Partida Rol por web

Su primer día de trabajo. Y no un trabajo cualquiera. Ha conseguido entrar en el departamento de secretariado de una de las empresas más importantes de Tokyo: la Compañía Touma. En ese momento está paseando por sus pasillos, acompañada de uno de los trabajadores, para encontrarse con su nuevo superior. Será la secretaria personal del Director Touma.

Su fama le precede. Es muy bueno con los negocios y es capaz de firmar acuerdos muy beneficiosos, pero también es un mujeriego empedernido.

Una falda de tubo entallada, justo hasta cubrir la rodilla con una pequeña abertura lateral para poder andar y una chaqueta a juego con la falda, ambas negras con raya diplomática de un color blanco oscuro. Una blusa blanca, ceñida y abotonada hasta el cuello. Medias negras hasta medio muslo y unos zapatos de tacón alto, elegante. Completa mi atuendo un maquillaje adecuado, lo suficiente para no parecer recien levantada, mis gafas de montura fina y el pelo recogido en una trenza-moño muy elegante. Además de un maletín, claro, para poder transportar papeles sin problemas además de mis cosas, en lugar de traer además un bolso. Lo único que me pone algo nerviosa sobre mi ropa es que no es de una marca punterísima...sencillamente no puedo permitirme marcas caras.

Mi estampa, espero, debe ser la de toda una secretaria. Impresionante, eficiente y segura. Por dentro me siento todo lo contrario, poca cosa, asustada y con dudas de si seré capaz de llevar a cabo el trabajo que se me pide.

Sigo al trabajador, diligente y respondiendo  los saludos que me hagan, si los hay.

¿Cómo será el señor Touma? Seguro que los rumores exageran mucho...

El despacho del Director Touma está en uno de los pisos superiores de la empresa. Un edificio enorme. Está compuesto por dos zonas: la primera es donde se encuentra el despacho de la secretaria, compuesto por un escritorio de oficina, equipación propia y demás; la siguiente está tras una puerta. Sin duda, es el despacho del Director.

-Satozuka, ¿preparada? Recuerde que es una persona muy exigente, pero ha sido elegida especialmente para este puesto por sus habilidades.

El despacho de la secretaria, en el que aun se encuentran, es bastante austero. No tiene más que un par de plantas de interior para dar un poco de alegría al lugar.

¿Estará así de vacío porque lo quiere así? ¿O por que lo han vaciado de lo que hubise puesto la anterior? Supongo que lo personalizaré...un poco.

-Satozuka-san.- le corrijo -Ni siquiera me ha dicho su nombre, no se tome confianzas tan rápido por favor.- tengo que dejar claro que soy seria y que vengo a trabajar...que no entro por enchufe ni nada parecido. Y mucho menos que me tomen a broma por ser de las más jóvenes.

¿A qué habilidades se referirá?

-Continúe y entremos cuando quiera.

Quizá estoy sonando muy fría...pero jo, es lo mejor.

El hombre alza una ceja al escucharla. Como vaya con esos humos con los demás, lo tiene crudo en ese lugar. Pero no dice nada. Llama a la puerta del despacho y no espera que el director de paso. En teoría, en esos momentos está solo.

-Disculpe, Director Touma. Vengo a presentarle a su nueva sec...

Pero no lo está. El Director Touma tiene a una mujer medio desnuda sobre la mesa, haciendo cosas que no deberían hacerse en una oficina. Bueno, en realidad, no está medio desnuda, pero si está sentada sobre la mesa del despacho y con un hombre, que debe de ser el Director Touma, inclinado sobre ella. A punto de hacer otras cosas más... interesantes.

Al detenerse tan de pronto me tropiezo con el tipo y, para no arrollarlo, acabo sentada de culo en el suelo.

¿Pero qué? ¿Por qué se para así? ¡Menuda primera impresión!

Es entonces cuando veo lo que sucede en la mesa, y se me ruborizan hasta las pestañas. Me quedo totalmente bloqueada unos segundos, boqueando sin saber que hacer. Hasta que mi disciplica hace "click" de nuevo y regresa a su sitio. Me pongo en pie con elegancia, toda la elegancia que puede tener una mujer sentada de culo y con tacones, y me acomodo la ropa. Subo mi mano a mi boca para toser y aclararme la garganta mientras mi color regresa a la normalidad.

Parece ser que su fama es acertada...si eto va a ser así, mejor acostumbrarme y que parezca algo normal.

-Director Touma, soy Kaya Satozuka, su nueva secretaria. Lamento la intromisión. Para evitar interupciones parecidas, me vendría bien que me facilitara su agenda para poder ponerme al día. Esperaré fuera a que...terminen.- en todos los sentidos. -Tendré todo al día en breve.- sin más salgo del despacho sacando al otro hombre también.

