

- Tiradas (4)

Notas de juego

27 balas gastadas

F

XD

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01/10/2019, 23:09
Director

Los aventureros corrieron en varias direcciones, bien fuera llevados por el pánico o porque intentaran darle demasiados objetivos al oso como para que pudiera perseguirlos a todos. Los efectos de la granada de Gregori desaparecieron, y la enorme criatura pasó de estar aturdida a solo dolorida y enfadada, justo al tiempo en el que Gregori y Svetlana se ponían a cubierto y Marek y Anna intentaban hacer lo mismo, por inútil que fuera a resultar si el oso decidía abalanzarse sobre ellos.

Los disparos de la médico llenaron el lomo del mutante de pequeños agujeros, aunque con lo precario como arma que era la Bastarda, algunos proyectiles ni siquiera lograron penetrar el pelaje. Las nuevas punzadas de dolor hicieron rugir al oso, que parecía no acusar el dolor de tan resistente como era, o quizás es que estaba preso de la furia.

Y desató esa furia sobre los aventureros que todavía podía ver. La monstruosa mole se abalanzó cargando con sus patas hacia Marek y Anna. La joven trató de dispararle con la escopeta a bocajarro, pero, para mala fortuna de Anna, el cartucho de la Shambler se introdujo mal en la cámara y atascó el mecanismo del arma en el momento más crucial. La muchacha soltó el arma al suelo y sacó una granada casera, pero apenas tuvo tiempo de encender la mecha antes de que algo la embistiera.

Marek la empujó en el último momento, apartándola de la trayectoria del oso justo antes de que este llegara hasta ellos. La joven cayó al suelo dándose un golpe y soltando la granada que tenía encendida en la mano, que estalló cerca de donde estaba. Demasiado cerca. Sintió como la explosión le taponaba los oídos, así como un agudo dolor en un hombro, allí donde una de las piezas de metralla se le había clavado, aunque por suerte, no era muy grande ni había llegado a tocarle el hueso, si bien dolía lo suyo al moverse.

Nada comparado con lo que sufrió el antiguo comando del Reich. Salvando a Anna, se había puesto en la trayectoria directa del oso, que lo atrapó entre sus fauces y lo arrastró un par de metros, mordiéndolo y zarandeándolo como si fuera un muñeco de trapo, tratando también de darle golpes con sus zarpas a las partes del cuerpo que sobresalían de su boca. La sangre del aventurero salpicó la tierra y la nieve sucia de la superfície de Moscú.

En uno de los zarandeos, el mutante lo soltó, y Marek fue volando hasta que cayó de bruces contra el suelo, aturdido y lleno de mordeduras y cortes que sangraban profusamente. Apenas podía arrastrarse con uno de sus brazos, pero a los pocos centímetros, notó que su mano tocaba metal y no tierra. El oso lo había arrojado justo al lado de la rampa de carga abierta del avión.

La criatura parecía imparable, incluso grupos de stalkers más numerosos, experimentados y mejor armados habrían tenido dificultades para sobrevivir en un enfrentamiento así. Y ellos cuatro, que hacía apenas unas semanas que no habían pisado la superfície y llevaban armas caseras en su mayoría, apenas le estaban suponiendo un mero entretenimiento antes de la cena. Pero tenía que haber alguna manera de detenerlo...

Notas de juego

Las ausencias priman sobre las pifias. Lo siento, Marek, pero te comes el ataque xD Quedas Incapacitado y tus acciones ahora tienen -2.

Anna, tú quedas Herida por la granada.

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03/10/2019, 22:04
Gregori "Ratón" Lavson

La idea que proponía Svet era perfecta: llevar aquella monstruosidad hasta el avión y hacerlo estallar en pedazos junto con la carga que ya tenían intención de hacerla volar. Pero la auténtica cuestión era quién era el valiente que estaba dispuesto a poner su pellejo en peligro para atraer la atención del oso mutante.
No tuvieron demasiado tiempo en pensar como o quién realizaría tal tarea suicida, ya que la criatura se abalanzó contra Anna y Marek, mordiendo a este último y provocándole heridas que nadie sabía hasta que punto eran mortales.
Marek salió volando tras recibir aquel terrible ataque y cayó cerca del avión.
Gregori estuvo a muy poco de gritar algo como "Marek, sacrifícate y haz volar el avión con el oso dentro", pero... era una opción demasiado egoísta, según Ratón. Puede que semanas antes hubiera actuado así, pero habían vivido demasiado como para desear la muerte de una compañero, de un amigo.

-A la mierda con todo! -gritó Gregori -Svet, llama su atención hasta que llegue al avión para sacar a Marek. Después intentaré que venga hasta allí y... BOM! Supongo que habrá algún explosivo entre la carga. Y si no nos volvemos a ver... -y guiñó el ojo - ha sido un placer, señoritas.

