Partida Rol por web

Llegais a las puertas de la mansión,llegáis todos mas o menos a la vez,y os paráis frente a la gran verja,y miráis la terrorífica apariencia de la mansión.Aun no os conocéis,pero tendréis tiempo,os miráis unos a otros sin nada que decir,solo alguna sonrisa de educación.A lo lejos,por el jardín,veis llegar a un apuesto joven,muy bien vestido,con una sonrisa.

Des de la verja os dice con una sonrisa picara:

-Bienvenidos todos!-os abre-esta es la mansión Ambey como ya sabréis,adelante.

Llegué a la puerta de la mansión Ambey, una majestuosa verja impedía el paso. Miré a mi alrededor, por allí había más personas que se reunieron ante la verja para ser recibidos, no conocía a nadie. Hacia nosotros, vino un joven que no paraba de sonreír dándonos la bienvenida y que nos abrió las puertas de la mansión. Atravesé la valla junto a los demás sin vacilar un  solo instante.

Camina hacía la puerta y allí se detiene, saluda con una sonrisa amable al joven que los recibe y luego al resto. Un poco sonrojada. Había tantas mentes brillantes allí, que ella sentía que estaba de más. Incluso el Profesor Patrosky, ella estaba segura de que el no la reconocería pero ella había estudiado un semestre con el como profesor. Era una eminencia.

Sin embargo, intentó dejar su vergüenza de lado -Saludos a todos! Va a ser un honor para mi poder compartir estos días con ustedes.- mientras hablaba estaba ligeramente sonrojada.

La chica que saludaba era de estatura promedio, con unos cabellos color fuego muy bien acomodados bajo un pequeño gorro, con una pollera color blanco que llegaba hasta sus tobillos y una blusa color verde.

Yo he llegado en primer lugar cuando no había nadie, acostumbro a ser muy puntual (suelo llegar 15 minutos antes a mis citas formales). Me detengo junto a la gran verja para limpiarme con mi pulcro pañuelo las gafas y entorno mis ojos hacia el misterioso jardín que se abre tras la verja.

Al poco tiempo empiezan a aparecer el resto de los invitados. Entonces vuelvo la vista hacia el jardín, no sin antes hacer uso de mis educados modales:

- Buenos días señoras y caballeros - digo con una tímida sonrisa - supongo que habéis venido por lo mismo que yo.

En ese momento un extraño personaje se aproxima desde el jardín en dirección a la verja. Sigo al chico joven tras unos segundos de inseguridad a través de la verja ya abierta esperando que los demás me imiten.

Cuando llegó a la dirección hay un grupo de gente esperando.

Saludos señores¡¡¡ Espero que la reunión sea entretenida

Miro a mis compañeros y pienso Seguro que lo será... pero de que tratará la reunión de hoy...

Un chico viene sonriente hacía la verja, nos da la bienvenida y nos insta a pasar.

Al llegar a la dirección donde se encuentra la mansión veo que ya hay unas cuantas personas en la puerta, miro mi reloj para comprobar la hora. He llegado a tiempo, pienso

-Hola, salude con una amplia sonrisa a los allí presentes, Mi nombre es Julia Novotny, crei conveniente presentarme.

Cuando el encargado de la mansión nos invita a pasar, pase con los demás

Caramba ya han llegado todos!-piensa el Profesor Periwinkle a la vez que se acerca a ellos.

Hola a todos, soy el profesor Periwinkle-Dice el profesor mientras se ajusta la pajarita.Perdón por el retraso, es que me he equivocado de autobús, he cogido el 25 en lugar del 24 y luego he tenido que coger el 32 para volver hacia atrás, pero resulta que lo he cogido en sentido contrario y ...-Entonces Periwinkle se dio cuenta de que aquello no le interesaba a nadie y dejó de hablar. El profesor entra con los demás.

Paolo no prestaba atención al grupo. Su mirada estaba absorta en esa gran mansión, y se agarraba a la verja esperando a que se abriera. Cuando el hombrecillo abrió la puerta, caminó con paso rápido, muchas veces adelantándose al resto

¡Este edificio está lleno de historia! Seguro que me inspirará para la construcción de mi nuevo edificio

Luis Víctor caminaba distraído mientras jugueteba con el móvil, no prestó atención al grupo hasta que -sin querer- tropezó con el ensimismado arquitecto.

¡Eh! Hola, lo siento, no les vi - dijo Luis mientras guardaba el móvil en el bolsillo - Buenos días, mi nombre es Luis Víctor, pueden llamarme Luis, o Víctor, o Sr. Bronce o, bueno, no es importante, sólo espero que esta sea una reunión fructífera ...