Con todo lo profesional e indiferent que pueda parecer, el corazón me va a mil...la escena es muy erótica, por decir poco. Siempre me ha encantado la imagen de una mujer sobre una mesa de ese estilo, de directivo con dinero. Supongo que por las bromas tan típicas del estereotipo de secretaria guarra...algo se me quedó.

Apenas si me he fijado en el director. Todo ha sido demasiado apresurado. Miro al hombre que me acompaña.

-Gracias por todo...creo que ya no hará falta que me guíe más. Me ha sido muy útil la guía por la empresa. Si puedo hacer algo por usted, dígamelo por favor.- le sonrío, mostrando que aunque antes he sido seria, solo es porque no nos conocemos y no hay confianza.

La chica, una rubia despampanante, sonríe a los dos empleados.

-Te dije que tendrías que haber cerrado con llave.

El Director Touma se separa de la rubia.

-Por hoy me retiro, parece que tienes cosas que hacer.

La chica coge su bolso y sale de la oficina del Director. El hombre mira a Kaya.

-No tan deprisa.

Se sienta en el sillón que hay tras su escritorio y se queda mirando a su "secretaria".

No puedo evitar observar de reojo a la mujer...menudo tipazo tiene. Que envidia. Pero cierro los ojos un momento y me controlo. Me quedo allí como ordena, observándolo como él me observa. Elegante y paciente.

-Usted dirá director.

-Perdone la intromisión, Director Touma.

Le entrega la ficha de Kaya y se mantiene a parte. El Director la lee por encima.

-Así que hace relativamente poco que has entrado en la empresa. He oído hablar de ti, has mostrado excelentes cualidades a pesar de no llevar más de 1 año aquí.

Ella también ha oído hablar mucho de él. Tiene 26 años, soltero. Director de la compañía Touma, productora de vajilla, y segundo hijo del presidente de la corporación. No ha llegado a donde está por la influencia de su padre, sino porque es muy capaz. Estricto con sus trabajadores y no perdona errores. Muchas secretarias han legado al office llorando por algo que han hecho.

Pero el dato más importante. Se queda hasta tarde haciendo horas extras e insiste en que su secretaria personal se quede con él. Sus antiguas secretarias han tardado poco en renunciar.

También está el asunto que han visto. El director no separa el trabajo del placer y es famoso por sus relaciones con muchas mujeres, sin tener en cuenta sus sentimientos.

-Gracias director.

Me alegra que le guste mi curriculum, eso es bueno.

-Espero estar a la altura.

Pero atenta Kaya. No puedes cometer errores, y menos con él. Tienes que ser perfecta...y no dejarte llevar por lo guapo que es. Y mucho menos por su fama ¡No puedes caer en sus redes de mujeriego! Te perderá el respeto si caes.

A pesar de mi monólogo interior, nada calmado, lo miro firme y seria. Espero a que me de instrucciones o permiso para hablar de ltrabajo.

Nota la potente mirada del hombre. Se hace el silencio. Parece estar estudiándola de arriba a abajo.

-Excelentes cualidades... ¿eh? - murmura.

La continúa mirando.

-Largo de aquí.

La forma en que tiene de decirlo indica que se vaya, pero no que la acepta como secretaria, sino que no quiere nada de ella. 

Asiento, sin dejar que su mirada me afecte. Al menos externamente. Y lo hago de una manera en cierta manera desafiante. Claramente llevo las de perder en cualquier enfrentamiento pero...no es asunto suyo, al menos directamente, contratarme o no. Ya estoy contratada

-Estaré en mi mesa, director.

Me giro, digna, y salgo del imponente despacho. Solo cuando me siento en mi silla, y es una suerte que me siente, se me aflojan las piernas.

Mierda. No me quiere aquí...primer día y ya tengo pie y medio fuera ¿Pero qué he hecho mal? No voy a llorar. No voy a llorar....

Me trago la angustia y enciendo el ordenador para, antes de nada, sincronizar mi tablet con su agenda para poder llevarlo todo al día. Sus horarios, sus reuniones, sus....todo. Solo tras hacer eso miro que papeles tengo ya en la mesa, para comenzar.

Durante todo momento espero que suene el teléfono de mi mesa o el interfono y se me notifique oficialmente mi despido.

-Llévatela de aquí. No la quiero. Búscame una secretaria que parezca más cachonda.

Kaya no ha cerrado la puerta del despacho así que lo escucha todo. El jefe de departamento de secretaría parece apurado.

-Tiene un currículum bueno, pero ¿De qué me sirve una secretaria con la que no puedo salir a tomar algo? Necesito alguien que me haga quedar bien.

La agenda del Director no está en el ordenador así que no puede sincronizarla con su tablet. 

-Pero Director...

Será imbécil...

Me lleva casi un minuto decidirme a hacerlo...y cuando lo hago siento como si le estuviese quitando el eguro a una granada de mano. Pulso el botón del interfono.

-Director, no pareceré "cachonda" cuando visto formal. Pero conozco más garitos de dardos y chupitos de los que puede contar. Lo justo sería un periodo de prueba.