Acto seguido, intentó desplazarse hasta la rampa de entrada del avión con la máxima rapidez pero sin llamar la atención de la bestia. No tenía mucho tiempo y una sola idea de rondaba en la mente:

-Marek, no te mueras maldito cabrón!

- Tiradas (1)

Notas de juego

Paso el sigilo Master, pero sid ebo tirar por moverse rápido o algo por el estilo, me lo dices, ok?

Saludos
NAnuk

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06/10/2019, 11:42
Anna Kuznetsova

Piiiiiiiiiiiíiiiiiiiiiiiihhh...

Eso fue todo lo que Anna pudo escuchar tras la detonación de la granada. Tirada en el suelo, tratando de arrastrarse y con un intenso dolor punzante en el hombro derecho, no recordaba con precisión lo ocurrido, pero sabía que debía tratar de desplazarse y buscar un lugar a resguardo si querías conservar la vida.

Después de arrastrarse unos metros hasta colocarse tras un enorme tronco caído, pudo empezar a escuchar los gritos de sus compañeros en las inmediaciones. Todo parecía indicar un caos generalizado, y al mirar en dirección por dónde había venido, vio en el suelo a un muy malherido Marek desangrándose en el suelo, reparando en ese mismo instante que había sido él quién le había salvado de las fauces del oso. Svet trataba de llamar momentáneamente la atención de la criatura disparándole una certera ráfaga de balas, y mientras tanto, ratón se disponía a sacar a rastras a Marek. Anna era consciente de que no podía permanecer quieta sin hacer nada pese a su lamentable estado y que debía darle el suficiente tiempo a Gregory para que alejara a Marek del avión. Una vez fuede alejado lo suficiente, había captado la idea del grupo..., esparcir de algunas de las balas la suficiente pólvora para que, una vez atrayesen hacia el avión a la bestia, prender el reguero de pólvora y hacer volar tanto lo que quedase delncargamento como a esa infecta criatura mutante en su interior. ¿Arriesgado? Por supuesto. ¿Más alternativas? Muy pocas que les garantizarnos la supervivencia si no acababan con él...

- Svet! Hagamos turnos de ráfagas cortas desde ambos flancos para confundir a la bestia y que no sepa hacia donde ir. El ruido le atrase por lo que se está cerca de tu posición procura no disparar y estar en silencio y seré yo la que lo atraiga, y cuando venga hacia mí justo lo contrario. Solo debemos ganar el tiempo suficiente para que ratón saque a Marek de ahí y que finalmente lo atraiga hacia el avión...

Entonces Anna ideó en una idea para hacer que la bestia entrase en el avión. Por lo que le gritó a Ratón su improvisado plan...

- Ratón! Hay algunas cuerdas que mantenían unida el cargamento... Podrías atar a uno o dos de vigilantes muertos con ellas, subir sobre el avión y levantarlos ligeramente con la cuerda y mecerlos de lado a lado frente a la entrada para dar la impresión de que están vivos cuando atraigas hacia tí al oso. Con suerte embestirá devorándolos con sus fauces y entrando dentro del avión, momento en que deberás soltar las cuerdas, prender la mecha y largarte corriendo. Hay las suficientes balas con pólvora y metralla en el interior, para que la explosión acabe con ese maldito monstruo!

¿Eran un plan loco? Lo era, pero si salía bien podrían salir los cuatro vivos de aquel infierno...

- Tiradas (1)
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07/10/2019, 08:37
Svetlana Záitseva

La explosión y la consecuente onda expansiva que se llevó Marek, hicieron que la médico estuviera a punto de salir de su escondite para ayudar... Hasta que vio que Ratón había pensado lo mismo. Él es más sigiloso y rápido que yo pero... Apretando los dientes, vació lo poco que quedaba del cargador de su bastarda otra vez sobre la gruesa piel del oso. 

- ¡Ni se os ocurra moriros ahora, ¿me oyes?! - gritó medio desesperada, al ver que, aunque no había fallado, los disparos no parecían hacerle nada - ¡¿No tenemos nada más potente, Anna?! 

Tras escuchar el plan de su amiga, frunció los labios pensativa. No creo que le de tiempo a hacer lo de los Vigilantes, pero sí podemos conseguirle tiempo para que saque a Marek de ahí... Chasqueando la lengua, dejó colgando la bastarda a un lado y sin perder un momento, disparó de nuevo sobre la bestia con el revólver, esperando poder llamar mejor su atención o distraerle. 

- Tiradas (3)
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09/10/2019, 00:42
Director

La situación era desesperada, por decir poco. Las balas no parecían afectar al oso a pesar de que estaba ya lleno de agujeros por su lomo y patas, habían agotado sus granadas, Anna estaba herida, y Marek más herido aún. La munición y los cargadores se acababan, mientras que el brillo dorado de las balas que quedaban en el avión les recordaban lo cerca que estaban de su objetivo y cómo de cerca estaban de perderlo... o quizás no.