... trate de lo que trate

has puesto un solo para el director,por lo tanto tus otros compañeros no han visto tu mensaje,solo yo.

miro a los nuevos residentes de la mansión Ambey,me pregunto si sabrán algo de los rumores que corren sobre este lugar,pero me parece muy precipitado para decirlo ahora,que aun no los conozco.
-Ir entrando a la mansión,¡sin miedo amigos!-digo alegremente mientras observo sus gestos

Atravesáis el gran y hermoso jardín,y observáis la gigantesca mansión,entráis con respeto al vestíbulo acompañados por Erik,
es un gran vestíbulo con muebles clásicos y alfombras rojas y marrones,con esculturas y jarrones muy valiosos.
En frente de vosotros una gran y maciza escalera que conducen a las respectivas habitaciones y a los largos pasillos.
Alzáis la mirada y observáis que el techo queda muy lejos,es colosal.

-Podéis descansar un rato,esta noche en la cena,hablaremos un poco mas.Ahora os diré las habitaciones de cada uno.Las encontrareis facilmente porque a pesar de que los pasillos de arriba son largos,os he marcado las habitaciones con números.Y compartires habitación entre 2 y 3 personas,ya que los cuartos son muy espaciosos,podréis ver que estáis a vuestras anchas,bueno,me daréis la razón una vez hayáis visto vuestras habitaciones...
Las señoritas Hanna y Julia dormirán en la habitación numero 1.
Alexander Huertas y Jerónimo Couso en la habitación numero 2.
Jorge Galindo y Paolo Vassi en la numero 3.
Luis Víctor Bronce y los profesores Patrosky y Periwinkle en la 4.

Tras el reparto de las habitaciones y antes de subir a mi habitación dije:

Bueno ... creo que no nos hemos presentado aún, serán los nervios de la situación. Levante la mano y dije soy Jorge Galindo... Médico del servicio de Urgencias.

Creo que mi compañero es, un tal Paolo Vassi...

Espero a que se presente mi compañero, antes de subir a la habitación.

Toma sus valijas y su equipo acercándose a la escalera. Y claro que no pudo evitar observar al doctor Galindo, ella pensaba para sus adentros que estaba roja como un tomate de observarlo. *Uy, es super guapo!* pensó. -Sra. Julia, creo que nos toca a nosotras dos juntas.-

Encantado de conocerles a todos, caballeros, señoritas... Mi nombre es Paolo Vassi. Es posible que hayan visto mi cara en alguna revista de arquitectura. Será un placer compartir habitación, aunque yo pensaba que habría una para cada invitado, dado lo grande que es esta mansión. ¿Podría pedir si no es mucha molestia, que se me permitiera hacer una visita por todo el interior? Soy un gran amante de la arquitectura gótica, y esta mansión me encanta!

Subo las escaleras con los demás con mi maleta en mano sin mediar palabras. Parece que me ha tocado con esos dos chiflados, qué suerte. Me acerco al profesor Periwinkle y le ofrezco mi mano a modo de saludo:

- Mi nombre es Harold Patrosky, el profesor Harold Patrosky de la Universidad de Miskatonic. PArece que vamos a ser compañeros de cuarto.

Viendo las espectativas de mi compañero de cuarto digo: Encantado Paolo... yo me subiré al cuarto... tengo ganas de verlo...

Me acerco a las escaleras con mi equipaje y digo a las damas... les acompaño señoritas....

Cojo un petate de ellas y voy subiendo las escaleras.

Saco la mano del pantalón para darsela al profesor Patrosky, con mucha torpeza ya que al sacarla tiro por el suelo un montón de cosas, un llavero lleno de llaves, unas pastillas para el dolor de cabeza, un par de klinnex usados y más cosas sin importancia. Recojo el estropicio y entonces le doy la mano a Patrosky. Encantado

Un joven que por su cara no parece llegar a los dieciocho años, aunque por su físico aparenta ser de casi treinta pues es extraño que una persona tan joven haya sido capaz de entrenar tanto y esculturizar tanto su cuerpo. Cuando llega a la mansión ve que las puertas están abiertas y ve como un grupo numeroso de gente entra en el lugar. 

- Uff, creo que llegué tarde. Disculpen las molestias, yo soy Jerónimo Couso y por lo que han dicho tengo la habitación asignada, número dos. ¿Quién de ustedes es Alexander Huertas. Si se presentaron disculpen, pero no puede llegar antes.

Cuando aquel hombre asignó las habitaciones, todos menos uno de ellos pasaron de admirar el edificio a presentarse. Primero, un tal Jorge Galindo, tardaba poco en empezar a tirar fichas, después, las chicas a las que Jorge había acompañado, un hombre al que se le cayeron un montón de cosas al suelo y después un chico preguntó por mí. Aquel debía ser Jerónimo Couso. Me acerqué a él y le saludé.

Soy Alexander, encantado - le dije sonriendo, para, justo después, dirigirme al resto - Mi nombre es Alexander Huertas y no, no soy médico ni arquitecto, pero tengo publicado un libro - les dije sonriendo. Luego me volví a dirigir a Jerónimo - Me subo a la habitación, nos vemos allí - le dije, empezando a tirar de mi maleta, dispuesto a entrar por fin en la mansión.