Suelto el botón

Mierda mierda mierda....

Tengo ganas de darme cabezazos contra la pared. Menos mal que no pueden verme la cara.

-Satozuka, no me des consejos cuando lo haces escondida tras un mueble de oficina sin dar la cara.

No le hace falta interfono porque se le escucha perfectamente. Están puerta con puerta y la puerta está abierta, así que no es necesario nada de eso.

-Además de aburrida y sosa, eres una impertinente por dirigirte así a tu superior directo. ¿Qué periodo de prueba quieres que te dé si no estás aquí? Me parece que ya tengo las pruebas necesarias para negarme a tenerte como secretaria.

Vale, ya he perdido el trabajo ¿Qué más da ya? Me levanto de golpe, se puede escuchar la silla de ruedas retroceder algo más bruscamente de lo normal y entro de nuevo al despacho. Se me nota cabreada, más de una vez me han dicho que "me pongo sexy cando me enfado" me da igual ahora.

-Mire, director, en primer lugar no le he dado ningún consejo, solo he expuesto dos hechos sencillos. Lo de los dardos y lo del periodo de prueba ¿Le he sugerido que me lo de? No, le he dicho que sería lo justo. Cosa que sabe. En segundo lugar...¿Cómo va una secretaria a hacer su trabajo sin comunicarse con su superior directo? ¿Por señales de humo? Eso de impertinente es absurdo. O bueno, lo era hasta ahora porque si es cierto que lo estoy siendo ahora. Aunque tampoco, si total no soy ya su empleada ¿No? Por último si no estaba "aquí" es porque usted me ha dicho, literalmente "largo de aquí". Lo que en ese momento interpreté como que me fuese de esta sala, ya que no había motivo alguno para echarme como pretende.

Relajo las manos apretadas y exalo el aire.

-Le pido disculpas por las molestias, director. Y también si le he ofendido.

-Ya veo. Supongo que en cualquier película de Hollywood ahora el tipo diría "me gusta tu carácter, puedes quedarte", pero esto no es una película.

Tira la carpeta de toda la información de Kaya sobre la mesa.

-¿Así reaccionas ante los problemas? Veo que un impoluto expediente tiene fallos. Con esa actitud, no voy a darte un periodo de pruebas como mi secretaria personal. Puedes ser todo lo capaz que quieras, pero demuestras una actitud demasiado infantil.

La mira desde su asiento, con los brazos cruzados, con una actitud de suficiencia impresionante y con una mirada que dice que no va a tolerar esa actitud de su secretaria. 

-Puedo echarte cuando quiera de mi despacho y puedo negarme a que seas mi secretaria.

Toda la razón, no es una película. Pero no me voy a permitir avergonzarme. Le devuelvo la mirada, no con suficiencia sino con seguridad en mi misma y en lo que creo. Es decir, sin dejarme avasallar.

-Por supuesto que puede, director. Lo que no puede, y si va a ser así me marcharé ahora, es menospreciar y despreciar a alguien que viene a trabajar por no ser...cachonda. ¿Es enfadarme por ello infantil? Puede. De lo que no hay duda es de que usted está siendo maleducado y faltándome al respeto, sin motivo, desde nada más verme. Respecto a como enfrento los problemas...no me han preparado para reaccionar a "no ser lo bastante cachonda"- maldita palabra...-por lo que, sí, la situación me ha superado.

¿A qué espera? Me va a echar? ¿No? Quizá sea lo mejor.

Y es que por dentro soy un flan. Estoy asustada ¿Mostrarme fuerte ante él, todo el tiempo, con lo que impresiona? Acabaré por no poder.

-La diferencia entre tú y yo, es que yo sí puedo hacerlo. 

Y en eso tiene razón. Es un tipo poderoso y con recursos y tiene la capacidad necesaria para desprenderse de quien no le convenga... en este caso, de una secretaria que parece tener 50 años aunque de aspecto sea joven.

-Tendrían que haberte preparado para encarar con profesionalidad comentarios que a ti te parezcan hirientes. Parece que hayas crecido en un mundo Disney o algo así.

Le indica al trabajador que recoja el expediente.

-No me has dado ningún motivo para tenerte de secretaria y la actitud que has mostrado hasta ahora no me ha parecido la correcta.

Una cosa es que algo purda parecer o no algo y otra que, como ahora, se te insulte directamente y son disimulo.

¿Merece la pena esto? No
Pero necesito el trabajo. ¿Qué me queda sino tragar? Nada, salvo quitarme la ropa. Cosa que no haré. Y puede que ni eso.

-Como vea conveniente director. Pero ¿Qué cualidades busca exactamente? Obviamente no se me ha preparado debidamente para darle una buena primera impresión. Tal vez pudiese complacerle si me da esas indicaciones. Es parte de mi formación ser adaptable.

Siempre que mujeres atractovas siendo devoradas por mi jefe no me descuadran claro.