Habían logrado sacar la mitad del cargamento y lo habían escondido, suficientes balas para hacerlos ricos el resto de sus vidas, y eso que todavía quedaba la mitad por sacar del compartimento de carga. Allí debía de quedar suficiente pólvora y explosivo como para volar uno de aquellos edificiones enormes que plagaban las ruinas de la ciudad. Svetlana se dió cuenta de ello, y rápidamente lo hicieron los demás también.

Pero sus opciones eran reducidas. Marek había logrado arrastrarse hasta el borde del compartiment ode carga, demasiado herido como para apartarse o hacer nada más por su cuenta. Gregori hizo de nuevo lo que mejor se le daba, evitar llamar la atención y moverse desapercibido, no tardando en llegar hasta su compañero herido. Al acercarse a Marek, vio que su estado era realmente pésimo. De cerca pudo comprobar el verdadero alcance de sus heridas. Marek seguía respirando por pura fuerza de voluntad. La cara del antiguo asesino estaba manchada de sangre que le salía de entre los labios, apretados para intentar sobreponerse al dolor, y Gregori entendió que no había nada que pudieran hacer.

Anna estaba en mejores condiciones, pero si el oso se centraba en ella no tendría tanta suerte. Aun así, trató de elaborar un plan. Con el debido tiempo y preparación, habría sido un gran éxito sin duda alguna, pero el oso no les concedería ni un segundo para ello. Ya estaba dando la vuelta, ajeno a las balas que la médico le disparaba con todas las armas que tenía encima, a la desesperada, intentando atraerlo hacia ella y salvar a sus compañeros, o al menos darles tiempo. Casi funcionó.

El oso ladeó la cabeza al sentir los impactos, pero había probado la sangre, y su sabor lo había enardecido aún más, sintiendo tan cerca su comida. El olor y el frenesí en el que se encontraba lo hicieron ignorar a todos, y centrarse únicamente en aquél al que ya había tenido entre sus mandíbulas. Dando un zarpazo al suelo, la criatura se lanzó de nuevo al ataque, avanzando con toda su mole contra la figura tendida de Marek y la de Gregori, arrodillado a su lado.

Todo pareció suceder a cámara lenta. El oso cargando con las fauces desencajadas, goteando saliva y sangre y los ojos presos de la furia más animal e irracional que existía. Los rostros de Anna y Svetlana, que observaban con horror lo que sucedía sin realmente poder hacer nada a tiempo para evitarlo. El de Gregori, viendo como el enorme mutante se le echaba encima, su cuerpo temblando y queriendo salir huyendo de allí, pero sus manos no cesabaan de aferrar a Marek.

El Ratón sintió un leve tirón en su traje, y bajó la vista hacia su amigo. Sus miradas se cruzaron durante un segundo, mientras el herido metía su mano en uno de los bolsillos de su traje. Gregori asintió, y entonces soltó a Marek y echó a correr, a correr lo más rápido y lejos que había corrido en toda su vida.

El oso se estrelló contra el compartimento de carga. Con un bocado levantó a Marek del suelo como si nada, volviendo a acuchillarlo con sus colmillos. Pero el impulso que llevaba era demasiado como para detenerse ahora que tenía por fin a su presa. El mutante entró en el compartimento, derribando las cajas de munición y haciendo que esta se desparramara por el suelo. Desde las fauces de la bestia, sintiendo como la vida se le escapaba demasiado deprisa, Marek tuvo el lujo de mirar una última vez hacia el exterior del avión, hacia sus compañeros con los que había vivido tanto en tan poco tiempo. Se había pasado casi toda su vida asesinando gente que no conocía de nada, y allí estaba ahora, salvando a los únicos que habían llegado a importarle desde hacía muchos años. La distancia lo hizo difícil de ver, pero cualquiera juraría que el stalker estaba sonriendo.

El dedo muerto de Marek dejó de apretar el detonador por presión de la última granada que les quedaba y que había llevado hasta hace poco en su bolsillo. Con la falta de contacto, el explosivo casero detonó.

El avión estalló en mil pedazos con una atronadora explosión que tardó apenas un segundo en ahogar el rugido de agonía del oso al verse consumido por la explosión y las llamas. La onda expansiva liberó una tormenta de fuego hacia el cielo y los alrededores, tan fuerte que alcanzó toda la zona cercana al cráter. Los tres aventureros que quedaban no fueron una excepción, y a pesar de la cobertura que hubieran podido encontrar, el choque fue tal que los dejó inconscientes al momento.

Notas de juego

Bueno... me apena mucho, pero Satara lleva un mes sin postear y desde el 23 sin conectarse, así que... me parece un buen final para su personaje.

Podéis describir hasta el momento en que os desmayáis.

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10/10/2019, 21:24
Svetlana Záitseva

Frustrada y con las lágrimas a punto de salir por sus ojos, Svet vació la última bala que le quedaba en el cargador y saltó de su pequeño refugio gritando y buscando alguna piedra que tirarle al oso. Pero ya era tarde. Vio cómo el oso se abalanzaba sobre Marek hacia el interior del avión, apresándolo entre sus fauces. Otra vez no... Ese avión había llevado al grupo por muchas más muertes de las que habría pensado en un principio. La única esperanza que tenían era encontrarlo y aprovechar sus balas para hacer algo mejor... Y ni siquiera habían podido sacarlas todas. 

Antes de que pudiera lamentarse, a un lado de la silueta del oso vio a Ratón corriendo sin volverse atrás siquiera. La doctora tardó medio segundo en entender que todo eso todavía no se había acabado y echó a correr. Le gritó a Anna que hiciera lo mismo, incluso llegó a su lado y tiró de ella con todas sus fuerzas, temiendo que todavía quisiera ir a ayudar a Marek. Y aún así, el calor de las llamas la alcanzó y la fuerza de la explosión la levantó del suelo con una facilidad asombrosa, cataputándola unos metros más adelante. Su mente aún resistió unos instantes más, pero no tardó en caer en la oscuridad. Por favor, que alguien los ayude... A la gente del metro... Si no soy yo...

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14/10/2019, 23:43
Anna Kuznetsova

Anna jamás habría imaginado que la situación se torcería tanto en tan poco tiempo, poniendo en gravísimo riesgo al grupo. A pesar del improvisado plan para intentar distraer a aquel colosal oso mutante mientras ratón sacaba a rastras a un muy malherido Marek, la bestia estaba presa de una furia descomunal, y con los ojos inyectados en sangre y mirada asesina, había tomado por objetivo nuevamente al soldado del Reich tras haberle mordido previamente y lanzado por los aires.

La carrera fue un total shock para todos y aunque quiso imperdirlo, la joven Stalker solo pudo disparar una última ráfaga antes de que la bestia corriese para terminara llevandose por delante a Marek ,o desapareciendo ambos en el interior del avión. Pudo ver cómo era desgarrada la carne de Marek, y como éste se despedía con una última sonrisa, no sin antes haberse despedido de Gregory y haberle apremiado a huir de su lado. Anna gritó como jamás en su vida y empezó a correr hacia el avión, aún a sabiendas que no iba a conseguir salvar a Marek, y de no ser por la inestimable ayuda de Svet deteniéndola en su avance, probablemente hubiese terminado desintegrada tras la inmensa explosión.

- ¡Marek nooooooo! - gritó entre lágrimas Anna, para acabar viendo la sonrisa sincera que el hombre le dedicaba, pidiéndole que viviese y fuese feliz. 

La joven quedó momentáneamente cegada por la potente explosión, y no tardó su cuerpo en sentir la onda expansiva y el fuerte calor inundando todos sus poros, para ser impulsada hacia atrás y caer rodando en una especie de cenagal. La imagen se desdibujó y sintió que perdía las fuerzas y la consciencia, completamente aturdida. En su mente solo podía ver la imagen del que fue su compañero y amante, Marek Víctor Tarasovich, con aquella sonrisa final...

Marek... Te quiero...

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15/10/2019, 00:03
Director

No pudieron saber cuanto tiempo había pasado para cuando despertaron, pero había dejado de llover y los nubarrones se habían dispersado lo suficiente como para dejar paso a los primeros rayos de sol. Quizás fuera fruto de su imaginación, o quizás lo estuvieran viendo de verdad, pero, a medida que los tres aventureros volvían en sí, lograron distinguir brevemente, apenas un parpadeó, la forma de un arcoiris.

- ¡Eh, aquí hay uno vivo! - escucharon decir a una voz amortiguada por una máscara de gas. El arcoiris desapareció, y en su lugar aparecieron hombres vestidos con trajes aislantes. Los encontraron a los tres, perdidos y enterrados entre los escombros y las ruinas, que los habían sepultado y protegido de la cataclísmica explosión. Todavía medio desvanecidos y magullados, no pudieron hacer más que dejarse arrastrar por aquellos hombres hacia donde quisieran llevarles.

El paseo no fue muy largo, solo fueron trasladados unos cuantos metros, y luego los dejaron a los tres de rodillas uno al lado del otro. Poco a poco, los ojos fueron acostumbrándose a la luz, los oídos dejaron de pitarles, la conmoción se fue diluyendo, y empezaron a ser conscientes de sus alrededores. Lo primero que llegaron a ver, fueron los cañones de los Kalashnikovs 2012 modernos que les apuntaban.

Estaban rodeados por cuatro hombres, cuatro stalkers vestidos con un equipo de combate completo: chalecos protectores, cascos de acero, incluso gafas de visión nocturna... y armados con tecnología que en el Metro podía considerarse de la más elevada. Aparte de esos cuatro, había varios más moviéndose por los alrededores, vigilando la zona, o quizás buscando algo.

Pero lo que más les llamó la atención no fue la aparición de aquél grupo. Habían visto hombres de sobra en su viaje, pero aquello que los acompañaba era mucho más raro. Flanqueandolos, había dos vehículos de ruedas, blindados y artillados, con una torrera giratoria con ametralladora en su parte trasera, así como un quitanieves incorporado, y unos gruesos neumáticos pensados para soportar cualquier terrerno por dificultoso que fuera.

Además, había otro vehículo mucho más grande que los otros. Un camión de transporte, igualmente equipado que los demás, salvo por las ametralladoras. Aquél grupo tenía que estar enterado de lo del avión, y pertencer a una de las grandes facciones por fuerza. A pesar de todo lo ocurrido, al final habían sido alcanzados. Pero, ¿Por quién? ¿El Reich? ¿Los Rojos? ¿La Hansa, si es que finalmente se había decidido a enviar su propia expedición? La respuesta no tardó en llegarles, cuando, pintados en los laterales de los vehículos y en parches en los trajes de los hombres, vieron un emblema reconocido en todo el Metro.

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15/10/2019, 00:24
Hunter

A pesar de que los hombres que les apuntaban no les habían dicho nada, el mero hecho de que tuvieran las armas encaradas hacia ellos era suficiente para saber que era mejor no moverse. Apenas podían ver poco más que sus ojos a través de las máscaras, pero estos mostraban sin duda alguna que no les costaría nada apretar el gatillo.

No tuvieron que esperar demasiado. Otro hombre apareció, uno alto y corpulento, vestido y armado como los otros, pero que debía de ser el jefe, ya que los demás se giraron hacia él, bajaron las armas y se apartaron un poco cuando este se lo indicó con un movimiento de cabeza.

El hombre dio dos pasos hacia ellos y los miró durante unos instantes, para luego observar algo por detrás de ellos - ¿Habéis sido vosotros? - los aventureros se giraron para ver de qué estaba hablando. Detrás de ellos, un enorme cráter humeante y con todavía restos en llamas, que dejaba en ridículo al del estrellamiento, era todo cuando había allí donde había estado el avión. Donde había estado el oso. Y donde había estado Marek - Habéis tenido suerte. Vimos la explosión desde más de diez kilómetros, y vinimos corriendo hacia aquí para ver que había ocurrido - el hombre bajó la mirada hacia los tres - Y nos encontramos a tres "stalkers" - pronunció la palabra con cierto tono sarcástico - tres jóvenes hechos polvo, restos de un oso mutante calcinado y partes destrozadas de un viejo avión militar de carga.

El hombre se quedó en silencio unos segundos más, como pensando en qué hacer con ellos - Llevabamos un tiempo buscando este avión. ¿Sabíais dónde estaba, o os lo encontrásteis por casualidad? Está claro que no habéis hecho muchas salidas a la superfície antes que esta. ¿Cómo habéis sobrevivido? ¿Y qué demonios ha pasado aquí? - la mirada del hombre se volvió más severa, frunciendo el ceño - Mi nombre es Hunter - se dio un par de toquecitos en su parche de la Orden Espartana - ¿Sabéis quiénes somos? Entonces será mejor que no os calléis nada.

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19/10/2019, 13:07
Svetlana Záitseva

El arcoiris le causó a Svet una sensación extraña, como si estuviera viendo algo prohibido, algo perdido hacía mucho tiempo. Había visto cosas parecidas, reflejos coloridos en el metal, pero ninguno hecho con la luz del sol. La visión desapareció junto con la voz que se abría paso en su mente, devolviéndola a la realidad. La gravedad volvió a hacer efecto y se dejó llevar a rastras, sin fuerzas para oponer resistencia. 

En cuanto abrió los ojos, observó a los hombres y todo lo que llevaban con ellos, sintiendo que fuesen quienes fuesen, venían de otro mundo. El emblema de la Orden no hizo más que reafirmar ese pensamiento y tal vez en otra ocasión se habría alegrado de que los rescataran, pero con las armas apuntándoles de esa forma, estaba claro que su situación no era buena. 

En cuanto el hombre llegó frente a ellos y señaló hacia atrás, la médico se giró para ver el cráter que había quedado en el avión. Sintió que le temblaba el labio al recordar que no iban a ver más a Marek y apartó la mirada de forma brusca, asintiendo lentamente. No se atrevió a levantar la mirada en lo que duró la "reprimenda" del hombre, e incluso siguió en silencio unos momentos tras las preguntas, mirando a sus compañeros. Finalmente alzó la cabeza, tragó saliva y respondió lentamente.

- Somos stalkers. - recalcó. Jorji nos entrenó para esto y después de todo lo que ha pasado, ya no somos otros simples habitantes del Metro. - Sabíamos dónde estaba. Jorji Costava fue nuestro guía y nuestro instructor y fue uno de los primeros que encontró el avión. Quería que llegáramos aquí y eso hemos hecho. Hemos sobrevivido gracias a él y a todo lo que nos enseñó antes de morir. Y aquí... - Svet tomó aire y tragó saliva - Apareció ese... monstruo, ese oso. Las balas no le hacían nada y las granadas no eran suficientes y... El cuarto de nosotros... Marek... - notó cómo se le quebraba la voz pero se obligó a seguir, obligando a sus lágrimas a quedarse en su sitio - El oso lo atrapó y entró en el avión y a él le debía de quedar una granada y...

La doctora bajó la cabeza, con los hombros temblando y sin ser capaz de decir más. Lo siento, Marek. No pudimos hacer nada...

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20/10/2019, 18:07
Gregori "Ratón" Lavson

Un continuo pitido se quedó engarzado en el oído de Gregori tras la explosión. Con mirada borrosa, un terrible dolor de cabeza y el cuerpo magullado de haber salido por los aires tras la onda expansiva de la explosión, Ratón volvió en sí sin saber del todo si deseaba estar muerto o continuar con aquella inacabable pesadilla en la que se había convertido la búsqueda del avión. -Estoy vivo... mierda... COF, COF, COF... estoy... vivo... joder... Gregori le levantó lentamente sintiendo cada punzada de dolor en todo su cuerpo, intentando estabilizar su mirada y aclarar sus ideas. Miró a un lado y a otro, buscando respuesta a unas preguntas que aún no conseguía plantear. Era como si se despertara con la peor y más terrible de las resacas, solo que en aquella ocasión poco tenía que ver con el alcohol. El calor de las llamas le regaló un terrible recuerdo. "Marek?" y supo, sin lugar a dudas y con una terrible tristeza, que su compañero había sucumbido al ataque del oso y a la explosión de la mercancía del avión. Y con una lágrima surcando la mejilla cubierta por la máscara, Gregori supo que Marek había detonado el cargamento militar para acabar con el monstruo. Y de repente, mientras su mente aún deambulaba por un escenario de niebla, dudas, pesimismo y tristeza, alguien se acercó a su posición y le decían palabras sin sentido. Gregori no estaba en aquel lugar ni en aquel tiempo, estaba lejos, muy lejos... Más preguntas sin sentido, hasta que Ratón volvió al aquí y al ahora, siendo consciente que aquellos hombres no eran parte de su grupo. Y por la equipación que mostraban, estaban muy bien preparados. Tras las preguntas del hombre que parecía estar al mando, Svet fue la primera en responder. -Mi compañera tiene razón: Jorji nos indicó el lugar del avión. Tras perder a algunos miembros de nuestro grupo, incluido Jorji, solo quedamos nosotros... Y nada del avión y su cargamento. No ha servido de nada... de nada, maldita sea! Y muy disimuladamente, miró a su alrededor, pasando la mirada hacia el lugar donde habían escondido la mercancía, deseando que no encontraran rastros de su escondite.

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21/10/2019, 23:07
Hunter

Hunter aguardó impaciente a que uno de ellos hablara, y viendo que no tenían más opción, la carismática médico tomó la iniciativa una vez más. Frunció el ceño cuando escuchó a Svetlana decir que eran stalkers y que sabían dónde estaba el avión, pero se sorprendió cuando oyó el nombre mencionado - ¿Jorji? Pero, ¿De dónde venís? - preguntó, con una mezcla de curiosidad y asombro, sobretodo cuando escuchó que había fallecido - ¿Muerto? Ese viejo zorro... - parecía algo abatido por la notícia - No lo conocí mucho en persona, pero hice un viaje con él y sabía de su reputación - dijo - Vaya una pérdida, intenté reclutarlo varias veces...

Hunter observó los restos quemados del avión mientras oía hablar del oso y del sacrificio de Marek para salvar a sus compañeros, aunque al sentir la reacción de la pelirroja a sus propias palabras bajó la mirada hacia la misma. Entonces Gregori, ya más recuperado, intervino también, y el de la Orden se lo quedó mirando unos instantes, antes de volver la vista de nuevo hacia el humeante cráter.

- Vaya una pérdida... - repitió - Al escuchar los rumores, nos pusimos de inmediato a buscar información sobre el condenado avión por todo el Metro. Sabíamos que tenía que estar al norte de Moscú, así que la hemos ido peinando todo lo rápido que hemos podido - negó con la cabeza - No lo bastante rápido.

Hunter dejó de hablar de repente y se alejó de ellos, aunque lo oyeron gritar a los que se movían por los alrededores que dejaran de buscar, que volvían a la Polis. Entonces volvió de nuevo con ellos - Mucha gente ha muerto por ese cargamento, y ahora, esas muertes han sido en vano. Quizás haya sido lo mejor, en realidad. Llenar el Metro con ellas solo habría provocado más muertes. Las balas no hacen que haya más comida, después de todo. La Orden quería hacerse con ellas sobretodo para evitar que más gente muriera en su busca, si no había avión, en poco tiempo todo el mundo volvería a pensar que se trataba de otra leyenda falsa. Supongo que eso es lo que pasará ahora - dijo, encogiéndose de hombros - Pero también queríamos usar ese cargamento para mejorar y ampliar la Orden, para proteger mejor el Metro, y luego ir introduciéndolas poco a poco en la sociedad, para evitar desequilibrios y tensiones. Ya tenemos suficiente de eso tal y como están las cosas ahora. En fin, lo hecho, hecho está. Lo que me lleva a vosotros de nuevo.

Los espartanos empezaban a recoger el lugar, varios estaban subiendo ya a los vehículos, incluso los cuatro guardias que los custodiaban, a los que Hunter ordenó embarcar con una cabezada. Estos devolvieron las armas y el equipo a los tres aventureros supervivientes antes de marcharse, y solo Hunter se quedó mirando al trío en silencio hasta que por fin habló de nuevo - Así que stalkers, ¿Eh? Puede que sí, qué demonios... - dio una bocanada de aire a través de la máscara - Si habéis sobrevivido hasta aquí, si el propio Jordi Costava os adiestró... No sé qué razones tendríais para querer seguir ese rumor hasta el final, si solo fue codicia o algo más... pero ahora tenéis la oportunidad de cambiar las cosas. Puede que hayamos perdido el cargamento... pero no son balas lo único que necesita la Orden. Podéis venir con nostros a la Polis. Habéis demostrado ser más que capaces tanto en los túneles como en la superfície, y la sangre nueva como esa siempre es bienvenida. Así que, ¿Qué me decís? - les tendió la mano - Volveréis a de dónde sea que vengáis... ¿O ayudaréis a proteger el Metro?

Hunter les estaba ofreciendo unirse a la única organización del Metro que miraba por todos sus habitantes, y no por sus propios intereses. Con la Orden, quizás podrían realizar un bien por el Metro mayor y más duradero del que podrían lograr con las balas, quién podía saberlo. Por supuesto, Hunter y la Orden no sabían que la mitad del cargamento se había salvado de la explosión, y solo ellos tres sabían dónde se encontraba oculto. Podían rechazar la oferta, coger su duramente ganada recompensa, y volver a los túneles cargados de riquezas, como habían planeado en un principio.

De una manera u otra, aquél viaje estaba a punto de acabar.

Notas de juego

Este será vuestro último turno, así que me gustaría que respondieráis todos y decidiérais. ¡Y ya podéis explayaros bien! :P

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27/10/2019, 19:20
Gregori "Ratón" Lavson

Dilema...

Las personas se definen no por lo que dicen, sino por lo que hacen. Podemos proclamar a los cuatro vientos que somos buenas personas, decentes, justas, etc., pero ser capaces en más de una ocasión de clavar un puñal por la espalda al mejor de nuestros amigos para salir airosos de una situación. Pero también al contrario: gente de la cual no te fiarías nunca, acaba siendo aquella mano amiga que te saca de un apuro que parece no tener solución. Y en aquel entresijo se encontraban los tres supervivientes del grupo buscador del avión: en una tremenda balanza moral entre el egoísmo y la altruismo.

Dilema...

Aquel viaje desde una zona alejada del Metro hasta aquel lugar, les había provocado mucho dolor . Se habían enfrentado a tensas situaciones, a decisiones difíciles y dudas que los pusieron en contradicción personal, momentos en que dudaron de la humanidad del Metro y presenciaron donde había acabado la sociedad. Había perdido compañeros, amigos, gente a la que apreciaban. Demasiado dolor para que acabaran creyendo que el mundo podría ser un lugar mejor... El egoísmo, la individualidad, florecían entre aquella rabia y la creencia de que el mundo se iba a la mierda, crecía en sus mentes. Por qué creer que podían cambiar aquel lugar? No, todo estaba podrido y solo existía una salida: lo que les quedaba de vida, que fuera de la mejor manera. Cada uno tenía que espabilarse para sobrevivir, así era la vida en el Metro. "Piensa en ti y luego en ti". Aquel era el lema del superviviente...

Dilema...

Pero habían aprendido que la amistad podía existir, que con voluntad, la gente podía cambiar y ser mejor. Si se contagiaba el deseo de crear un mundo mejor, dejando atrás los deseos de poder y las injusticias existentes, una nueva sociedad podía nacer de las ruinas. Podían aprender de los errores del pasado y conseguir que la humanidad estableciera un nuevo orden donde todos y cada una de las personas pudieran ser parte de un nuevo futuro. Evidentemente, tendrían que poner todos de su parte, pero aquel grupo de la Orden parecía estar dispuesto a gestionar aquella batalla de intereses y conseguir un mundo mejor.

Dilema...

Gregori miró a Svet y Anna, intentando vislumbrar qué pensaban sus compañeras. Era una decisión difícil y cada uno de ellos tenían el mismo derecho a decidir qué hacer con su parte del botín. Algo nada fácil en aquellas circunstancias... Finalmente, habló con voz grave y seca, un tono al que nunca antes le habían escuchado las dos mujeres - Gracias por la oferta, pero mi destino va en otra dirección.

Gregori miró de nuevo a sus compañeras. En su caso, el dilema había encontrado una respuesta. Era un superviviente y se preocuparía de lo suyo, nada más. Aquel viaje le había dejado una fea herida en el alma, una herida que difícilmente sanaría del todo.

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29/10/2019, 13:03
Anna Kuznetsova

Anna no podía evitar dirigir inconscientemente su vista una y otra vez hacia el cráter humeante y los restos del fuselaje del avión. Le dolía en el alma haber perdido a Marek tan cerca de lograr su objetivo, y por su mente rememoró los buenos momentos que habian pasado juntos desde que se conociesen tan solo solo unos días antes. Tanto Andrei, como Jorji, como Marek quedarían para siempre en el recuerdo, y sintiéndolo mucho por los miembros de la Orden, no iba a permitir que las balas que tanto les había costado sangre y sudor encontrar, quedasen en manos de gente desconocida que, si bien quizà tenían intención de hacer un buen uso, no lo sabían con total seguridad.

La joven miró a sus dos compañeros dándoles a entender que también ella había tomado una decisión férrea al respecto, y que sólo si en un futuro veía que la Orden era digna de recibir parte de sus balas, quizá entonces les haría entrega de ellas.

- Estoy con mi compañero Gregory. Agradezco sinceramente su oferta y no descarto en un futuro cercano unirme a la Orden, pero ahora mismo mi camino está junto a mis camaradas, y habiendo iniciado está andadura juntos, regresaremos juntos. - sentenció la joven Stalker, quién en sus ojos se reflejaba una madurez impropia de su edad, más que curtida por todo lo vivido recientemente - Yo seguiré siendo una Stalker, se ha convertido en mi forma de vida y eso no cambiará, y no dudo que ha vuestro lado podría ayudar a proteger a los habitantes del metro... ¿No podrías proporcionarme algún distintivo o señal para que pueda ser recibido por tu gente y unirme a vuestra causa más adelante? Ahora mismo no abandonaré a mis compañeros, Jorji no me lo perdonaría...

Fue entonces en que la joven reparó en las facciones del tipo que les hablaba, y recordó la conversación con Shukoi y la foto colgada en su pequeño despacho de la VNDJ.

- Si conocías a Jorji Costava y viajaste con él hace un tiempo... ¿Es posible que seas el tipo de la fotografía del despacho de Shukoi, en la VNDJ? "Hunter" creo recordar que Shukoi te llamó... - entonces Anna le tendió la mano tras recibir nuevamente sus armas y mochilas y le mencionó - Prometo reunirme contigo y formar parte de la Orden muy pronto. Esto no es un "adiós" es un "hasta pronto."

Y tras aquello, Anna apoyó la mano en el hombre de Gregory y se quedó mirando a Svet, intentando vislumbrar cual seria su decisión final. Fuese cual fuese la respetaría, solo esperaba que no comentase el emplazamiento de las balas en esos instantes. Los tres podrían posteriormente decidir que hacer con su parte, pero hablar de ellas ahora mismo significaría perderlas para siempre cuando habían dado todo de sí por lograrlas.

Anna esperaba poder realizar algunos viajes con sus dos compañeros y repartir el botín, y ya posteriormente, cada cuál decidiría que uso darles a ese ingente número de balas. Por su parte la joven valoraría si la Orden sería capaz de cumplir sus palabras y usarlas para el bien de los habitantes del metro, y de ser así, probablemente terminaría por cederles la mayor parte. Sabía que Svet las usaría para hacer el bien y tratar a los enfermos, heridos y desvalidos ejerciendo como doctora y mejorando sus condiciones sanitarias, y en cuanto a Gregory,... Joder, sabía que ratón era un tipo muy prudente y difícil de detectar... Bien podría usar su parte para eliminar bandas de saqueadores, mercenarios y mafiosos que eliminaban a sangre fría a la gente exiliada y a los refugiados necesitados que escapaban de la dura guerra que se cernía en el metro.

Para Anna, Svet y Gregory siempre serían su familia. Eso jamás cambiaría.